jueves, 23 de febrero de 2017

LOS DARDOS DE SATANÁS

LOS DARDOS DE SATANÁS






















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LOS DARDOS DE SATANÁS



Por Armando Alducin
(Efesios 6:16)
Los ataques de Satanás vienen en
forma de aguijones o dardos. Los dardos continuos tienen el propósito de herir o pegarle
al lugar donde habíamos sido debilitados anteriormente por aguijones previos.

De esta manera, uno tras otro se va
fortaleciendo o construyendo hasta poder derrumbar el blanco que se proponen.

Los dardos de Satanás vienen
generalmente a través del siguiente orden:

1.-Desánimo

2.-Confusión

3.-Depresión

4.-Pérdida de Visión

5.-Desorientación

6.-Apartamento

7.-Desesperación




8.-Derrota
Este proceso puede suceder
rápidamente, como en el caso de Elías, pero regularmente trabaja lentamente, lo que lo
hace más difícil el discernir.
Cuando estos síntomas comienzan a
trabajar en nuestra vida, debemos resistirlos hasta que se vayan. Si no lo hacemos,
seremos nosotros los que nos encontremos huyendo, como Elías.

El origen o la fuente de la
hechicería en contra de nosotros no siempre se encuentra en cultos satánicos o en
operaciones de la Nueva Era. Puede provenir de cristianos engañados, quienes de hecho, se
encuentran orando en contra de nosotros en lugar de por nosotros. Existe poder en esto
porque la Biblia dice que “lo que se ata en el cielo, se ata en la tierra” y
viceversa.
SI LA
INTERCESIÓN ES MOTIVADA POR
UN ESPÍRITU DE CONTROL O MANIPULACIÓN, ES HECHICERÍA, Y SU PODER ES TAN REAL COMO LA
MAGIA BLANCA.
Otras fuentes de la hechicería son la
murmuración, los celos, la crítica, maniobras políticas, etc., y pueden tener efecto en
nosotros ya sea que lo sepamos o seamos ignorantes de ello, Por ejemplo: Si rehusamos ser
manipulados por alguien que tiene un espíritu de control, pero nos resentimos o amargamos
contra esa misma persona, entonces el enemigo puede causar que caigamos, que nos
desanimemos, que nos desorientemos y que nos deprimamos.

Somos derrotados por el  enemigo
cuando él hace que respondamos con otro espíritu que no sea el Espíritu Santo, cuyo
fruto es amor, paz, gozo, etc. (Stgo.3:14-18)

LA ESTRATEGIA DEL
ENEMIGO ES
APARTARNOS DEL FRUTO DEL ESPÍRITU Y QUE LE HAGAMOS LA GUERRA EN SUS TERRENOS.

Satanás no puede echar fuera a
Satanás; el resentimiento no podrá echar fuera a Jezabel... ¡Sólo aumentará su
poder!  Esta es la razón por la cual la estrategia básica que debemos usar para ser
libres del poder de la hechicería es BENDECID A LOS QUE NOS MALDICEN (Mat.5:43-44; 
Rom.12:17-21) Esto no significa que bendecimos sus obras, sino que oramos a favor de ellos
y no en contra de ellos.
Si el enemigo logra que nos venguemos
nosotros mismos, entonces ha logrado que seamos controlados por el mismo espíritu y que
operemos en sus terrenos.



No peleamos “contra carne ni sangre”,
sino que las armas de nuestra guerra tienen que ser espirituales (2Cor.10:2-4).

1.-DISCERNIENDO LOS DARDOS DE
SATANÁS
(a).-El Desánimo
Todos nosotros, de ves en cuando, nos
sentimos desanimados por diferentes circunstancias, y esto no quiere decir que sea el
resultado de que alguien está usando hechicería en contra nuestra. Pero si comenzamos a
sentirnos sometidos a un constante desánimo sin ninguna razón aparente, entonces debemos
considerar a la hechicera como la posible fuente de nuestro malestar.

Cuando todo parece que sale mal,
cuando las dificultades parecen insuperables y comienzas a pensar que ya no vale la pena
seguir, es probable que te encuentres bajo un ataque espiritual. La estrategia del enemigo
para afligirte con el desánimo es para debilitarte con el siguiente ataque, que es...

(b).-La confusión
Otra vez, debemos ver por un 
“Espíritu de Confusión, sin ninguna causa aparente. Aquí comenzamos a perder
nuestra claridad respecto a  lo que fuimos llamado a hacer, lo cual debilitará
nuestras decisiones. Esta confusión tiene como propósito aumentar nuestro desánimo en
la obra del Señor para hacernos más vulnerables al próximo ataque…

(c).-La depresión
Este es un problema mucho más
profundo que el simple desánimo. Este es un terror inconmovible  y es el resultado
de la combinación del desánimo y la confusión junto con la negligencia de una
disciplina espiritual (falta de devocionales y comunión con el Señor) Este ataque
aumentará en los  últimos días en contra de todos los cristianos y debemos estar
preparados  en contra de él.
(d).-La pérdida de visión
Esta es la meta de los dos anteriores
dardos... Y obra para aumentar sus defectos. Aquí comenzamos a dudar que Dios nos
ha llamado a su obra y que tal vez no servimos ni a nadie le importa nuestra
participación. La única manera de navegar a través de esta tormenta es mantener nuestro
curso firme. No podemos mantener nuestro curso si no sabemos a donde vamos. No trataremos
de mantener nuestro curso  si comenzamos a  pensar que tal vez nunca
debimos haber zarpado. Esto nos  hará navegar en círculos e impedir lleguemos a
ningún lado.
(e).-La desorientación
Esta es una combinación de la
depresión, confusión y pérdida de visión. En este nivel, no solo hemos olvidado
nuestro curso a seguir sino que   también hemos
perdido nuestra habilidad para leer el compás (brújula).

Ya no entendemos la Biblia, ya no
tiene significado para nuestro corazón, nos parece
insípida y sin vida. Es difícil oír la voz del Señor y las predicaciones nos comienzan
a parecer irrelevantes. Esta es una incapacitación espiritual total.

(f).-
Apartamento (Aislamiento)
Esto viene cuando comenzamos a
retirarnos del propósito de nuestro ministerio, de nuestro compañerismo con
hermanos de la iglesia y con muchos de nuestros familiares. Este apartamento resultará
en...
(g).-Desesperación
Retirarse de la batalla nos llevará
rápidamente a la desesperanza, y sin esperanza podemos ser atacados fácilmente por el
enemigo a través de tentaciones, enfermedades o
muerte.
Aun científicamente está
comprobado  que cuando una persona no tiene esperanza  para vivir, se enferma
rápidamente y puede inclusive morir. Con esperanza, hombres y mujeres han vivido aun
cuando han rebasado la expectación  normal de vida de cualquier ser humano.

La desesperación nos lleva
inmediatamente a la DERROTA.
2.-AMALECITAS ESPIRITUALES


     (EX.17:8-16; Deut.25:17-19)
A través de esta estrategia o
maquinaciones podamos observar que nuestro enemigo tiene como principal
propósito debilitarnos para que cada vez marchemos más y más
atrás, donde él nos podrá atacar mas fácilmente:
en la retaguardia.
Los amalecitas representan en la
Biblia a Satanás y a sus demonios y una de sus prácticas era atacar a los débiles e
indefensos. Cuando Israel cruzó el desierto los amalecitas escogieron a los
solitarios y débiles que marchaban hasta atrás del campamento. Esto es lo que el enemigo
trata de hacer a través de la hechicería; trata de debilitar a los creyentes para que se
queden atrás donde se convierten en una presa fácil para él. Por esta razón se le
advirtió a Israel  que la guerra contra Amalec sería perpetua.
Él rey Saúl cometió uno de sus peores pecados cuando el profeta Samuel le ordenó
destruir a Amalec y todo lo que tenía, pero Saúl perdonó. (1Sam.15:1-3. 7-11, 22-23, 26-27).

No fue accidental que haya sido un
amalecita el que mató a Saúl y el mismo que llevó esta noticia a David. No puede haber
ninguna alianza con el enemigo, ni pactos, ni convenios, ni tomar prisioneros.

Nuestra guerra contra Satanás y sus
demonios se acabará cuando Cristo venga y Él mismo le destruya.  La hechicería
está siendo utilizada contra la iglesia y muchos líderes que han fracasado en reconocer
este ataque han sido derrotados, han perdido su visión, su ministerio, sus familias y
muchos aun sus vidas.
En Ef. 6:12 la palabra
“lucha” en el original griego es “lucha cuerpo a cuerpo”. Es la forma más cercana de combatir.

Él enemigo va a pelear, va a luchar
contra nosotros; si decidimos no luchar, hará con nosotros lo que él quiera. ¿Cómo
luchar contra este espíritu de hechicería?  Veamos primero el principio básico que
se requiere para la victoria de la guerra espiritual.

3.-CAMINO A LA VICTORIA
En  Apocalipsis 12:11 se nos
revela que los santos vencieron a Satanás:

1)
Por la sangre del cordero

2) Por la palabra de su testimonio

3) Porque menospreciaron sus vidas hasta la
muerte
Vencemos por la sangre del Cordero
cuando nos mantenemos firmes con respecto a lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz. La
victoria fue ya ganada  por Él y no puede haber manera que perdamos, mientras
permanezcamos en Él.
La palabra de nuestro testimonio es la
Biblia y cada vez que el enemigo nos

ataca debemos responderle como Cristo hizo en el
desierto: La espada es la única arma ofensiva descrita en la armadura de Dios. 
(Ef.6:10-18). Menospreciar nuestra vida significa seguir a Cristo hasta nuestra muerte, no
importando el precio que tengamos que pagar. Hemos sido llamados a cargar nuestra cruz
diariamente, a vivir por causa del Evangelio, a hacer todo por causa de Su Nombre, a no
vivir ya para nosotros;   (Col.2:3; Rom.14:7-9; Mc. 8:35-36).

Mientras más vivamos para nosotros
mismos y más centrados estemos en nuestra persona e intereses personales, más
vulnerables seremos a los ataques del enemigo. Si estamos muertos a este mundo,
¿Qué se le puede hacer a una persona muerta?

A un  muerto no se le puede
ofender, ni tentar; ni el muerto puede sentir ya temor alguno, ni se
puede deprimir, ni ser lastimado. Nadie podrá luchar para ganar si no cree que la
victoria es posible. Muchas enseñanzas se han promulgado en el Cuerpo de Cristo (la
iglesia) de que la iglesia será derrotada al final.  Pero todo el testimonio
profético de la Biblia es que el Señor, la verdad, prevalecerá. Satanás será arrojado
a la tierra (Ap.12) y vendrá con gran ira y muchos santos morirán físicamente a manos
del Anticristo. Pero, sin embargo...¡Ganaremos¡

Cuando las tinieblas comiencen a
cubrir la tierra, el Señor manifestará Su gloria a su pueblo (Is. 60:1-2).  Las
tinieblas sólo harán que la gloria de Dios brille más muerte.

4.-RESISTIENDO A LOS DARDOS DE
SATANÁS
(a).-Desánimo
Él desánimo nunca viene ni vendrá
de Dios... ¡Recuérdalo¡ Dios es el autor de la fe y de la esperanza que nunca nos
desilusionará Dios nos disciplina cuando lo necesitamos, pero nunca nos afligirá con
desánimo (Stgo.3:17). Él desánimo nunca se menciona como “la sabiduría que viene de
lo alto”, ni tampoco es fruto del Espíritu Santo.

Debemos aprender a rechazar el
desánimo inmediatamente y resistir todos los pensamientos relacionados a él. Debemos
resistir..porque

seremos controlados y dirigidos por nuestros pensamientos.


(Sal.27:13-14).
(b).-Confusión
Recordemos que  “Dios no es
el autor de confusión” (1Cor.14:33) y lo que te está atacando no proviene de Él.
Dentro de muchos ejércitos militares, lo primero que se les enseña a los soldados es
saber cómo tratar con la confusión.  Casi no existen batallas donde no haya
confusión; nada saldrá siempre como se planeó y lo mismo sucede en la dimensión
espiritual. El soldado disciplinado que ha comprendido este aspecto de la guerra aprende a
usar a la confusión para su propia ventaja. No permitirá que aumente su desánimo, sino
que comenzará a anticiparlo buscando una oportunidad para ganar ventaja sobre su enemigo.
Debemos esperar y aprender que la confusión forma parte de nuestras batallas y no debemos
dejar sentirnos afectados o sorprendidos por ella.

Nuestra decisión firme de PARARNOS Y
PELEAR disipará rápidamente este Ataque (Ef.6:11-13).

(c).-Depresión
Dios le dio a Caín el mejor remedio
para la depresión (Gen.4:6-7).

Por causa de

que la depresión es usualmente el resultado de
permitir desánimo y confusión

por alejarnos de nuestra diaria disciplina de
leer la Biblia y nuestro tiempo devocional con Dios, el remedio será volvernos a Él con
todo nuestro corazón.
(d).-Pérdida de visión
Este ataque también podemos
convertirlo a nuestra ventaja y usarlo como una  oportunidad.  Cuando comiences
a perder tu visión, dedícate a fortalecerla y afirmarla.

(e).-
Apartamento
En la resiente Guerra del Golfo
Pérsico, la mayor parte de los heridos fueron las reservas o los civiles.  El lugar
más seguro para estar en guerra era el frente de la batalla.

Esto ha sido también la verdad, la
guerra espiritual.  En frente de la batalla no puedes pedirle al enemigo que detenga
la guerra porque te duela la cabeza o porque quieras tomarte un descansito.  En el
frente tú conoces los peligros y nunca bajarás la guarda.  Todo cristiano está en
el frente de batalla, le guste o no le guste.  Es cuando comenzamos a considerarnos
"civiles" y no soldados, cuando nos volvemos vulnerable al ataque enemigo. 
Tampoco formamos parte de las "reservas".  Existen ocasiones en la guerra
cuando se necesitan tomar retiradas estratégicas.  Existen momentos cuando estamos
demasiado cansados or nuestra entrega a la obra de Dios y necesitamos continuamente volver
a "cargar nuestras baterías".  Pero esto serán excepciones y no las
reglas.
Cuando nos apartamos por las
anteriores circunstancias, debemos arrepentirnos y volver a la batalla. Existe una
diferencia entre apartarse y detenerse para arrepentirse. Apartarse trae consigo la
derrota; detenerse para arrepentirse es sólo un tiempo de ajuste que nos preparará para
victorias futuras

 (I Cor. 15:57; Rom. 8:37; 2 Cor. 2:14).

(f).- Desesperación
La primera cosa que
dijo Dios acerca del varón al principio de la creación fue que: "No es bueno que
esté solo" (Gen. 2:18).  Somos criaturas sociales y cuando nos apartamos del
compañerismo de la iglesia, caeremos en la desesperanza y desesperación.  Es en
este momento cuando debemos regresar al Señor, a los hermanos y a la iglesia

(Ap. 2:4-5).




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PARA EL MUNDO, A.R.

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