sábado, 25 de marzo de 2017

Las Biblias de Sefarad.

Las Biblias de Sefarad.











































La Biblia hebrea


Biblia hebrea. Manuscrito en Sefardí s.XIV




Uno de los propósitos de mi
última visita a Madrid era visitar, en la Biblioteca Nacional, una exposición
de las Biblias Safarad. Para los no iniciados os diré que Sefarad es la palabra hebrea con la que se denominaba a la
Península Ibérica, a España. De aquí que los judíos que vivían en España se les
denominara Sefardies.

Los libros hebreos que se
produjeron durante la Edad Media en Sefarad constituyen uno de los logros
culturales más importantes de los judíos en la Península Ibérica. Se copiaron
libros de todo tipo, desde la Torah hasta libros de ciencia.



Una de las Biblias allí
expuestas me llamó la atención por su extraordinaria ornamentación. Se
trataba de La Biblia Hebrea. Para no dejarme nada atrás de esta obra de arte
escrita cito textualmente los comentarios de Carlos del Valle Rodríguez (Catálogo
descriptivo de los manuscritos hebreos, Madrid 1986) y Javier del Barco,
comisario de esta exposición:




Biblia Hebrea



S. XIV–XV.

Ix + I (antigua) + 478 + V ff. Pergamino. Iluminado.

313 x 230 mm; caja de escritura: 252 x 170 mm; 2 cols.

Madrid, Biblioteca nacional de España, VITR/26/6.

Esta biblia completa fue concebida y producida como un
objeto de lujo a finales del s. XIV o en el s. XV. Presenta escritura sefardí
cuadrada y va acompañada de numerosas iluminaciones. Los motivos ornamentales
de esta elaborada biblia están basados en el uso de una decoración de lazo, que
muchas veces se prolonga en los márgenes, en colores variados, entre que los
dominan el azul, el granate y el oro. Esta va acompañada de motivos
zoomórficos, como aves, zorros y otros animales. En el Pentateuco (ff. 2v–24r)
las perícopas están indicadas con una peh dorada y con la iluminación de la
primera palabra en oro sobre fondo azul o granate. Este mismo tipo de
decoración se utiliza en la primera palabra de cada libro, excepto en
Lamentaciones (f. 410v), donde aparece precedida por un rectángulo ornamental
que enmarca las no- tas masoréticas al final del libro anterior. Los Salmos
presentan en el margen lateral externo una opulenta iluminación que incluye la
numeración del salmo correspondiente. 
Además de este tipo
de ornamentación que se repite a lo largo de todo el códice, esta biblia hebrea
es uno de los raros casos en que se incluye una decoración narrativa.
Efectivamente, en el f. 326v, al principio del libro de Jonás, se contempla una
delicada decoración marginal de tipo italianizante que representa una pequeña
embarcación en la que, según el relato del profeta, Jonás salió de Yafo hacia
Tarsis para rehuir el mandato divino que le obligaba a profetizar en Nínive.
Este motivo concreto del libro de Jonás se encuentra únicamente en la llamada
Biblia de Cervera (Lisboa, Biblioteca Nacional de Portugal, ms. il. 72) y en la
primera Biblia de Kennicott (Oxford, Bodleian Library, ms. Kenn.1)
(Kogman-Appel 2004, 122), además del caso aquí descrito.
Poco se sabe de la
historia del códice dada la ausencia de anotaciones, excepto una mención del
nombre Maimón en el f. 1r. Es posible que esta sea una referencia a un antiguo
poseedor del manuscrito, aunque no puede afirmarse con seguridad ya que no hay
ninguna otra indicación. La factura italiana de los motivos ornamentales
sugiere la producción italiana del códice o la ejecución de las iluminaciones
por un artista italiano. La biblia fue comprada por la Biblioteca nacional de
España al convento de Santo Tomás de Ávila en 1737, como consta en el Libro en
que se sientan los libros que se compran para la Real Bibliotheca de S. Magestad (Madrid, Biblioteca Nacional de
España, MSS/18841). 
Para conocer más de
esta exposición ver esta web: 




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    1. La imposición de la fecha.



      Templo Mitraico


      El encargo de la fecha.






      Escuchad, yo os desvelaré el
      sorprendente misterio del gran rey que ha de venir al mundo. Cuando se cumplan los
      tiempos será concebido un niño y formado completamente en el seno de una virgen
      sin haber tenido contacto con hombre alguno”
       Oráculos de
      Histaspes, Zaratrusta siglo II a.C.

      Esta fue
      la revelación hecha a Zaratrusta por Aura Mazda. Al final de este artículo le
      daréis sentido a esta revelación.
      Muchos
      años después de la muerte de Jesús, en el siglo VI, la Pascua no era
      coincidente en los dos grandes centros de la cristiandad, Alejandría y Roma. En
      aquellos días los años se contaban de las siguientes formas:
      ·        
      El
      calendario lunar.
      ·        
      El
      calendario solar.
      ·        
      El
      calendario mixto luni-solar
      Y dentro
      de estos calendarios los años se podían computarse:
      ·      
      Desde
      la creación del mundo, para lo judíos.
      ·       Desde
      la fundación de Roma, según los romanos.
             
      Desde
      el año de la subida al trono del emperador Diocleciano (La era de Diocleciano).
      O
      también:
      ·        
      Por
      ciclos de 19 años (Creado por Mentón de Atenas).
      ·        
      Por
      ciclos de 95 años (Usual en Alejandría).

      Una de
      los cómputos más generalizados era el de los ciclos de 95 años que el patriarca
      Cirilo de Alejandría tomó para, así, hacer coincidir la Pascua. Este calendario
      se iniciaba en el principio de la era diocleciana.
      Visto
      este galimatías de fechas el Papa Juan I, papa del 523 al 526, encargó a un
      monje escita la no fácil tarea de unificar las fechas para hacer coincidir la
      Pascua en todo el mundo cristiano. Se puso manos a la obra Dionisio y en un
      momento de sus estudios en estas cuestiones de cronología, tuvo una gran
      ocurrencia. ¿Por qué los cristianos tenían que enumerar sus años según el
      reinado de un emperador pagano, que además había sido un cruel asesino de los
      creyentes? ¿Por qué no contar los años comenzando desde el momento en el que
      Jesús había iniciado su vida terrenal?
      La idea
      le pareció muy acertada y tomó como fecha del nacimiento de Jesús el 25 de
      Diciembre. Tradición que se había popularizado desde un siglo atrás con el fin
      de quitar protagonismo al culto del dios Mitra, que contaba con muchos
      seguidores desde la formación del imperio romano. El mismo Augusto (emperador
      del 27 a.C al 14 d.C) llevaba en su armadura su 
      esfinge. También fue adorado por Constantino el Grande (emperador de
      Roma desde el 306 hasta 337).
      Así,
      pues, Dionisio acabó su obra Sobre la
      Pascua
      en el año 525 donde se fijaba como fecho oficial del nacimiento de
      Jesús-Cristo el 25 de diciembre del año 0 y a partir del día 1 de Enero del año
      siguiente se empezarían a contar los años de la nueva era cristiana.
      De esta
      forma el dios pagano Mitra se le fue quitando protagonismo y culto, hasta que
      siglos después se convirtió en un dios desconocido y que nadie sabía de su
      existencia. La mitología del dios Mitra es muy interesante, ya que tiene muchos
      paralelismos con el mito de Cristo. Mitra, según la mitología, nació en una
      cueva y fue concebido de una virgen. Quizás se han mezclado y conservado a
      favor del nuevo mito. De esta forma la cita que abre este texto tiene su
      sentido si la comparamos con la anunciación de Cristo.
      Resumiendo,
      decir que la fecha del nacimiento de Jesús, como hemos dicho, fue impuesta por
      el canon de la iglesia de Roma para corregir errores de fecha y ocultar el
      culto a Mitra.
                                                                                                                                    

      ©Alfonso García2012



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    2.  La verdad sobre nacimiento de Jesús I



      LA NAVIDAD. La mentira hecha verdad.





      Adoración de los magos- Leonardo Da Vinci

      La palabra navidad viene del latín nativĭtas, que significa
      nacimiento. La Navidad, para los cristianos, es la fiesta de
      conmemoración del nacimiento de Jesús de Nazaret. Pero, ¿sabemos el año,
      el día y su lugar de nacimiento? Comencemos a desliar la madeja de los
      evangelios del nuevo testamento. En primer lugar, hacer notar que, de
      los cuatro evangelios canónicos (oficiales) solo dos de ellos nombran el
      nacimiento de Jesús. Ya empieza mal el asunto. Estamos hablando de los
      evangelios según San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan. Bueno eso
      de según es un decir, ya que ninguno de ellos escribió ni una palabra de
      estos evangelios; pero eso es otra historia.
      Comenzamos por la primera alusión al nacimiento de Jesús. Esta la vemos en el evangelio de Mateo (Mt. 2, 1) que nos dice: “Nació Jesús en Belén de Judea en los días del rey Herodes…” 
      Sabemos por la historia romana que Herodes el Grande murió en el año 4
      a.C. Ya tenemos el primer problema: ¡Jesús nació antes que Cristo!
      Herodes estuvo casi un año postrado en la cama con dolores tremendos. Si
      Herodes encargó ejecutar a los inocentes debió ser, al menos, un año o
      dos antes de su muerte. Ahora tenemos que sumas dos años al nacimiento
      de Jesús. Además, empezamos a contar los años a partir del año 1 que es
      el año siguiente al mes del nacimiento de Jesús. Y, cuando nació, sería
      el año 0. Por lo que, ya tenemos que según este computo de Mateo, Jesús
      nació  en el año 6/7 a.C.
      La segunda alusión al nacimiento de Jesús la encontramos en el evangelio de Lucas (Lc. 2, 1-7) que nos dice: “Y
      sucedió en aquellos días que salió un decreto de Augusto César para que
      todo el mundo fuera censado. Este primer censo tuvo lugar siendo
      procurador de Siria Cirinio (Quirino). Y todos se pusieron en marcha
      para ser censados, cada uno a su propia ciudad. Y también subió José
      desde Galilea de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David,
      que se llama Belén, por ser él de la casa y linaje de David, para ser
      inscrito con María, la casada con él, estando encinta. Y sucedió que,
      mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días para que diera a
      luz, y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo
      acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el mesón”.
      Sabemos
      por el historiador judío Flavio Josefo (Cf. Antigüedades Judías libro
      XVII, cap. 349) que el emperador Augusto (del 27 a.C. al 14 d.C.) nombró
      gobernador de Siria a Cirinio en el  año 6 d. C.  Y en este mismo año
      se le ordenó hacer el censo de la población en Judea, que le había sido
      arrebatada al Arquelano hijo de Herodes el Grande. Por lo tanto, según
      el evangelio de Lucas Jesús nació en el año 6/7 d.C.
      Entre un Mateo y Lucas tenemos ya diferencia de entre 10 y 12 años.
      Entonces, ¿qué fecha es la verdadera? A mi parecer, después de todo lo
      leído, ninguna es cierta. Téngase en cuenta que lo que celebramos es el
      nacimiento de Cristo y esto fue impuesto más tarde.  Que los años se
      cuentan a partir del nacimiento de Cristo y no de Jesús. Y el nacimiento
      de Cristo se impuso más tarde a toda la comunidad cristiana.
      Aquí empieza el dilema de la fecha que nos han dado como  oficial del
      nacimiento de Jesús-Cristo, el 25 de Diciembre del año 0. Y a partir de
      ahí se cuentan los años.
      En la próxima entrega veremos la luz al dilema de la fecha oficial.


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    3. La Biblia hebrea


      Biblia hebrea. Manuscrito en Sefardí s.XIV




      Uno de los propósitos de mi
      última visita a Madrid era visitar, en la Biblioteca Nacional, una exposición
      de las Biblias Safarad. Para los no iniciados os diré que Sefarad es la palabra hebrea con la que se denominaba a la
      Península Ibérica, a España. De aquí que los judíos que vivían en España se les
      denominara Sefardies.

      Los libros hebreos que se
      produjeron durante la Edad Media en Sefarad constituyen uno de los logros
      culturales más importantes de los judíos en la Península Ibérica. Se copiaron
      libros de todo tipo, desde la Torah hasta libros de ciencia.



      Una de las Biblias allí
      expuestas me llamó la atención por su extraordinaria ornamentación. Se
      trataba de La Biblia Hebrea. Para no dejarme nada atrás de esta obra de arte
      escrita cito textualmente los comentarios de Carlos del Valle Rodríguez (Catálogo
      descriptivo de los manuscritos hebreos, Madrid 1986) y Javier del Barco,
      comisario de esta exposición:




      Biblia Hebrea



      S. XIV–XV.

      Ix + I (antigua) + 478 + V ff. Pergamino. Iluminado.

      313 x 230 mm; caja de escritura: 252 x 170 mm; 2 cols.

      Madrid, Biblioteca nacional de España, VITR/26/6.

      Esta biblia completa fue concebida y producida como un
      objeto de lujo a finales del s. XIV o en el s. XV. Presenta escritura sefardí
      cuadrada y va acompañada de numerosas iluminaciones. Los motivos ornamentales
      de esta elaborada biblia están basados en el uso de una decoración de lazo, que
      muchas veces se prolonga en los márgenes, en colores variados, entre que los
      dominan el azul, el granate y el oro. Esta va acompañada de motivos
      zoomórficos, como aves, zorros y otros animales. En el Pentateuco (ff. 2v–24r)
      las perícopas están indicadas con una peh dorada y con la iluminación de la
      primera palabra en oro sobre fondo azul o granate. Este mismo tipo de
      decoración se utiliza en la primera palabra de cada libro, excepto en
      Lamentaciones (f. 410v), donde aparece precedida por un rectángulo ornamental
      que enmarca las no- tas masoréticas al final del libro anterior. Los Salmos
      presentan en el margen lateral externo una opulenta iluminación que incluye la
      numeración del salmo correspondiente. 
      Además de este tipo
      de ornamentación que se repite a lo largo de todo el códice, esta biblia hebrea
      es uno de los raros casos en que se incluye una decoración narrativa.
      Efectivamente, en el f. 326v, al principio del libro de Jonás, se contempla una
      delicada decoración marginal de tipo italianizante que representa una pequeña
      embarcación en la que, según el relato del profeta, Jonás salió de Yafo hacia
      Tarsis para rehuir el mandato divino que le obligaba a profetizar en Nínive.
      Este motivo concreto del libro de Jonás se encuentra únicamente en la llamada
      Biblia de Cervera (Lisboa, Biblioteca Nacional de Portugal, ms. il. 72) y en la
      primera Biblia de Kennicott (Oxford, Bodleian Library, ms. Kenn.1)
      (Kogman-Appel 2004, 122), además del caso aquí descrito.
      Poco se sabe de la
      historia del códice dada la ausencia de anotaciones, excepto una mención del
      nombre Maimón en el f. 1r. Es posible que esta sea una referencia a un antiguo
      poseedor del manuscrito, aunque no puede afirmarse con seguridad ya que no hay
      ninguna otra indicación. La factura italiana de los motivos ornamentales
      sugiere la producción italiana del códice o la ejecución de las iluminaciones
      por un artista italiano. La biblia fue comprada por la Biblioteca nacional de
      España al convento de Santo Tomás de Ávila en 1737, como consta en el Libro en
      que se sientan los libros que se compran para la Real Bibliotheca de S. Magestad (Madrid, Biblioteca Nacional de
      España, MSS/18841). 
      Para conocer más de
      esta exposición ver esta web: 




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    4.  Antecedentes al mito de Cristo. El Mazdeismo o Zoroastrismo


      Nos han querido hacer creer que la
      religión cristiana es una religión nueva, nacida de Jesús de Nazaret.
      Esto es incierto y poco acertado pensarlo, habida cuenta de que ninguna
      de la religiones conocidas es espontánea, sino al contrario. Todas y
      cada una de ellas han seguido una adaptación de ritos y cultos más
      antiguos. El cristianismo no está exento de estas peculiaridades. Ya
      indicamos anteriormente los parecidos entre el rito de Isis. Donde Isis,
      la diosa madre engendra a Horus, hijo este de Osiris; sin contacto
      sexual. Por lo tanto, este rito se asemeja demasiado al mito de Cristo.


      Pero uno de los que más me llamó la atención estudiando a las religiones antiguas fue en la religión Mazdeista,
      creada por el profeta Zoroastro o Zaratrusta. Este profeta nació entre
      el año 1.000 y el 600 a.C. Esta religión o credo tiene como dios supremo
      a Ahura-Mazda, el creador, el bien, la inteligencia, el camino hacia la luz. Pero como creadores del universo están Spenta Mainyu que elije la luz y Andra Mainyu
      que elije la oscuridad. Esta religión era la practicada por los persas y
      por supuesto por el Alejandro Magno. Una vez caído el imperio persa,
      este credo se transformó o evolucionó, creándose al dios Zurvan (el zurvanismo), personificación del tiempo infinito y que antecede a Ahura-Mazda. De
      él nacieron dos dioses que no eligieron el bien o el mal, sino que por
      naturaleza uno era bueno y otro malo. El primero en crearse fue Ahrima, dios del mal y después  Ohrmazd, dios del bien. Este último fue el creador del mundo, de esta forma aparece el dualismo divino y cósmico.
      Pero el dios del mal es anterior a la
      creación, con lo que el hombre y su mundo no son otra cosa que un
      intento de librarse de algo que es innato al mundo, el mal. Como el mal ha nacido antes que el universo, la guerra no podrá acabar hasta que venza el bien y se restablezca infinitamente. Para este momento se necesita un salvador. Este es Saosyant (el redentor-salvador). Y entramos en lo que de verdad nos interesa. Saosyant será el encargado de restaurar el reino de Ohrmard (el bien) por lo que no puede ser un hombre normal y corriente, ha de poseer los poderes místicos de los salvadores, a saber:
      1.     Ha
      de nacer de una virgen. Según nos cuenta el Avesta (Libros sagrado del
      Mazdeismo) el esperma del gran profeta Zaratrusta está conservado en un
      lago. La joven virgen se baña en este lago y es fecundada por el esperma
      de Zaratrusta.
      2.     Ha de ser hijo legítimo de Zaratrusta. Con la fecundación de la virgen, al nacimiento de Saosyant garantiza que este es hijo legitimo del gran profeta.
      3.     Vendrá a realizar el gran juicio, el juicio final e instaurará un mundo nuevo.
      Después de lo visto, vemos claramente de
      donde viene al cristianismo la idea de la concepción virginal y del mito
      de Cristo. Así es mi intención diferenciar al Jesús histórico, hombre
      nacido en Nazaret en el siglo I de nuestra era y al mito Cristo, creado
      por Pablo de Tarso.
      Continuaremos. Veremos la relación entre el mito de Cristo y el mito de Mitra.


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    5. Comenzamos aquí la andadura de separación del Jesús histórico y el Cristo del mito cristiano. ( Parte I ).

      La distinción entre el hombre y el mito.
      No
      piensen los lectores que he cometido una incorrección al separar a
      Jesús de Cristo. No, lo he hecho a propósito, porque así como lo he
      separado con el arte de la escritura debemos separarlo de una vez por
      todas en nuestras mentes. Y me explico. Desde que el hombre es un ser
      consciente, ha intentado explicar lo inexplicable, ha intentado dar
      sentido a la muerte, ha inventado seres que hicieran posible lo que
      nadie sería capaz de hacer, en definitiva, lo que si se puede afirmar es
      que el hombre ha creado a los dioses, pero todavía esta por probar si
      los dioses han creado a los hombres.


      Dicho esto debemos fijarnos en las religiones que fueron antecesoras al
      cristianismo, donde en cada una e estas se crearon seres míticos, dioses
      y semidioses, a los que el pueblo llano adoraba y creían firmemente que
      existían. Si pudiéramos preguntarle a un egipcio de de la XIII Dinastía[1]
      (1750 a 1650 a de C.) sobre la existencia del dios Ra, nos diría sin
      dudar ni un solo momento que existía y nos contaría su historia y que
      moraba en el Sol que era lo que había creado todo. En esta,
      aproximadamente, se empezó a gestar de una forma datada la idea del
      juicio a los muertos. Los antiguos egipcios creían que al morir se
      pasaba a otra vida, por eso se embalsamaban los cuerpos, para haceros
      imperecederos. Una vez muertos y embalsamados le dejaban abundantes
      víveres en la tumba para el viaje a la vida eterna. Pero antes de subir a
      la barca que les trasladaría hacia Ra, tenían que pasar por una especie
      de juicio, el corazón del difunto se pesaba, en un lado de la balanza
      estaba el corazón del difunto, en el otro lado la pluma de la diosa Meet
      (la verdad). Este pesaje era contemplado por Anubis (representado con
      rostro de chacal), Osiris (representado como el dios barquero, el que
      guía la barca) y por el Ammit, un ser monstruoso formado con los cuerpos
      de los seres que más temían los antiguos egipcios, a saber: el
      cocodrilo, el león y el hipopótamo. Si la balanza caía al lado de la
      pluma de Meet, el viaje continuaba, si la balanza se inclinaba hacía en
      lado del corazón ya pueden los lectores hacerse una idea para que estaba
      presente Ammit. Pero el mito que más me ha llamado la atención del
      antiguo Egipto es el del dios Osiris. Osiris, según el mito, gobernó
      Egipto al principio de los tiempos, estaba casado con Isis (la diosa de
      la maternidad, la diosa madre), su gobierno fue próspero y de de
      abundancia. Osiris tenía un hermano llamado Seth, que tenía envidia por
      no ser él el rey de Egipto. Cierto día preparó un gran banquete y con
      unos pocos de aliados, despedazaron a Osiris y lo echaron a río Nilo. A
      partir de aquí su mujer, Isis, buscó cada pedazo de cuerpo de su amado,
      los encontró todos menos los genitales. Y rezando a los dioses Osiris
      regresó a la vida momentáneamente para engendrar sin contacto sexual a
      su hijo llamado Horus. Fue, por tanto una concepción virginal.  Me
      imagino que a los lectores les sonará de algo esta trinidad.
      La balanza. El juicio egipcio
      Seguiremos en breve recorriendo los mitos más antiguos. Los que precedieron a los mitos del lo que hoy se llama la crístología.
      Alfonso García





      [1] La XIII dinastía egipcia o Reinado Medio, esta datada entre el 1750 y el 1650 a C. Hace casi 4.000 años.


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    6. La Última Cena de Leonardo Da Vinci.





         Desde
      que era niño, mi padre me enseño a leer su biblia de color verde que se
      posaba en su mesita de noche como parte de él, como una prolongación de
      su yo. Recitaba los pasajes de Marcos, Mateo y Lucas en cada momento de
      nuestra existencia. Escuchar de boca de mi padre un pasaje de la biblia
      me hacia sentir tranquilo, por la seguridad y el aplomo con que salia
      de su boca. Cuando me quedaba a solas intentaba leer algo de esa biblia
      con las paginas oscurecidas del uso y del paso del tiempo y buscaba
      algunas de las frases que escuchaba decir a mi padre, casi nunca las
      encontraba. No podía entender el por qué de tantos numeritos encima de
      las letras. Después de pasar muchas páginas encontré una que decía
      "Evangelio según San Mateo" y leí lo que más me sonaba que ponía "La
      adoración de los magos" enseguida relacione con lo reyes magos, los que
      traían los juguetes. Aquello fue todo un descubrimiento y antes de
      empezar a leer estaba como si hubiese descubierto un tesoro. ¡Tenia en
      mis manos como saber lo de los reyes magos! Vaya, pero empiezo a leer y
      solo decía que Jesús nació en Belén en tiempos de Herodes el Grande y
      que llegaron la cueva donde nació Jesús unos magos y le dieron
      presentes, y que Herodes se enfado y quería matar  todos los
      primogénitos incluido a Jesús. No entendía nada de nada, yo en el
      colegio había oído que Herodes era un tipo muy malvado y que Jesús nació
      en un pesebre y que le dieron calor una vaca y un burro, y aquí no
      ponía nada de los reyes magos, ni del pesebre, ni de los animales. Dejé
      la biblia en su sitio y seguí con mis juegos infantiles. Espera a mi
      padre para que me explicara lo que había leído, pero llego más tarde de
      lo usual  y mi madre me mando a dormir.
        
      Entre sueños, mi imaginación infantil, creo el escenario de la muerte
      de los inocentes. Un tropel de caballos montados por  guerreros armados
      con espadas mataban a los niños en los brazos de sus madres y se oían
      los gritos de desesperación, llantos, gentío corriendo de aquí para
      allá. De un salto respondí a una voz que decía: Alfonso despierta!!
      Estaba aterrado, abrí los ojos. Era mi padre, al que llorando me abracé y
      me consolaba diciendo: ¡Ya esta hombre! Parece que has visto un
      fantasma. Aquella noche dormí entre mi padre y mi madre. El evangelio
      según San Mateo me resonaba cada minuto y no lo olvide. 


        
      Muchos años pasaron y cada vez que veo "Evangelio según San Mateo" me
      da un escalofrío por la espalda. Ahora que han pasado mas de cuarenta
      años de esa anécdota y más de veinte de murió mi padre lo conmemoro con
      mis hijos y mi mujer en cualquier tertulia. Y nunca, quizás en su
      recuerdo, he dejado de leer capítulos de la Biblia. Cierto día percibí
      la poca información que nos daban los Evangelios de la vida de Jesús,
      dónde nació, donde vivió hasta los treinta años, en que escuelas se
      educó. Nada había en los Evangelios. Ni de su personalidad, ni de su
      estatura, ni el color de su pelo. ¿Por qué tan poca información de
      alguien tan importante, según la iglesia cristiana? Esta pregunta
      resonaba en mi cabeza todos los días hasta que decidir, no leer la
      biblia, sino estudiarla. Estudiar a los exegetas del Nuevo Testamento,
      leer cuanto caía en mis manos sobre los estudios de la vida de Jesús de
      Nazaret. En fin buscando queridos lectores,  la verdad sobre el
      personaje histórico, sobre el hombre que vivió en el siglo I de nuestra
      era llamado Jesús de Nazaret. Pero ¿donde empezar a buscar en este vasto
      mundo donde se mezcla lo divino con lo humano, la realidad y la fe, lo
      que debes decir y lo que no? Y la verdad esta escrita y escrita estará
      por lo siglos de los siglos, solo hay que saber encontrarla. Por lo que
      os invito a seguir este blog donde os iré dando las claves de las
      verdades ocultas, a fin de que todos los lectores sepan y sean libres en
      su pensamiento. La verdad es libertad y quien la coarte encontrará su
      final. Amén (del Latín tardío amen,que significa así sea).




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    7. La creación de Cristo (el ungido)  por Pablo de Tarso. (I)
      Desde
      que Pablo de Tarso (San Pablo) escribió sus famosas y atractivos cartas
      de predicación después de su arrepentimiento por asesinar a los
      seguidores del maestro Jesús de Nazaret (los llamados Nazarenos).
      Inventó toda la teología del cristianismo basándose en un maestro judío
      llamado Jesús de Nazaret. Pero sobre todo hizo mucho hincapié en la
      pasión y muerte de éste. Dando la muerte del maestro judío como el
      sacrificio a Dios para el perdón de los pecados de los demás que
      siguieran las ideas de Pablo. Como sabéis en aquella época se ofrecían
      sacrificios de animales a Yahvé, con el fin de perdonar los pecados del
      que sacrificaba al animal, las partes de la grasa y vísceras se quemaban
      y la sangre se extendía por el altar. Esto se llamaba el holocausto. Se
      practicaba, sobre todo, en las tres fiestas judías más relevantes, la
      Pascua, la de los Tabernáculos y la de fin de año. Era ley para los
      judíos, así se nos dice en el Antiguo Testamento: “Digo Yahvé a Moisés:
      tres veces al año celebrareis fiesta solemne en mi honor” (Éxodo 23, 14 y
      ss.).
      Esta
      es la forma que Pablo escogió el holocausto para que los judíos
      entraran en su nueva religión, Jesús (el cordero) era sacrificado para
      el perdón de los pecados de los creyentes. De esta forma Pablo se
      apodera del concepto sacrificio, con la muerte de un maestro judío.
      Además del concepto apocalíptico que Pablo proclamó a los cuatro
      vientos.
      Todo
      lo que me lleva a preguntar, ¿es la Pasión un hecho histórico o un
      concepto teológico añadido por Pablo de Tarso? La pasión y muerte del
      Galileo, llamado Jesús, no tiene constatación histórica, solo sabemos de
      esta cuestión lo que nos dicen los evangelios, y estos fueron escritos
      mucho después de la muerte de Jesús y todos, excepto Juan, eran con casi
      toda seguridad discípulos de Pablo. Lo que a continuación leeréis es
      fruto del estudio concienzudo de los evangelios, así como de las escasas
      fuentes históricas de las que he podido beber.
      Jesús
      el de Nazaret, era judío, devoto de las leyes y mandamientos judíos; y
      por su puesto no creo ninguna religión. Fue discípulo del que debió de
      ser el mesías (el salvador del pueblo judío), del que todo el mundo
      decía que tenía al profeta Elías dentro de si, hablo de Juan el
      Bautista. Juan lo eligió como su preferido y así lo anunciaba en la
      purificación en el Jordán: “Yo os bautizo mediante agua para el
      arrepentimiento (se refería a los otros), pero el que viene tras de mi es más poderoso que yo...” (Mateo 3, 11).
      De
      esta forma una vez, asesinado Juan el Bautista por orden de Herodes
      Antipas (hijo de Herodes el Grande), Jesús toma las riendas de los
      seguidores de Juan, donde había de todas clases sociales y de todas las
      sectas que compartían el espacio religioso de Israel del siglo I.






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    8. La Virgen de las rocas-Leonardo da Vici

      (1ª versión - 1486)

      Museo del Louvre, Par
      ís
      Israel
      siglo I, año 30 ó 35 de nuestra era. En aquel momento Israel era un
      territorio mas del imperio romano gobernado por lo hijos de Herodes el
      Grande, Herodes Antipas y Arquelao, excepto Palestina que era provincia
      romana desde la destitución de Arquelao en el año 5 d.C. El emperador
      Tiberio (14 al 37 d.C.) nombro gobernador de Palestina a Poncio Pilatos
      en el año 26 d.C. Era una época tumultuosa y de continuos conflictos.
      Los judíos veían a los romanos como invasores y opresores. A pesar que
      de se les dio libertad para reunirse y celebrar sus actos religiosos,
      los romanos eran unos extranjeros para ellos y los consideraron siempre
      como los enemigos, los invasores de la tierra prometida, la tierra del
      rey David. Aquí ejerció sus enseñanzas Jesús de Nazaret, como un fariseo
      más. Los fariseos, eran en este tiempo los maestros de la Ley y de la
      religión judía y eran llamados por sus seguidores maestros (Rabí en
      hebreo), coexistían por todo Israel, y cada uno de ellos tenía sus
      propios discípulos y seguidores. Cuando se encontraban en el mismo lugar
      luchaban verbalmente por dar veracidad de su interpretación de la Ley
      de Moisés. Ellos aplicaban a la vida cotidiana lo escrito en las
      sagradas escrituras, lo que nosotros conocemos por el antiguo
      testamento. Estos libros contenían para el judío de esta época su forma
      de gobierno y su religión. Podemos decir sin equivocarnos que el libro
      sagrado o Pentateuco (los cinco libros compuestos por Moisés), regían la
      vida política y religiosa del siglo I. Jesús era un judío practicante y
      muy devoto, ¿Cómo, sino, enseñar a sus compatriotas a comprender los
      libros sagrados del judaísmo? Hacer notar en este punto que cuando Jesús
      predicaba por Israel y más concretamente en Jerusalén el cristianismo
      no se había ni tan siquiera gestado. Él no podía ser cristiano porque ni
      existía este movimiento, ni lo fundó, ni se apartó, en ningún momento,
      de la religión judía y murió alabando a su único Dios, Yahvé.
      La Virgen de las Rocas
      Leonardo da Vinci.
       
      Por lo tanto ya tenemos un dato claro, Jesús de Nazaret era judío y perteneciente a los maestros de la Ley, los fariseos.
      Claro
      que dicho esto os preguntareis ¿Por qué se critica a los fariseos en el
      Nuevo Testamento siendo Jesús uno de ellos? La respuesta está, como
      siempre en la historia. Sabemos por Flavio Josefo (Historiador judío del
      siglo I) y mas concretamente por sus escritos, Antigüedades de los
      judíos y la Guerra de los judíos, que estos se alzaron en armas contra
      los romanos en el año 66 d.C. Esta guerra que duro hasta el año 70 d.C.
      fue una guerra sangrienta y desmesurada, la maquina de guerra romana
      aplastó a los rebeldes judíos. Los romanos comandados por el futuro
      emperador Tito, arrasaron Jerusalén en el más amplio sentido de la
      palabra, destruyeron el templo y, según nos cuenta Josefo los
      crucificados en las afueras de Jerusalén se podían contar por miles. Los
      romanos destruyeron todo lo que significaba judaísmo. A partir de este
      momento, los judíos se quedaron sin su simbología religiosa y sin su
      poder político, prácticamente estaban aniquilados.
      A
      partir de esta guerra, los nuevos movimientos religiosos empezaron a
      engendrarse, siempre separándose de los judíos por temor a la máquina de
      matar romana. Y en este momento, aproximadamente en el año 71, se
      escribió el primer evangelio, el evangelio según San Marcos. Escrito por
      autor o autores que desconocemos. El autor de este evangelio,
      posiblemente fue seguidor o discípulo de Pablo de Tarso por su tradición
      en la institución de la Eucaristía (Ver carta de San Pablo a los 1
      Corintios 11, 23-26). Bajo esta perspectiva, el autor de evangelio de
      Marcos se alejaba de la religión judía, pero sin perderla. Es lo que
      llamamos el judeocristianismo. Había que reinventar la religión judía.
      Una religión que atrajera los gentiles y a los perdedores de la gran
      guerra del 66 d.C.
      Los
      siguientes evangelios según San Mateo y San Lucas son una copia con
      añadidos de este primero de Marcos. Estos evangelios se escribieron en
      torno al año 80 el de Mateo y en torno al año 90 el de Lucas. Por tanto
      ninguno de los autores de los evangelios convivió ni conoció a Jesús de
      Nazaret. Todo lo escrito en ellos puede que sea un tratado teológico
      para dar arranque a una nueva concepción de la religión, basados todos
      en la llamada fuente Q. Escrita hacia el año 50 d.C. y que de forma
      sinóptica nos describe las palabras de Jesús en su predicación y
      enseñanzas judías.
      Y
      por ultimo nombrar el evangelio según San Juan, este no tiene nada que
      ver con los anteriores y nos presenta a un Jesús místico que nos lleva
      al conocimiento gnóstico. Así comienza: “En el principio estaba la
      Palabra, y la palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Esta
      estaba en el principio con Dios. Todo surgió mediante ella, y sin ella
      nada surgió. En ella había vida, y la vida era la luz de los hombres; y
      la luz brilla en la oscuridad, y la oscuridad no la atrapó.”(Juan 1,
      1-5). Esta clara alusión a la gnosis (conocimiento en griego) no la
      reconocimos hasta encontrar los manuscritos de los evangelios apócrifos
      (prohibidos por el canon) en Nag Hammadievangelios de los cuatro
      evangelistas impuestos por el canon, si no que existieron varias ramas
      de lo que llamamos cristianismo, y los gnósticos eran otro grupo, bien
      formado y estructurado de entre los primeros cristianos. Estos
      manuscritos, en su mayoría, escritos en copto (dialecto griego) y
      enterrados por estos cristianos por el temor a que fuesen quemados por
      los otros cristianos vencedores, han sobrevivido tal y como lo
      escribieron en el siglo II hasta nuestros días sin ninguna injerencia de
      los poderes eclesiásticos. Por lo tanto son textos que debemos tener
      muy en cuenta a la hora de estudiar la génesis del cristianismo.
      Mas
      tarde, aproximadamente, en 1975 un pastor egipcio encontró uno de los
      manuscritos gnósticos más importantes, el evangelio de Judas. Donde
      Judas aparece como el elegido por Jesús, su discípulo más cercano y el
      que llevo a cabo el deseo de Jesús, sacrificar su carne para devolver su
      “Luz” al lugar de donde había partido.
      Tanto
      en los evangelios canónicos como en los apócrifos, los autores tratan
      de que sus seguidores se alejen de los sacerdotes y maestro judíos,
      dando un sentido nuevo a las palabras de Jesús. Con criticas hacia los
      fariseos, con criticas a los sacerdotes judíos- esto llevo en demasiadas
      ocasiones a los cristianos al antisemitismo-. Tal es el caso que en
      todos los evangelios se nos dice que a Jesús lo juzgaron los poderes
      judíos, representados por el sanedrín y que fueron los sacerdotes judíos
      los que lo apresaron.”Llegada la mañana, todos los sumos sacerdotes y
      ancianos del pueblo celebraron un consejo contra Jesús para condenarlo a
      muerte; y tras encadenarlo lo llevaron y entregaron a Pilatos el
      procurador” (Mt. 27, 1-2) (Lc. 22, 1-2). Los estudiosos coinciden todos,
      en que Jesús fue juzgado y condenado a muerte en la cruz por los
      romanos como rebelde judío. Tengamos en cuenta que Poncio Pilato
      representaba al imperio romano y cualquier resquicio de insurrección era
      castigado con dureza y con la muerte en la cruz del cabecilla del
      movimiento. Este fue el caso de Jesús, todos sus seguidores lo llamaban
      salvador y liberador del pueblo judío de la estirpe del rey David. Para
      los romanos era suficiente para condenarlo a muerte en la cruz.
      Dicho
      esto, entraremos en el personaje principal de esta historia, Jesús de
      Nazaret. Y en concreto en la semana de la pasión. Dejen que antes les
      haga una breve alusión a su nacimiento y en concreto a la fecha se su
      nacimiento. La tradición nos dice que Jesús de Nazaret nació el 25 de
      diciembre del año 1. ¿? Leyendo los evangelios nos encontramos, que en
      el evangelio según Marcos no se nos hace alusión alguna al nacimiento de
      Jesús, el primer dato dentro de los evangelios lo encontramos en Mateo:
      “Y nació Jesús en Belén de Judea en tiempos de Herodes…” (Mt. 2,1). Si
      analizamos la historia y sobre todo los libros procedentes del imperio
      romano (Flavio Josefo), podemos observar que Herodes el Grande murió en
      el año 4 a.C. Si además contamos que después del nacimiento de Jesús
      Herodes encargo la matanza de los santos inocentes, se calcula que lo
      haría, al menos dos años antes de su muerte, a este dato debemos unirle
      que según la tradición el año en que nació Jesús no cuenta para en
      cómputo de los años de nuestra era (el llamado año 0). Si contamos los
      años perdidos vemos que Jesús de Nazaret nació en el año 5/6 a.C. Sólo
      comentaros esta cuestión para darnos cuenta de los errores,
      intencionados o no, de los evangelios.
      Los
      cuatro evangelios los debemos leer desde un punto de vista histórico y
      teológico. Los cuatro evangelistas nos posicionan, históricamente, en un
      lugar concreto de Israel aunque cada uno nos da fechas distintas para
      el mismo acontecimiento (como veíamos con el nacimiento de Jesús). Pero
      sobre todo son tratados de teología donde los autores querían dar
      sentido a la nueva y naciente religión. En ellos encontramos multitud de
      alusiones a pasajes del antiguo testamento. Cuando Jesús entraba en
      Jerusalén: “Y los que iban delante y los que seguían gritaban: ¡Hosanna!
      ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!” (Mc. 11, 9) Encontramos
      esta misma frase en el libro de los Salmos (118, 26).
      Debemos
      entender, desde este punto de vista que lo leído y estudiado en los
      evangelios canónigos debemos interpretarlo como la teología de los
      seguidores de la nueva concepción religiosa, de la nueva sexta judía.
      Permitirme
      una reflexión. Muchos autores han afirmado que Jesús de Nazaret no
      existió, si no que fue una creación de los primeros cristianos que
      sustituyeron figuras relevantes, como Mitra o Apolonio de Tirana por la
      persona de Jesús de Nazaret. Este, aunque no carece de razón no es del
      todo cierto. Sabemos que este personaje existió gracias a Flavio Josefo
      donde en su obra Antigüedades judías nos dice:
      Por
      ese tiempo existió Jesús, un hombre sabio. Era, en efecto, hacedor de
      obras extraordinarias y maestro de hombres que acogen con placer la
      verdad. Atrajo a sí a muchos judíos y también a muchos griegos. Aunque
      Pilato, por denuncias de los hombres principales entre nosotros, lo
      castigó con la cruz, no lo abandonaron los que desde el principio lo
      habían amado. En efecto, todavía ahora sigue existiendo la tribu de los
      que por éste son llamados cristianos”
      (Libro XVIII Cap.63-64).


      Una
      vez situados en el contexto histórico de Israel en el siglo I, y dado
      por hecho que Jesús de Nazaret existió en este momento me centraré en el
      personaje en sí.
      Según
      nos dicen los evangelios, Jesús comienza su andadura como predicador y
      maestro a partir de ser bautizado por Juan el Bautista (Marcos 1, 9-14)
      (Mateo 3, 13-17) (Lucas 3, 21-22). “Y Jesús tenía, cuando comenzaba,
      treinta años…” (Lucas 3, 23). Esta es la primera polémica teológica que
      se nos plantea. ¿Cómo Jesús siendo Hijo de Dios necesitaba ser
      bautizado, purificado? Es la primera evidencia de que Jesús era un
      hombre. No un hombre cualquiera sino un discípulo de Juan Bautista.
      Conocedor de los textos antiguos, de la magia, de cómo curar o sanar; y
      por su puesto el preparado por Juan el Bautista para ser su sucesor. Él
      sería el Cristo (el ungido), el mesías que derrotaría los romanos por su
      injerencia en la tierra prometida.
      Jesús
      lejos de ser un creador de religiones, fue un creador de una ideología
      política de alzamiento contra los romanos. Esta idea política creada por
      Juan el Bautista y continuada por Jesús fue la que desencadenó el
      alzamiento de los judíos contra los romanos en el año 66 d.C. Los
      seguidores de Jesús, el Cristo, revolucionaron el concepto de rebelión.
      Para ellos las palabras de su Maestro resonaban continuamente, la
      salvación del mundo estaba en sus manos, la ira hacia los extranjeros
      también.


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    9. "El que halle la interpretación de estas palabras no probará la muerte. (Tomas, 1)

      "Y
      he aquí que un hombre llamado José, que era miembro del Consejo y
      hombre bueno y justo - él no había estado de acuerdo con la decisión y
      hechos- ,procedente de Arimatea, ciudad de los judíos, que esperaba en
      reino de Dios, este, llegándose a Pilatos, pidió el cadáver de Jesús y,
      tras bajarlo, lo envolvió en una sabana y lo coloco en un sepulcro
      cavado en la roca en el que nadie había sido depositado todavía. Y era
      el día de la Preparación y clareaba el sábado" (Lc. 23, 50-54). 


      Estos versículos de Lucas nos
      dan alguna de la claves para entender algo más del pensamiento de Jesús.
      Efectivamente entre sus mejores amigos y benefactores estaba José de
      Arimatea, un comerciante rico y poderoso dentro del panorama de aquella
      época, que pertenecía al Consejo o Sanedrín. Además la tumba que había
      construido para él y su familia, la cedió a su amigo Jesús. Siempre
      nuestro personaje se rodeo de los mejores interpretes de la ley judía,
      así como de personas influyentes dentro del la religión y leyes judías.
      De aquí deducimos que Jesús era un devoto de su religión y un maestro de
      las leyes de Moisés. En una sociedad donde,  por las continuas
      invasiones se había helenizado, y ya no contaba con la pureza que
      promulgaron los profetas ni con la severidad de las leyes de Moisés,
      Jesús quería que su pueblo volviera a esa pureza espiritual y a cumplir
      las leyes de su pueblo. Incluso los que velaban por el templo estaban,
      en su mayoría, fuertemente influenciados por las culturas externas. En
      este punto debemos reflexionar y preguntarnos, si Jesús fue un devoto
      judío, ¿como pudo crear el cristianismo?, ¿como en los textos cristianos
      salen tan mal parados los judíos?
      A
      la primera pregunta debemos contestar tajantemente que Jesús, hijo de
      José y María, nacido en Nazaret en el año 8/9 a. de C.no se alejó nunca
      de su religión, sino todo lo contrario, quiso unir más a su pueblo y con
      la ayuda de YAHVÉ , su Dios, conseguir vencer al enemigo ( los romanos)
      y establecer un reinado sólido en la tierra del rey David, en la tierra
      prometida. Por lo tanto, una cosa debemos dejar muy clara, Jesús de
      Nazaret era judío practicante, fariseo, posiblemente, con fuertes
      influencias de los zelotes y de los esenios. Y no intento en ningún
      momento crear una nueva religión. Una vez desaparecido Jesús, los
      nazarenos, sus seguidores más cercanos, continuaron su labor, esperando
      la venida del nuevo reino. Los romanos los masacraron en los circos y
      fueron fuertemente perseguidos. Pero a la par,estaba naciendo una nueva
      teología basada en la historia de Jesús de Nazaret y fuertemente
      contraria a los nazarenos. Se estaba gestando la teología de Pablo de
      Tarso, creador de la mitología cristiana o cristología. Y analizamos
      brevemente esta circunstancia.
      Después
      de morir el último gran predicador judío (Jesús de Nazaret) considerado
      por él mismo y sus seguidores como el mesías salvador del pueblo judío,
      sus seguidores más exaltados comenzaron una serie de revueltas contra
      los romanos que acabo en la gran guerra del 66 d. de C. y que duró hasta
      el 70 d. de C. La batalla final se llevo a cabo en Jerusalén, y los
      judíos se atrincheraron en el Templo, las legiones romanas comandadas
      por Tito (39- 81 d. de C.) asediaron la ciudad durante cinco meses,
      pasado este tiempo con constantes incursiones en el templo y miles de
      muertos, las legiones de Tito entraron en Jerusalén y lo arrasaron
      literalmente destruyendo el Templo y así el símbolo más valioso para los
      judíos, A partir de entonces los judíos tuvieron que huir por todo el
      mediterráneo, es lo que conocemos por la diáspora. ¿Quien se atrevía,
      entonces, a decir que era judío en Jerusalén? Nadie, de esta forma se
      fue forjando un nuevo pensamiento religioso sin el templo como centro
      del mundo,  y empezaron a surgir nuevas ideas antisemitas.
      Cuando
      leemos los evangelios sinópticos (Marcos, Mateo, Lucas), podemos ver
      que intentan alejarse lo más posible de los judíos, siendo ellos de esta
      religión. Claro esta que el primer evangelio, el de Marcos, se escribió
      hacia el año 71 d. de C. un año después de la gran guerra  y que según
      nos dice el profesor Piñero en su traducción de "Todos los Evangelios",
      el que escribió este evangelio fue un discípulo de Pablo de Tarso,
      influenciado por este en su idea de culpabilidad de la muerte de Jesús
      al entrono judío.
      Dicho esto
      debemos afirmar, sin posibilidad de equivoco, que Jesús de Nazaret fue
      un judío. Un judío condenado a muerte por un delito de sedición por el
      gobernador romano de Judea Poncio Pilatos. Lo demás es pura teología
      creada por una mente privilegiada, la de Pablo de Tarso. Personaje este
      que dedicaré unos renglones en otra ocasión.




      Alfonso García




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    10. Durante
      siglos se han buscado pruebas de la existencia de Jesús de Nazaret. Se
      han buscado en textos antiguos, en anales romanos en escritos judíos y
      nada se ha encontrado. Como personaje histórico, Jesús de Nazaret, no
      existe. Sólo tenemos un referencia en Flavio Josefo. Y por supuesto en
      los evangelios que nos han impuesto la Gran Iglesia.
      La
      referencia de Flavio Josefo la encontramos en su libro Antigüedades
      judías, concretamente en el libro XVII capítulo 63, llamado TESTIMONIUM
      FLAVIANUM , y dice así:


      “Por
      ese tiempo existió Jesús, un hombre sabio, si es que hay que llamarlo
      hombre. Era, en efecto, hacedor de obras extraordinarias y maestro de
      hombres que acogen con placer la verdad. Atrajo a sí a muchos judíos y
      también a muchos griegos. Él era el mesías (cristo). Aunque Pilato, por
      denuncias de los hombres principales entre nosotros, lo castigó con la
      cruz, no lo abandonaron los que desde el principio lo habían amado.
      Él, en efecto, se les apareció el tercer día nuevamente vivo, pues los
      divinos profetas habían ya dicho éstas y otras muchas cosas admirables
      acerca de él. Y todavía ahora sigue existiendo la tribu de los que por
      éste son llamados cristianos” (XVIII 63-64).


      Según
      los últimos estudios realizados parece ser que este texto ha sido
      manipulado por la Gran Iglesia, ya que el texto de que partimos es del
      siglo X, en una versión en griego. El profesor Antonio Piñero (ver blog
      Cristianismo e Historia, nota 400-11), nos dice que con toda seguridad
      se ha manipulado y que originalmente seria este texto: "Por aquel
      tiempo ocurrió el inicio de nuevas perturbaciones: Jesús, varón sabio
      [sofista]… (archè néon thorýbon)". Lo que nos da una visión muy
      distinta a los que nos enseña la Gran Iglesia.


      Por
      lo tanto la existencia de Jesús histórico tiene sólo como fundamento
      el testimonio flaviano y se trata de un personaje que trataba de llevar
      a sus seguidores a alcanzar justicia contra los romanos.
      Esta
      datado, pues, la existencia de un Jesús que fue un agitador de masas
      un mesías salvador del yugo romano. No se trata de Jesús de la Gran
      Iglesia, espiritual y mágico. Que mas tarde se convertiría en un Cristo
      vengativo y sangriento.
      No debemos olvidar esta cuestión a la hora de valorar al Jesús histórico. Para saber cual de los dos existió realmente.


      Seguiremos comentando.

      Alfonso García


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