sábado, 11 de marzo de 2017

Experiencias Religiosas y Escrituras: octubre 2015

Experiencias Religiosas y Escrituras: octubre 2015










































viernes, 30 de octubre de 2015





Jesus y Yohanan Ben Zakkai sobre el templo


La comparación de Jesús con su contemporáneo Yohanan Ben Zakkai en
relación al templo ilumina la actitud del primero. Este Yohanan era el
más conocido discípulo de las escuelas de Hillel y de Shammai (mAbot 2,8
y JNed 5,39b). Jesús y Yohanan eran de Galilea y ambos sufrieron por la
fría recepción que recibieron de sus compatriotas. Yohanan llegó a
maldecir a los galileos exclamando: "Oh Galilea, Galilea, tu odias la Torá, por lo tanto caerás en las manos de los ladrones" (Y.
Shab. 15d). Ambos enseñaron en el templo (Mc 122,35 y Pes 26a). Ambos
amaban el templo y sus liturgias, a pesar que profetizaron su
destrucción. Yohanan exclamó delante del templo: Oh templo, templo, ¿porque te atemorizas a ti mismo? Yo
sé que deberás ser destruido. Zacarias, el hijo de Iddo (11,1)
profetizó formalmente sobre ti, "Abre tus puertas, Oh Libano, para que
el fuego pueda devorar tus cedros".
Para más detalles: J. Charlesworth, Jesus and the Temple,  p.174-183

jueves, 22 de octubre de 2015






Las Palabras de Adán en el Hades a Lazaro (Apócrifo eslavo)








La siguiente es la traducción del apócrifo eslavo Palabras de Adán en el Hades a Lázaro:





El
relato se desarrolla en el Hades y comienza con la entonación de David quien se
alegra porque en la tierra ha nacido Jesús el Salvador.
Compañeros, cantemos canciones hoy día y dejemos atrás la
tristeza, alegrémonos. Tomó David el arpa, puso sus dedos en las cuerdas vivas,
se sentó  y (¿?).  Ha llegado el tiempo de la alegría, llegó el
día de la salvación, ya escucho a los pastores que tocan las flautas en el
pesebre, y su voz que llega al portón, y a mis oídos llegan, y ya escucho las
pisadas de las pesuñas de los caballos persas, ellos le traen regalos a Él en
el pesebre desde sus reinos al rey de los cielos, que hoy en la tierra ha
nacido. Oh, compañeros, esto nosotros durante muchos días lo deseamos porque
hay un trono en el cielo y la tierra es el estrado de sus pies, y su madre
virgen yace en el pesebre, se envuelve el cielo con las nubes, y la tierra le
dice:  Oh Rey grande y celestial, ¿qué te
trajo a nosotros abajo a la tierra? ¿Es que acaso este establo deseabas o la
paja en la que ahora yaces?¡ De prisa, el desquiciado Herodes afila la espada
para matarte! 
A
continuación toma la palabra Adán, y su discurso concentra la atención del
relato.
Y dijo Adán a los que estaban en el Hades: Venid profetas y
todos los justos, hagámosle saber a Cristo con lágrimas, al que vive en nuestro
tiempo, si quiere  librarnos de este
tormento.
Isaías y Jeremías se rieron de Adán y de su debilidad y le
dijeron a David: El portón del Hades es de fierro, el cerrojo de metal, el
candado de piedra, y todo unido con fuerza. ¿Quién de nosotros puede desde aquí
hacer llegar este mensaje?
Entonces David les dijo claramente: Uno de nosotros, uno
que lleva cuatro días, Lázaro, el amigo de Cristo, mañana regresará (a la tierra), tú le llevaras las
noticias de parte de nosotros.
Y escuchando esto, Adán, la primera persona creada, comenzó
a golpearse con sus manos su cara muy fuerte y dijo: Lazaro,  amigo luminoso de Cristo, informad de mi
parte al Poderoso: “A ti se dirige tu primera creación, Adán. Señor, tú me
creaste para estar poco tiempo sobre la tierra, y luego, habiendo sido juzgado,
para muchos años de sufrimiento en el Hades. ¿Es para esto que has llenado la
tierra de personas, oh Altísimo? Y ahora, mis amados nietos están en medio de
las tinieblas, por causa de Satanás sufren en el Hades, insultos y agravios
llenan los corazones, las lágrimas llenan sus ojos y limpian las pupilas, y
deseamos, ya sin fuerzas, que Cristo nos recuerde. En la tierra por poco tiempo
vimos la bondad, y ahora en medio de insultos nos encontramos por muchos años. Por
poco tiempo fui el rey de todas las creaturas de Dios, y ahora, por muchos días
soy esclavo del Hades y me encuentro bajo el poder de los demonios. Por poco
tiempo vi tu luz, y ya por muchos años que no veo tu sol brillante y no siento
el viento. Señor, si yo pequé más que todos los hombres, por mis acciones me
has juzgado, no me quejo, pero Señor, ten misericordia porque fui creado a tu
imagen y ahora el diablo se ríe de mí; a tu imagen fui creado, y el mal me hace
sufrir. (¿?) A ti Señor, el primer patriarca Abraham, tu amigo, el que por ti
quería sacrificar a su amado hijo Isaac, y al que le dijiste: Por ti Abraham
serán bendecidas todas las generaciones de la tierra, ¿y es que acaso él pecó?
Y he aquí que en el Hades todos sufren y suspiran. Y a Noé el justo que tu
elegiste, Señor, de en medio del fuerte diluvio, ¿no puedes acaso liberar del
Hades? ¿Es que acaso ellos pecaron como lo hice yo? Y al gran profeta Moisés,
oh Señor, ¿es que acaso pecó? Y aquí está con nosotros en las tinieblas del
Hades. Y a David, oh Señor, tú lo alabaste en la tierra, y le diste poder para
gobernar sobre muchos, y compuso el salterio con el arpa, ¿es que acaso pecó? Y
aquí está con nosotros en el Hades sufriendo, frecuentemente se queja, ¿es que
acaso pecaron como yo? Y el gran profeta Juan que bautizo al Señor, el cual
nació bajo la bendición del arcángel Gabriel, y en el desierto fue educado
desde su juventud, comiendo miel salvaje y fue asesinado por Herodes, ¿es que
acaso, oh Señor, pecó  que está aquí con nosotros
en el Hades sufriendo? Y grandes profetas como Elías y Enoc, los que cumplieron
los mandamientos más que cualquier justo en la tierra, se quejan, y ¿no quieres
por ellos perdonarnos? ¿O es que esperas tu tiempo?¿O simplemente cuando tú lo
quieras? Tú sabes que nosotros somos solo personas, y Tú, oh Señor, paciente,
sin embargo, venid a nosotros de prisa y libéranos del Hades, captura al
diablo, y los ebrios judíos te reconocerán y nosotros los creyentes  nos arrodillaremos delante de ti, Cristo, reconociendo
tu santidad y glorificando a la Santísima Trinidad, al Padre y a Jesús.
Fuente: Памятники Старинной Русской Литературы
(С. Петербургъ, 1862) 11-12

miércoles, 14 de octubre de 2015






Hillel el viejo, Jesús, y la pobreza


En
el relato del joven rico (Mc 10,17-30) queda claro que para pertenecer
al círculo íntimo de Jesús es necesario renunciar a los bienes
materiales. En ese sentido es un paso aún más radical que el del rabino
Hillel el viejo, una generación anterior a Jesús. Para este rabino,
igual que para Jesús, la pobreza no es un impedimento al momento de
dedicar la vida al estudio y práctica de la Torá. Se cuenta que en
cierta ocasión, habiendo dado lo poco que tenía a los pobres, Hillel
quedó sin dinero para entrar en la casa de estudio de la Tora. Entonces
se subió al tejado para escuchar a los rabinos desde fuera. En esta
posición se quedó toda lo noche hasta que la nieve lo cubrió entero. A
la mañana siguiente, el sábado, los rabinos descubrieron cómo su cuerpo
se reflejaba en el tragaluz, subieron al techo, y le liberaron. A pesar
que era sábado, los rabinos dijeron: Por alguien como él vale verdaderamente la pena violar el sábado (Yoma
35b). Y es que si bien se puede violar el sábado para salvar la vida de
alguien, con más razón por alguien como Hillel el viejo. Nadie tiene
una excusa para no estudiar la Torá, después de todo hasta Hillel el
viejo se dedicó a su estudio a pesar de su pobreza. En ese sentido Jesús
radicaliza la postura de los discípulos de Hillel, no sólo la pobreza
no es un impedimento, sino que hay que elegirla. 

viernes, 9 de octubre de 2015





Algunas notas sobre los Fariseos


A pesar de lo poco que sabemos sobre los fariseos, una cuestión es
unánime en las fuentes, su inmenso interés en la interpretación y
aplicación de la Ley. En este sentido para ellos era fundamental el
desarrollo de la Ley Oral, que implicaba la existencia de leyes que no
estaban establecidas en la Torá escrita. Este es un tema sensible en el
N.T. Ejemplo de estas polémicas: el lavarse las manos o bañarse antes de
las comidas (Mc 7,1-8); no compartir la mesa con pecadores o publicanos
(Mc 2,16-17); ayunar en otros días que no sean el Yom Kippur (Mc
2,18-20); criterios para sanar en el Sábado (Mc 3, 3-6); la cancelación
de los juramentos (Mc 7,9-13); el divorcio. El término fariseo viene de perush que
si bien implica el apartarse puede tener una connotación positiva. Esto
es lo que cree Eliezer Ben Yehuda  quien define la palabra como quien se ha distanciado especialmente de los deseos y de los pecados (Milon
Halashon HaIvrit: Hayeshana Vehachadasha, Jerusalem&Berlín 1944).
Sin embargo, esta connotación positiva es un asunto que se debate. A
pesar que Josefo calcula en 6000 el número de fariseos, es posible que
sus simpatizantes hayan sido aún más (Ant. 17,42). Esto los convertía,
si bien no en mayoría, si en un grupo respetable. El mismo Josefo nos
dice que los fariseos contaban con el apoyo de las masas (Ant. 13, 298).
Es interesante constatar que los fariseos no se identificaban con una
clase social en particular, como sería el caso de los Saduceos. Más aún,
a diferencia de los miembros del Qumrán, nada parecido a una jerarquía
social o sacerdotal distinguía a los miembros de la secta. Es verdad que
existían maestros o rabinos, pero no era en nada parecido a la
jerarquía saduquea o qumránica.  Lo mismo se puede decir con respecto al
origen urbano y rural de sus miembros. Esta cualidad democrática del
grupo, sin embargo, no los hacía unos sujetos al margen de los
movimientos sociales o políticos del momento. Al contrario, se movían
muy en relación con el poder político, religioso y económico de su
tiempo. Desde el tiempo de Juan Hircano ya se disputaban el poder codo a
codo con los saduceos, y como un péndulo, éste iba de un grupo a otro
dependiendo de las preferencias reales. También hay que reconocer que
los fariseos estaban envueltos en el funcionamiento del Templo de
Jerusalén. M.Yoma 1,5 nos recuerda el juramento del sumo sacerdote en el
Yom kippur en el sentido de remover de las manos de los saduceos. Sea
real o simbólico, es un juramento que implica un formal reconocimiento
al sistema halakico fariseo por parte del sumo sacerdote. También
recordemos la frase del Talmud Babilónico respecto a Juan, un sumo
sacerdote que lo fue por 80 años y que al final se convirtió en saduceo
(BT Berachot 29a), lo que implica que hasta ese momento fue fariseo.
Además, las fuentes nos indican que hubo momentos cuando los fariseos
fueron presidentes del Sanedrín (M. Hagiga 22; Tosefta Hagga 2)

lunes, 5 de octubre de 2015






La relación de Jesús con el templo


La relación
de Jesús con el templo de Jerusalén es más ambigua de lo que aparece a
simple vista. Así en Mc 14,1-2 se dice que los jefes de los sacerdotes y
los escribas planeaban la forma de matar a Jesús, pero no se decidían
hacerlo durante la Pascua por temor a un levantamiento popular. Los
críticos no le conceden una relevante historicidad al hecho, sin
embargo, si incluso así sucedió, el texto no dice nada respecto a una
supuesta animosidad de Jesús respecto al templo. En Mc 11, 27-28 los
jefes de los sacerdotes, los escribas y  los ancianos le preguntan a
Jesús que con qué autoridad ha hecho el signo de la purificación del
templo. De nuevo, la purificación del templo es un acto profético, no
cabe duda al respecto, pero que no necesariamente va en contra del
santuario por sí mismo. Es más bien una crítica contra la corrupción de
los sacerdote, incluso del Sumo sacerdote, como otros textos rabínicos
confirman (Minhot 13,21 [Tosefta] y Pesahim 57,1 [Talmud Babilonia]). Y
es que después de todo Jesús enseñaba cada día en el templo (Mc 14,
48-49) durante su estadía en Jerusalén. El templo era el centro
neurálgico de la actividad de Jesús en la capital (Mc 12, 35; 14,49; Mt
21,23; 26, 55; Lc 19,47; 20,1; 21, 37; Jn 7,14.28; 8,2; 18,20). En Lc se
nos dice que Jesús cada día enseñaba en el templo, y que sólo en la
noche se retiraba al monte de los Olivos donde se quedaba con sus
discípulos. Esto la gente lo sabía, por ello se levantaban cada mañana
para ir a escucharlo en el templo (Lc 21, 37-38). Entonces, ¿en qué
consistió la purificación del templo? La exclamación de Jesús es
fundamental: Está escrito: Mi casa será casa de oración para todas las naciones, mientras que ustedes la han convertido en cueva de asaltantes (Mc 11, 15-20). Es
evidente que Jesús está solidarizando con aquellos que sienten y sufren
la corrupción en las operaciones financieras del templo, posiblemente
en el cambio del dinero. En el Testamento de Moisés  (7,6-10) leemos
la crítica directa a los sacerdotes que consumen os bienes del pobre
para llevar una vida de príncipes y justificando todo con supuestos
actos de justicia. Más aún, se cuidan de  tocar cosas impuras, mientras
sus labios y su mentes están llenas de ellas. Algo de esto tenemos
cuando Jesús alaba a la viuda pobre quien da a través de su humilde
ofrenda todo lo que tiene. En ese sentido Jesús enlaza con tradiciones
proféticas clásicas como la de Jeremías 7,11. Éste proclamó la eminente
destrucción del templo debido a los pecados de los israelitas (7,1-34),
pero a pesar de sus profecías no se le puede considerar anti-judío. Más
aún muchos estaban de acuerdo con sus advertencias respecto a las
consecuencias del pecado del pueblo. Y no sólo se trataría de la crítica
de Jesús contra  los cambistas que pululaban en el amplio atrio
expandido por la reforma de Herodes y que engañaban a los pobres con
medidas de cambio truculentas. También diría relación con las monedas
que ocupaban para el cambio. Para los judíos piadosos, como Jesús, que
se usasen  los shekels tirios eran un atentado contra el segundo
mandamiento porque contenían la imagen del rey Melkart al modo de
Hércules con la inscripción pertenece a la invencible y santa Tiro.  La
problemática de estas monedas se refleja en la historia del impuesto al
templo en Mat 17, 24-27 donde Jesús accede a pagar con una moneda de
plata que encontró milagrosamente Pedro en el vientre de un pez. Como
sea, es posible que el uso de estas monedas  en el templo, en vez de las
de bronce  que evitaban cualquier representación humana o divina,
enfureciese a Jesús como judío piadoso. Para más detalles: J. H.
Charlesworth, Jesus and Temple, Textual and Archeological , p. 155-172

jueves, 1 de octubre de 2015






Impureza ritual e impureza moral


En una entrada anterior introducimos el concepto de la impureza ritual y
ahora me gustaría profundizarlo. La impureza ritual dice relación
especialmente con Lv 11-15 y Nm 19. En otras palabras, la impureza es el
resultado del contacto con un número de procesos y substancias
naturales como el nacimiento (Lv 12,1-8), algunas enfermedades de la
piel (13, 1-46; 14,1-32), hongos en las ropas (13, 47-59) y en las casas
(14,33-53), algunas eyaculaciones genitales (15,1-33), contacto con el
cadáver de algunos animales (11, 1-47) y de los hombres (Nm 19,10-22), y
paradojalmente como resultado de algunas actividades sacrificiales (Lv
16,28; Nm 19,7-8). La impureza se podía prolongar por un determinado
número de días que se podían acortar si se seguían los ritos
purificatorios pertinentes. Lo que queda claro, en todo caso, es que
muchas de las causas de la impureza son naturales e inevitables. Algunos
se siguen del cumplimiento mismo de la Ley. ¿Acaso no es perentorio
enterrar a los padres (Lv 21, 10-15)? O, ¿no le exigió Dios a los
hombres multiplicarse y poblar la tierra (Gn 1,28)? En este sentido,  la
impureza ritual no tiene nada que ver con el pecado.




Otra forma
de impureza, sin embargo, es la moral. Esta impureza es el resultado de
ciertas conductas sexuales (Lv 18,24-30), idolatría ( 19,31; 20,1-3),
derramamiento de sangre (Nm 35, 33-34). Estas conductas son llamadas
"abominaciones" y afectan personalmente al pecador (Lv 18,24), a la
tierra de Israel (Lv 18,25; Ez 36,17) y al templo de Jerusalén (Lv 20,3;
Ez 5,11). Estas impurezas son consideradas tan graves que pueden
implicar la ira de Dios y la potencial expulsión del pueblo de la tierra
(Lv 18,28; Ez 36,19). Un texto iluminador en este sentido es Nm 35,
30-34: En casos de homicidio,
se dará muerte al homicida después de oír a los testigos. Pero un
testigo no basta para dictar pena de muerte. 
  35,31: No aceptarán rescate por la vida del homicida condenado a muerte, porque debe morir. 35,32: Tampoco
aceptarán rescate del que buscó asilo en una ciudad de refugio, para
dejarle volver a vivir en su tierra, antes de que muera el sumo
sacerdote.


  35,33: No
profanarán la tierra donde viven: con la sangre se profana la tierra, y
por la sangre derramada en tierra no hay más expiación que la sangre
del que la derramó.
35,34: No contaminen la tierra en que viven y en la que yo habito. Porque yo, el Señor, habito en medio de los israelitas.
  Para más detalles: J. Klawans, Purity, Sacrifice and the Temple, Oxford, 2006. 









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