Leamos la BIBLIA
En 1263, Pedro de Praga apareció y no se sabe de donde y después de que
ocurrió el milagro, desapareció y nunca más se supo de él. El Padre de
Praga era un buen hombre, de grandes virtudes, pero a causa de las
corrientes ideológicas que se desataron entonces, estaba teniendo
grandes dudas sobre la presencia física de Jesús en la Eucaristía. Él
viajaba en una Peregrinación hacia Roma, porque creía que orando en la
tumba de San Pedro, el de la fe inquebrantable (Sn.Lc.22,32-); y en la
tumba de uno de los grandes orígenes de fortaleza de nuestra Iglesia,
San Pablo, estaría lleno de la fe que él necesitaba para permanecer en
su ministerio.
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