Tema: Leamos la BIBLIA
BUENOS DÍAS:
Meditación de hoy.
El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás
En aquellos días, Natán dijo a David: "Así dice el Señor, Dios de
Israel: "Yo te ungí rey de Israel, te libré de las manos de Saúl, te
entregué la casa de tu señor, puse sus mujeres en tus brazos, te
entregué la casa de Israel y la de Judá, y, por si fuera poco, pienso
darte otro tanto. ¿Por qué has despreciado tú la palabra del Señor,
haciendo lo que a él le parece mal? Mataste a espada a Urías, el hitita,
y te quedaste con su mujer. Pues bien, la espada no se apartará nunca
de tu casa; por haberme despreciado, quedándote con la mujer de Urías.""
David respondió a Natán: "¡He pecado contra el Señor!" Natán le dijo:
"El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás."
Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí
Hermanos: Sabemos que el hombre no se justifica por cumplir la Ley, sino
por creer en Cristo Jesús. Por eso, hemos creído en Cristo Jesús, para
ser justificados por la fe de Cristo y no por cumplir la Ley. Porque el
hombre no se justifica por cumplir la Ley. Para la Ley yo estoy muerto,
porque la Ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios. Estoy
crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en
mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios,
que me amó hasta entregarse por mí. Yo no anulo la gracia de Dios. Pero,
si la justificación fuera efecto de la Ley, la muerte de Cristo sería
inútil.
Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor
En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él.
Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer
de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa
del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a
sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los
enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el
perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: "Si este
fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que
es: una pecadora." Jesús tomó la palabra y le dijo: "Simón, tengo algo
que decirte." Él respondió: "Dímelo, maestro." Jesús le dijo: "Un
prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el
otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos.
¿Cuál de los dos lo amará más?" Simón contesto: "Supongo que aquel a
quien le perdonó más." Jesús le dijo: "Has juzgado rectamente." Y,
volviéndose a la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Cuando yo
entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me
ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú
no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de
besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en
cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos
pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se
le perdona, poco ama." Y a ella le dijo: "Tus pecados están perdonados."
Los demás convidados empezaron a decir entre sí: "¿Quién es éste, que
hasta perdona pecados?" Pero Jesús dijo a la mujer: "Tu fe te ha
salvado, vete en paz." Después de esto iba caminando de ciudad en ciudad
y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo
acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos
espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido
siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y
otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Palabra del Señor.
[img]https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQNLfMOeYYyAQOAu81Xw4z5nm9RnL9ljEgLE_anVaaZICeYxrKK03aFtBVWn6A-W-WPrbcm5ytVHgF5ccvYBrM5pFDHxCRfv1ZRq7zEih1tX73-m3fckPri39YdJ-Lu2ZjfGiY8fkMMtHz/s400/10298+-+Titulo+HomilÃ*a+13-06-10+-+01.jpg[/img]
JESUS Y LA MUJER PECADORA
Las lecturas de este domingo están impregnadas de dos personajes singulares: EL rey David y Jesús.
El rey David
[img]https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuuf_eOqm8fX7beif2KtahhHYsXTY5Z4cppjtOijGvrYT6zWwh5uPMEwpuTqQdO0H-r2ZMwA3SzUWaLdWwOUgSInVkczZJ8NzMXXCcHKbs6YRbjizk_p1BpUfRwMKT_I-w8fh1cZRO-LM7/s320/172+HomilÃ*a+13-06-10+-+1.jpg[/img]Fue un rey extraordinario de Israel: valiente, leal, generoso, justo y devoto.
Amó tiernamente a Yahvé-Dios y era un ejemplo vivo para su pueblo en
todas las facetas de la convivencia. Pero quedó seducido por la belleza
de Betfagé, esposa de Urías, capitán de su ejército. Cegado por la
pasión, obnubilada su mente por el ansia de poseer a la mujer, tramó un
plan para que Urías muriera en combate y casarse con su amada. Todo
salió según lo previsto. Ambos se casaron y, aparentemente, vivían
felices. Sin embargo, la denuncia del profeta Natán desveló al rey la
gravedad de su pecado. Enseguida reconoce su falta, pide perdón, se
viste de saco, ayuna y hace penitencia hasta saberse perdonado por Dios.
A él se atribuyen los impresionantes versículos del salmo 50 (el famoso
Miserere), todos ellos un sentido canto al perdón y a la misericordia de
Dios: “Misericordia, Dios mío por tu bondad; por tu inmensa compasión borra toda mi culpa, lava del todo mi delito, limpia mi pecado”.
[img]https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgORShhZKToRPGtjQpL7tQPtIgGDXy_WXP7qraIeFLXh1pKi3MP1yzCs4jj0Cks5okBTJ3Tsh3peQixjFFINOZ8osnaOD4lBvZx8fh2ayKpQE-5Rrbbkfr2_wljC74d5IVWvm7jhXg6rCVE/s320/173+HomilÃ*a+13-06-10+-+2.jpg[/img]Dios responde a su arrepentimiento prometiéndole que saldrá de su linaje el Mesías.
Contrasta esta actitud humilde del rey David con lo que sucede hoy con
algunos de los programas de máxima audiencia de la TV: los programas
basura, cuyo único objetivo es criticar a los demás, alimentar el morbo,
difamar, “despellejar” al contrincante, ponerle en evidencia,
descalificarle con insultos y condenarle, a menudo con mentiras. Y
triunfan, porque hay un núcleo grande de la sociedad que no entiende el
significado de la misericordia, la compasión o el arrepentimiento,
aunque digan con la boca pequeña que “errar es de personas y rectificar de sabios”.
La lección que podemos extraer de este pasaje del Libro 2 de Samuel es
que Dios, a diferencia de muchos de nosotros, siempre nos da una, dos o
las oportunidades que sean necesarias.
Jesús
[img]https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFDm9XkjezwezLKfNoe4yCZPnxB0sE9wSYTBVt8J9z-rSWlVeebPU-JPkS92a43rapZHHyIscFCeBnKnXsrZjuZazuxBNwNx7c41v9b9nmYRRueW8avvMu2SvL4paGZHqCI_YxhC3pmfWB/s320/174+HomilÃ*a+13-06-10+-+3.jpg[/img]Del
relato que hemos escuchado en Lc. 7,36-8,3 se desprende que Jesús no
era un rabino al estilo de la época, pues rompía protocolos y se saltaba
la observancia de leyes secundarias judías cuando estaba en juego “la misericordia, la justicia y la buena fe”.
Un buen rabino no debía nunca hablar en público con las mujeres, ni mezclarse con pecadores y gente de mal vivir.
El evangelista pone de relieve que, al aceptar Jesús la invitación del
fariseo Simón a comer en casa de éste, quiere poner de relieve lo que es
“religiosamente correcto”.
Jesús se muestra irónico ante Simón por no haber seguido la saludable
costumbre judía de saludar al huésped con el beso de la paz, ofrecer una
jofaina de agua para que se lavara los pies sudorosos por el largo
caminar y perfume para ungirlos. Cuando no se ama, tampoco abundan los
detalles ni prevalece el perdón.
En cambio, la mujer pecadora, probablemente una prostituta, que se
presenta ante Jesús, no se arredra, ni repara en las miradas de [img]https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCXBchuO9X15McsD8PDlT9T0yogY-QBTX1CxgL1eJdUZvC3VG68LvDCVsDgPSHmxU8FkH_TgYgQWIULrbiXTJhNFRO7hPxH6R6ezq8EcVRQcvFxi_-McvYTbn1uoX1J1gat_uAG7rLlR9Y/s320/175+HomilÃ*a+13-06-10+-+4.jpg[/img]rechazo, porque en su interior arde el amor.
No conoce las normas de la hospitalidad, pero cumple sin saberlo con el protocolo.
Su beso de paz la redime para siempre; sus lágrimas gratifican su
arrepentimiento, y el perfume que derrama sobre los pies de Jesús
fortalece su fe para seguirle mediante el buen olor de las buenas obras,
“porque al que mucho ama, mucho se le perdona”.
El fariseo Simón
[img]https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY649pqzOYaMXVlXWfGzh00kFka5flU-McscFUBy9Bz4PLk1oeBSRd4AQx8OXQVpijec-yRIelewnHIWnIq2pdw1CT8T7iPcL4BB_RceJEVuBGtYBeDxBzUib858IpSiHwxoviGrmujlv5/s320/176+HomilÃ*a+13-06-10+-+5.jpg[/img]Un
rabino de su categoría no podía soportar fácilmente una situación
embarazosa como ésta. Juzga en su interior la actitud de Jesús y su
implicación con “malas compañías”.
Es incapaz de mirarse a sí mismo, porque conoce la Ley, domina sus
emociones y tiene clara noción de lo “políticamente correcto”. No
quiere ver mancillada su imagen y su prestigio..
Una vez más se muestra aquí en toda su crudeza la paradoja del Reino de
los cielos, donde “habrá últimos que serán primeros y primeros que
serán últimos”.
La actitud de Simón es idéntica a la nuestra cuando levantamos barreras
entre el bien y el mal, lo justo y lo injusto, colocamos etiquetas a las
personas y las marginamos.
¡Cuánto daño hacemos con la maledicencia, los juicios peyorativos y la calumnia!
¡Cuán gran consuelo debió experimentar la mujer pecadora después de su
encuentro con Jesús, pues había en ella una limpieza, una honestidad y
una autenticidad que Jesús valoró y reconoció!
Jesús y las mujeres
[img]https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7CzF_gt2vdPobIfa1yGOLiGtkAYTf3g2r90SwXS5bw2Xi7njDYfoW58XdtooshxhMAUXQLZaPNtBFgvdY8MHScsXZHuZcyfYALgNxnWq6VdANiz-2vNzY7KWmRQKO-rTWJ3n6YCIOXKvc/s320/177+HomilÃ*a+13-06-10+-+6.jpg[/img]Las
mujeres ocuparon un lugar privilegiado en la vida de Jesús. Además de
su madre, hubo muchas que le siguieron por los caminos de Judea y
Galilea, le acompañaron en la cruz y recibieron la vista de Jesús
resucitado.
Jamás negó Jesús cualquier petición venida de una mujer.
Por eso recibió tantas críticas de los escribas y fariseos, habituados a
marcar distancias con los inferiores en rango; mucho más con las
mujeres, los publicanos, los leprosos y los proscritos por la ley.
San Pablo, al que algunos tachan de antifeminista por su comentario en
la Carta a los Efesios, afirmó en su momento que ya no hay barreras
entre hombre o mujer, esclavos y libres, judíos y gentiles, porque nos
une a todos la fe en Jesucristo y somos justificados por ella.
[img]https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhms6qQsRer6YUAxBNlMY5yUJU7SZ_J_1BGMLoWoNPjscIBw6w4WqUpWmzIE2udUSx7jbLs1Fz88_lMPDw8gyZQA2TH3IZ0Mt6d1auEz_OfTOfU06-sc2UG8ENd4waLlzisPtqCFmOn0oP-/s320/178+HomilÃ*a+13-06-10+-+7.jpg[/img]Pasados
veinte siglos, siguen las discriminaciones en buena parte del mundo
contra las mujeres. También dentro de los llamados “gobiernos
progresistas” que utilizan su imagen y no las tienen en cuenta en la
toma de decisiones sobre algunas leyes, como la del aborto en España,
que se pondrá en práctica a primeros de Julio. Será duro para ellas
tomar decisiones que no desean.
¿Aprenderemos de una vez los seguidores de Jesús a dar a la mujer la dignidad que se merece como hizo El?
En consecuencia, preguntémonos los que venimos a Misa, escuchamos la
palabra de Dios y cumplimos con la Iglesia, que no basta con ser
correctos en lo comportamientos externos ni con salvaguardar nuestra
buena imagen. Si no echamos una mano para resolver los problemas de
nuestros hermanos, nos implicamos en la catequesis, en la acción
caritativa social, en la visita a los enfermos... y en tantas otros
sitios que necesitan de nuestra entrega, seríamos malos cristianos.
"Una fe sin obras, como afirmaba el apóstol Santiago, es una fe muerta"
BUENOS DÍAS:
Meditación de hoy.
Nabot ha muerto apedreado
Por aquel tiempo, Nabot, el de Yezrael, tenía una viña pegando al
palacio de Ajab, rey de Samaria. Ajab le propuso: "Dame la viña para
hacerme yo una huerta, porque está al lado, pegando a mi casa; yo te
daré en cambio una viña mejor o, si prefieres, te pago en dinero." Nabot
respondió: "¡Dios me libre de cederte la heredad de mis padres!" Ajab
marchó a casa malhumorado y enfurecido por la respuesta de Nabot, el de
Yezrael, aquello de: "No te cederé la heredad de mis padres." Se tumbó
en la cama, volvió la cara y no quiso probar alimento. Su esposa Jezabel
se le acercó y le dijo: "¿Por qué estás de mal humor y no quieres
probar alimento?" Él contestó: "Es que hablé a Nabot, el de Yezrael, y
le propuse: "Véndeme la viña o, si prefieres, te la cambio por otra." Y
me dice: "No te doy mi viña."" Entonces Jezabel dijo: "¿Y eres tú el que
manda en Israel? ¡Arriba! A comer, que te sentará bien. ¡Yo te daré la
viña de Nabot, el de Yezrael!" Escribió unas cartas en nombre de Ajab,
las selló con el sello del rey y las envió a los ancianos y notables de
la ciudad, paisanos de Nabot. Las cartas decían: "Proclamad un ayuno y
sentad a Nabot en primera fila. Sentad en frente a dos canallas que
declaren contra él: "Has maldecido a Dios y al rey.,' Lo sacáis afuera y
lo apedreáis hasta que muera." Los paisanos de Nabot, los ancianos y
notables que vivían en la ciudad, hicieron tal como les decía Jezabel,
según estaba escrito en las cartas que habían recibido. Proclamaron un
ayuno y sentaron a Nabot en primera fila; llegaron dos canallas, se le
sentaron enfrente y testificaron contra Nabot públicamente: "Nabot ha
maldecido a Dios y al rey." Lo sacaron fuera de la ciudad y lo
apedrearon hasta que murió. Entonces informaron a Jezabel: "Nabot ha
muerto apedreado." En cuanto oyó Jezabel que Nabot había muerto
apedreado, dijo a Ajab: "Hala, toma posesión de la viña de Nabot, el de
Yezrael, que no quiso vendértela. Nabot ya no vive, ha muerto." En
cuanto oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a tomar
posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael.
Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Sabéis que está mandado:
"Ojo por ojo, diente por diente". Pues yo os digo: No hagáis frente al
que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha,
preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la
túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una
milla, acompáñalo dos; a quien te pide, dale; y al que te pide prestado,
no lo rehúyas".
Palabra del Señor.
BUENOS DÍAS:
Meditación de hoy.
Has hecho pecar a Israel
Después de la muerte de Nabot, el Señor dirigió la palabra a Elías, el
tesbita: "Anda, baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que vive en
Samaria. Mira, está en la viña de Nabot, adonde ha bajado para tomar
posesión. Dile: "Así dice el Señor: '¿Has asesinado, y encima robas?,
Por eso, así dice el Señor: 'En el mismo sitio donde los perros han
lamido la sangre de Nabot, a ti también los perros te lamerán la
sangre.""Ajab dijo a Elías: "¿Conque me has sorprendido, enemigo mío?"Y
Elías repuso: "¡Te he sorprendido! Por haberte vendido, haciendo lo que
el Señor reprueba, aquí estoy para castigarte; te dejaré sin
descendencia, te exterminaré todo israelita varón, esclavo o libre. Haré
con tu casa como con la de Jeroboam, hijo de Nabal, y la de Basa, hijo
de Ajías, porque me has irritado y has hecho pecar a Israel. También ha
hablado el Señor contra Jezabel: "Los perros la devorarán en el campo de
Yezrael. " A los de Ajab que mueran en poblado los devorarán los
perros, y a los que mueran en descampado los devorarán las aves del
cielo."Y es que no hubo otro que se vendiera como Ajab para hacer lo que
el Señor reprueba, empujado por su mujer Jezabel. Procedió de manera
abominable, siguiendo a los ídolos, igual que hacían los amorreos, a
quienes el Señor había expulsado ante los israelitas. En cuanto Ajab oyó
aquellas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal y ayunó;
se acostaba con el sayal puesto y andaba taciturno. El Señor dirigió la
palabra a Elías, el tesbita: "¿Has visto cómo se ha humillado Ajab ante
mí? Por haberse humillado ante mí, no lo castigaré mientras viva;
castigaré a su familia en tiempo de su hijo."
Amad a vuestros enemigos
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído que se dijo:
Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo:
Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad
por los que os persiguen y calumnian. Así seréis hijos de vuestro Padre
que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y
manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los os aman,
¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si
saludáis sólo a vuestro hermano, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No
hacen lo mismo también los paganos? Por tanto, sed perfectos como
vuestro Padre celestial es perfecto".
Palabra del Señor.
BUENOS DÍAS:
Meditación de hoy.
Los separó un carro de fuego, y Elías subió al cielo
Cuando el Señor iba a arrebatar a Elías al cielo en el torbellino, Elías
y Eliseo se marcharon de Guilgal. Llegaron a Jericó, y Elías dijo a
Eliseo: "Quédate aquí, porque el Señor me envía solo hasta el Jordán."
Eliseo respondió: "¡Vive Dios! Por tu vida, no te dejaré."Y los dos
siguieron caminando. También marcharon cincuenta hombres de la comunidad
de profetas y se pararon frente a ellos, a cierta distancia. Los dos se
detuvieron junto al Jordán; Elías cogió su manto, lo enrolló, golpeó el
agua, y el agua se dividió por medio, y así pasaron ambos a pie enjuto.
Mientras pasaban el río, dijo Elías a Eliseo: "Pídeme lo que quieras
antes de que me aparten de tu lado." Eliseo pidió: "Déjame en herencia
dos tercios de tu espíritu." Elías comentó: "¡No pides nada! Si logras
verme cuando me aparten de tu lado, lo tendrás; si no me ves, no lo
tendrás." Mientras ellos seguían conversando por el camino, los separó
un carro de fuego con caballos de fuego, y Elías subió al cielo en el
torbellino. Eliseo lo miraba y gritaba: "¡Padre mío, padre mío, carro y
auriga de Israel!" Y ya no lo vio más. Entonces agarró su túnica y la
rasgó en dos; luego recogió el manto que se le había caído a Elías, se
volvió y se detuvo a la orilla del Jordán; y agarrando el manto de
Elías, golpeó el agua diciendo: "¿Dónde está el Dios de Elías, dónde?"
Golpeó el agua, el agua se dividió por medio, y Eliseo cruzó.
Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidad de no practicar
vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo
contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por
tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante,
como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin
de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo
que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que
ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los
hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las
esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han
recibido su paga. Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra
la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que
ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos,
como los farsantes, que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que
ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando
ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note,
no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que
ve en lo escondido, te recompensará.
Palabra del Señor.
BUENOS DÍAS:
Meditación de hoy.
Elías fue arrebatado en el torbellino, y Eliseo recibió dos tercios de su espíritu
Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno
encendido. Les quitó el sustento del pan, con su celo los diezmó; con el
oráculo divino sujetó el cielo e hizo bajar tres veces el fuego. ¡Qué
terrible eras, Elías!; ¿quién se te compara en gloria? Tú resucitaste un
muerto, sacándolo del abismo por voluntad del Señor; hiciste bajar
reyes a la tumba y nobles desde sus lechos; ungiste reyes vengadores y
nombraste un profeta como sucesor. Escuchaste en Sinaí amenazas y
sentencias vengadoras en Horeb. Un torbellino te arrebató a la altura;
tropeles de fuego, hacia el cielo. Está escrito que te reservan para el
momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a
padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel. Dichoso quien
te vea antes de morir, y más dichoso tú que vives. Elías fue arrebatado
en el torbellino, y Eliseo recibió dos tercios de su espíritu. En vida
hizo múltiples milagros y prodigios, con sólo decirlo; en vida no temió a
ninguno, nadie pudo sujetar su espíritu; no hubo milagro que lo
excediera: bajo él revivió la carne; en vida hizo maravillas y en muerte
obras asombrosas.
Vosotros rezad así
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando recéis no uséis
muchas palabras, como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho
les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os
hace falta antes que se lo pidáis. Vosotros rezad así: Padre nuestro del
cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en
la tierra como en el cielo; danos hoy el pan nuestro; perdónanos
nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han
ofendido; no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno.
Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del
cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco
vuestro Padre perdonará vuestras culpas.
Palabra del Señor.
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