sábado, 25 de marzo de 2017

Diez Mandamientos - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Diez Mandamientos




Decálogo. Las Tablas de la Ley Mosaica y el comienzo de cada uno de los
Diez Mandamientos en hebreo. Vitral decimonónico de la Sinagoga y Museo
Alsaciano de Estrasburgo, Francia.

Arte cristiano medieval. La mano de Dios le entrega el Decálogo a Moisés. Detalle de un manuscrito carolingio, c. 840. Biblioteca Británica, Londres.

Arte sefardí. Decálogo de Jekuthiel Sofer, 1768, que imita la distribución en dos tablas. Bibliotheca Rosenthaliana, Ámsterdam.

Rembrandt, Moisés con las Tablas de la Ley, 1659.

Los Diez Mandamientos en hebreo sobre el timbre de una vivienda en Jerusalén.

Lorenzo Ghiberti, Moisés recibe de Dios las Tablas de la Ley con los Diez Mandamientos, relieve, 1425-1452. Puertas del Paraíso, Baptisterio de Florencia.

Tissot, Moisés con los Diez Mandamientos, gouache, c. 1896-1902. Jewish Museum, Nueva York.</ref>
Los Diez mandamientos, también conocidos como el Decálogo, de las palabras griegas δέκα (diez) y λόγος (palabras), son un conjunto de principios éticos y de adoración, que juegan un papel importante en el judaísmo y el cristianismo. Incluyen instrucciones como adorar solo a Dios y guardar el día de reposo, así como también prohibiciones en contra de la idolatría,
asesinato, robo, deshonestidad y adulterio. Diferentes grupos
religiosos siguen distintas tradiciones en cuanto a la manera de
interpretarlos y enumerarlos.


Los Diez mandamientos aparecen dos veces en la Biblia hebrea: en los libros de Éxodo y Deuteronomio.
De acuerdo a la historia narrada en el libro de Éxodo, Dios escribió
estos mandatos en dos tablas de piedra, las que dio a Moisés en el Monte Sinaí; según el relato, cuando bajaba del monte, vio al pueblo que estaba adorando un becerro de oro
y enfurecido las rompió. Posteriormente, pidió a Dios que perdonase al
pueblo y sellase con él un «convenio» (pacto o alianza); entonces, el
Señor ordenó a Moisés que tomara dos lajas de piedra y en ellas quedaron
escritos los Diez Mandamientos del pacto, reconviniéndole que «no deben
tolerar la desobediencia».



Índice

Terminología

En hebreo antiguo, los diez Mandamientos son llamados עשרת הדברים (transliterado Asereth ha-D'bharîm) y en hebreo rabínico, עשרת הדברות (transilterado como Asereth ha-Dibroth), ambos traducibles como «las diez palabras», «los diez dichos» o «los diez asuntos».1


La expresión «Decálogo» deriva del griego δεκάλογος, dekalogos, que significa y se refiere2 a la traducción griega (en acusativo) δέκα λόγους, deka logous, «diez palabras», como aparece en la Septuaginta (abreviada como LXX) en Éxodo 34:28 y Deuteronomio 10:4.


La tablas de piedra, al contrario de los mandamientos inscritos en ellas, son llamadas en hebreo לוחות הברית: Luchot HaBrit, que significa «las tablas del Pacto».3


Los pasajes de Éxodo y Deuteronomio

Las Mitzvot (mandamientos divinos) contenidos en la Torá (Pentateuco)
son muy numerosos, 613 de acuerdo con el cómputo judío, pero se le ha
dado una significación especial a los que constituyen el tratado que Dios selló con el pueblo elegido en el curso del éxodo, escribiéndolos en tablas de piedra que entregó a Moisés en el monte Sinaí. El contenido de esos mandatos divinos se encuentra en varios pasajes del Pentateuco.


Las dos fuentes principales son Éxodo, 20: 2-17 y Deuteronomio, 5: 6-21. En el Libro del Éxodo (34:10-28) aparece otro texto muy antiguo, considerado por los antiguos rabinos israelitas como uno de los que mejor expresaban las ordenanzas de Yahveh DIOS al celebrarse la Alianza.


El libro del Éxodo contiene la siguiente narración:4


1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:


2 Yo, Yahveh, soy tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.


3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.


4 No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que hay
arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la
tierra.


5 No te inclinarás ante ninguna imagen, ni las honrarás;
porque yo soy Yahveh tu Dios, fuerte, celoso, que castigo la maldad de
los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los
que me aborrecen,


6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.


7 No tomarás el nombre de Yahveh tu Dios en vano; porque no dará por inocente Yahveh al que tomare su nombre en vano.


8 Acuérdate del día del sábado para santificarlo


9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra,


10 mas el séptimo día es reposo para Yahveh tu DIOS; no
hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu
criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.


11 Porque en seis días hizo Yahveh los cielos y la tierra,
el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día;
por tanto, Yahveh bendijo el día de reposo y lo santificó.


12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Yahveh tu DIOS te da.


13 No matarás.


14 No cometerás adulterio.


15 No hurtarás.


16 No dirás falso testimonio contra tu prójimo.


17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la
mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno,
ni cosa alguna de tu prójimo.





El libro del Deuteronomio,
cuyo nombre griego alude a que repite en buena medida el contenido de
los anteriores, ofrece una enumeración muy semejante a la de Éxodo 20:


6 Yo soy Yahvé tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre y te di de comer toda tu vida.


7 No tendrás dioses ajenos delante de mí.


8 No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que
está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas
debajo de la tierra.


9 No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy
Yahveh tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre
los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,


10 y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.


11 No tomarás el nombre de Yahveh tu Dios en vano; porque Yahveh no dará por inocente al que tome su nombre en vano.


12 Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Yahveh tu Dios te ha mandado.


13 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;


14 mas el séptimo día es reposo a Yahveh tu Dios; ninguna
obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu
buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está
dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú.


15 Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que
Yahvé tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo
cual Yahvé tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.


16 Honra a tu padre y a tu madre, como Yahvé tu Dios te ha
mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien
sobre la tierra que Yahvé tu Dios te da.


17 No matarás.


18 No cometerás adulterio.


19 No hurtarás.


20 No dirás falso testimonio contra tu prójimo.


21 No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la
casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su
buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.


Numeración de los Mandamientos según diversas tradiciones




Diferentes tradiciones dividen los diecisiete versos de Éxodo 20:1–17 y sus paralelos encontrados en Deuteronomio 5:4–21
en diez "mandamientos" de diferentes maneras, como se muestran en la
tabla a continuación. Algunos eruditos sugieren que el número diez es
elegido para ayudar a la memorización más que un asunto teológico.5


Tradiciones:


  • S: Septuaginta, generalmente seguida por cristianos ortodoxos.
  • F: Filón de Alejandría, al igual que en la Septuaginta, pero con las prohibiciones de matar y adulterar invertidas.
  • T: Talmud, hace del prólogo (Éxodo 20:2
    el primer mandamiento y combina la prohibición de adorar otros dioses
    fuera de Yahweh con la prohibición de adorar imágenes o ídolos.
  • A: San Agustín
    sigue el Talmud combinando los versos 3–6, pero omite el prólogo como
    un mandamiento y divide la prohibición de codiciar en dos y sigue el
    orden de las palabras de Deuteronomio 5:21 en vez de Éxodo 20:17.
  • C: Catecismo de la Iglesia católica, sigue en su mayoría la división de San Agustín.
  • L: Luteranos siguen el Catecismo de Lutero, el cual sigue la nomenclatura Agustiniana pero omite la prohibición de adorar imágenes.6 y usa el orden de palabras de Éxodo 20:17 en vez del de Deuteronomio 5:21 Para los mandamientos noveno y décimo.
  • R: tradición Reformada o calvinismo que sigue La institución de la religión cristiana de Juan Calvino, basada en el orden propuesto por Filón de Alejandría.
Los diez mandamientos
S F T A C L R Artículo Principal Éxodo 20:1-17 Deuteronomio 5:4-21
1 1 (1) Yo soy Yahveh tu Dios 27 68
1 1 2 1 1 1 1 No tendrás dioses ajenos delante de mí 39 710
2 2 2 1 1 2 No te harás imagen 4–611 8–1012
3 3 3 2 2 2 3 No tomarás el nombre de Yahveh tu Dios en vano 713 1114
4 4 4 3 3 3 4 Acuérdate del día de reposo para santificarlo 8–1115 12–1516
5 5 5 4 4 4 5 Honra a tu padre y a tu madre 1217 1618
6 7 6 5 5 5 6 No matarás 1319 1719
7 6 7 6 6 6 7 No cometerás adulterio 1420 1820
8 8 8 7 7 7 8 No hurtarás 1521 1921
9 9 9 8 8 8 9 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio 1622 2023
10 10 10 10 10 9 10 No codiciarás (la casa de tu prójimo) 17a24 21b25
10 10 10 9 9 10 10 No codiciarás (la mujer de tu prójimo) 17b26 21a27
10 10 10 10 10 10 10 No codiciarás (los siervos, los animales, ni cualquier otra cosa de tu prójimo) 17c28 21c29
.


¿Cómo estaban los Diez Mandamientos distribuidos en las dos tablas?

  • Filón de Alejandría
    aseguraba que cinco en cada una, opinión que ha sido secundada por
    algunos a lo largo de la historia entendiendo que en la primera tabla
    estaban los preceptos de la piedad y en la segunda los de la
    prohibición.[cita requerida]
  • San Agustín
    creía que tres en la primera y siete en la segunda y así se siguió esta
    creencia por la generalidad de los católicos después de san Agustín. En
    efecto, se suele hacer una correspondencia entre los dos mandamientos
    de Jesús y los Diez Mandamientos: «Amarás al Señor tu Dios...»
    corresponde a los tres primeros (deberes para con Dios) y «Amarás a tu
    prójimo como a ti mismo» corresponde a los siete restantes (deberes para
    con los hombres).
  • Según algunos teólogos los 10 mandamientos están distribuidos de la
    siguiente manera: Los 4 primeros en la primera tabla y los otros 6 en la
    segunda. Esto obedece a lo siguiente: los 4 primeros Mandamientos están
    relacionados con el amor hacia Dios y los otros 6 con el amor hacia el
    prójimo.

El Decálogo en la Iglesia católica

Según se enseña en el Compendio del Catecismo de la Iglesia católica30 los Diez Mandamientos en su fórmula catequética son:


  1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
  2. No dirás el nombre de Dios en vano.
  3. Santificarás las fiestas.
  4. Honrarás a tu padre y a tu madre.
  5. No matarás.
  6. No cometerás actos impuros.
  7. No robarás.
  8. No darás falsos testimonios ni mentiras.
  9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
  10. No codiciarás los bienes ajenos.
El catecismo católico, citando el Evangelio de Mateo (Mt 22;37-40) añade: «Estos Diez Mandamientos se encierran en dos; amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo».


La división y numeración de los mandamientos ha variado en el curso
de la historia. El presente catecismo sigue la división de los
mandamientos establecida por san Agustín y que ha llegado a ser
tradicional en la Iglesia católica. Es también la de las confesiones
luteranas. Los Padres griegos hicieron una división algo distinta que se
usa en las Iglesias ortodoxas y las comunidades reformadas.


Catecismo de la Iglesia católica, n. 2066

El Decálogo y la ley natural

Para la Tradición católica, los diez mandamientos, aunque fueron
revelados, son accesibles a la razón humana de modo natural. Además,
ofrecen a todos los hombres un compendio de la ley natural:


Los Diez mandamientos pertenecen a la revelación de Dios. Nos enseñan
al mismo tiempo la verdadera humanidad del hombre. Ponen de relieve los
deberes esenciales y, por tanto indirectamente, los derechos
fundamentales, inherentes a la naturaleza de la persona humana. El
Decálogo contiene una expresión privilegiada de la ‘ley natural’


Aunque accesibles a la sola razón, los preceptos del Decálogo han
sido revelados. Para alcanzar un conocimiento completo y cierto de las
exigencias de la ley natural, la humanidad pecadora necesitaba esta
revelación:


«En el estado de pecado, una explicación plena de los mandamientos
del Decálogo resultó necesaria a causa del oscurecimiento de la luz de
la razón y de la desviación de la voluntad» (san Buenaventura, sent. 4, 37, 1, 3)...........


Conocemos los mandamientos de la ley de Dios por la revelación divina
que nos es propuesta en la Iglesia, y por la voz de la conciencia
moral.


Catecismo de la Iglesia católica, n. 2071

Los Diez Mandamientos en el judaísmo

Para el judaísmo ortodoxo, Dios pronunció primero los Diez Mandamientos simultáneamente y después repitió cada Mandamiento por separado en la Torá.
Según esta visión, cada uno de los Diez Mandamientos habría sido
dirigido a todos los judíos en singular porque cada judío debería sentir
la obligación personal de observarlos ya que les fueron dirigidos
directamente a él.31 Sin embargo, la mayoría de los miembros del judaísmo conservador rechaza la idea de que Dios dictó el contenido literal de los mandamientos a Moisés en un acto de revelación verbal y cree, en cambio, que la Torá fue redactada a partir de distintas fuentes previas.[cita requerida]


Los Diez Mandamientos está divididos del siguiente modo:31


Dios dijo estas palabras:


  1. «Yo soy el Eterno, tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud».
  2. «No tendrás ni reconocerás a otros dioses en mi presencia fuera de
    mí. No te harás una imagen tallada ni ninguna semejanza de aquello que
    está arriba en los cielos, ni en la tierra, ni en el agua, ni debajo de
    la tierra. No te postrarás ante los ídolos, ni los adorarás, pues yo soy
    el Eterno, tu Dios, el único Dios, quien tiene presente el pecado de
    los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación con mis
    enemigos; pero quien muestra benevolencia con miles de generaciones a
    aquellos que me aman y observan mis preceptos».
  3. «No tomarás el nombre de El Eterno, tu Dios en vano, porque El Eterno no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano».
  4. «Recuerda el día de shabat, para santificarlo. Seis días trabajarás y
    harás toda tu labor; mas el séptimo día es shabat para el Eterno, tu
    Dios; no harás ninguna labor, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu
    siervo, ni tu sirvienta, ni tus bestias de carga, ni el extranjero que
    habita dentro de tus murallas, pues en seis días el Eterno hizo los
    cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y el séptimo día
    descansó. Por eso, el Eterno bendijo el día de shabat y lo santificó».
  5. «Honra a tu padre y tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Eterno, tu Dios, te da».
  6. «No matarás».
  7. «No cometerás adulterio».
  8. «No robarás».
  9. «No brindes contra tu prójimo falso testimonio».
  10. «No codiciarás los bienes ajenos. No codiciarás la casa de tu
    prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su
    sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo».

Galería

Véase también

Referencias


  • Rooker, Mark (2010). The Ten Commandments: Ethics for the Twenty-First Century (Los Diez Mandamientos: Ética para el siglo XXI) (en inglés). Nashville, Tennessee: B&H Publishing Group. p. 3. ISBN 0-8054-4716-4. «Los Diez mandamientos son literalmente las Diez palabras (ăśeret hadděbārîm) en hebreo. El uso del término dābār, "palabra", en esta frase, distingue estas leyes, con respecto de los otros mandamientos (mişwâ), estatutos (hōq) y ordenanzas (mišpāţ) en el Antiguo Testamento.»

    1. Weissman, Moshe (2012). «Los 10 Mandamientos». El
      Midrash dice: la narrativa de la porción semanal de la Torá en al
      perspectiva de nuestros sabios, seleccionada y adaptada del Talmud y el
      Midrash
      . Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Bnei Sholem. ISBN 9789879096000. Consultado el 8 de abril de 2014.

    Enlaces externos

    Menú de navegación


  • δεκάλογος. Liddell, Henry George; Scott, Robert; A Greek–English Lexicon en el Proyecto Perseus


  • Knohl, Israel (1995). The Sanctuary of Silence: The Priestly Torah and the Holiness School (en inglés). Jerusalén: Fortress Press. ISBN 9650507825.


  • Catecismo de la Iglesia. Los Diez Mandamientos


  • Chan, Yiu Sing Lúcás (2012). The Ten Commandments and the Beatitudes (en inglés). Lantham, Maryland, Estados Unidos: Rowman & Littlefield. pp. 38, 241.


  • Lutero, Martín. «Luther's Large Catechism» (en inglés). Consultado el 17 de septiembre de 2014.


  • “Yo soy Yahveh tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre."


  • “Yo soy Yaveh tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre."


  • “No tendrás dioses ajenos delante de mí."


  • "No tendrás dioses ajenos delante de mí."


  • “No
    te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el
    cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te
    inclinarás a ellas ni las honrarás; por que yo soy Yahveh tu Dios,
    fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta
    la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago
    misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos."


  • “No
    harás para ti escultura, imagen alguna de cosa que esté arriba en los
    cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No
    te inclinarás a ellas ni las servirás; por que yo soy Yahveh tu Dios,
    fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta
    la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago
    misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos."


  • “No tomarás el nombre de Yahveh tu Dios en vano, porque no dará por inocente Yahveh al que tomare su nombre en vano."


  • “No tomarás el nombre de Yahveh tu Dios en vano, porque Yahveh no dará por inocente al que tome su nombre en vano."


  • “Acuérdate
    del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda
    tu obra; más el séptimo día es reposo para Yahveh tu Dios; no hagas en
    el obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada,
    ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en
    seis días hizo Yahveh los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas
    que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Yahveh bendijo
    el día de reposo y lo santificó."


  • “Guardarás
    el día de reposo para santificarlo, como Yahveh tu Dios te ha mandado.
    Seis días trabajarás y harás toda tu obra; más el séptimo día es reposo
    para Yahveh tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni
    tu siervo, ni tu criada, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo,
    ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu
    siervo y tu sierva, como tú. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de
    Egipto, y que Yahveh tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo
    extendido; por lo cuál Yahveh tu Dios te ha mandado que guardes el día
    de reposo."


  • “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Yahveh tu Dios te da."


  • “Honra
    a tu padre y a tu madre, como Yahveh tu Dios te ha mandado, para que
    sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que
    Yahveh tu Dios te da."


  • “No matarás."


  • “No cometerás adulterio."


  • “No hurtarás."


  • “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio."


  • “No dirás falso testimonio contra tu prójimo."


  • “No codiciarás la casa de tu prójimo,"


  • “ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra,"


  • “no codiciarás la mujer de tu prójimo,"


  • “No codiciarás la mujer de tu prójimo,"


  • “ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.”


  • “ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo."


  • [1]


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