sábado, 11 de marzo de 2017

Parashat Vayera | Proyecto Jai

Parashat Vayera | Proyecto Jai













Parashat Vayera


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Posted on noviembre 17, 2016


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VAYERA


1 – Y EL ADONAI SE LE APARECIO EN LAS ENCINAS DE MAMRE, ESTANDO EL SENTADO A LA ENTRADA DE LA TIENDA, DURANTE EL CALOR DEL DIA.
1 – Y EL ADONAI SE LE APARECIO:
Abrahám acababa de practicarse el acto de la circuncisión. Temía que la
señal de la alianza levantase una barrera entre él y el resto de los
mortales y que le condenase al aislamiento. Por eso se le apareció el
Eterno; para hacerle comprender que, si bien la circuncisión le alejaba
de los hombres, le acercaba sin embargo a Él, ya que, gracias a ella,
Dios le consideraba digno “de recibir Su visita y se informaba acerca de
su estado de salud” (Rashí y Rabbá Cap. 47).
Pero
esta nueva dignidad aumenta el peso de sus responsabilidades. Pues, al
contraer la Alianza Sagrada, Abrahám se convierte en el “padre de una
muchedumbre de naciones” es decir que asume una responsabilidad moral
semejante a la que tiene un padre con respecto a sus hijos. En cuanto a
los descendientes del Patriarca, en su calidad de {Benè Berìt… “hijos de
la Alianza”}, tienen con respecto a las demás naciones la misma
responsabilidad que el hermano mayor con sus hermanos menores. Por esta
razón, la Escritura califica a Israel de {benì bejorì… primogénito del
Eterno}.
Tan
pronto “entra en la Alianza”, Abrahám es llamado a concientizar de su
papel de “padre”. En efecto, el objetivo de Dios no era sólo “visitar al
enfermo”, sino también anunciarle solemnemente la suerte que esperaba a
la ciudad de Amorà y a sus habitantes (v. 20), pues, aunque la
circuncisión le ha hecho distinto a los demás hombres, Abrahám debe
tomar conciencia de la solidaridad que le une a su generación. La suerte
de sus contemporáneos le concierne directamente, y no puede dejarle
indiferente, como tampoco un padre puede permanecer indiferente al
destino de sus hijos. Más adelante, los Sabios declararán: Si ves que
una generación padece grandes desgracias, ve y examina los actos de los
jueces de Israel, pues son ellos los responsables de las calamidades que
caen sobre el mundo” (Shab. 139 a).
ESTANDO EL SENTADO A LA ENTRADA DE LA TIENDA: Esta
es una actitud típica de Abrahám: El Patriarca se sienta a los pies de
Dios, su Amo, para escuchar su lección. De la misma manera, Israel se
queda sentado durante la recitación del {Shem`a Yisrael} para recibir el
Mensaje Divino que le está dirigido. Abrahám se sienta a la entrada de
la tienda de Israel para acoger a todos los que desean incorporarse a la
alianza. Se sienta a la entrada de su morada para ofrecer la
hospitalidad a todos los extranjeros, de cualquier religión que sean. Y
se sienta a la entrada del infierno para cerrarles el paso a todos los
que llevan la señal de la Alianza (Rabbá ibìd.). Cuando los judíos se
disponían a salir de Egipto, la sangre de la circuncisión apareció
también como señal de protección en el dintel de las casas judías (Ex.
XII, 23).
DURANTE EL CALOR DEL DIA:
“El sol caritativo lleva la curación en sus rayos” (Malajì III, 20). El
texto, añade Najmánides, nos da estos detalles para recalcar el hecho
de que Abrahám no estaba de ninguna manera preparado en aquel momento a
realizar un acto profético. No se encontraba en un estado propicio a la
oración o al éxtasis místico. Sencillamente, se estaba reponiendo de la
operación a la que se había sometido (la circuncisión), y esperaba que
se le presentara una oportunidad de poder ofrecerle su hospitalidad a
alguien. Fue entonces cuando se le apareció Dios.
Este
hecho es importantísimo, pues nos permite comprender el concepto judío
de la profecía. ¡Se han dicho tantas cosas al respecto! Para muchos, la
profecía corresponde a un estado de exaltación, de éxtasis, o de trance
clarividente. Algunas doctrinas filosóficas judías están impregnadas del
concepto según el cual el esfuerzo de abstracción física y espiritual
realizado por un individuo en una situación de total aislamiento (método
de {Hit-bodedùt} conduce al estado profético. Sin embargo, hay un
abismo entre estas teorías y la realidad del hecho profético. No es el
pensamiento abstracto lo que atrae al espíritu de Dios, sino la acción,
la acción inspirada en la devoción. Nuestros Sabios han insistido en el
hecho de que la profecía no es el producto de una imaginación enfermiza
ni de un estado de excitación o de hipersensibilidad; el Espíritu Divino
– dicen – no desciende sobre el hombre que está deprimido o afligido,
ni tampoco sobre aquel que se encuentra en un estado de exuberancia o de
disipación alocada. Sólo desciende sobre el hombre que experimenta la
alegría del cumplimiento de una mitzvá (Shab. 30 b). Y cuando la
Escritura habla de una revelación que se produce durante el sueño, el
sueño en sí no es más que el medio utilizado por Dios para transmitirle
al hombre su mensaje; no es en absoluto la manifestación de un estado
visionario o extático. En este pasaje, podemos ver que Abrahám se
convierte en {Navì} en un estado de perfecta claridad y serenidad
mental. (Rabì. S.R Hirsch).

2
– Y ALZO SUS OJOS, Y VIO, Y HE AQUI QUE TRES VARONES ESTABAN EN ENCIMA
DE EL; Y CUANDO LOS VIO, CORRIO A SU ENCUENTRO, DESDE LA PUERTA DE SU
TIENDA, E INCLINOSE HACIA LA TIERRA.
2 – Y VIO, Y HE AQUI QUE TRES VARONES…: Rashí
explica: “Uno para anunciarle la feliz noticia referente a Sarah
(Mijaèl). Otro para destruír a Amorà (Gabriel). Y otro para curar a
Abrahám (Rafael)”. Pero si, como lo indica Rashí, “el mismo mensajero no
puede cumplir dos misiones distintas”, ¿por qué entonces fue el ángel
Gabriel el encargado de salvar a Lot? Porque – contesta Rabénu Bajyàh –
en las dos misiones se trataba de aplicar el mismo principio, el
principio de amor. En estos casos, se le puede encomendar a un solo
ángel la responsabilidad del cumplimiento de ambas tareas; en cambio,
cuando se trata de aplicar principios opuestos, como pueden ser el
castigo y la gracia, deben intervenir diferentes ángeles. Pues “la paz
que reina en las alturas celestiales” (Iyòb XXV, 2) está fundada en el
orden jerárquico que rige la atribución especifica en un factor
determinado de la Creación.
ESTABAN ENCIMA DE EL; Y CUANDO LOS VIO, CORRIO A SU ENCUENTRO: Si
estaban “encima” de él, ¿qué significa la frase: “Corrió a su
encuentro”? Y ¿por qué está repetida dos veces la palabra {vayerà} en el
mismo versículo?
Estas
singularidades ponen de manifiesto las dudas que asaltaron el corazón
de Abrahám. ¿Eran los tres personajes viajeros árabes o ángeles con
apariencia humana, como podía dejarlo suponer su buena presencia?
Abrahám vio a unos extranjeros y quiso correr a su encuentro, pero
entonces presintió que eran seres superiores, que estaban “por encima”
de su nivel de hombre. Esta incertidumbre le dictó la conducta que
adoptó con ellos: Por una parte, hizo que se lavaran los pies, pensando
que eran árabes que se prosternaban ante el polvo de sus pies. Es decir
que se preocupó de que no entrase en su morada el objeto de un culto
idólatra. Mandó que se les preparase una comida abundante, para que “se
repusieran”. Pero, por otra parte, “se postró en tierra” delante de
ellos, como si supiera que se trataba de Mensajeros Divinos y quisiera
rendirles los honores que les correspondían. Además, al dirigirse a
ellos, o, al menos, al más alto de los tres, empleó el nombre {Ado-naì.
Señor}, cuyo significado es doble, profano (“Señores”) y sagrado
(“Dios”). La comida que les ofreció pudo tener entonces el valor de un
sacrificio de homenaje a la Divinidad. (La elección del animal y otros
detalles visualizan el futuro ritual de los sacrificios; Cf. Rashí
Números VII, 21).

3 – Y DIJO: “SEÑOR MIO, SI HE HALLADO GRACIA A TUS OJOS, TE RUEGO NO PASES DE LARGO A TU SIERVO.
3 – Y DIJO: “SEÑOR…: Rashí
emplea los dos valores que los maestros del Talmùd (Shevu`ot 35b) le
atribuyen a la palabra {Ado-naì} lo profano y lo sagrado. El hecho de
que los masoretas hayan puntuado la palabra con un Kamats parece
demostrar, añade Rabenu Bajyàh Ibn Pakùda, que, para ellos, {Ado-naì}
designa a Dios. Pues los nombres que llevan la vocal Kamats corresponden
al estado absoluto, mientras que los que llevan una Pataj corresponden
al estado materia. Por lo tanto, cuando la palabra {Ado-naì} está
puntuada con un Kamats, designa a Dios, pero si lleva la vocal Pataj, se
refiere a los seres humanos. Así pues, concluye Rabenu Bajyáh, es de
fundamental importancia que no confundamos estas dos vocales, tanto en
la escritura como en la pronunciación, pues ésta tambien debe marcar la
diferencia, (Observación que constituye un argumento a favor de la
pronunciación ashkenazì).
NO PASES DE LARGO A TU SIERVO:
“Es a Dios a quien se dirige aquí Abrahám para pedirle que espere
mientras se ocupa de sus huéspedes”. (Rashí). Podemos deducir de esto,
enseña Rabi Yehudàh, que el deber de hospitalidad prevalece sobre la
obligación de acoger a la Shejiná (Shab. 127a) Enseguida después del
establecimiento de la alianza entre Dios y Abrahám, la Toràh nos enseña
aquí que el primer deber del judío consiste en mostrarse hospitalario
con todos sus semejantes, sea cual sea su origen; y que el deber
puramente humano de bondad y de caridad tiene prioridad sobre el deber
religioso de acoger a la Shejiná y de cumplir las prescripciones del
culto.

4 – TRAIGASE (SEA TRAIDA) UN POCO DE AGUA, Y LAVAD VUESTROS PIES, Y RECLINAOS DEBAJO DEL ARBOL.

5
– Y TRAERE UN BOCADO DE PAN, Y SUSTENTAD VUESTRO CORAZON. DESPUES
PASAREIS ADELANTE, POR CUANTO HABEIS PASADO CERCA DE VUESTRO SIERVO Y
ELLOS DIJERON: “HAZLO ASI, CONFORME HAS DICHO.”
5 – Y TRAERE UN BOCADO DE PAN:
El banquete preparado por Abrahám tiene un triple significado. En
primer lugar, este banquete es una expresión de amor al prójimo, virtud
característica del Patriarca. Aunque para Abrahám el acto de caridad
humana es también un medio para infundir en el corazón de sus semejantes
el amor a Dios, como lo indica más lejos Rashí: “Cuando sus huéspedes
habían terminado de comer y de beber, Abrahám les decía: Bendecid a
Aquel a quien pertenece la comida con la que os habéis sustentado.
Vosotros creéis que lo que habéis comido es mío. Estáis equivocados, no
es mío sino de Aquel que ha creado el mundo.” (XXI, 33).
En
segundo lugar, este banquete equivale a un sacrificio que Abrahám le
ofrece al Eterno en señal de agradecimiento. El Patriarca no había
manifestado aún su gratitud por el don de la alianza y las generosas
promesas que Dios le había hecho. Consideró pues la llegada de los
mensajeros del Cielo como una oportunidad que le brindaba la Providencia
de presentar su oblación. Esto es lo que da a entender cuando dice:
“por eso (para darme la oportunidad de ofrecer un sacrificio a Dios)
habéis pasado cerca de vuestro siervo.” (v. 5).
En
tercer lugar, este banquete en el que vemos al Patriarca atender a los
ángeles, es como una prefiguración del “banquete de los justos” de la
Era Mesiánica, cuadro ideal que representa a los justos sentados a la
mesa y rodeados por los arcángeles en un ambiente de serena santidad y
de devoción a Dios. Este triple significado pone de realce el valor de
la {Se`udat Mitzvàh, la comida dedicada al cumplimiento de una Mitzvàh}.
Los alimentos están por lo tanto santificados por la Mitzvàh que
constituye el objeto del banquete y por las palabras de la Toràh que
acompañan el mismo. (El texto Tanajico alude a estas conversaciones
cuando dice: “arrimáos bajo este árbol” {tàjat ha`etz} pues esta frase
nos recuerda el {etz ha-jayìm… el árbol de vida}, expresión que designa a
la Toràh en Prov. III, 18, y en Mej. Ex. XV. 25).
DESPUES PASAREIS…:
{ajar ta`avòru} en lugar de {ta`avòru}. Esta última forma más sencilla
hubiera bastado para expresar la misma idea. He aquí un ejemplo de la
importancia que tiene para la Escritura la perfección estilística, como
lo indica el Talmud Nedarím 37b (Aunque según Rabi Nisím, se trata de un
elemento decorativo añadido por los escribas: {`Itur Sofrìm}.

6 – ABRAHAM FUE PRESUROSO A LA TIENDA DE SARAH, Y DIJO: “TOMA PRESTO TRES MEDIDAS DE HARINA, AMASA Y HAZ TORTAS.”
7 – Y ABRAHAM CORRIO AL GANADO Y TOMO UN BECERRO TIERNO Y BUENO, Y DIOLO AL MOZO, Y ESTE APRESUROSE A ADEREZARLO.
7 – Y ABRAHAM CORRIO AL GANADO: La
interpretación de todo este relato ha dado lugar a una acalorada
controversia entre Maimónides y Najmánides. El primero mantiene que
Abrahám tuvo una visión profética, como lo anuncia el primer versículo
del capítulo. Es decir que la visita de los ángeles, la acogida que les
brindó el Patriarca, y la solicitud que les demostró – como también la
noticia que le anunciaron a Sarah – no fueron hechos reales, sino que
formaron parte del contenido de aquella visión (Guía II, 42). En cambio,
según Najmánides, los huéspedes de Abrahám eran auténticos ángeles con
apariencia humana, ángeles que sólo pueden ser vistos por hombres muy
piadosos, puros e inspirados. Por lo tanto, los hechos relatados deben
ser interpretados al pie de la letra. Además, cuando la Escritura habla
de ángeles que aparecen o que se dirigen a algún ser humano, no se
refiere a un acto profético, sino a una revelación efectiva o que tiene
lugar durante el sueño.
Najmánides
ha invocado numerosos argumentos y ejemplos para apoyar su tesis; sin
embargo, el punto de vista de Maimónides tiene defensores como Don I
Abarbanel y Rabi Yomtov B. Abrahám (Ritvà).
AL GANADO: “El
becerro se había escapado y se detuvo a la entrada de la cueva de
Majpelá. Abrahám corrió tras él; y al alcanzarlo, descubrió maravillado
la cueva donde reposaban los cuerpos del primer hombre y de la primera
mujer: Adám y Eva. Sintió entonces deseos de descansar un día a su
lado.” (Pirke de Rabì Eliezer cap. 36). En cuanto a los propietarios de
aquel campo ignoraban la existencia de la cueva (Najmánides XXIII, 9).
Pocas horas después de descubrir el lugar que, un día, había de albergar
su sepultura, Abrahám recibió la noticia de que iba a tener un hijo de
Sarah, su esposa. Debió pensar que se trataba de una nueva manifestación
de gracia por parte de la Providencia (El Midrash se basa en la
similitud de las palabras {Kever} y {bòker}.

8
– ENTONCES TOMO MANTECA Y LECHE Y EL BECERRO QUE HABIA ADEREZADO, Y LOS
PUSO DELANTE DE ELLOS; Y EL QUEDO EN PIE JUNTO A ELLOS, DEBAJO DEL
ARBOL; Y ELLOS COMIERON.
9 – Y LE PREGUNTARON: “¿DONDE ESTA SARAH, TU MUJER?” Y EL RESPONDIO: “AHI, EN LA TIENDA.”

10
– Y DIJO (UNO): “VOLVER VOLVERE A TI, CUANDO RETORNE LA ESTACION, Y HE
AQUI QUE SARAH, TU MUJER, TENDRA UN HIJO,” Y SARAH ESCUCHABA A LA PUERTA
DE LA TIENDA, QUE ESTABA DETRAS DE EL (DEL ANGEL).
10 – Y DIJO (UNO): “VOLVER VOLVERE A TI, CUANDO RETORNE LA ESTACION: Hasta
entonces, Abrahám no sabía si sus huéspedes eran viajeros extranjeros o
ángeles. Fue el anuncio del nacimiento de Isaac lo que le reveló la
presencia Divina. En efecto, advierte el Zohar, Dios era el Unico Ser
que podía garantizarle un hijo a Sarah, “ya que la clave del nacimiento,
particularmente en el caso de una mujer estéril, está en las manos de
Dios” (Taanit 2 a). Por lo tanto, fue la voz Divina quien anunció: {shov
ashùv… “volveré” (como lo revela el empleo de la primera persona);
también el verbo: {vayomer} cuando no lleva sujeto, se refiere
generalmente a Dios. Asimismo, Dios es el sujeto implícito de las dos
frases: {vehù ajaràv}.
La
presencia invisible del Eterno, domina pues toda la escena en la que los
ángeles anuncian el nacimiento milagroso del hijo de Abrahám y de
Sarah.
VOLVERE:
La expresión: {shov ashùv} significa: volveré para “acordarme de
Saráh,” como lo confirma el texto más adelante (XXI, 1) – y volveré para
darle la vida a Yitzjàk por segunda vez en la hora de su sacrificio
(pues en aquel momento “su alma salió de su cuerpo”. Pirke de Rabì
Eli`ezer cap. 31).

11 – Y ABRAHAM Y SARAH ERAN ANCIANOS, ENTRADOS EN DIAS; Y HABIA CESADO EN SARAH LA COSTUMBRE DE LAS MUJERES.

12 – Y RIOSE SARAH EN SU INTERIOR, DICIENDO: “¿DESPUES DE ENVEJECIDA HE DE TENER DELEITE, SIENDO VIEJO MI SEÑOR TAMBIEN?”
12 – Y RIOSE SARAH EN SU INTERIOR:
“No hay nada que deba sorprendernos en el comportamiento de Sarah. Es
lógico que no pueda dar crédito a una noticia tan inverosímil y que se
sonría escépticamente cuando su marido le confirma que será madre a una
edad tan avanzada como la suya. Pero lo que Sarah no sabe es que esta
risa acompañará a su descendencia durante toda su historia, que el mundo
entero se encogerá de hombros ante el empeño de Israel por seguir
viviendo a despecho de las leyes de la experiencia humana. No sabe que,
en todas las épocas, los judíos despertarán el mismo interés que suelen
despertar los fenómenos de la naturaleza; que nuestra existencia
desconcertará a los hombres, que tendremos el valor y la insolencia de
sobrevivir a innumerables persecuciones y de mantenernos a pesar de
nuestra debilidad, hasta mucho después de que nuestros poderosos
enemigos hayan desaparecido. Desde Yitzjàk, vivimos a despecho de la
lógica histórica y del sentido común, pues desde nuestros orígenes, nos
sostiene la misión que nos ha sido encomendada” (Rabì S. R. Hirsch).

13
– Y ADONAI LE DIJO A ABRAHAM: “¿POR QUE SE HA REIDO SARAH, DICIENDO:
¿SERA CIERTO QUE YO HE DE PARIR, AHORA QUE HE ENVEJECIDO?
13 – ¿POR QUE SE HA REIDO SARAH?:
También Abrahám se rió cuando recibió la noticia de que iba a tener un
hijo de Sarah. Sin embargo, Dios no se lo reprochó. (XVII, 17). Onkelos y
Najmánides parecen querer justificar esta diferencia interpretando la
risa de Abrahám como una manifestación de alegría y la de Sarah como una
expresión de burla. Pero el Midrash Haggadol explica lo siguiente:
Cuando dos personas, de las cuales una es más importante que la otra,
cometen una mala acción, se reprende a la que es menos importante; la
otra comprende entonces su error por sí sola.

14
– ¿ACASO HAY ALGUNA COSA DEMASIADO DIFICIL PARA ADONAI? AL PLAZO FIJO
VOLVERE A TI, CUANDO RETORNE LA ESTACION, Y SARAH TENDRA UN HIJO.”
14 – AL PLAZO FIJO VOLVERE A TI.
(Cf Rashí XXI, 2: “Trazó una raya en la pared. Cuando el sol vuelva
sobre esta raya, le dijo, el año que viene, Sarah tendrá a su hijo”.
Como lo indica Rashí en el versículo 10, el nacimiento fue anunciado en
Pesaj, y el Pesaj siguiente, nació Isaac. Sarah concibió en Rosh Hashaná
(hecho que conmemoramos cuando leemos en esta fiesta el texto:
{va-Ado-naì pakàd et Saràh} (Gen. XXI). Algunos maestros admiten que
aquel año fue embolismal, lo que hizo posible que Yitzjàk viniera al
mundo tras un embarazo de siete meses. La discusión está citada en el
Talmud (R.H. 11 a).
Y SARAH TENDRA UN HIJO: Esta
promesa viene después del acto de hospitalidad realizado con amor y
generosidad.; Que todas las parejas sin hijos que desean ver cumplidos
sus deseos de paternidad actúen como Abrahám y Sarah! Que cumplan
fielmente la mitzvá de la hospitalidad.

15 – Y NEGO SARA, DICIENDO: “NO ME REI”; PORQUE TUVO MIEDO. PERO EL DIJO: “NO, TE REISTE.”
15 – Y NEGO SARAH DICIENDO: “NO ME REI”: PORQUE TUVO MIEDO:
Pero más adelante, cuando dio a luz a Yitzjàk, se explicó diciendo: “Lo
que Dios me ha hecho es cosa de risa. Quienquiera que lo oiga, se reirá
de mí” (XXI, 6).

16 – Y LEVANTARONSE DE ALLI LOS VARONES Y TENDIERON LA VISTA HACIA SEDOM; Y ABRAHAM IBA CON ELLOS, PARA DESPEDIRLOS.
16 – Y LEVANTARONSE DE ALLI LOS VARONES: Estaban
bajo la impresión de la hospitalidad “de allí” y se dirigieron hacia
Amorà para salvar al sobrino de su virtuoso y caritativo huésped. Pues
“cuando Dios destruyó las ciudades de la llanura, se acordó de Abrahám y
salvó a Lot de la catástrofe…” (XIX, 29).
TENDIERON LA VISTA…: Según
Rashí, el verbo {hashkèf} implica que la mirada es malintencionada.
Excepto en el versículo que dice: Mira desde lo alto de Tu Santa Morada
(Deut. XXVI, 15). Pero el Zohar opina que la expresión {vayashkìfu}
empleada aquí, tiene un significado parecido al de la citada excepción:
Los ángeles lanzaron una mirada llena de compasión, pues le estaban
agradecidos a Abrahám, el tío de Lot, por sus bondades. Cuando el Eterno
quiere infligirle un castigo a un pueblo, empieza por brindarles, a las
personas que ama, la oportunidad de adquirir algún mérito. Esta
oportunidad puede presentarse bajo la forma de una acción caritativa.
Por ejemplo, antes de que cayera la plaga sobre Amorà, Abrahám primero, y
Lot después, recibieron la visita de unos pobres. El tío y el sobrino
les ofrecieron ambos la hospitalidad, y cuando el ángel de la
destrucción se abatió sobre la ciudad, vio la señal de la Mitzvá sobre
Lot. Le dirigió una “mirada bondadosa” y le preservó de la desgracia.
ABRAHAM IBA CON ELLOS, PARA DESPEDIRLOS:
Rashí explica: “Pensaba que eran simples viajeros y que estaban de
paso.” El Zohar no comparte su punto de vista, pues dice, con Rabí
Ele`azàr: Sabía que eran ángeles, pero actuó con ellos como solía
hacerlo con todos sus invitados. En efecto, el hecho de acompañar a los
huéspedes forma parte de los deberes del anfitrión. Mientras Abrahám
acompañaba a sus invitados, el Eterno, rodeado del tribunal celeste, se
detuvo junto a él para revelarle sus planes y concederle su protección
en el camino. Pues el cumplimiento de la mitzvá posee la virtud de
retener a la Shejiná junto a su autor.

17 – Y ADONAI DIJO: “¿HE DE OCULTAR A ABRAHAM LO QUE VOY A HACER?
17 – ¿HE DE OCULTAR A ABRAHAM LO QUE VOY A HACER
¿Rashí cita la explicación de Rabí Yehudàh: “No está bien que lo haga
sin que lo sepa él ¿Puedo acaso destruir a los hijos sin informar al
padre, que es mi amigo y a quien Yo he dado todo el país, incluidas las
cinco ciudades en cuestión? Pero para Rabí Leví, estas palabras de Dios
se deben a otros motivos: El problema de la generación del Diluvio
atormentaba a Abrahám. Era imposible, según él, que no hubiese habido,
entre los hombres de aquella generación, veinte o diez justos con
méritos suficientes para salvarla. Por eso el Eterno quiso informarle de
que en todo el territorio de Amorà, no había siquiera diez hombres
justos. Iyòb compartía la preocupación de Abrahám en lo referente a la
justicia Divina, pero, (al contrario del Patriarca) juzgó
precipitadamente a Dios al declarar: “Todo es uno por eso (me atrevo a
decir) que El pierde por igual al justo y al malvado” (IX, 20). Abrahám,
por su parte, habla con más ponderación: “¡Lejos de ti…  hacer
morir al justo con el impío! Además, Dios quiere que Abrahám sepa – y
le enseñe a su posteridad – que las grandes catástrofes están provocadas
por la intervención de una Providencia justiciera, que está siempre al
acecho, y a la que los hombres no pueden desafiar impunemente. ¡Hace 52
años que la Providencia espera en vano que los habitantes de Sodoma
vuelvan al camino del deber! (Tanj.).

18 – YA QUE ABRAHAM CIERTAMENTE SERA UNA NACION GRANDE Y FUERTE, Y EN EL SERAN BENDECIDAS TODAS LAS NACIONES DE LA TIERRA.
18 – YA QUE ABRAHAM CIERTAMENTE SERA…:
Dice Rashí: El Midrash aplica aquí la sentencia según la cual: {zèjer
tzadik liv-rajàh… El recuerdo del justo es una bendición} (Prov. X, 7).
El mero hecho de que Dios le mencione, significa que le bendice. Pero
aquí surge una objeción: Si consideramos que la intervención de Abrahám
fue en definitiva inútil, ¿por qué nos la relata la Escritura tan
extensamente? Además, ¿en qué sentido puede decirse, a propósito de este
pasaje, en particular, que el recuerdo del justo debe ser bendecido? La
respuesta a esta objeción es la siguiente: Abrahám nos da aquí una
lección válida para todas las épocas. Nos enseña de qué manera el hombre
debe interceder por sus hermanos proscritos: proclamando que una
minoría de justos puede redimir los pecados de la mayoría. Así pues, lo
que subsiste del “recuerdo del justo”, es la bendición que su defensa
les aporta a las generaciones futuras, ya que Abrahám “va a convertirse
en una nación grande y poderosa”.

19
– PORQUE YO SE QUE EL RECOMENDAR; E INDICARA A SUS HIJOS Y A SU CASA
DESPUES DE EL, QUE GUARDEN EL CAMINO DEL ADONAI, HACIENDO RECTITUD Y
JUSTICIA; PARA QUE HAGA VENIR EL ETERNO SOBRE ABRAHAM LO QUE HA DICHO
ACERCA
19 – PORQUE YO SE QUE EL RECOMENDARA E INDICARA: “La
expresión contiene un matiz de afecto… Cuando se le tiene afecto a una
persona, se acerca uno a ella para conocerla mejor. ¿Y por qué le tiene
Dios afecto a Abrahám? Porque éste les “ordenará a sus hijos que
observen Sus leyes” (Rashí). En la época de Abrahám, algunos hombres,
como por ejemplos Shèm, el hijo de Nòaj, y su biznieto Ever, que poseían
dones proféticos habían conseguido conservar el conocimiento de Dios y
de Su Ley (Cf. Rashí X, 25). Transmitían su saber y sus tradiciones en
el Bet Hamidrash que llevaba su nombre. Pero no tenían la capacidad de
sugestión suficiente para convencer a sus contemporáneos y para difundir
la Luz Divina a través de la Humanidad. Abrahám era el único en poseer
la envergadura de un apóstol de la verdad. El ascendiente que ejercía
sobre sus semejantes era lo bastante fuerte para marcarlos
definitivamente. Se comprende pues que la Escritura insista en la labor
educativa realizada por el Patriarca – labor que inició concretamente
con sus propios hijos y su propia familia – para explicar el amor que le
profesó Dios. Esta misión, que comienza en el propio hogar y se
extiende luego, en círculos cada vez más amplios, al conjunto de todos
los hombres de todos los orígenes, viene a ser, según nuestro versículo,
la base fundamental y eterna del judaísmo.
El
texto de este versículo es el primero en enunciar el deber que tiene el
padre de familia de educar a sus hijos en el respeto de las leyes de
Dios. Este deber concierne tanto a las hembras como a los varones (et
banav veèt betò) mientras que el de la enseñanza de la Toràh (formulado
en Deuteronomio XI, 19) concierne sólo a los varones (Mèshej Jojmàh).
HACIENDO RECTITUD Y JUSTICIA:
Los hijos deberán “guardar las Leyes de Dios, de acuerdo con la orden
que Abrahám ha recibido anteriormente (“Camina delante de Mí y sé puro” –
XVII, 1). Con el fin de que su pueblo pueda alcanzar este propósito,
Dios le ha dado la Milàh, que simboliza el imperativo de pureza. Esta
mitzváh forma parte de los {jukìm} es decir de las leyes destinadas a
purificar y a santificar nuestra vida física: {Mitzvòt sheben adàm
lamakòm}.
El
primer mandamiento – el de la Milah – está seguido por otra orden, la de
practicar la caridad y la justicia. Este segundo mandamiento pertenece a
otra categoría de mitzvot, la de las {Mitzvòt sheben adàm la-javerò}.
El orden de sucesión que tenemos aquí sigue siendo hasta hoy una
característica de la legislación judía. Todo ser humano tiene derecho a
exigir que su prójimo le trate con justicia: {Mishpàt}. En cuanto a la
{Tsedakáh}, que significa amor al prójimo y caridad, no es un derecho
otorgado por la ley, pero puede ser requerida en nombre de Dios, ya que
es Dios quien nos enseña a desarrollar esta virtud. El concepto judío de
la caridad no tiene nada que ver con aquella actitud limosnera que
rebaja al pobre y hace que el rico se sienta superior. La {Tsedakáh} es
una obligación, un deber que se cumple en nombre de Dios, y del que son
beneficiarios los pobres. Su aceptación no supone ninguna humillación.
(Contrariamente
a la norma establecida, la palabra {Tsedakáh} precede aquí a la palabra
{Mishpàt}. Esta última suele colocarse en primera posición, para
significar que el ejercicio de la justicia debe estar asegurado en
cualquier circunstancia, independientemente del deber religioso que
constituye la caridad. En efecto, la actitud que consiste en ser
deshonesto, por un lado, y caritativo, por el otro, tiene mucho de
hipócrita y resulta, por tanto, reprensible. Lo más probable es que, en
este pasaje, la Toràh haya querido hacer resaltar el contraste que opone
la ética judía – y su concepto de la {Tsedakáh} como deber religioso – a
la depravación de los habitantes de Amorà, ciudad donde la práctica del
amor y de la caridad era considerada y castigada como un acto
criminal.).
Lo
esencial del testamento de Abrahám puede resumirse en estas palabras;
{veshamerù Derej Ado-naì la`asòt tzedakàh u-mishpàt}. El texto no dice
{va-ya`asù} sino {la`asot}. Lo que significa que ambos imperativos no
pueden disociarse el uno del otro y que se condicionan mútuamente: No es
posible actuar con amor y justicia sin seguir “el camino de Dios”.
Pues, además de ser el Dueño de nuestros destinos, Dios es la única
fuente del conocimiento del derecho y de la ética. (Rabì S. R. Hirsch).

20 – Y DIJO EL ADONAI: “POR CUANTO EL CLAMOR CONTRA SEDOM Y AMORA ES GRANDE Y SU PECADO SE HA AGRAVADO MUCHO.
20 – Y DIJO EL ADONAI:
Cada vez que la Escritura quiere referirse a Dios, en este capítulo,
emplea el nombre {Havay-àh} que suele designar al Dios de amor {Midat
ha-Rajamìn… En cambio, cada vez que Abrahám se dirige a Él, invoca a
{Ado-naì} nombre que corresponde al principio (o atributo) de justicia
{Midat Ha-Din} En efecto, el Patriarca estima que el Eterno juzga a los
habitantes de Amorà de acuerdo con los severos criterios de la justicia;
pero el texto le contesta que la sentencia pronunciada por Dios tiene
en cuenta los imperativos de la ley de amor.
POR CUANTO EL CLAMOR CONTRA SEDOM Y AMORA ES GRANDE… La
palabra {rabbà…clamor} alude a  “muchacha”. Era la queja de una
muchacha a quien torturaron a muerte por haberle dado de comer a un
pobre (Sanh. 109 b.) Según dicen, se trataba de una de las hijas de Lot.
(Pirke de Rabi Eli`ezer, 25). Es significativo que los crímenes
imputados a Amorà sean esencialmente de índole social y moral (Bajyáh).
“Esta fue la iniquidad de Amorà, y la de sus hijas, exclama el profeta
Yejezkel: el orgullo de estar bien alimentadas y de disfrutar de
excesivas comodidades. No socorrieron al pobre y al necesitado; sino que
se ensoberbecieron y cometieron abominaciones ante Mí. Por eso las
aniquilé en cuanto lo vi.” (XVI, 49). Según la Tradición, era tal la
xenofobia de aquella ciudad que asustaba incluso a otros pueblos de la
antigüedad, a pesar de lo poco que les importaban a estos los principios
humanitarios. En cuanto a la perversión de las costumbres, puede
deducirse del comentario que los habitantes de Amorà hicieron a
propósito de los dos extranjeros (La expresión “vamos a conocerlos”
(Cap. XIX, 5) es un eufemismo con un sentido (sexual) preciso). Además,
todas las capas de la población estaban contaminadas por el vicio,”
desde los jóvenes hasta los viejos, y en todos los rincones de la
ciudad.” Lo que explica que Amorà haya merecido tan espantosa suerte es
sin duda el hecho de que el crimen estaba increíblemente extendido entre
la población, de que todos sus habitantes participaban unánimemente a
la violación de la ley moral.
El
Midrash advierte además que la palabra {Rabbà} ha sido empleada ya
anteriormente a propósito del Diluvio, (capítulo VI, 5). De lo que
deduce que los habitantes de Amorà eran reincidentes, que cometieron las
mismas iniquidades que la generación del Diluvio. Esta fue castigada
por un diluvio de agua; aquellos por un diluvio de fuego. La gente de
las ciudades solía ir detrás de los carros que transportaban altramuces.
Cada persona cogía, por su cuenta, una medida de altramuces inferior en
valor a una perutá, de tal manera que cuando el carro salía de la
ciudad, estaba vacío. Sin embargo, los ciudadanos culpables no eran
castigados por la justicia, por considerarse que un hurto de tan ínfimo
valor no constituía verdaderamente un robo. (Rabbá cap. 31). En el
Tratado de Principios, nuestros Sabios condenan este comportamiento
codicioso, celoso del propio bien y desprovisto de generosidad con las
siguientes palabras: “Lo mío, mío; lo tuyo, tuyo; ésta es la norma de
Amorà ” … (V, 13).

21
– DESCENDERE Y VERE SI HAN HECHO SEGUN EL CLAMOR SUYO QUE HA LLEGADO
HASTA MI, ENTONCES LOS EXTERMINARE; Y SI NO, LO HE DE SABER.”
21 – DESCENDERE Y VERE SI HAN HECHO SEGUN EL CLAMOR SUYO…: Véase el comentario XI, 5.
Rabí
Shi`món Bar Yojay solía decir: Este es uno de los diez “descensos
Divinos” citados en la Toràh. Rabí Abbá añade: Significa que Dios les
abrió la puerta del arrepentimiento (Rabbá cap. 49). Cuando los hombres
caen en poder de sus pasiones hasta el punto de no tener fuerza ni
voluntad suficientes para emprender su rehabilitación moral, Dios les
brinda su ayuda, “desciende hacia ellos”, facilitándoles así la
posibilidad de enmendarse. Algunos permanecen insensibles, pero otros,
como por ejemplo Lot y sus hijas, se sienten entonces atraídos por el
bien en lo más hondo de su ser, y la chispa del amor a Dios vuelve a
renacer en sus corazones. Esta experiencia se repite cada año cuando,
durante los “diez días de penitencia” Dios se acerca al hombre y se
“deja encontrar por aquel que Le busca”.
Y SI NO, LO HE DE SABER:
Esta frase deja pendiente la decisión final y le da a Abrahám la
posibilidad de interceder a favor de la ciudad proscrita. De la misma
manera, después del pecado del Becerro de oro, Dios le dirige a Moisés
unas palabras que, como dice Rashí, “le abren una puerta y le hacen
comprender que la suerte de su pueblo depende de él. Si Moisés reza por
él, Dios no le aniquilará” (Ex. XXXII, 10). La Toràh hace constar aquí,
una vez más, que la responsabilidad moral de una generación le incumbe
al justo que la domina espiritualmente.

22 – Y LOS VARONES SE APARTARON DE ALLI, Y SE ENCAMINARON HACIA SEDOM, PERO ABRAHAM SE QUEDO TODAVIA EN PIE DELANTE DEL ETERNO.
22 – ABRAHAM SE QUEDO TODAVIA EN PIE DELANTE DEL ETERNO:
Aunque ya los hombres se habían alejado en dirección a Amorà para
destruirla, Abrahám permaneció de pie ante Dios, dispuesto a implorar su
gracia. Pues “Aunque el hombre lleve la espada desnuda colgada del
cuello, no debe desesperar de la misericordia Divina” (Ber. 10 a).
Rashí
advierte que lo lógico hubiera sido decir: “El Eterno estaba todavía
delante de Abrahám” pues era Dios quien se había acercado al Patriarca
para decirle: “Es grande el clamor que llega contra Amorà “. En efecto,
el texto ha sido corregido por los escribas. Rabì Shelomo Ben Aderet,
comentando este pasaje del Midrash citado por Rashí, explica que no se
trata de una corrección propiamente dicha sino de un eufemismo destinado
a evitar el empleo de la fórmula: “El Eterno seguía (de pie) delante de
Abrahám”, considerada como irrespetuosa. (Citado por Halijot Olam y
Eliá Mizrahí).

23 – Y ACERCANDOSE ABRAHAM DIJO: “ES ASI QUE TU VAS A DESTRUIR AL RECTO CON EL MALVADO?
23 – Y ACERCANDOSE ABRAHAM DIJO:
“¿Cuál fue la reflexión que le inspiró a Abrahám esta gestión? Se
acordó que Nòaj había guardado silencio, que no le había pedido nada a
Dios cuando Este le anunció “el fin de toda carne”. Por eso decidió
interceder inmediatamente cuando Dios le comunicó su intención de
aniquilar a las ciudades culpables. Rabí Ele’azàr añade: La intervención
de Abrahám también era imperfecta pues el Patriarca oró solamente para
que los justos no perecieran con los impíos. Fue la plegaria de Moisés
la que alcanzó verdaderamente la perfección, pues cuando el Eterno le
manifestó su deseo de aniquilar al pueblo de Israel a causa del becerro
de oro, Moisés imploró Su gracia para todos, incluidos los culpables.
Insistió hasta conseguir el perdón general, a riesgo de perderse a sí
mismo: “Si no, bórrame del libro que has escrito” (Ex. XXXII, 32;
Zohar).
Dice
también Rashí: La palabra {hagashàh} expresa tres conceptos a la vez:
lucha, conciliación y plegaria. Abrahám utilizó estos tres recursos.
Primero habló con dureza, luego adoptó una actitud conciliadora, y más
adelante recurrió a la imploración. La discusión intensa que Abrahám
mantuvo con Dios con el fin de salvar a seres humanos les marcó la pauta
a todos los verdaderos justos como Isaac, Moisés y David – y, más
recientemente, a los grandes {Tzadikim} jefes espirituales de los
Jasidím, quienes siguieron todo el ejemplo del primer Patriarca. La
escena que la Escritura nos describe aquí nos enseña que el Eterno cuyas
sentencias son la manifestación de la justicia absoluta, quiere
inspirarles a los hombres el deseo de socorrer fraternalmente a sus
semejantes.
¿ES ASI QUE TU VAS A DESTRUIR AL RECTO CON EL MALVADO?: La
presencia de aquellos Sodomitas pervertidos y depravados, que
disfrutaban sin embargo de una vida opulenta en medio de una naturaleza
exuberante y paradisíaca, constituía un desafío permanente para el
Patriarca que predicaba la obediencia a Dios, la bondad, la moralidad y
la virtud desinteresada. No obstante, cuando la catástrofe que amenazaba
a Sodoma se hizo inminente, Abrahám abogó por la salvación de sus
habitantes. Pues su objetivo final no era el aniquilamiento de los
pecadores sino la abolición del pecado. “¡Que desaparezcan los pecados
de la tierra!, los impíos dejarán entonces de existir (Salmo CIV, 35).
{Yitàmu jataìm velò jot-ìm} … Que desaparezcan los pecados}, no los
hombres que los cometen (Ber. 10a).

24
– QUIZAS HABRA CINCUENTA HOMBRES RECTOS DENTRO DE LA CIUDAD; ¿ES ASI
QUE TU DESTRUIRAS Y NO PERDONARAS AL LUGAR POR AMOR DE LOS CINCUENTA
HOMBRES RECTOS QUE HUBIERE DENTRO DE EL?
24 – QUIZAS HABRA CINCUENTA HOMBRES RECTOS …: Es
decir diez justos en cada ciudad, ya que eran cinco las ciudades
condenadas. Pero ante la promesa de Dios de no destruir a aquellos
lugares caso de hallarse cincuenta justos en ellos, Abrahám sigue
implorando Su gracia: Le pide primero que salve a cuatro de las cinco
ciudades, si encuentra cuarenta justos en ellas; luego que salve a tres,
si el número de justos asciende a treinta; luego a dos ciudades, si el
número de justos asciende a veinte; y, por último, a una sola por lo
menos si el número asciende a diez. Ahora bien, si Dios había aceptado
la idea de que la existencia de diez justos constituía una condición
suficiente para salvar a una ciudad, ¿qué necesidad tenía Abraham de
repetir su imploración a cada vez? Najmánides contesta lo siguiente:
Abrahám pensaba que el mérito de un número importante de justos tiene
más alcance que el de un número pequeño (Cf Rashí, Lev. XXVI, 8). Por
eso el Eterno le asegura que la existencia de diez justos tiene tanto
valor como la de cincuenta (Según Najmánides, en toda la discusión, el
Patriarca pide siempre la gracia de la Pentápolis entera, al contrario
de lo que opina Rashí.)

25
– LEJOS DE TI EL OBRAR DE ESTA MANERA, QUE HAGAS MORIR AL HOMBRE RECTO
CON EL MALVADO, Y QUE EL RECTO SEA TRATADO COMO EL MALVADO. LEJOS SEA
ESTO DE TI. ¿EL JUEZ DE TODA LA TIERRA NO HA DE HACER JUSTICIA?”
25 – LEJOS DE TI.
Rashí explica: ¿Si dices que los justos no salvarán a los pecadores,
por qué motivo vas a hacer perecer a los justos? La exclamación de
Abrahám en este versículo (¿(Acaso) el juez de toda la tierra es un juez
inicuo?) expresa su perplejidad ante los procedimientos de la justicia
Divina: La pregunta tiene aquí un carácter más bien retórico pues
Abrahám no duda. Sólo desea comprender por qué han de compartir los
justos la suerte de los impíos. Abrahám ignora que no hay justos en
Amorà, pero el Eterno le confirma lo que parece resultarle evidente: a
saber, que la ciudad se salvaría si vivieran hombres justos en ella.
Este principio o norma de justicia es tan importante que la Escritura
reproduce todos los pormenores del diálogo en el curso del cual está
proclamado reiteradas veces. En efecto, dicho principio representa la
contrapartida de otra ley fundamental: la de la responsabilidad
colectiva. (Cf. Rashí XXI, 6).
Todas
las sociedades humanas se rigen por una norma absoluta que tiene su
origen en el Tanaj y en el Talmud (Deut. XXIX, 28; San. 43 b) Los
hombres son solidarios los unos de los otros, tanto en el bien como en
el mal, en la felicidad como en la desgracia. Así como cada individúo
debe subordinar su bienestar personal al bienestar común, de igual modo,
debe considerarse a sí mismo responsable, en la medida de la influencia
que puede ejercer sobre los demás, del estado moral de la sociedad.
Esta carga varía en función del grado de poder que tiene el individúo,
y, por consiguiente, la nación es a su vez responsable del nivel moral y
social de los ciudadanos, como también de los delitos y de los crímenes
perpetrados en su territorio que hayan permanecido impunes.
Pero,
en contrapartida, el individúo depende de la sociedad desde el punto de
vista material y moral. Se beneficia, en efecto, de ciertas ventajas
materiales, ventajas que no proceden (forzosamente) del ejercicio de la
caridad, sino de la ayuda social mutua institucionalizada que está
basada en la ley de solidaridad. En cuanto al provecho moral que el
individúo saca de la sociedad a la que pertenece es un principio que
encontramos proclamado por primera vez en este texto referente a la
destrucción de Amorà.
¿Y
quién podría decir de cuántos castigos colectivos merecidos se han
salvado las comunidades humanas a lo largo de la historia gracias a la
existencia de hombres justos e íntegros? La idea de que “El Eterno
perdona a todo el lugar en consideración a los justos” será desarrollada
hasta sus últimas consecuencias. La sociedad aparecerá entonces como
“un conjunto de solidaridades que se cruzan”, como un círculo que se
ensancha cada vez más hasta abarcar a todas las naciones, e incluso, a
varias generaciones sucesivas.
Así
surgirá el concepto de responsabilidad paternal y maternal; se hablará
de las “faltas de los padres” y de los “méritos de los padres.”
Este
breve análisis nos permite comprender que la ley de la responsabilidad
colectiva tiene como resultado la promoción de la colectividad a un
nivel muy alto de disciplina moral.
LEJOS SEA ESTO DE TI:
El hecho de que esta exclamación esté repetida en la misma frase
demuestra que a Abrahám le preocupaba mucho {el jilul Ha-shem… la
profanación del Nombre Divino}, que la condena de Amorà iba a provocar.
Rashí opina que, la segunda vez, las palabras {jalilah lejà} hacen
referencia al mundo futuro. Lo que significa, según Maharal, que la
justicia compensadora del mundo futuro no podía justificar, a los ojos
de Abrahám, la promulgación de un decreto inicuo en este mundo. El
{jilul Ha-shem} persiste, aunque la iniquidad se vea compensada en el
mundo futuro. Pero para los Sabios del Midrash, la repetición de la
exclamación es la expresión de la angustia y de la desaprobación de
Abrahám. Rabí Eli’ezer pone las siguientes palabras en la boca del
Patriarca: ¿No juraste acaso no volver a destruir el mundo con un
diluvio? Me asombra que quieras abusar de la buena fe de los hombres
substituyendo un diluvio de fuego al diluvio de agua. ¿Piensas que así
no violas tu juramento? En cuanto a Rabí Shim`ón Ben Lakish interpreta
el pensamiento de Abrahám de la siguiente manera: Si deseas que el mundo
subsista, no puede haber justicia absoluta; si deseas la justicia
absoluta, el mundo no puede subsistir. ¡No puedes tener ambas cosas a la
vez! Si no renuncias por lo menos un poco a la realización de la
justicia absoluta el mundo no podrá subsistir. El Eterno exclamó
entonces: “Abrahám, tu amas la justicia y odias la iniquidad, por eso
Dios te ha ungido con óleo de alegría, por eso te ha preferido a ti, y
no a tus compañeros” (Salmo XLV, 8). Por esta razón eres el primer
hombre a quien le dirijo la palabra desde hace diez generaciones” (Rabbá
cap. 39).

26
– DIJO ADONAI: “SI HALLARE EN SEDOM CINCUENTA HOMBRES RECTOS EN MEDIO
DE LA CIUDAD, PERDONARE A TODO EL LUGAR POR CONSIDERACION A ELLOS.”
26 “SI HALLARE EN SEDOM CINCUENTA HOMBRES RECTOS EN MEDIO DE LA CIUDAD…:
A lo largo de todo este capítulo, la palabra {Tzadikím} figura con una
ortografía defectuosa, es decir sin “Yod” (Rabbá cap. 49). Esto podría
significar que los hipotéticos justos que viven en Amorà no lo son en el
sentido absoluto de la palabra, sino solo en comparación con los impíos
que hay en la ciudad; que son justos “en medio de la ciudad”. En
efecto, si fueran justos perfectos, no podrían sucumbir al igual que los
impíos, pues, como dice Rabí Yoséf, “cuando al ángel de la destrucción
se le permite actuar, no hace diferencias entre el justo y el malvado”
(B.K. 60); pero se detiene sin embargo ante el {Tzadìk gamùr… justo
perfecto}. No obstante, Abrahám precisó “en medio de la ciudad”, con la
esperanza de conseguir el perdón de Dios incluso para aquellos justos
que sólo lo eran en comparación con los demás ciudadanos (Malbim).

27 – Y RESPONDIO ABRAHAM Y DIJO: “HE AQUI, HE TENIDO EL ATREVIMIENTO DE HABLAR AL ETERNO, YO QUE SOY POLVO Y CENIZA:
28
– QUIZAS FALTARAN DE LOS CINCUENTA HOMBRES RECTOS CINCO; ¿DESTRUIRAS
POR CAUSA DE CINCO A TODA LA CIUDAD?” Y RESPONDIO: “NO LA DESTRUIRE SI
HALLARE ALLI CUARENTA Y CINCO.”
29
– Y TORNO AUN A HABLARLE A EL, Y DIJO: “QUIZA SE HALLARÁN ALLI
CUARENTA.” Y EL RESPONDIO: “NO LO HARE POR CONSIDERACION DE LOS
CUARENTA.”
30
– Y DIJO: “POR FAVOR, NO SE ENCOLERICE ADONAI, Y HABLARE: “¿QUIZA SE
HALLARÁN ALLI TREINTA.” Y EL DIJO: “NO LO HARE SI HALLARE ALLI TREINTA.”
31
– Y DIJO: “HE AQUI, HE TENIDO EL ATREVIMIENTO DE HABLAR AL ETERNO:
QUIZA SE HALLARÁN ALLI VEINTE.” Y RESPONDIO: “NO LA DESTRUIRE POR
CONSIDERACION DE LOS VEINTE.”

32
– Y DIJO: “POR FAVOR, NO SE ENCOLERICE ADONAI, Y HABLARE SOLAMENTE ESTA
VEZ: QUIZA SE HALLARÁN ALLI DIEZ.” Y RESPONDIO: “NO LA DESTRUIRE POR
CONSIDERACION DE LOS DIEZ.”
32 – “NO LA DESTRUIRE POR CONSIDERACION DE LOS DIEZ”.
Rabi Shim`ón Bar Yojáy solía decir que el mundo puede ser salvado por
el mérito de un sólo justo, como está escrito; {ve. tzadìk yesod olam…
el justo es el fundamento del mundo} (Prov. X, 25). Pero debe tratarse
de un justo de una perfección y de una santidad excepcional. En los
demás casos, deben reunirse por lo menos diez justos para poder
comunicarle la fe al resto de la comunidad. (Ber. 50a).
Si
hubiera habido diez justos en las ciudades proscritas, la justicia
Divina no hubiera perdido la esperanza de que sus habitantes pudiesen
enmendarse y conocer un porvenir mejor. Los hubiera preservado de la
destrucción en consideración a aquel porvenir. Y allí donde Dios no
desespera, el hombre también debe perseverar. Debe comprometerse (en la
lucha) por el bien, con absoluta confianza, incluso frente a una
sociedad completamente descarriada; y aunque la victoria final le
parezca ser el fruto de un porvenir lejano (Rabì S. R. Hirsch).

33 – Y ADONAI SE FUE, LUEGO QUE ACABO DE HABLAR A ABRAHAM, Y ABRAHAM SE VOLVIO A SU LUGAR.
33 – Y ABRAHAM SE VOLVIO A SU LUGAR:
Esto significa que volvió a lo que siempre había sido su norma a pesar
de la decepción que acababa de experimentar: Sin dejarse desconcertar,
siguió dedicándose a la práctica de la caridad y de la hospitalidad
(Bajyáh). “Permaneció en su lugar”, (se mantuvo en sus trece principios
de fé) y más adelante, cuando vuelva al ataque, (XIX, 27) no será para
exigir justicia, sino para implorar la gracia de Dios.

 CAPITULO XIX
1
– LLEGARON LOS DOS ANGELES A SEDOM, POR LA TARDE; Y LOT ESTABA SENTADO A
LA PUERTA DE SEDOM. Y LOT LOS VIO, SE LEVANTO A RECIBIRLOS E INCLINO SU
ROSTRO A TIERRA.
1 – LLEGARON LOS DOS ANGELES A SEDOM…: Es
la primera vez que el texto llama “ángeles” a los extranjeros. La
hospitalidad ejemplar de Lot podría entonces explicarse por el hecho de
que reconoció el carácter sobrenatural de estos personajes, en cual caso
el mérito de Lot es inferior al de Abrahám para quien aquellos hombres
no eran más que simples mortales. Sin embargo, algunos comentaristas
opinan que el contacto de aquellos seres superiores suscitó en el
corazón de Lot un arrebato de amor y de bondad. Desde que vivía entre
los Sodomitas, Lot había reprimido las virtudes que había adquirido
durante su larga convivencia con Abrahám, pero bastó aquella chispa para
que renaciera la llama. Lot se mostró pues muy atento con los
extranjeros, infringiendo (incluso) la ley que le prohibía ofrecerles su
hospitalidad. Pero, a pesar de todo, el contraste es grande entre el
ambiente que reina en esta casa y en la de Abrahám. Aquí, ni la esposa
ni los hijos participan a la mitzvá. Lot actúa solo, con la ayuda de lo
que ha aprendido en casa de su tío. Él es quien prepara el banquete y
quien cuece los panes.

2
– Y DIJO: “HE AQUI, SEÑORES MIOS, OS RUEGO QUE ENTREIS EN CASA DE
VUESTRO SIERVO, Y PASEIS LA NOCHE, Y OS LAVEIS VUESTROS PIES, Y OS
LEVANTAREIS TEMPRANO Y SEGUIREIS VUESTRO CAMINO.” Y ELLOS DIJERON: “NO,
SINO QUE EN LA CALLE PASAREMOS LA NOCHE.
2 – PASEIS LA NOCHE, Y OS LAVEIS VUESTROS PIES: Abrahám
había dicho primero: “Lavéis” (XVIII, 4), y luego ‘descansad’. Según
Rashí, Lot pensó lo siguiente: Si los Sodomitas vienen a mi casa y ven
que estos hombres se han lavado ya, me acusarán de haberlos hospedado
durante dos o tres días a espaldas de mis conciudadanos. Por lo tanto,
más vale que se queden con el polvo en los pies. Así parecerá que acaban
de llegar. Por eso Lot les dijo: Primero, pasad la noche, y luego,
laváos los pies.
Por
otra parte, Rashí nos ha dado anteriormente una explicación muy
distinta. Nos ha dicho que, para Abrahám, los extranjeros eran árabes
que se prosternaban ante el polvo de sus pies, y que el patriarca había
tomado la precaución de no dejar entrar en su casa el objeto de aquel
culto idólatra. Según esto, Lot no le da importancia (a la cuestión de
la idolatría). Por eso las invita primero a pasar la noche en su casa y
luego a lavarse (XVIII, 4).
La
manera de actuar de Lot admite pues una doble interpretación. Puede
comprenderse como un arranque de generosidad o como una complicidad
culpable con el culto pagano. ¿Habrá algún día un ser humano capaz de
calar las oscuras motivaciones de un alma tan inconstante como la de
Lot?

3
– E INSTOLES MUCHO, DE MANERA QUE DIRIGIERONSE DONDE EL, Y ENTRARON EN
SU CASA. Y EL LES HIZO BANQUETE, Y COCIO PANES AZIMOS; Y COMIERON.
3 – LES HIZO BANQUETE:
La palabra {Mishtèh} se aplica al banquete en el que se bebe vino. La
Escritura no la empleó en la descripción que hizo de la comida ofrecida
por Abrahám a los extranjeros. En efecto, advierte Sefòrno, a Lot le
gustaba el vino, como lo demuestra a continuación, pues se dejó
emborrachar por sus hijas y cometió el pecado de incesto.

4
– ANTES QUE SE ACOSTASEN, LOS HOMBRES DE LA CIUDAD, LOS HOMBRES DE
SEDOM, CERCARON LA CASA, ASI JOVENES COMO VIEJOS, TODO EL PUEBLO DE
TODOS LOS RINCONES.
4 – LOS HOMBRES DE SEDOM, CERCARON LA CASA:
El texto nos describe dos mentalidades diametralmente opuestas: La de
Israel y la de Sodoma. ¡Qué contraste más impresionante! Aquí, los
habitantes de Sodoma, movidos por un odio feroz y cruel, se niegan a
acoger a los extranjeros que han llegado a la ciudad a la caída de la
noche. Allí, una casa abierta para todos los que necesitan ayuda, una
mano siempre dispuesta a acoger y a socorrer. La hospitalidad unida a la
generosidad es la cualidad más característica que Abrahám ha legado a
su posteridad. La avaricia y el egoísmo serán siempre los signos
reveladores de un alejamiento de los principios fundamentales del
judaísmo. Como dicen nuestros Sabios, la bondad y la caridad son los
distintivos de todo digno descendiente de los Patriarcas (Yer. Kidd. IV,
1).

5
– Y LLAMARON A LOT, Y LE DIJERON: “¿DONDE ESTAN LOS VARONES QUE
VINIERON A TI ESTA NOCHE? SACANOSLOS PARA QUE LOS CONOZCAMOS.”
5 – PARA QUE LOS CONOZCAMOS:
Eufemismo bien conocido, relacionado aquí con la homosexualidad. La
palabra “sodomía” se deriva precisamente de la infame inclinación, que
caracterizaba a los habitantes de aquella ciudad.
La
Escritura nos relata detalladamente los acontecimientos de aquella noche
para demostrar que la depravación y la inmoralidad estaban
profundamente arraigadas en todas las capas de la población, sobre todo
en las más jóvenes, como lo subraya Rashí (v. 11). El Eterno había
concedido a los habitantes de Sodoma un último plazo (para que tuviesen
la posibilidad de arrepentirse) (XVIII, 21), pero el comportamiento
abyecto y criminal que adoptaron aquella noche Le administró la prueba
irrefutable de su culpabilidad individual y colectiva. Las gentes de
Sodoma cercaron la casa de Lot para que sirviese de escarmiento general,
para desanimar a todo aquel que tuviese la tentación de cometer el
delito de hospitalidad. Estaban decididas a tratar a aquellos
extranjeros con una crueldad feroz. El Talmud (Sanedrín 109 a) nos
describe con numerosos ejemplos las prácticas abominables a las que
solían entregarse los sodomitas. Estas prácticas justifican el veredicto
pronunciado contra ellos por la Tradición Judía: Según nuestros Sabios
(E. ib.), el pueblo de Sodoma no tendrá parte al mundo futuro, aunque sí
resucitará para el Juicio Final. Y Rabí Abba añade: Todas las criaturas
asistirán a este Juicio, pues el Eterno es clemente. Cuando los
pecadores han sufrido su castigo, (la Justicia Divina) deja de
perseguirlos con excesivo rigor (Zohar).

6 – Y SALTO A ELLOS LOT, A LA ENTRADA, Y CERRO LA PUERTA TRAS SI;
7 – Y DIJO: “OS RUEGO, HERMANOS MIOS, NO HAGAIS MALDAD.

8
– HE AQUI TENGO DOS HIJAS QUE NO HAN CONOCIDO VARON; OS LAS SACARE, SI
OS PLACE, Y HAREIS CON ELLAS COMO BIEN OS PARECIERE, CON TAL QUE NO
HAGAIS NADA A ESTOS VARONES, POR CUANTO HAN VENIDO A LA SOMBRA DE MI
TECHO.”
8 – HE AQUI TENGO DOS HIJAS:
El rescate que Lot está dispuesto a pagar para salvaguardar la vida de
sus huéspedes, es inmoral e inhumano (desde el punto de vista judío)
pero no lo era para los orientales de aquella época. “¡Entregas a tus
hijas a la depravación, exclamó una voz del cielo, en lugar de defender
su honor hasta la muerte! Tu pecado se volverá finalmente contra ti y
por ellas sucumbirás a la tentación del incesto”. Ray. Najmàn cita al
respecto el siguiente aforismo:”El que sufre de bulimia acaba comiendo
su propia carne” (Tanj.). (Najmánides establece un paralelísmo entre el
pecado de Lot con el de “la concubina de Guibea” (Jueces XIX); este
último es, sin embargo, menos grave).

9
– Y ELLOS DIJERON: “¡HAZTE ALLA!” Y DIJERON: “ESTE TAL VINO A MORAR
COMO EXTRANJERO, Y QUIERE JUZGAR COMO JUEZ. AHORA TE HAREMOS A TI MAS
MAL QUE A ELLOS.” Y FORCEJEABAN CONTRA EL HOMBRE, CONTRA LOT, CON GRAN
VIOLENCIA, Y ACERCARONSE PARA ROMPER LA PUERTA.
10 – MAS LOS VARONES EXTENDIERON SU MANO, Y METIERON A LOT CONSIGO DENTRO DE LA CASA, Y CERRARON LA PUERTA.

11
– Y A LOS HOMBRES QUE ESTABAN A LA ENTRADA DE LA CASA, LOS HIRIERON DE
CEGUERA, DESDE EL PEQUEÑO HASTA EL GRANDE, Y ELLOS SE CANSABAN EN
ENCONTRAR LA ENTRADA.
11 – LOS HIRIERON DE CEGUERA:
Según {Arùj} los cegaron con cataratas. Para Rabì Ibn Ezrá y Rashbam se
trata de una “ceguera física y espiritual” Según Rashí, Reyes II, VI, 8
la palabra empleada aquí significa que los habitantes de Sodoma
quedaron deslumbrados y que se les nubló la vista.

12
– Y DIJERON LOS VARONES A LOT: “iA QUIEN MAS TIENES AQUI? YERNOS, Y TUS
HIJOS, Y TUS HIJAS, Y TODO CUANTO TENGAS EN LA CIUDAD, SACALO DEL
LUGAR;
12 – SACALO DEL LUGAR: El
Midrash precisa: Se salvará del incendio (el día de Shabbat) el estuche
de los libros sagrados con los libros sagrados; el estuche de los
Tefilím con los Tefilím (Shab. 116 b.). Esto te enseña que son
bienaventurados los justos y los que viven con ellos. En efecto, al
acordarse Dios de Abrahám, salvó a Lot de la destrucción (v. 29),
“rescatando también del incendio” a los parientes que le rodeaban
(Tanj.).

13
– PORQUE VAMOS A DESTRUIR ESTE LUGAR, POR CUANTO SE HA HECHO GRANDE EL
CLAMOR CONTRA ELLOS DELANTE DEL ETERNO; Y EL ETERNO NOS HA ENVIADO A
DESTRUIRLO.”
13 – PORQUE VAMOS A DESTRUIR ESTE LUGAR: Los
ángeles fueron castigados, dice Rabí Shim`ón, por haber anunciado en
estos términos el plan de Dios (Rabbá c. 50) Pues el Eterno siempre
puede revocar sus decretos si los hombres se arrepienten. Los ángeles
anunciaron la decisión Divina de destruir a Sodoma como algo definitivo
que debió desanimar totalmente los esfuerzos de rehabilitación moral de
Lot y de sus conciudadanos con miras a conseguir el perdón de Dios.
Fueron pues responsables de una revelación inexacta o incompleta cuyas
consecuencias podían ser graves. Sin embargo, al oír el final de la
frase de los ángeles: “el Señor nos ha enviado para destruiría”, Lot
comprendió que le quedaba un último recurso, que aquellas palabras
dejaban subsistir una leve esperanza. Por esta razón fue a avisar
enseguida a sus yernos y les dijo que se fueran con él, que abandonasen
aquel lugar. Pensaba que, si lograba convencerlos, su gesto incitaría a
los habitantes de Sodoma al arrepentimiento.

14
– Y LOT SALIO Y HABLO A SUS YERNOS, QUE HABIAN TOMADO SUS HIJAS, Y
DIJO: “LEVANTAOS, SALID DE ESTE LUGAR, PORQUE EL ETERNO VA A DESTRUIR
ESTA CIUDAD.” MAS ERA COMO QUIEN SE BURLA, EN EL PARECER DE SUS YERNOS.
14 – MAS ERA COMO QUIEN SE BURLA, EN EL PARECER DE SUS YERNOS:Los
yernos le dijeron: ¡Insensato! La ciudad está llena de júbilo y de
alegría; sus habitantes viven felices. ¿Cómo se te ocurre decir que va a
ser destruída? (Rabbá c. 50).

15
– Y CUANDO DESPUNTO EL ALBA, LOS ANGELES APREMIARON A LOT, DICIENDO:
“LEVANTATE, TOMA A TU MUJER Y A TUS DOS HIJAS QUE SE HALLAN CONTIGO, NO
SEA QUE TU PEREZCAS POR LA INIQUIDAD DE LA CIUDAD.”
15 – Y CUANDO DESPUNTO EL ALBA: El
Talmud se basa en este versículo y en el versículo 23 para determinar
el intervalo de tiempo que separa el alba de la salida del sol. (Pes. 94
a).
TUS DOS HIJAS QUE SE HALLAN CONTIGO:
Rashí explica el sentido literal, que es el siguiente; Tus hijas están
presentes aquí, en tu casa, dispuestas para su salvación. Pero también
hace referencia, indirectamente, a “otra interpretación del Midrash”. El
Midrash relaciona la palabra: {Ha-nimtzaòt} con la frase {Matzàti David
`avdì} “he encontrado o descubierto a David, mi siervo (Salmo LXXXIX,
21) para deducir de ello que el descubrimiento en cuestión se remonta a
los tiempos de Sodoma, pues fue entonces cuando “fueron descubiertas”
las dos hijas de Lot. En efecto, éstas se convirtieron en las fundadoras
de dos pueblos: el de Moab y el de Amóm – que son los que dieron origen
a la dinastía del rey David, como lo da a entender el final de nuestro
capítulo.

16
– MAS EL SE DEMORABA Y TRABARON LOS VARONES DE SU MANO, Y DE LA MANO DE
SU MUJER, Y DE LA MANO DE SUS DOS HIJAS, EN LA CLEMENCIA DEL ETERNO
PARA CON EL, Y LO SACARON, Y LO DEJARON FUERA DE LA CIUDAD.
16 – MAS EL SE DEMORABA…: “para
poder llevarse todos sus bienes” (Rashí). El Midrash explica la
estructura de la palabra {va-yitmàhmah} o sea dos veces quiere decir
“vayit- “mah” …mah” y explicándola asì {Timahon ajar timahon… titubeo
tras titubeo}. La palabra en cuestión viene a ser entonces la expresión
clara y exacta del carácter de Lot tal como la Escritura nos lo describe
constantemente: vacilante, indeciso, lleno de irresolución. Esto
explica que el texto haya querido subrayar la importancia de la palabra
imprimiéndole un acento tónico que emplea en muy raras ocasiones el:
{Shalshelèt}. Hay quien encuentra algo de armonía imitativa en la forma y
en la modulación tradicional de este acento, como en el caso del
{Vaimaèn} en Gen. XXXIX, 8. Ver S. Parshan, Majberet he-Arùj 1, f. 5b.
(Wogue).

17
– Y SUCEDIO QUE CUANDO LOS HUBIERON SACADO AFUERA, (UNO) LE DIJO:
“ESCAPA POR TU VIDA; NO MIRES TRAS TI, NO TE PARES EN TODA LA LLANURA;
ESCAPA A LA MONTAÑA, NO SEA QUE PEREZCAS.”
17 – NO MIRES TRAS TI:
“Has hecho el mal al igual que ellos. ¡Lo que te salva son los méritos
de Abrahám! Ya que Dios te perdona la vida, no mereces ver el castigo
que Dios les envía” (Rashí). Quienquiera que se salva de la calamidad
gracias a sus propios méritos tiene derecho a contemplar las víctimas
del castigo Divino, como los judíos, por ejemplo, que “vieron a los
egipcios muertos” a orillas del Mar Rojo (Ex. XIV, 30). “Cuando el
Eterno está conmigo para socorrerme, dirá el salmista, disfruto viendo a
mis enemigos” (CXVIII, 7). (Véase al respecto el {Sefer Sha`ar bat
Rabìm} Gen. VI, 16 donde se aplica este principio a varios lugares de la
Escritura).
Pero
Najmánides y, con él, otros comentaristas, (interpretan de otra manera
la orden del ángel): Según ellos, la contemplación de la desgracia o del
sufrimiento ajeno puede ser perjudicial tanto física como moralmente.
Rabí Eli`ezer dice además que cuando la Omnipotencia Divina desciende
sobre la tierra para castigar a los hombres, nadie tiene derecho a
mirarla cara a cara. El que lo hace no puede permanecer impune.
ESCAPA A LA MONTAÑA:
La expresión tiene un sentido metafórico. Significa: “Busca tu
salvación cerca de Abrahám quien representa la cumbre del mundo moral”. A
lo que Lot contesta: No puedo huir hacia la montaña, pues Abrahám me ha
dicho (XIII, 9): “Sepárate de mí”.

18 – Y LOT LES DIJO: “NO, YO OS RUEGO, SEÑORES MIOS;
19
– HE AQUI, TU SIERVO HA HALLADO GRACIA EN TUS OJOS, Y GRANDE
MISERICORDIA HICISTE CONMIGO AL SALVAR MI VIDA; MAS YO NO PUEDO ESCAPAR A
LA MONTAÑA, NO SEA QUE ME ALCANCE EL MAL Y MUERA.

20
– MIRA, TE RUEGO, QUE ESTA CIUDAD ESTA CERCA PARA HUIR ALLA, Y ES
PEQUEÑA; CON PERMISO TUYO ESCAPARE ALLA, ¿NO ES ELLA PEQUEÑA?, Y VIVIRA
MI ALMA.”
20 – QUE ESTA CIUDAD ESTA CERCA. “He
aquí lo que se enseña en nombre de Rav: El hombre debe procurar vivir
siempre en una ciudad nueva, porque sus pecados son menos numerosos (que
los de las ciudades más antiguas), como se deduce de esta frase” (Shab.
10b). Según el cálculo de Rashí, la ciudad de Sodoma, fundada tras la
dispersión de los pueblos (que se habían reunido para construír) la
Torre de Babel, existía desde hacía 52 años; mientras que Tsoar fue
fundada un año después de Sodoma y de las ciudades vecinas.
A
primera vista, resulta difícil admitir que un solo año pueda constituir
una diferencia apreciable. Esta diferencia es significativa sólo para la
justicia Divina, pues Dios no castiga hasta que el pecador rebasa la
medida”, como lo demuestra el ejemplo evocado en Gen. XV, 16, y el caso
es que los pecados cometidos en el curso de un año pueden bastar para
romper el equilibrio de la balanza de la justicia y para inclinarla hada
el lado de la venganza.

21 – Y LE DIJO: “MIRA, HE AQUI TE OTORGO TAMBIEN ESA PROPOSICION, DE NO DESTRUIR LA CIUDAD DE LA CUAL HAS HABLADO.
22 – DATE PRISA, ESCAPA ALLA, PORQUE NADA PODRE HACER, HASTA QUE LLEGUES ALLA.” POR TANTO, FUE LLAMADA LA CIUDAD TSOAR.
23 – EL SOL SALTO SOBRE LA TIERRA, CUANDO LOT LLEGO A TSOAR.
23 – EL SOL SALTO SOBRE LA TIERRA:
Cuando Lot llegó a Tsoar, “al tiempo que salía el sol…” Sodoma ya había
sido aniquilada. Este detalle cronológico se deduce del principio de la
frase siguiente donde, según Malbim, la forma verbal {Himtìr} debe
interpretarse como un pluscuamperfecto: “El Eterno había hecho llover”.
Malbim ha establecido una regla sintáctica según la cual si un verbo, en
pasado, viene después del sujeto, equivale a un pluscuamperfecto,
mientras que, si precede sujeto, tiene un valor de imperfecto. El
Midrash Rabbá (así como Tos. Julin 91 b) precisa también que la
destrucción de Sodoma tuvo lugar al final de la noche.
Racanati
advierte además que cuando el castigo de Dios cae sobre la tierra,
suele desencadenarse durante la noche. “Los que traman profundas
maquinaciones… trabajan en la oscuridad” (Isaías XXIX, 15) En las horas
nocturnas, los “tres mensajeros de la desgracia o del mal {Mashjìt, Af
ve-Jemàh} pueden actuar libremente” {Medrash Ruth} Por eso empezamos
nuestra oración vespertina con una frase de los Salmos (Vehu rajùm,
LXXVIII, 38) que implora al Eterno para que “no aniquile {Mashjìt},
retenga su ira  y no despierte todo su furor (Jemàh). (Nuestros Sabios)
han escogido este versículo porque contiene trece palabras que aluden a
los “trece atributos de la misericordia Divina” y a su poder absoluto
sobre los tres mensajeros de la desgracia. Pero la noche de Shabbat, que
hace reinar la paz sobre vivos y muertos, no incluimos dicho versículo
en nuestra oración.

24 – ENTONCES EL ETERNO LLOVIO SOBRE SEDOM Y SOBRE AMORA AZUFRE Y FUEGO DEL ETERNO, DESDE EL CIELO;
24 – ENTONCES EL ETERNO LLOVIO…:
“Cada vez que el texto dice: Y el Eterno, se refiere a Dios y a Su
Tribunal Celestial” (Rashí). El castigo aparece aquí como la aplicación
de las normas de la justicia y también del principio de amor, ya que el
nombre empleado por el texto para designar a Dios (Havayà-h) significa
generalmente: Dios de amor y de misericordia. En efecto, por muy
despiadado que fuese el castigo, dejó escapar, sin embargo, a una
familia. Y esta familia contenía el germen del futuro redentor de la
humanidad. Por otra parte, declara Najmánides, la severidad extremada de
la sanción sirvió los intereses superiores de la tierra de Israel. En
efecto, los crímenes y las abominaciones de Sodoma han sido cometidos
también por otros pueblos que, sin embargo, no fueron condenados por
ello a la pena de exterminación. Pero la Tierra Prometida (constituye
una excepción). Como es “el santuario del Eterno” (Jeremías VII, 4) – lo
que significa que debe alcanzar un grado de santidad superior al de los
demás países – el Eterno quiso preservar a los judíos de la decadencia
moral, y, con este fin, les puso el ejemplo de Sodoma y Gomorra: Estas
ciudades estaban situadas dentro de la Tierra Prometida. Precisamente
por eso, la corrupción y la perversión de sus habitantes acarrearon su
destrucción. La misma Toràh comenta el efecto psicológico que produce el
espectáculo de la desolación (Deut. XXIX). El que lo contempla no puede
borrarlo nunca de su mente. Desde esta perspectiva podemos considerar
que, aunque el castigo de Sodoma fue aterrador en sí, también tenía un
aspecto saludable y emanaba, por tanto, de la clemencia Divina. (v. 5).
AZUFRE Y FUEGO: “Primero
lluvia; luego ésta se convirtió en azufre y fuego” (Rashí). Rabí Josué
Ben Leví decía: El Señor tiene paciencia para todo, excepto para la
perversión de las costumbres. Rabí Shim`ón Bar Yojáy mantiene que la
ejecución de la pena de muerte por el fuego es la más severa de las
cuatro formas de ejecución, pues se aplica exclusivamente al crimen de
depravación, como está escrito: “Si la hija de un Cohén se deshonra
prostituyéndose, …perecerá por el fuego” (Levít. XXI, 9). Esta fue la
pena a la que Judá condenó a Tamar por el delito de prostitución. (Gen.
XXXVIII, 24). Todo lo cual explica que Dios castigara con el fuego los
desenfrenos sexuales de los habitantes de Sodoma. (Tanj).
DEL ETERNO, DESDE EL CIELO: Al
contemplar la región desolada del Mar Muerto y sus aguas de elevada
densidad en sal, el observador advertirá la naturaleza volcánica del
lugar donde estaban emplazadas aquellas ciudades tan prósperas en su
época. Se inclinará entonces a pensar que la destrucción de las cinco
ciudades proscritas se debió a un fenómeno natural. Por eso, como para
excluir esta hipótesis, Dios repite en nuestro versículo: “El Eterno
hizo llover – El Eterno, personalmente, desde lo alto de los cielos. El
observador suele confundir la causa y el efecto: la condición actual del
suelo no es la causa de la catástrofe sino su resultado. La lluvia de
azufre y de fuego no se debió a una erupción volcánica sino a un
elemento providencial “caído del cielo”.  

25
– Y DESTRUYO AQUELLAS CIUDADES, Y TODA LA LLANURA, CON TODOS LOS
HABITANTES DE LAS CIUDADES, Y TODO LO QUE CRECIA SOBRE LA TIERRA

26 – Y SU MUJER MIRO HACIA ATRAS, Y SE CONVIRTIO EN UN PILAR DE SAL.
Y SU MUJER MIRO HACIA ATRAS:
El Targúm de Jerusalem explica (lo siguiente): La mujer de Lot era
oriunda de Sodoma y quería ver lo que había sido de la casa de su padre.
Entonces se convirtió en una estatua de sal, y permanecerá en ese
estado hasta la resurrección de los muertos. Rabí Elie`
zer
comenta que se llamaba Edit (Pirke cap. 25). Se había detenido en el
camino, y, al igual que el suelo y los habitantes de Sodoma, fue víctima
del fenómeno de petrificación sulfuro salino que se produjo en toda la
región (Perush Ha-Tur be-Shem Harosh). Pero el Talmud y algunos
Midrashím impugnan esta explicación racionalista; admiten que la
transformación de la mujer de Lot en estatua se produjo tras su llegada a
Tsoar y que fue un hecho milagroso. El que vea esta estatua,
pronunciará la bendición que corresponde a los castigos Divinos: {Baruj
dayàn ha-emet}. Aunque esta prescripción no ha sido codificada por
Maimónides (Ber. 54 b). Porque, como lo explica la estatua desapareció
en el Mar Muerto a raíz de un temblor de tierra. Pero “seguía en pie” en
los tiempos de Rabí Eli`ezer (ibìd.) y Flavio Josefo dice haberla
visto.
La
Torah ha querido referirnos este acontecimiento porque nos permite
comprender mejor el comportamiento de las hijas de Lot. Si la madre
hubiera vivido, las hijas no hubieran hecho lo que hicieron (Perush
ha-Tùr).

27 – Y A LA MAÑANA TEMPRANO ABRAHAM SE FUE AL LUGAR, DONDE HABIA ESTADO EN PIE DELANTE DEL ETERNO.
27 – Y A LA MAÑANA TEMPRANO ABRAHAM SE FUE AL LUGAR: Para
encaminarse al lugar adonde había acompañado a los ángeles y donde
había intercedido por los Sodomitas (XVIII, 22). Como esta primera
intervención, basada en el argumento de la justicia, había resultado
vana, Abrahám intentó esta vez implorar la gracia de Dios. El hecho de
madrugar es característico del Patriarca, al que vemos siempre dispuesto
a cumplir la mitzvá con la mayor prontitud posible. La frase de nuestro
versículo se repite en el momento del sacrificio de Isaac (XXII, 3) y
los Sabios deducen de ello que Abrahám fue el primero en dar el ejemplo
de “la oración matutina”. (Ber. 26a; Cf. Com. XXIV, 63). También fue él
quien demostró lo importante que era rezar siempre en el mismo sitio,
pues regresó “al lugar donde había estado en presencia del Eterno” (Ber.
6 b). En efecto, la oración confiere un carácter sagrado al lugar donde
está recitada con regularidad y la llamada que sube constantemente de
allí, ejerce una atracción tal que “Dios mismo pregunta por aquel que
falta un día a la cita de oraciones a la que suele acudir” (ibid.).

28
– Y TENDIO LA VISTA SOBRE LA FAZ DE SEDOM Y AMORA, Y DE TODA LA TIERRA
DE LA LLANURA, Y VIO QUE EL HUMO DE LA TIERRA SUBIA COMO EL HUMO DE UN
HORNO.
28 – Y TENDIO LA VISTA SOBRE LA FAZ DE SEDOM: El
pensamiento del destino inminente de las cinco ciudades había afectado
profundamente a Abrahám. Tras pasar una noche sin descanso, se levantó
muy de mañana y contempló intensamente el lugar donde Dios había hecho
justicia.

29
– ASI ACONTECIO QUE AL DESTRUIR DIOS LAS CIUDADES DE LA LLANURA, SE
ACORDO DIOS DE ABRAHAM, Y ENVIO A LOT DE EN MEDIO DE LA RUINA, AL
DERRUIR LAS CIUDADES DONDE LOT HABITABA.
29 – ASI ACONTECIO QUE AL DESTRUIR DIOS LAS CIUDADES:
El nombre Divino que ha figurado hasta ahora en este capítulo, {Shem
Havay-àh} es la expresión del {Midat ha-Rajamìm}, el principio de amor.
Sin embargo, nuestro versículo cita dos veces el nombre que designa el
atributo de la justicia. En efecto, la salvación de Lot, desde el punto
de vista del interesado, se debía a un acto de gracia, pero para
Abrahám, la salvación de su sobrino, único “justo relativo” de la ciudad
de Sodoma, era la manifestación de la justicia Divina a la que había
invocado en su diálogo con el Señor.
SE ACORDO DIOS DE ABRAHAM:
“De qué se había acordado exactamente? Se acordó que Lot sabía que
Sarah era la esposa de Abrahám. Cuando oyó a Abrahám decirles a los
egipcios que era su hermano, guardó silencio, pues tuvo compasión de él.
Por eso ahora, el Santo Bendito sea tiene piedad de Lot.” Esta
explicación citada por Rashí pone de manifiesto que el parentesco no
basta por sí solo para que un miembro de la familia del justo pueda
beneficiarse de los méritos de éste. Es preciso que el interesado tenga
también un mínimo de méritos personales. Maharal profundiza más en el
análisis. Considera que había cierto parentesco psicológico entre los
dos hombres, pese al antagonismo existente entre sus doctrinas y su
mentalidad. Lot comprendía a su tío hasta cierto punto. Por eso guardó
el secreto referente a Sarah. Y también se esforzó por imitar el
maravilloso sentido de la hospitalidad que tenía su tío. Estas
cualidades desarrollaron en él la capacidad de engendrar una
descendencia digna del destino más sublime.
Najmánides,
por su parte, hace constar que Lot tuvo además el mérito de acompañar
voluntariamente a su tío en sus peregrinaciones por el extranjero. “De
no ser por Abrahám, hubiera seguido en Jarán; no hubiera estado en
Sodoma. Por lo tanto, no era justo que pereciera allí.” Y Racanati
comenta: Sea lo que fuere, me parece poder inferir de este pasaje que el
mérito del justo protege a los suyos, aunque estos no sigan sus pasos; a
la condición, sin embargo, de que no estén pervertidos en profundidad,
como lo hacen observar nuestros Sabios a propósito de David y de
Absalón, su hijo (Cf. Yejezkèl XIV, 16).

30
– Y SUBIO LOT DE TZOAR Y HABITO EN LA MONTAÑA, EL Y SUS DOS HIJAS CON
EL, PORQUE TUVO MIEDO DE QUEDARSE EN TZOAR; Y HABITARON PUES EN UNA
CUEVA, EL Y SUS DOS HIJAS.
31
– Y DIJO LA MAYOR A LA MENOR: “NUESTRO PADRE ES VIEJO, Y NO HAY EN LA
TIERRA HOMBRE QUE SE LLEGUE A NOSOTRAS, COMO ES LA COSTUMBRE DE TODA LA
TIERRA;

32 – VEN, HAGAMOS BEBER VINO A NUESTRO PADRE, Y NOS ACOSTAREMOS CON EL; ASI CONSERVAREMOS DE NUESTRO PADRE DESCENDENCIA.”
32 – HAGAMOS BEBER VINO A NUESTRO PADRE:
Los móviles a los que obedecieron las hijas de Lot al cometer aquel
innoble acto han sido objeto de discusión entre Rav Huná y Rabí SHim`ón
(Rabbá cap. 51). El primero afirma que sus intenciones eran puras
(le-shem Shamayin). Creyeron, en efecto, que el mundo había sido
totalmente devastado y que, como su madre acababa de “morir”, ellas eran
las únicas mujeres supervivientes. Pensaron, pues, que su padre y ellas
mismas habían sido rescatadas de la catástrofe para asegurar la
continuidad de la especie humana, y se unieron a su padre para cumplir
con lo que suponían era su deber. Según otras tradiciones, temían no
poder encontrar marido por ser oriundas de la ciudad maldita; temían que
los hombres huyesen de ellas. Por esta razón, el Talmud afirma que la
lectura y la explicación pública de este pasaje no constituye ninguna
deshonra para Abrahám (Meg. 25b). En cambio, Rabí Shim`ón opina que las
hijas de Lot cometieron un acto perverso que les dictó su mente
depravada. No obstante, el Talmud (Nazir 23a) y con él muchos de
nuestros clásicos – entre ellos, Najmánides, Rabenu Bajyáh, se inclinan a
pensar que el padre es más responsable que las hijas.
Estas
sabían que la cohabitación de padre con la hija era una práctica
tolerada entre los descendientes de Noaj. Sin embargo, emborracharon a
su padre porque su pudor les impedía proponerle aquella relación, o
porque sabían que el incesto, aunque lícito, estaba considerado como
odioso (Tos. Nazir, ibid.), o porque temían que las generaciones futuras
lo considerasen como tal. En cuanto al padre, el mismo texto alude a su
falta de escrúpulo, al poner un punto sobre la Vav de la palabra
{Uv-Kumàh} “cuando se levantó”, en el versículo 33 (mientras que el
punto no figura en el versículo 35 que hace referencia a la hermana
menor). Rashí explica: Esto significa que Lot comprendió lo que había
pasado cuando su hija mayor se levantó y que, a pesar de eso, la noche
siguiente no se guardó de beber. En definitiva, según nuestros Sabios,
la conducta de las hijas de Lot tuvo varios motivos. La pureza de sus
intenciones no excluía los instintos voluptuosos. Indudablemente, esta
interpretación corresponde mejor que una explicación esquemática a la
complejidad psicológica del alma humana. El caso es que la ambivalencia
que acabamos de subrayar vuelve a manifestarse en la descendencia de los
dos pueblos fundados por ellas. Los instintos depravados reaparecen a
través de la conducta de las hijas de Moab cuando éstas intentan seducir
a los judíos y apartarlos de su fe (Números XXV, 2). Y, por otra parte,
la capacidad de abnegación al servicio de la salvación de la humanidad
se reafirma en la vocación histórica de David y de sus sucesores,
quienes proceden de Ruth, es decir, de los descendientes de Moab.
La
dinastia davidiana, a la que pertenece el Mesías que vendrá al final de
los tiempos, fue, en efecto, “descubierta en Sedom”, como dice el
Midrash. El hecho de que el futuro redentor de la humanidad tenga como
primer origen una unión incestuosa pasible, según la ley judía, de la
pena de muerte, no deja de ser enigmático. Es un hecho tanto más
desconcertante que se vuelve a producir en la ascendencia paterna de
David. En efecto, Ruth, la Moavita, la antepasada de David, se casó con
Bo`az, quien procedía de la tribu de Yehudàh. Y esta tribu nació también
de una unión incestuosa, la de Yehudáh con Tamàr, su nuera (Gen.
XXXVIII, 16; Levítico XVIII, 15). Estos acontecimientos no pueden ser
casuales. No cabe duda de que encierran un significado profundo. Es pues
lícito suponer que el futuro redentor de la Humanidad ha de llevar en
sus venas una gota de sangre impura y no judía que le haga capaz de
comprender el estado de ánimo de todos los seres humanos, de compartir
sus debilidades y de utilizar su ascendiente y su lenguaje para
encontrar el camino de sus corazones y guiarlos hacia Dios. (de Rabenu
Ch. Ben Attar, Gen. XLIX, 9).
NOS ACOSTAREMOS CON EL.
Si Dios hubiera juzgado a las hijas de Lot según sus actos, las hubiera
hecho perecer. Pero las juzgó teniendo en cuenta la pureza de sus
intenciones; por eso se limitó a excluir a su descendencia de la alianza
con el pueblo de Israel (Deut. XXIII, 4).
El
Talmud (Nazir 23a) ha estudiado el problema de la mala acción que se
inspira en buenas intenciones. Su conclusión es que Lot y sus hijas
fueron juzgados de distinta manera por el mismo pecado. A Lot, le aplica
la sentencia del profeta Hoshe`a que dice (XIV, 10): “Rectos son los
caminos del Señor… pero los pecadores tropiezan en ellos.”; mientras que
a sus hijas les aplica el verso intermedio de la misma sentencia: “…por
ellos, los justos caminarán derechos”.

33
– E HICIERON BEBER VINO A SU PADRE AQUELLA NOCHE Y ENTRO LA MAYOR Y
ACOSTOSE CON SU PADRE. Y EL NO SUPO CUANDO ELLA SE ACOSTO NI CUANDO SE
LEVANTO.
33 – EL NO SUPO CUANDO ELLA SE ACOSTO:
Hemos indicado ya que los Sabios interpretan el punto diacrítico sobre
la Vav de la palabra {uv-kumàh} como una alusión al hecho de que Lot
persistió en seguir bebiendo, y de que, por lo tanto, era culpable
(Horayoth 10b). Esta interpretación permite comprender la ley que
excluye sólo a los hombres de Moàv y de Ammón (no a sus mujeres) de la
comunidad de Israel (Medr. Rabbá; Cf. Even Ha`ezer 4,2).
NI CUANDO SE LEVANTO:
Es una alusión a Ruth, descendiente de Moab; ella también “permaneció
acostada a los pies de Bo`az hasta la mañana, levantándose antes de la
hora a la que pueden distinguirse las personas” (Ruth III, 14). Era aún
demasiado temprano, desde el punto de vista histórico, para que tanto
Lot como Bo`az pudiesen discernir el inmenso alcance del acto de
cohabitación que acababan de realizar (Zohar).

34
– Y ACONTECIO AL DIA SIGUIENTE, QUE DIJO LA MAYOR A LA MENOR: “HE AQUI,
YO ME ACOSTE ANOCHE CON MI PADRE; HAGAMOSLE BEBER VINO ESTA NOCHE
TAMBIEN Y ENTRA TU, ACUESTATE CON EL; ASI CONSERVAREMOS DE NUESTRO PADRE
DESCENDENCIA.”
35
– E HICIERON BEBER VINO A SU PADRE AQUELLA NOCHE TAMBIEN; Y LEVANTOSE
LA MENOR, Y ACOSTOSE CON EL. Y EL NO SUPO CUANDO ELLA SE ACOSTO, NI
CUANDO SE LEVANTO.
36 – DE ESTA SUERTE LAS DOS HIJAS DE LOT CONCIBIERON DE SU PADRE
37 – Y PARIO LA MAYOR UN HIJO, Y LLAMOLE MOAV: EL ES EL PADRE DE LOS MOAVITAS, HASTA HOY.

38 – Y LA MENOR TAMBIEN PARIO UN HIJO, Y LLAMOLE BEN AMMI ES EL PADRE DE LOS AMMONITAS, HASTA HOY.
38 – LE LLAMO BEN AMMI (“HIJO DE MI PUEBLO”): Rabí
Jiyàh Ben Abbá hace una evaluación comparativa de las cualidades de las
dos hijas de Lot. La mayor demostró más solicitud que la menor en el
cumplimiento del deber de procreación; por esta razón su posteridad
ascendió al trono – con David y Salomón – antes que la de su hermana
menor, quien tuvo que esperar hasta Naamah la ammonita, la madre del rey
Roboàm, el nieto de David (I, Reyes XIV, 21). Pero, por otra parte, la
hermana menor fue más discreta a la hora de nombrar a su hijo, pues le
nombró: “hijo de mi pueblo” mientras que la mayor le llamó: “hijo del
padre”. (Dios) la recompensó por ello ya que sus descendientes nunca
fueron tributarios de un enemigo, mientras que los de la mayor sí lo
fueron. (Deut. XIV, 9; Cf. B. K. 38 b).

 CAPITULO XX
1 – Y DE ALLI PARTIO ABRAHAM HACIA LA TIERRA DEL MEDIODIA, Y SE ESTABLECIO ENTRE KADESH Y SHUR, MORANDO TEMPORALMENTE EN GUERAR.
1 – Y DE ALLI PARTIO ABRAHAM: La
Escritura no precisa los motivos de su partida como lo hizo en el
capítulo XII (v. 10) donde explicó que la decisión de marcharse a otro
lugar se debía al hambre que reinaba en Canaán. Rashí indica que, en
este caso, la decisión pudo ser motivada por dos razones a la vez; Por
un lado, Abraham deseaba alejarse de Lot, quien tenía mala reputación
desde que había cohabitado con sus hijas; Y, por otro lado, quiso
abandonar aquel lugar “cuando vio que las ciudades estaban destruídas y
que ya no pasaba gente por allí”.
Esta
última razón concuerda mejor con el carácter de Abrahám tal como nos lo
describe la Torah. Su talento bondadoso y activo le impulsaba a
socorrer a sus semejantes y a ofrecerles su hospitalidad. Pero, como era
ante todo “el padre de los creyentes”, su razón de ser no era otra que
la de proclamar universalmente la creencia en un Dios Unico. Su
legendaria hospitalidad le proporcionaba la oportunidad de iniciar a sus
huéspedes al conocimiento de Dios y de convertirlos a su fe. Por eso,
cuando vio que las ciudades de la llanura del Mar Muerto habían
desaparecido y “que ya no pasaba gente por allí”, abandonó la región
donde había dedicado 25 años de su vida al servicio del Señor (Rashí
XXI, 34), y, sin desanimarse tan sólo un instante, se dirigió hacia otra
comarca del país para seguir cumpliendo con su misión. Hubiera sido
perfectamente comprensible que el Patriarca se sintiera descorazonado,
tras el fracaso de tantos y tan perseverantes esfuerzos. Sin embargo, su
inquebrantable fe le permitió superar la desesperación. Fiel al plan
que se había trazado de lanzarse a la conquista espiritual de las
regiones meridionales del país, que son las más áridas y las más
impropias para cualquier clase de cultivo (XII, 9), Abrahám pensaba
establecerse en la parte del Neguev, a proximidad del temible desierto
de Shur. Pero se radicó en Guerar, ciudad situada en la encrucijada de
Kadesh y de Shur, y en la que residían los reyes filisteos; porque
estaba seguro de que por allí pasaba mucha gente a quien podía ofrecerle
su hospitalidad.

2 – Y DECIA ABRAHAM DE SARAH, SU MUJER: “MI HERMANA ES”; POR LO CUAL AVIMELEJ, REY DE GUERAR, ENVIO Y TOMO A SARAH.
2 – Y DECIA ABRAHAM DE SARAH, SU MUJER: El
Patriarca estaba tan imbuido de su misión Divina que no dudó en
arriesgar su propia vida y la de su mujer. No obstante, no quiso contar
con un milagro para salir de apuros y recurrió por tanto a la
estratagema que ya había utilizado anteriormente. “El que se ha
beneficiado una vez de un milagro, no debe contar con un segundo
milagro, pues sus méritos pueden haber disminuido” (Zohar). Si la Torah
nos relata los acontecimientos de la vida de los Patriarcas con tantos
pormenores, incluso cuando no tienen trascendencia histórica, como en
este caso, es porque desea que nos inspiremos de la conducta adoptada
por ellos en ciertas circunstancias críticas. El conjunto de todos estos
ejemplos de conducta constituye el modelo de comportamiento que todos
los judíos debemos imitar ante los problemas grandes y pequeños de la
existencia. La historia de los Patriarcas configura la armazón de la
ética judía.
MI HERMANA ES:
Según el Zohar, estas palabras contienen un significado implícito. Al
ver que la Shejiná sobrevolaba constantemente la casa de Sarah, que era
una santa, Abrahám, quien no confiaba en sus propios méritos, intentó
estrechar más aún el vínculo que le unía a su mujer. Por eso, al hablar
de ella, decía que era su hermana, pues a una hermana no se la puede
repudiar como a una esposa. (El concepto de fraternidad implica el de
inseparabilidad, como en Proverbios VII, 5: “Dile a la sabiduría: Eres
mi hermana”). El caso es que fue en el momento de marcharse a Egipto, y
luego en el de entrar en el país de los Filisteos cuando Abrahám
experimentó la necesidad de expresar su indisoluble fidelidad a Dios; al
Dios cuya sagrada presencia estaba atraída por Sarah. Esto es como el
hombre que quiere bajar en un pozo profundo: Como tiene miedo de no
poder volver a salir, fija una escalera de cuerda en el brocal del pozo y
luego baja tranquilamente. De igual modo, antes de internarse en
aquellos países infestados de idolatría, Abrahám fijó “la cuerda de la
fe” para su propia salvación, agarrándose a la Shejiná. Y luego
emprendió el descenso, seguro de poder volver a subir sano y salvo a su
debido tiempo.
AVIMELEJ, REY DE GUERAR, ENVIO Y TOMO A SARAH:
Cuando el Faraón de Egipto la mandó raptar, Sarah tenía 65 años y podía
seguir siendo hermosa. Pero ahora, tiene 90 años. ¿Qué belleza podía
haber conservado a esa edad? Najmánides contesta que Sarah había
recobrado su belleza y todos los atributos de su sexo desde que los
ángeles le habían anunciado su futuro embarazo, como lo indica el Talmud
(B.M. 87a). Esta interpretación concuerda mejor con la continuación del
relato que la que Abarbanel le atribuye a Rabí
Nissím, y según la cual lo único que pretendía Avimelej era rendirle honores al ilustre Patriarca que era entonces su huésped.

3
– Y VINO DIOS A AVIMELEJ, EN EL SUEÑO DE LA NOCHE, Y LE DIJO: “HE AQUI
QUE VAS A MORIR POR CAUSA DE LA MUJER QUE HAS TOMADO, PORQUE ES CASADA
CON MARIDO.”
3 – Y VINO DIOS A AVIMELEJ, EN EL SUEÑO DE LA NOCHE:
“Mucho tiempo después de que hubiesen llevado a Sarah junto al rey,
quien permanecía inconsciente'… (Najmánides.) Maimónides precisa:
“Cuando la Escritura dice que Dios se acerca a tal o cual persona en un
sueño nocturno, no se refiere a una profecía; (el soñador en cuestión no
tiene calidad de profeta). Lo único que nos quiere dar a entender es
que aquella persona ha recibido un aviso de parte de Dios; y que el
aviso le ha sido transmitido por medio de un sueño… Desde luego, no
podemos dudar que el arameo Labán haya sido un perfecto canalla a la vez
que un idólatra; y, por lo que se refiere a Avimelej, si bien es cierto
que fue un hombre piadoso en comparación con el resto de su pueblo,
nuestro padre Abrahám dice de su ciudad y de su reino: “No hay temor a
Dios en este lugar.” Sin embargo, está escrito, tanto de Labán como de
Avimelej, que Dios se les apareció en sueños, durante la noche – pero
esta aparición dista mucho de lo que puede ser una visión nocturna como
la que consta a propósito del Patriarca Jacob (Gén. XLVI, 2). Por eso
Onkelos traduce: Oyó una palabra que le enviaba Dios {Memàr mikadàm
Ado-nai} en lugar de “Dios se le reveló: {ve-etgalè Ado-naì} (Guia II,
41).
…POR CAUSA DE LA MUJER QUE HAS TOMADO:
Según el Talmud (San. 57 a), el robo y el adulterio, los dos cargos que
se le imputan aquí a Avimelej, eran pecados mortales para los
descendientes de Noaj. (No obstante, como Avimelej tenía un nivel de
moralidad superior al del Faraón de Egipto, se salvó de las “tremendas
plagas” que Dios le infligió al Faraón.). Esta frase de nuestro
versículo contiene un concepto importante: El de la responsabilidad
moral individual. Maimónides hace la siguiente observación al respecto:
“Para Dios, la justicia es algo absolutamente necesario, es decir que
recompensa al hombre justo por todos sus actos piadosos y rectos, aunque
no se los haya ordenado ningún profeta, y castiga cada mala acción que
un indivíduo ha cometido, aunque no se la haya prohibido ningún profeta;
pues en cada persona hay un sentimiento natural que le prohibe la
injusticia y la iniquidad” (Guía de los Extraviados III, 17).

4 – PERO AVIMELEJ NO SE HABIA ACERCADO A ELLA, Y DIJO: “SEÑOR, ¿ACASO TAMBIEN A LA GENTE JUSTA MATARAS?
5
– ¿NO ME DIJO EL: MI HERMANA ES, Y ELLA, TAMBIEN ELLA DIJO: ¿ES MI
HERMANO? CON SENCILLEZ DE MI CORAZON, Y CON PUREZA DE MIS MANOS, HE
HECHO ESTO.”
5 – TAMBIEN ELLA DIJO: ES MI HERMANO:
“Once veces en la Torah, la palabra {Hì} figura con la ortografía del
masculino {Hu}, pero se pronuncia como corresponde al femenino. Este
caso se produce dos veces en nuestro versículo” (Abot d. Rabí Natán, c.
34). Pues en realidad, fue Abrahám quien afirmó que Sarah era su
hermana. Ella guardó silencio como lo había hecho anteriormente, en
Egipto, y por los motivos indicados en el Comentario XII, 17. Pero
Avimelej interpretó su mutismo como una señal de asentimiento.
CON SENCILLEZ DE MI CORAZON:
Esto significa, según Rashí: “Yo no tenía la intención de pecar”. La
expresión siguiente: “La pureza de mis manos” quiere decir: estoy exento
de falta, no la he tocado. Pero el Eterno le contestó: “Es cierto que
no pensabas estar pecando (pues ignorabas que Sarah era la esposa de
Abrahám). Pero no invoques la pureza de tus manos.” El Eterno le hizo
comprender que, aunque hubiese actuado “con integridad de corazón”,
estaba muy alejado aún del estado de inocencia. Pues, suponiendo incluso
que Sarah fuese sólo una hermana soltera de Abrahám, ¿era justo acaso
que cualquier extranjera que entraba en su país estuviese a la
disposición del príncipe y que dependiese de su albedrío? Y si la usanza
de Guerar había autorizado semejantes procedimientos, no por ello
dejaban de ser pecaminosos a los ojos de Dios. Le correspondía al
príncipe sancionar sola y exclusivamente aquellas costumbres que
satisficiesen las exigencias de la moral.

6
– Y DIJOLE DIOS EN EL SUEÑO: “YO TAMBIEN SE QUE CON SENCILLEZ DE TU
CORAZON HAS HECHO ESTO; Y TAMBIEN TE DETUVE YO DE PECAR CONTRA MI. POR
ESO NO TE PERMITI TOCARLA.
6 – NO TE PERMITI…:
“Si no la tocaste, no fue por tu propia voluntad. Fue porque Yo te lo
impedí, porque no te di fuerzas para ello”. (Rashí). En efecto,
refiriéndose a la palabra {atzor atzàr} que está repetida dos veces en
el versículo 18, el Midrash Rabbá enseña que Avimelej sufrió una
oclusión de los órganos genitales desde el momento en que Sarah llegó a
su palacio. Sin embargo, aunque Sarah llevaba ya mucho tiempo con él, el
rey no comprendió la causa de esta afección hasta que Dios le envió su
aviso durante un sueño nocturno (Najmánides).
PECAR CONTRA MI:
{Mejalatò} la ortografía de esta palabra es defectuosa en el texto
masorético no lleva {Alef}. De allí que se la haya relacionado con el
término {Majat} alfiler. Cada pecado, explica el Zohar, es como un
alfiler que hincamos en la carne viva de Dios (ibid.).
El
Talmud deduce de la expresión {Mejatò li} que la sanción del pecado
cometido por Avimelej – pecado que se debió a su ignorancia de que Sarah
era la esposa de Abrahám, es de la incumbencia del Tribunal Celestial,
aunque la culpabilidad del rey de los Filisteos sea también manifiesta a
los ojos de los jueces terrenales. (Tos. Makot 9a). Esta culpabilidad
estriba en el hecho de que “Avimelej debió aprovechar la lección y no lo
hizo” como lo especifica el Talmud en el mismo pasaje a propósito del
versículo siguiente.

7
– AHORA, PUES, DEVUELVE LA MUJER DEL HOMBRE, PORQUE ES PROFETA, Y ORARA
POR TI, PARA QUE VIVAS; MAS SI NO LA DEVUELVES, SABE QUE DE SEGURO
MORIRAS TU Y TODOS LOS QUE SON TUYOS.”
7 – PORQUE ES PROFETA:
“¿Significa esto que, de no ser Abrahám profeta, Avimelej no hubiera
tenido que devolverle la esposa a su marido? – No, pues el texto debe
interpretarse de la manera siguiente: Devuélvele la esposa a aquel
hombre”, sea quien sea. En cuanto a la objeción de Avimelej: “¿Matarás
también a gente inocente? ¿No me dijo él acaso: es mi hermana?”, he aquí
lo que le contesta Dios: Has de saber que aquel hombre es profeta y que
sabía de antemano como ibas a comportarte; Cuando un extranjero llega a
una ciudad, lo normal es que se le pregunte primero si quiere comer o
beber, no si la mujer que está con él es su esposa o su hermana” (Makòt
ibid.). Avimelej debió comprender que la afirmación de Abrahám referente
a Sarah no era sino un subterfugio al que tuvo que recurrir, pues sabía
qué clase de acogida les reservaban a los extranjeros en la residencia
real. Por lo tanto, este rey debe ser considerado culpable de no haber
aprovechado la lección que le dio el Patriarca.
ORARA POR TI, PARA QUE VIVAS:
“Los Sabios enseñan que cuando alguien ha humillado a su prójimo debe
indemnizarle por el perjuicio que le ha causado. Pero, aunque le ofrezca
todos los carneros nabateos que existen en la tierra, no conseguirá la
absolución si no le pide perdón. Pues está escrito: Restituye la esposa,
pues él es profeta y rezará por ti”. Esto implica observa … {Meiri} que
le pidas perdón, y que lo hagas de tan buen grado que él rece incluso
por ti (B.K. 92 a; Maimónides {Jovel u-mazik he, tet}.

8
– Y POR LA MAÑANA MADRUGO AVIMELEJ, Y LLAMO A TODOS SUS SIERVOS, Y
REFIRIO EN SUS OIDOS TODAS ESTAS COSAS; Y LOS HOMBRES TEMIERON MUCHO.
Y LOS HOMBRES TEMIERON MUCHO:
“Ellos veían que el humo seguía saliendo de Sodoma, como de un horno, y
se dijeron: Los mensajeros que han sido enviados allá vienen ahora
hacia nosotros.” (Rabbá cap. 52). Por otra parte, la “pesadilla” que
Avimelej acababa de tener, provocó la primera manifestación de temor a
Dios. (Ber. 55 a).

9
– ENTONCES LLAMO AVIMELEJ A ABRAHAM, Y LE DIJO: “¿QUE NOS HAS HECHO Y
EN QUE HE PECADO CONTRA TI PARA QUE HAYAS TRAIDO SOBRE MI Y SOBRE MI
REINO UN GRAN PECADO? COSAS QUE NO DEBEN HACERSE HAS HECHO CONMIGO.”
9 – ¿QUE NOS HAS HECHO?: La
reacción de Avimelej se parece a la del Faraón de Egipto y suscita las
mismas observaciones. Ver el Com XII, 18 donde explicamos porqué Abrahám
se comporta de distinta manera con Avimelej.

10 – Y AVIMELEJ DIJO A ABRAHAM: “¿QUE HAS VISTO, PARA QUE HICIERAS ESTA COSA?”
11 – Y CONTESTO ABRAHAM: “PORQUE ME DIJE: SEGURAMENTE NO HAY TEMOR DE DIOS EN ESTE LUGAR, Y ME MATARAN POR CAUSA DE MI MUJER.
NO HAY TEMOR DE DIOS EN ESTE LUGAR:
Abrahám parece querer replicar: Ni la civilización ni el nivel de
moralidad de tu pueblo, de los que tanto te enorgulleces, pueden
garantizar el respeto de las buenas costumbres, ya que no hay temor a
Dios en tu reino.
El
adverbio {Rak} colocado al principio de la frase, tiene, como de
costumbre, un sentido restrictivo. Rabí Eli`ezer lo interpreta de la
manera siguiente: El temor a Dios existía, hasta cierto punto, entre los
Filisteos, puesto que el texto acaba de decir: “Los hombres tuvieron
mucho miedo.” Pero era un temor limitado. Se manifestaba sólo cuando
recibían la noticia de algún castigo Divino {Yalkut Shim`oni 247-57}.
Por tanto, era puramente exterior. Esto explica que la Escritura emplee
aquí la expresión {Yir-àt Elo-him} que designa “el temor al Dios
justiciero”, en lugar de la que emplea generalmente: {Yir-àt Ado-naì} y
que implica un temor impregnado de veneración por el Dios de amor.
({Shelah, Assaràh Maamaròt})). Para Abrahám, el temor a Dios es, cuando
no el objetivo supremo, si al menos, el fundamento de toda vida moral,
como se demostrará en el capítulo XXII, 12. El Patriarca expresa aquí la
idea de que este criterio moral posee, a sus ojos, un valor absoluto:
“El Eterno no tiene más tesoro en su mundo que el del temor al Cielo”
(Shab. 31a).

12 – MAS TAMBIEN EN VERDAD, ELLA ES MI HERMANA; HIJA ES DE MI PADRE, AUNQUE NO HIJA DE MI MADRE; Y FUE MUJER PARA MI.
12 – HIJA ES DE MI PADRE:
La Escritura emplea a veces las palabras: “hijo” e “hija” con el
sentido de “nieto” y “nieta”. Sarah, que la tradición asimila a Isaac,
hija de Jarán (Rashr XI, 29) era, efectivamente, la nieta de Teraj y la
sobrina de Abrahám. Najmánides condena aquí severamente la conducta del
Patriarca a quien acusa de haber puesto en peligro la vida de su mujer
por segunda vez. Poco importa, dice, que Abrahám haya dicho o no la
verdad al declarar que Sarah era hermana suya. El caso es que oculto un
hecho fundamental: que era también su esposa.
La
Escritura nos refiere a menudo los defectos y las virtudes de sus héroes
con total objetividad. No trata en absoluto de silenciar sus
debilidades y errores. Sin embargo, el valor moral de nuestros grandes
personajes bíblicos no sufre por ello ningún menoscabo, sino que, por lo
contrario, el impacto que tiene sobre nosotros es aún mayor. Si fueran
seres perfectos, creeríamos que están dotados de una naturaleza
diferente de la nuestra. Pensaríamos que sus virtudes proceden de un
tipo de personalidad superior, exento de pasiones y de luchas internas;
por tanto, no podríamos atribuirlas al mérito de estas personas ni
considerarlas a ellas como modelos a imitar.
Son
precisamente los yerros de un Moisés, sus arranques de cólera, por
ejemplo, los que confieren a su modestia su inestimable valor. En
efecto, gracias a ellos, podemos considerar esta modestia como el
resultado de un esfuerzo de voluntad y de autodisciplina que debemos
imitar porque estamos capacitados para imitarlo. (Rabi S. R. Hirsch).

13
– Y SUCEDIO QUE CUANDO DIOS ME HIZO VAGAR DE LA CASA DE MI PADRE, LE
DIJE A ELLA: ESTA ES LA MERCED QUE ME HAS DE HACER; EN TODO LUGAR ADONDE
LLEGAREMOS, DI DE MI: MI HERMANO ES.”
13 – Y SUCEDIO QUE CUANDO DIOS ME HIZO VAGAR DE LA CASA DE MI PADRE:
“Cada vez que el nombre del Señor está citado en relación con la
historia de Abrahám, es sagrado, excepto en nuestro versículo, donde es
profano (pues designa a los ídolos). Aunque hay quien dice que también
aquí es sagrado” (Yer. Megg. 1:9). Rashí adopta el segundo punto de
vista y parafrasea el versículo de la manera siguiente: Cuando Dios me
hizo salir de la casa de mi padre y me vi errando y vagando de un lado
para otro…, le dije a ella …etc… Pero Onkelos adopta la primera
interpretación, y explica: Cuando las naciones erraron en pos de sus
ídolos, el Eterno me buscó en la casa paterna y me acercó a su culto.
Rashí,
quien suele recoger textualmente la versión de Onkelos, se limita aquí,
excepcionalmente, a decir: “Onkelos ha traducido como ha traducido”.
Rabí Meir Shapiro de Lublín interpreta el sentido implícito de esta
frase de Rashí de la manera siguiente: Es sabido que Onkelos (Aquila del
Ponto) era un pagano converso que renunció a muy altas dignidades en la
jerarquía eclesiástica de su religión idólatra con el fin de seguir
fielmente al Dios de Israel. Descubrió en las palabras de nuestro
versículo la expresión de su propio destino, y por eso lo reflejó en su
traducción. Esto es lo que Rashí ha querido plasmar en aquella frase tan
sumamente concisa: Onkelos ha traducido el versículo de acuerdo con la
interpretación que dio de su propia vida.
EN TODO LUGAR ADONDE LLEGAREMOS:
Abrahám le pidió a Sarah este favor desde su primer viaje a Egipto.
Donde quiera que fueran, ella habría de decir: él es mi hermano. No se
lo volvió a pedir cuando salieron en dirección a Guerar (Najmánides).

14 – Y AVIMELEJ TOMO GANADO MENOR Y MAYOR, Y SIERVOS, Y SIERVAS, Y SE LOS DIO A ABRAHAM, Y LE DEVOLVIO A SARAH, SU MUJER.
15 – Y DIJO AVIMELEJ: “HE AQUI, MI TIERRA ESTA DELANTE DE TI; EN DONDE TUVIERES A BIEN, HABITA.”

16
– Y A SARAH DIJO: “HE AQUI HE DADO MIL SICLOS DE PLATA A TU HERMANO:
CONSIDERA QUE ESTO TE SERVIRA DE REPARACION A LOS OJOS DE TODOS LOS QUE
ESTAN CONTIGO”. ASI ELLA QUEDO VINDICADA.
16 – Y A SARA DIJO.
Según Rabì Kimjì, Rabì Ibn Ezrá y otros comentaristas, el sentido de
este difícil versículo es el siguiente: El hecho de que, a pesar de ser
el rey, me he esforzado en redimir tan generosamente el mero intento de
acercarme a ti, te garantizará a partir de ahora una protección tan
eficaz (“un velo de ojos” para sustraerte a las miradas indiscretas)
contra todos los que te rodean, que podrás presentarte abiertamente ante
cualquier persona sin necesidad de renegar tu condición de esposa.
En
cambio, Rabí Isaac percibe un tono de reproche en esta frase dirigida a
Sarah: “Me has vendado los ojos al declarar una identidad falsa {Hineh
hu laj}, ¡0jalá esta venda que me has puesto recaiga sobre ti!”. Rabí
Isaac comenta: “No tomes ninguna maldición a la ligera, ni siquiera la
de un hombre corriente. Pues la maldición de Abimelej se cumplió en el
hijo de Sarah, Isaac, cuya vista se oscureció” (XVII, 1).

17 – ENTONCES ORO ABRAHAM A DIOS, Y SANO DIOS A AVIMELEJ: Y A SU MUJER, Y A SUS CRIADAS, DE MANERA QUE PARIERON.
17 – ENTONCES ORO ABRAHAM A DIOS, Y SANO DIOS A ABIMELEJ.
“¿De dónde sabemos que el ofendido a quien el ofensor ha presentado sus
disculpas no debe resistirse a perdonar? Del versículo que dice:
Abrahám oró a Dios, etc…” (B.K. ibìd.). Es la primera vez que la Torah
menciona explícitamente el hecho de que un hombre dirige su oración al
Eterno, añade el Midrash Rabbá. ¡Y esta oración es la de un marido que
acaba de ser humillado, y que lo dice para que su rival, víctima de un
ataque de impotencia, recobre la salud!

18 – PORQUE EL ETERNO HABIA CERRADO TODA MATRIZ DE LA CASA DE AVIMELEJ, POR MOTIVO DE SARAH, MUJER DE ABRAHAM.
18 – PORQUE EL ETERNO HABIA CERRADO:
Véase el comentario del versículo 6 …POR MOTIVO DE SARAH: La oclusión
de los órganos genitales – enfermedad que padeció Abimelej, como lo
indica Rashí (v. 9), se produjo “a causa de Sarah” para que no se dijera
luego que estaba encinta de este rey. (Ch. Benattar).

 CAPITULO XXI
1 – Y EL ETERNO VISITO A SARAH SEGUN HABIA DICHO, E HIZO EL ETERNO PARA CON SARAH CONFORME HABIA HABLADO;
1 – Y EL ETERNO VISITO A SARAH: Esta
expresión implica una intervención providencial que se sitúa más allá
de las leyes naturales, advierte el Zohar. La fecundación de Sarah
reviste, en efecto, el aspecto de un fenómeno sobrenatural. La palabra
{Zejiràh} es la que la Escritura suele emplear para expresar el concepto
de intervención de la Providencia, como lo hemos explicado ya en el
capítulo VIII, 1 con motivo del milagro obrado por Dios para salvar a
Noàj de las aguas del Diluvio. Aquí también la {Zejiràh} precede la
{Pekidàh} de la misma manera que la decisión precede la ejecución.
El
Talmud subraya reiteradas veces que el deseo de Sarah se cumplió el día
de Rosh Hashaná (Ber. 29 b). Este día, explica Rashí, el Eterno se
acuerda de las esposas estériles, atiende sus ruegos y decide
concederles la fecundidad, como en el caso de Rachel y de Janàh, madre
del profeta Shemuel, y también de Rivka, según algunos Maestros. Rosh
Hashaná es la época en la que los {Zijronot}…los recuerdos de los
méritos, suben ante el Eterno y en la que Dios toma las decisiones
importantes que atañen a los destinos individuales y nacionales, como
consta en la oración de Musaf. Por eso leemos este capítulo de la Torah
el primer día de la fiesta de Año Nuevo.
SEGUN HABIA DICHO:
La repetición que tenemos en este versículo se debe a que la Escritura
quiere recalcar el hecho de que el milagro anunciado anteriormente se
realiza aquí puntualmente. (D. Kimjì). Sin embargo, Rabbá explica que la
expresión {Ka-ashèr amar} del primer hemistiquio hace referencia a las
palabras pronunciadas por Abrahám a propósito de Avimelej y a las que
acaba de aludir el final del anterior capítulo. “¿De dónde sabemos que
el que implora para su prójimo un favor que él mismo necesita será el
primero a quien Dios se lo conceda? Lo sabemos por Abrahám: El
intercedió para que la mujer y las siervas de Abimelej pudiesen de nuevo
tener hijos, y, sin embargo, fue su propia mujer, Sarah, quien concibió
la primera; por eso la Escritura nos ha narrado los dos episodios uno
detrás de otro” (B. K. 92a). Los Tosafistas añaden: El favor en cuestión
no puede ser el hecho del nacimiento en sí, pues éste había sido
anunciado ya anteriormente por los ángeles; Rabbá se refiere al parto:
Ya hemos señalado en el capítulo III, 16, que Sarah, al igual que
mujeres piadosas, dio a luz sin dolor.

2 – PUES CONCIBIO Y PARIO SARAH UN HIJO DE ABRAHAM, EN SU VEJEZ, AL TIEMPO FIJO QUE LE HABIA DICHO DIOS.
2 – EN SU VEJEZ:
El Midrash descompone la palabra …{LIZ-KUNAV} en las tres siguientes:
{Ziv ikunin} su rostro se parecía al de su padre; y hace la misma
observación a propósito de Yosef, el hijo del Patriarca Ya`acov.
{Zekunim}, son los años en los que el hombre piensa en el término de su
vida y en los que experimenta el deseo de tener una descendencia capaz
de sucederle en el sentido moral de la palabra, de perpetuar su
patrimonio espiritual. El hijo del que se espera que sea un digno
representante de su anciano padre es un {Ben Zekunim} De hecho, Yitzjàk
estaba destinado, desde su nacimiento, a cumplir esta misión, y sus
padres descifraron en su rostro, que reflejaba ya la imagen de Abrahám,
la promesa de aquel porvenir esperanzador.

3 – Y ABRAHAM LLAMO A SU HIJO QUE LE NACIO, A QUIEN SARAH LE HABIA PARIDO, YITZJAK.
3 – Y ABRAHAM LLAMO A SU HIJO QUE LE NACIO, A QUIEN SARAH LE HABIA PARIDO, YITZJAK.
El significado de este nombre ha sido comentado ya en el capítulo XVII,
19. El primer niño judío fue llamado {Yitzjàk} porque provocó la
sonrisa escéptica de todos aquellos que no creían en la Providencia
Divina y en el milagro. La carcajada escarnecedora que retumbó sobre la
cuna
del pueblo judío es la misma que la que acompañó a Israel a lo largo de
la historia, burlándose de sus “pretensiones” a un mesianismo
universalista. Y esta carcajada nos acompañará hasta que se realicen las
profecías bíblicas, en la época en la que, como dice la Escritura: {Az
yimale sejok pìnu} “nuestra boca por fin reirá”. (Salmo CXXVI, 2). Pero
la risa del Mundo futuro no será sarcástica (Sejok) sino alegre y estará
llena de ternura

4 – Y CIRCUNCIDO ABRAHAM A YITZJAK, SU HIJO, A LOS OCHO DIAS, COMO LE HABIA ORDENADO DIOS.
4 – COMO LE HABIA ORDENADO DIOS.
Abrahám demostró la misma solicitud y el mismo entusiasmo a la hora de
circuncidar a su hijo que cuando efectuó, por orden del mismo Dios, su
propia Miláh. El día de la circuncisión de Yitzjàk, ofreció un gran
banquete, según la interpretación de los Tosafistas quienes leen el
versículo 8 de la manera siguiente: {hig-gamel – beyom hi. gamel}, el
octavo día, teniendo en cuenta el valor numérico de {heg} Shab. 130 a).
Rabi Shim`ón Ben Gamliel concluye: Todas las mitzvot que Israel ha
acogido con alegría – como la de la Miláh – las sigue cumpliendo con
alegría (Shab. Ibid.).
A LOS OCHO DIAS:
“Por esta razón, cuando se llevan al recién nacido para la Miláh,
solemos darle la bienvenida con las palabras {Baruj Haba} pues
{Haba} equivale numéricamente al ocho” (Ba`al Ha-Turim).

5 – Y ABRAHAM ERA DE EDAD DE CIEN AÑOS, CUANDO LE NACIO ISAAC, SU HIJO.
5 – Y ABRAHAM ERA DE EDAD DE CIEN AÑOS.
Najmánides insiste reiteradas veces en el hecho de que la edad avanzada
que tenía el Patriarca cuando engendró a Isaac no constituye
verdaderamente un milagro ya que, cuarenta años más tarde, tuvo muchos
hijos de Keturáh, como lo indica la Escritura al principio del capítulo
XXV. Además, cuando Abrahám cumplió los cien años, estaba sólo al
comienzo de la segunda mitad de su vida. Lo que debemos considerar como
un milagro es más bien el hecho de que su hijo naciera de Sarah, quien
tenía 90 años de edad y cuyo “tributo periódico había cesado”. Esto
permite comprender que la Torah no califique de milagroso el embarazo
que tuvo Yojeved, la madre de Moshe, a los 130 años (Cf. Sota 12 a). En
efecto, la vejez no impide la conservación de las funciones fisiológicas
(Najmánides XLVI,15).

6 – Y DIJO SARAH: “RISA ME HA HECHO DIOS; CUALQUIERA QUE LO OYERE SE REIRA A CAUSA DE MI.”
6 – SE REIRA A CAUSA DE MI:
Rashí explica: “Se alegrará por mí”. Pues cuando Dios se acordó de
Saráh, se acordó también de muchas otras mujeres estériles. Muchas
enfermas sanaron aquel día. Muchas plegarias fueron escuchadas. Hubo una
gran alegría en la tierra. Esto es un ejemplo típico de la “bendición
colectiva” que el justo trae al mundo. Es la contrapartida del principio
de la responsabilidad colectiva, corno lo hemos expuesto en el
Comentario XVIII, 25. {Zejer tzadik liv-rajah} cuando el recuerdo del
justo sube ante Dios, suscita una bendición general.

7- Y DIJO: “¿QUIEN HUBIERA DICHO A ABRAHAM QUE SARAH AMAMANTARIA HIJOS?, PUES QUE LE HE PARIDO UN HIJO EN SU VEJEZ”.
7 – QUIEN HUBIERA DICHO A ABRAHAM
“En lugar de emplear el verbo {Daber} que es el más corriente, Sarah
emplea el verbo {Milèl} Las tres letras de la raíz suman 100 años, si
consideramos su valor numérico. Es decir: cuando Abrahám tenga cien
años” (Rashí). Janáh, la madre del profeta Shemuel, dice algo similar
cuando exclama en su canto de alegría: “Mi corazón se llena de gozo
pensando en el Eterno, {“alatz libì ba-Ado-naì} El Medrash Yalkut (I.
Sam. II, 1) advierte que las tres letras de la palabra “llenarse de
gozo”, hacen referencia, por su valor numérico, a las tres fechas
importantes de la vida de Abrahám y de Sarah que están relacionadas con
la espera del hijo: el equivale a 70: nos recuerda pues los 70 años que
tenía el Patriarca cuando Dios le prometió una descendencia con motivo
del pacto de alianza trinan {ben ha-betarim}. La otra equivale a 30,
pues Abrahám tuvo que esperar treinta años antes de asistir a la
realización de la promesa. Y el equivale a 90, cifra correspondiente a
la edad que tenía Sarah cuando llegó a ser madre.
…QUE SARAH AMAMANTARIA HIJOS?:
Aunque son muchos los que se han reído gracias a mí, ¿quién podría
describirle a Abrahám en “una sola palabra” lo que representa para mí el
hecho de amamantar a este niño? A través de él, alimento todo el
porvenir de una nación; gracias a él, soy madre de toda su descendencia,
pues él llevará la antorcha encendida por su padre. Sarah no cría sólo a
un hijo. A través de Isaac, cría también a la multitud de sus
descendientes: {henikah banim} (Sarah amamanta “hijos” – La palabra está
en plural).

8 – Y CRECIO EL NIÑO Y FUE DESTETADO; E HIZO ABRAHAM UN GRAN BANQUETE EL DIA QUE FUE DESTETADO ISAAC.
8 – Y CRECIO EL NIÑO Y FUE DESTETADO: Rashí
dice que fue al cabo de 24 meses. Pero según puede deducirse del
segundo libro apócrifo de los Macabeos, la madre amamantaba a su hijo
hasta que cumplía los tres años (VII, 27). Es cierto, explica Rabenu
Bajyàh Ibn. Pakuda, que la costumbre es ofrecer un banquete el día del
nacimiento o el de la circuncisión. Pero Abrahám aplazó el banquete
hasta el día de la ablactación, pues este día marcó el comienzo de la
vida espiritual de su hijo. No debe sorprenderte la precocidad de la
edad: ¿Acaso el mismo Abrahám no “reconoció al Creador desde los tres
años?” Era lógico pues que quisiera iniciar a Isaac, desde su más tierna
infancia, a los asuntos relacionados con Dios; como lo recomienda, por
lo demás, el profeta Isaías: “¿A quién vamos a enseñarle el saber? ¿A
quién vamos a enseñarle sus lecciones? A los niños que acaban de ser
destetados, de ser apartados del pecho” (XXVIII, 9). La educación judía
comienza con el primer despertar del espíritu en el niño recién venido
al mundo. “Has fundado Tu poderío, dirá el salmista, por la boca de los
niños, de los que maman” (VIII, 3).
UN GRAN BANQUETE:
“porque asistieron a él los grandes personajes de la época: Shem, Ever y
Abimelej” (Rashí). Según el Medrash Rabbá, los 31 (¿o 32?) reyes de
Kenà`an estaban presentes también, así como el gigante Og, eterno
escéptico, quien acudió a comprobar la realización del milagro predicho
por Dios, “Los hijos de este infante te castigarán un día por burlarte
del Dios de Abrahám” exclamó entonces una voz celestial, aludiendo a la
muerte del gigante, que está relatada en Números XXI, 34.
Rabí
Shim`ón solía decir: Todo el que se da a la alegría en sus días de
fiesta sin darles alegría a los pobres se ve acusado por satán, quien le
ocasiona los peores tormentos. ¿Había acaso alguien más caritativo que
Abrahám? Sin embargo, cuando el Patriarca dio el banquete, sólo invitó a
los personajes importantes de su época. Por esta razón, Satán descendió
y se apostó a la puerta de su casa disfrazado de mendigo. Pero nadie le
hizo caso. Abrahám servía a los reyes y a los príncipes. Sarah estaba
dando de mamar a los hijos de las princesas; pues se decía que Yitzjak
no era hijo suyo, sino un expósito (Cf Rashí vers. 7). Enseguida, Satán
fue a presentar su acusación ante Dios: “! ¡Amo del mundo! Consideras a
Abrahám como tu amigo. Sin embargo, está ofreciendo un festín y no les
da nada a los pobres. No sacrificó siquiera un palomo en tu honor.” Así
pues, Satán hizo de aguafiestas. Y el Eterno decidió poner a prueba a
Abrahám con “el sacrificio de Yitzjak” que tuvo como consecuencia la
muerte de Sarah. (citado por Rashí en XXII, 1 y XXIII, 2; Zohar I,
118.).

9 – Y SARAH VIO QUE SE BURLABA EL HIJO DE HAGAR, LA EGIPCIA, EL CUAL ESTA HABIA PARIDO A ABRAHAM.
9 – Y SARAH VIO QUE SE BURLABA EL HIJO DE HAGAR:
Al principio del libro del Éxodo, los Sabios del Midrash advierten la
armonía perfecta que reina entre el Patriarca Ya’acov y sus doce hijos,
quienes deciden de común acuerdo exiliarse a Egipto. Insisten en el
hecho de que aquella unión tan ejemplar no se daba en el hogar de
Abrahám, ni tampoco en el de Yitzjak; y no vacilan en achacarles a los
mismos Patriarcas la responsabilidad de este fracaso. Citan al respecto
el siguiente versículo de los Proverbios: “El que no usa la vara, odia a
su hijo; el que le ama, le prodiga la corrección”. (XIII, 24). Abrahám e
Yitzjak fueron ambos demasiado indulgentes con sus hijos, mientras que
Jacob educó a los suyos con más autoridad, aunque también tuvo una
debilidad que acarreó serios problemas: la de preferir a Yoséf a los
demás.
Abrahám
no permanecía insensible a las demostraciones de cariño de Yishma`el.
También Yitzjak, en la generación siguiente, cayó en “la trampa de las
buenas palabras” de Esav (Rabbá ibid.) En ambos casos, la madre fue más
clarividente que el padre: Sarah se dio cuenta que, a medida que iba
creciendo, Yishma`el, de quien había esperado que se convertiría en el
heredero espiritual de su padre, se parecía cada vez más a Agar. Por eso
dice, refiriéndose a el: “el hijo de Agar, la egipcia”, denominación
que caracteriza bien su personalidad. En cambio, Abrahám sigue viendo en
él a “su hijo” (vers. 11).  
SE BURLABA: Rashí
explica que Ismael incurrió en delitos de idolatría, depravación y
asesinato. Los textos talmúdicos atribuyen esta interpretación a Rabí
Akivá (R.H. 18b y Tosefta, Sota VI). Rabí Shim`ón, por su parte, profesa
la segunda opinión citada por Rashí. Según ésta, Ismael se peleó con
Isaac a propósito de la herencia, como se deduce de la declaración de
Sarah que figura en el versículo siguiente. Rabí Shim`ón considera su
interpretación “más verosímil que la de Rabí Akivá”, pero Rashí parece
opinar que las dos versiones son complementarias. En cuanto a
Najmánides, estima que las burlas a las que alude el texto tuvieron
lugar el mismo día que el banquete de Isaac y no algunos años más tarde
como lo sugieren las explicaciones precitadas. Estaban relacionadas con
la legitimidad del nacimiento de Isaac, cosa que interesaba a Ismael
debido a los derechos de herencia. Así pues, en lugar de abrazar la fe
de Abrahám, Ismael adoptó el gesto burlón y cínico que hemos condenado
anteriormente por considerarlo característico de la mentalidad pagana.

10
– Y ELLA DIJO A ABRAHAM: “ECHA FUERA A ESTA SIERVA Y A SU HIJO, PORQUE
NO HEREDARA EL HIJO DE ESTA SIERVA CON MI HIJO, CON ISAAC.
10 – HECHA FUERA A ESTA SIERVA: “Fue
por haber echado a Agar, la egipcia, de su casa, por lo que los
descendientes de Sarah fueron castigados y expulsados de Egipto” (Ba`al
ha-Turim). Desde luego, las relaciones entre Sarah y Agar conocieron
numerosas peripecias y serios altibajos. ¿Pero si la decisión de
despedir a Agar fue aprobada por Dios, por qué fue considerada, sin
embargo, digna de castigo? Porque estaba justificada por lo que respecta
a la conducta de Ismael, pero era condenable si consideramos que Sarah
no ejerció a tiempo la influencia que tenía que haber ejercido sobre la
educación de Ismael para evitar que estallase el conflicto.
NO HEREDARÁ EL HIJO DE ESTA SIERVA CON MI HIJO, CON ISAAC:
“Sé que no compartirá la fe con él y que no participará a nada con él,
ni en este mundo, ni en el mundo futuro. Y el Eterno aprobó a Sarah,
pues era preciso que su santa descendencia viviese su propia vida y que
preservase sus características particulares”. (Zohar). “El cetro de la
impiedad no se posará nunca en el patrimonio de los justos”, dirá el
salmista (CXXV,3).

11 – Y ESTE DICHO PARECIO MUY GRAVOSO A ABRAHAM, CON MOTIVO DE SU HIJO.
11 – Y ESTE DICHO PARECIO MUY GRAVOSO A ABRAHAM:
“Este despido fue una de las pruebas más dolorosas a las que tuvo que
someterse Abrahám” (Pirke de Rabí Eliezer 31). El hombre que se había
pasado la vida atrayendo a los paganos hacia Dios, se vio de pronto
obligado a expulsar a su propio hijo porque se había desviado del camino
del bien. Hasta entonces, Abrahám no se había dado cuenta de las
tendencias negativas del carácter de su primogénito. “La depravación en
el seno del hogar es peor que la guerra de Gog y Magog” (Ber. 7b). Sin
embargo, aceptó esta nueva prueba (la octava, o, según algunos
comentaristas, la novena de las diez pruebas a las que fue sometido) con
su habitual confianza en Dios; y en cuanto supo cuál era la voluntad
del Señor, “se levantó muy de mañana”, ansioso, como siempre, por
cumplir esta voluntad, dispuesto a ejecutarla sin lamentaciones.
CON MOTIVO DE SU HIJO: Abraham
tenía la esperanza de que la frecuentación de Isaac ejercería una
influencia benéfica sobre Ismael; y quería, por esta razón, que su
primogénito se quedase en su casa. Pero Sarah, que era superior a su
marido en capacidad profética (Rashí, v. 12), preveía, por el contrario,
que Ismael tendría una influencia nefasta sobre su hermano menor. El
Eterno le ordenó entonces a Abrahám que escuchase la voz de su mujer.
“Cuando se mezcla agua caliente con agua fría, la caliente se enfría”
(Jafetz Chayim).

12
– Y DIJO DIOS A ABRAHAM: “NO TE PAREZCA ESTO GRAVOSO A CAUSA DEL
MUCHACHO Y A CAUSA DE TU SIERVA; EN TODO LO QUE TE DIJERE SARAH, OYE SU
VOZ, PORQUE EN ISAAC SERA LLAMADA TU SIMIENTE.
12 – OYE SU VOZ: La
idea de obediencia se traduce en hebreo no por {Shamo`a ba-davàr} sino
por {Shamo`a bekòl} pues es preciso escuchar no sólo la palabra de la
persona sino también su voz. Se obedece porque ha hablado aquella voz,
aquella persona, no porque haya dicho determinadas palabras. Dios le
dice a Abrahám que escuche la voz de Sarah, que le obedezca, aunque no
le guste el contenido de sus palabras. Le dice que se fíe de ella porque
ella intuye mejor la verdad. Pues las mujeres suelen tener una
sensibilidad más aguda para los matices psicológicos. (Cf. Com. XVI, 2).
EN ISAAC SERA LLAMADA TU SIMIENTE: El
Talmud le da a la palabra {be-Yitzjak} un sentido restrictivo: No
llevará tu nombre toda la posteridad de Isaac, sino sólo una parte de
ella: {be-Yitzjak velo bekol Yitzjak} lo cual excluye a Esav y a sus
descendientes (Ned. 31a) (Ver al respecto nuestro comentario XVI, 2).

13 – Y TAMBIEN DEL HIJO DE LA SIERVA HARE UNA NACION, POR CUANTO ES SIMIENTE TUYA.
14
– Y A LA MAÑANA MADRUGO ABRAHAM Y TOMO PAN Y UN ODRE DE AGUA, Y LO DIO A
AGAR, PONIENDOLO SOBRE SU HOMBRO, Y EL NIÑO, Y LA DESPIDIO; Y ELLA
PARTIO Y ERRABA EN EL DESIERTO DE BEER SHEVA.
Y LA DESPIDIO.
Este verbo sobrentiende un acto legal de repudiación. La sabiduría
clarividente de Sarah quiso que la ruptura fuese completa para que Isaac
y sus descendientes pudiesen sustraerse a la influencia nefasta del
primogénito, Ismael, y de la egipcia, su madre. Era una medida radical,
pero estaba justificada por las circunstancias. El divorcio debía
efectuarse de una manera que evidenciase el aspecto estrictamente
jurídico de las relaciones de la madre y del hijo con la casa de
Abrahám, es decir su condición de esclava y de hijo de esclava. Pero más
adelante, nada se opondrá a que el Patriarca le conceda a Agar un
estatuto acorde con su generosidad y sus sentimientos personales. Y esto
fue lo que hizo después del casamiento de Isaac, como lo hace constar
Rashí. (XXV, 1).
Y ELLA PARTIO Y ERRABA…: También
el verbo “perderse” tiene aquí un sentido figurado: Agar se extravió
volviendo al culto pagano de sus padres, tan pronto se vio expulsada de
la casa de Abrahám. Por eso, Dios no oyó su súplica sino la de su hijo,
como cuando huyó hacia el desierto por primera vez. (XVI, 11). 

15 – Y ACABOSE EL AGUA DEL ODRE; Y ELLA ECHO AL NIÑO DEBAJO DE UNO DE LOS ARBUSTOS.
15 – ECHO AL NIÑO…: La
conducta de Agar es reveladora de la brutalidad de la raza Jamita. Una
madre judía no hubiera abandonado a su hijo. Hubiera permanecido junto a
él, aunque sólo fuese para calmarle o para aliviar su sufrimiento;
aunque sólo fuese durante una fracción de segundo. El hecho de alejarse y
de permanecer pasivo para no asistir a la agonía no es una prueba de
compasión sino más bien una manifestación de egoísmo y crueldad propios
de una criatura primitiva. En cualquier persona que alberga sentimientos
humanos, la conciencia del deber se impone sobre las emociones más
violentas. Esta conciencia sabe hacerle olvidar su propio dolor y la
incita a socorrer generosamente a los que necesitan su ayuda, incluso
cuando lo único que puede aportarles es el consuelo de una presencia
humana (Rabi S. R. Hirsch).

16
– Y FUE Y SENTOSE ENFRENTE, A DISTANCIA DE UN TIRO DE ARCO, PORQUE
DIJO: “NO VEA YO LA MUERTE DEL NIÑO.” Y SE SENTO FRENTE A EL, Y ALZO SU
VOZ Y LLORO.
16 – Y FUE Y SENTOSE ENFRENTE.
Agar se había encaminado hacia él desierto de Beer Sheva”, nombre que
el texto emplea por anticipación (véase el versículo 31). Se piensa que
la ciudad de {Beer Shev`a se encontraba en la frontera sur de Filistea.
Allí fue donde Abrahám oró y proclamó el nombre de Dios (vers. 33).
Además, “la puerta de los cielos” está situada en esta región, como
consta en el capítulo XXVIII, 10-17. Agar, que sabía todo esto, se sentó
“frente a la puerta de los cielos”, en el lugar donde se alza “la
escalera” que eleva las oraciones hasta las esferas celestiales. Así
pues, Dios oyó la plegaria de Yishma`el: {ba-asher hu sham} debido al
lugar en que se encontraba Mèshej Jojmàh.

17
– Y DIOS OYO LA VOZ DEL MUCHACHO, Y EL ANGEL DE DIOS LLAMO A HAGAR
DESDE EL CIELO, Y LE DIJO: “¿QUE TIENES, AGAR? NO TEMAS, PORQUE DIOS HA
OIDO LA VOZ DEL MUCHACHO EN DONDE ESTA.
17 – Y DIOS OYO LA VOZ DEL MUCHACHO:
“Ismaél estaba agotado por la sed. Se dejó caer entre las espinas del
desierto y exclamó: ¡Amo del mundo! ¡Dame de beber! No me dejes morir de
la más horrible de todas las muertes, ¡la de la sed! Y el Eterno
atendió su súplica.” (Pirke de Rabí Eliezer, 30). El primer día de Rosh
Hashaná, siempre se procede a una lectura pública de este pasaje, pues
nos recuerda en aquel día de arrepentimiento que “cuando todas las
puertas del Cielo están cerradas, la de las
lágrimas permanece abierta” (Ber. 32 b).
…EN DONDE ESTA:
Rashí recoge la explicación talmúdica (R.H. 16 a) según la cual el
hombre es juzgado en función de sus actos presentes y no de su conducta
futura. Dios contesta a los ángeles que presentan sus cargos contra los
descendientes de Ismael: “En este momento, ¿qué es? ¿Justo o impío?
Justo. Yo le juzgo en función de su comportamiento actual”. Este es el
sentido de las palabras: “desde el lugar en que está”
Los
comentaristas del Talmud se preguntan qué diferencia hay entre el caso
de Ismael y el del “hijo libertino y rebelde” al que la Escritura
condena a la pena capital (Deuteronomio XXI, 21) porque presupone que su
presente será también su fin, o, en otras palabras, porque considera
que el joven en cuestión está irremediablemente perdido. (Sanhedrín 71
b). Algunos Maestros piensan que la diferencia estriba en que, para un
hijo de Abrahám – como era Ismael – la esperanza de un retorno al ideal
nunca debe abandonarse totalmente. En cambio, la misma esperanza es vana
si se trata de un muchacho “libertino y rebelde” nacido, según la
tradición, de la unión de un judío con una “mujer hermosa”, hecha
prisionera en alguna guerra – (El caso de la hermosa cautiva está
planteado por la Torah justo antes de él del hijo libertino). El
críterio es pues la pureza de origen.
Pero
otros comentaristas se preguntan lo siguiente: ¿Cómo es posible que
Ismael, al que (la tradición) acusa de idolatría y de inmoralidad, como
lo indica Rashí en el versículo 9, pueda ser (ahora) calificado de justo
en sus actos presentes? El Zohar contesta que “en el lugar en que
estaba”, es decir, considerando que no había cumplido los 20 años,
Ismael no era aun jurídicamente responsable de sus actos ante el
Tribunal Celestial. Otros piensan que Ismael fue juzgado según los
criterios aplicables a las naciones y a las colectividades, porque era
llamado a ser el antepasado de “una gran nación”. Podemos observar, en
efecto, en numerosos pasajes de la Torah que las consecuencias de
pecados graves tales como la idolatría o la depravación, suelen ser
menos catastróficas para un {Tzibur} que, para un individúo, pues el
Tzibur puede hacer valer eminentes cualidades colectivas. Por esta
razón, “la Shejiná mora incluso en medio de la impureza” (Lev. XVI, 16).
En cambio, los vicios de la nación que afectan la vida social suelen
acarrear severas sanciones que pueden ir hasta un alejamiento de la
Shejiná. (Cf. {Meshej Jojmah} IV,13
; Exo. XIV, 29).
EL ANGEL DE DIOS LLAMO A AGAR DESDE EL CIELO: Cuando
Agar huyó de la casa de Abrahám por primera vez, los ángeles le
dirigieron la palabra directamente. En efecto, Agar estaba acostumbrada a
ver ángeles en la casa del Patriarca, y, además, tenía que volver allí.
Pero ahora, está en la situación de una mujer repudiada. Por eso el
ángel la llama “desde lo alto de los cielos” (Cf. Rashí XVI, 13).
(También Abrahám fue llamado por un ángel “desde lo alto de los cielos”,
cuando se disponía a sacrificar a Isaac; pero su caso era distinto. El
sacrificio que iba a efectuar el Patriarca se parecía al que el Sumo
Sacerdote solía ofrecer en el Santo de los Santos, el día de Kipur.
Nadie, ni siquiera un ángel, tenía derecho a penetrar en aquel lugar. De
igual modo, en el momento del sacrificio de Isaac, se les prohibió a
los ángeles el acceso al Monte Moriyáh. Fue por esta razón por la que el
ángel llamó a Abrahám desde lo alto de los cielos {Meshej Jojmah}.

18 – LEVANTATE, ALZA AL NIÑO, Y SOSTENLE CON TU MANO, PORQUE YO HARE DE EL UNA GRAN NACION.
18 – LEVANTATE, ALZA AL NIÑO:
Después de darle de beber (Najmánides). Como Ismael estaba en una edad
intermedia entre la infancia y la adolescencia la Escritura le designa a
veces con la palabra {Naar} y otras con la palabra {Yeled}. Según la
tradición, tenía dieciséis o diecisiete años (La Escritura emplea
también la palabra Yèled para designar a Yosèf cuando este ha cumplido
ya dieciséis años; Gen. XXXVII, 30). Sin embargo, su madre le lleva en
hombros (vers. 14), cosa que no debe sorprendernos en una época en que
la vida humana solía durar entre ciento veinte y ciento setenta años, y
en que un muchacho de diecisiete años correspondía a lo que es ahora un
niño de diez a once años.
Y SOSTENLE CON TU MANO: La
madre que sostiene a su hijo para guiarle hacia el camino de la
salvación siente que sus propias fuerzas se multiplican: La traducción
textual de {ve-hajaziki et yadej bo} es; “fortalece tu mano por él”. 

19 – Y ABRIO DIOS LOS OJOS DE ELLA, DE MANERA QUE VIO UN POZO DE AGUA; Y FUE Y LLENO EL ODRE DE AGUA, Y DIO DE BEBER AL NIÑO.
19 – Y ABRIO DIOS LOS OJOS DE ELLA:
“La palabra {Pakoaj} se emplea sólo con un sentido moral, psicológico.
No significa que la persona recobra la vista propiamente dicha. Por
ejemplo, cuando la Escritura dice: “El Señor le abrió los ojos”, Lo que
da a entender no es que había un velo sobre el ojo y que luego este velo
desapareció, sino que se ha producido un cambio en el estado mental de
la persona y que gracias a él encuentra lo que no ha podido encontrar
anteriormente” (Maimónides, Guía de los Desc. I, 2)

20 – Y ESTUVO DIOS CON EL NIÑO; Y EL CRECIO, Y HABITO EN EL DESIERTO, Y VINO A SER TIRADOR DE ARCO.
21 – Y HABITO EN EL DESIERTO DE PARAN, Y SU MADRE LE TOMO MUJER DE LA TIERRA DE EGIPTO.
21 – LE TOMO MUJER DE LA TIERRA DE EGIPTO: Rashí
comenta que era el lugar donde la habían criado a ella, a Agar. Esto es
como el refrán que dice: Si lanzas un palo al aire cae sobre su raíz.
Rabí Eliezer añade: Abrahám fue a visitar a su hijo Ismael, tres años
después de su partida, y le juró a Sarah no apearse del camello delante
de su casa. Llegó a la mitad del día y encontró allí a la esposa. Le
preguntó donde estaba Ismael y ella contestó que había ido a coger
dátiles en el desierto con su madre. Abrahám le dijo: Dame un poco de
pan y de agua, pues estoy cansado de mi viaje por el desierto. Ella
contestó: No tengo ni agua ni pan. Y Abrahám le dijo entonces: Cuando
vuelva Ismael, le contarás que un anciano ha venido de Canaán a verle y
que ha dicho que el umbral de su casa está en malas condiciones. Cuando
la esposa le dio el recado de Abraham, Ismael la despidió y su madre le
dio entonces por esposa a una mujer de su propia familia llamada Petuma.
Tres años más tarde, Abrahám fue a visitar otra vez a su hijo. Este
estaba ausente como la vez anterior, pero su mujer le dio de beber y de
comer. Abrahám rezó entonces para su hijo y bendijo su casa. Cuando
Ismael se enteró de ello a su regreso, comprendió que su padre seguía
queriéndole. (Pirké de Rabí Eliezer; capítulo. 30). En lo sucesivo,
volvió a la casa paterna en Beer Sheva y acompañó a su padre en la
prueba de la Akedá (Rashí XXII, 3).

22
– Y ACONTECIO EN AQUEL TIEMPO QUE ABIMELEJ, CON PIJOL, CAPITAN DE SU
EJERCITO, HABLO A ABRAHAM, DICIENDO: “DIOS ESTA CONTIGO EN TODO LO QUE
HACES.
Y ACONTECIO EN AQUEL TIEMPO: Los
numerosos milagros de los que se había beneficiado Abrahám y, en
particular, el del nacimiento de Isaac, que acababa de producirse,
dejando entrever la próxima realización de la promesa Divina: “Le daré
esta tierra a tu posteridad”, incitaron a Abimelej a proponerle al
Patriarca un pacto de amistad que fuese válido durante tres generaciones
Esto significa que, lejos de considerar a Abrahám como un simple
particular, el rey de los Filisteos reconoce ahora en él al padre de una
nación y considera, por tanto, necesario ganarse su amistad y su
benevolencia. A partir de ahora, el Patriarca tiene autoridad para
firmar un tratado político. El rey demuestra aquí que tiene una
confianza absoluta en Abrahám y en la influencia que va a ejercer sobre
sus descendientes. Está convencido de que éstos respetarán el juramento
de su antepasado.
Pero
la historia de los Patriarcas tiene además una dimensión paradigmática.
En esta perspectiva, el pacto de amistad establecido entre Abrahám y el
rey filisteo es una prefiguración de la alianza fraterna que las
naciones le ofrecerán a Israel cuando hayan reconocido que “El Eterno
está con él en todo lo que hace”.

23
– Y AHORA JURAME POR DIOS, QUE NO TE PORTARAS FALSAMENTE CONMIGO, NI
CON MIS DESCENDIENTES, NI CON MI ESTIRPE, SINO QUE CONFORME A LA BONDAD
QUE YO HE USADO CONTIGO, ASI LO HARAS TU CONMIGO, Y CON LA TIERRA EN
DONDE HAS HABITADO COMO EXTRANJERO.
23 – Y AHORA JURAME POR DIOS…:
{Hine} es una alusión al {Hinè} que está repetido dos veces en el
versículo 16 del capítulo XV. Este versículo dice: “Tus descendientes
volverán aquí (a Canaán) a la cuarta generación, porque hasta entonces
la iniquidad del amoreo no estará completa”. He aquí el motivo por el
que Abimelej propone una alianza que dure tres generaciones, hasta el
regreso de los descendientes de Abrahám.

24 – Y ABRAHAM DIJO: “YO JURARE.”
24 – “YO JURARE.”:
En lugar de emplear el pronombre sujeto usual, {Anì}, Abrahám dice aquí
{Anojì}, término que corresponde a un “Yo” más enfático. Al poner así
de realce su propia persona, Abrahám quiere subrayar el hecho de que
jurará él, sólo él. Pues “está prohibido asociarse con un idólatra. Esto
podría llevarle a jurar por su ídolo” (Sanedrín 63a). Como el rey
Abimelej le había hecho un favor, Abrahám no podía negarse a pactar con
él; pero quiso evitar por lo menos que jurase por su ídolo.

25 – Y ABRAHAM REPRENDIO A ABIMELEJ CON MOTIVO DE UN POZO DE AGUA QUE LOS SIERVOS DE ABIMELEJ LE HABIAN ARREBATADO.
25 – Y ABRAHAM REPRENDIO A ABIMELEJ:
El tema de la discusión que viene inmediatamente después de la
celebración del pacto tiene un valor altamente simbólico. En efecto, el
pozo de agua, que la Biblia menciona tan a menudo, representa la fuente
de la pureza y de la fecundidad. El profeta Jeremías lo emplea incluso
como imagen de Dios: “Me han abandonado, a Mí, el manantial de agua
viva, para excavarse aljibes, aljibes agrietados, que no pueden retener
el agua”. (II. 13).
La
dimensión simbólica está también implícita en las palabras de nuestro
texto. Al reivindicar la propiedad de los pozos que ha cavado, Abrahám
hace comprender a su nuevo aliado que su intención es seguir siendo
dueño de su “fuente de agua viva”, es decir de su fuente de inspiración.
Aunque ha aceptado establecer una alianza con un rey pagano, éste debe
saber sin embargo que la alianza concierne exclusivamente los asuntos
políticos, que no incluye ningún tipo de comunión o asociación
espiritual. Para Abrahám era tan importante este derecho de autonomía
espiritual que quiso reafirmarlo solemnemente ofreciéndole a Avimelej
las siete ovejas que había apartado con este fin. Y al aceptarlas de la
mano del Patriarca, Avimelej se comprometió a respetar el derecho que
reivindicaba su aliado, el de “cavar su propia fuente”. Por eso “se
llamó aquel lugar Beer Sheva, pues allí juraron ambos”. Este nombre pone
de manifiesto la importancia primordial que tuvo para Abrahám el
incidente del pozo, tan banal en apariencia. En efecto, Beer Shevá no
significa la Alianza del Juramento sino la Fuente del Juramento, pues,
para Abrahám, la protección de su “fuente de inspiración constituía el
punto esencial de su pacto con Avimelej. La ciudad de Beer Sheva, está
allí para recordarnoslo.

26 – Y AVIMELEJ DIJO: “NO SE QUIEN HA HECHO ESTO, NI TU ME LO DIJISTE, NI YO SE DE ELLO HASTA HOY.”
26 – NO SE QUIEN HA HECHO ESTO:
Avimelej contestó con esta frase al reproche de Abrahám. Luego se
volvió hacia Pijol, el jefe de su ejército, y le dijo: “Yo también lo
ignoraba hasta hoy”. Así se explican las repeticiones aparentes de este
versículo (Sefat Emèt).

27 – TOMO, PUES, ABRAHAM GANADO MENOR Y GANADO MAYOR, Y SE LOS DIO A AVIMELEJ E HICIERON LOS DOS UN PACTO.
27 – E HICIERON LOS DOS UN PACTO: A pesar del pacto siguieron siendo dos (“ambos”). Abrahám se negó a unirse íntimamente a su aliado.

28 – Y ABRAHAM PUSO APARTE SIETE OVEJAS DEL REBAÑO
29 – DIJO ENTONCES AVIMELEJ A ABRAHAM: “¿QUE SIGNIFICAN ESTAS SIETE OVEJAS QUE HAS COLOCADO APARTE?”
30 – Y EL DIJO: “QUE ESTAS SIETE OVEJAS HAS DE TOMAR DE MI MANO, PARA QUE ME SIRVAN DE TESTIMONIO DE QUE YO CAVE ESTE POZO.”
30 – “QUE ESTAS SIETE OVEJAS HAS DE TOMAR DE MI MANO: Los
Sabios del Midrash consideran con desaprobación el regalo que Abrahám
le hace al rey Filisteo además del ganado mayor y menor que ya le ha
entregado anteriormente para sellar el pacto. Según ellos, a pesar de
sus precauciones y de sus reservas, el Patriarca ha ido demasiado lejos
en su amistad con el rey pagano. ¿no comprometía acaso aquel pacto el
porvenir de la Tierra que Dios les había prometido a él y a sus
descendientes? Desde luego, se trataba de una alianza de duración
limitada, pero ¿tenía acaso Abrahám el derecho de disponer libremente
(de la voluntad de su descendencia), aunque fuera sólo de la de tres
generaciones? Como es lógico, su actitud confiada y amable no fue
recompensada. Cuando los judíos llegaron a Canaán, los Filisteos,
descendientes de Avimelej, libraron más batallas contra ellos que los
demás pueblos de aquella región. Esta situación conflictiva tuvo muchas
consecuencias graves para el pueblo judío durante la época de los jueces
y de los reyes. (Cf. Rabbá cap. 56). Finalmente, la alianza se hundió
en un torbellino de sangrientos combates que se desarrollaron en el
mismo corazón de Jerusalem, ciudad que ocuparon los jebuseos,
descendientes de Avimelej en los tiempos de David.: “El rey David con
sus hombres, marchó sobre Jerusalém contra los jebuseos que ocupaban el
país. Pero éstos le dijeron a David: “No entrarás aquí; los ciegos y los
cojos te rechazarán”, como diciendo: “David no entrará aquí”. Sin
embargo, David se apoderó de la fortaleza de Sión, que es la ciudad de
David. Aquel mismo día, (David) había dicho: “El que quiera vencer a los
jebuseos debe llegar hasta la cumbre, hasta los cojos y los ciegos, los
enemigos de David” (II Sam. V, 6-8). Rashí y Kimjì cuentan que los
Jebuseos habían confeccionado dos estandartes. En ellos habían pintado
un ciego y un cojo, que representaban respectivamente al Patriarca
Isaac- este perdió la vista siendo ya anciano – y al Patriarca Jacob,
quien había quedado cojo a raíz de su lucha con el ángel. Llevaban en la
boca el juramento de la alianza que Abrahám había establecido con su
antepasado Avimelej. Fue por esto por lo que los judíos no pudieron
conquistar a Jerusalém cuando llegaron a Canaán: los estandartes les
recordaban que el pacto de alianza seguía en vigor (Josué XV, 63 y
Rashí). Pero en la época de David, los Jebuseos ya no eran los de la
tercera generación después de Avimelej. Por lo tanto, la alianza había
caducado. Fue Joab, el hijo de Seruya, quien se lanzó el primero al
asalto. Derrotó a los Jebuseos y se convirtió en el jefe. Y David se
instaló en la fortaleza que fue llamada por esta razón, la Ciudad de
David (I. Crónicas XI, 6; Jerusalém se llamaba entonces Jebús. Ibìd.).
¡Qué
misteriosas pueden llegar a ser las vías de la Providencia! No cabe
duda de que el gesto amistoso de Abrahám con el rey pagano ha dado pie a
críticas y objeciones. Sin embargo, esta alianza fue lo que permitió
que Jerusalém fuese conquistada sólo al final, mucho después del resto
del territorio de Canaán. Y este hecho ilustra precisamente la regla
según la cual el hombre sólo puede conseguir los bienes más sagrados si
realiza el esfuerzo supremo. {Ajaròn ajaròn javìv} (Gen. Rabbá 76). Lo
que más importancia tiene para nosotros nos está reservado para el
final.
…YO CAVE ESTE POZO:
Rashí: Los pastores de AVIMELEJ buscaban camorra y decían: Somos
nosotros quienes lo hemos cavado. Acordaron entonces presentarse en el
lugar donde se encontraba el pozo; y decidieron que el pozo pertenecería
a aquel hacia quien subiesen las aguas. Las aguas subieron hacia
Abrahám. Este, según E. Misrajì, quería abrevar a su rebaño. Apartó
siete ovejas, convencido de que las aguas subirían en cuanto se
presentasen. Decidió de antemano regalárselas luego a Abimelej, pues las
siete ovejas habían de administrar la prueba de que era él, Abrahám,
quien tenía razón. Pero, pregunta Maharal, ¿cómo podía estar el
Patriarca tan seguro del milagro que iba a producirse? Él tenía la
certeza de que la bendición que fecunda el pozo y hace subir sus aguas,
Dios se la concedería sólo a su legítimo propietario, no a los que lo
habían robado.

31 – POR LO CUAL SE LLAMO AQUEL LUGAR BERSHEVA, PORQUE ALLI JURARON LOS DOS
31 – ALLI JURARON LOS DOS:
Rabí Hamá Ben Janiná dice: El juramento de Avimelej fue profanado en la
época de Sansón, el juez; pues está escrito: “El empezará a salvar a
Israel de la mano de los Filisteos” (Jueces XIII, 5). La palabra {Yajèl}
empleada en este versículo está interpretada como un derivado de
{Jalàl}, “profanar”. Sansón estaba en perfecto derecho de profanar el
juramento, ya que los Filisteos lo habían violado desde hacía ya mucho
tiempo (Rashí Sotá 10a). En cuanto una de las partes viola el juramento,
estipula el Shulján Aruj, la otra puede considerarse desligada de su
obligación de respetarlo. (Yoré Dea, 236, 6). A pesar de esto, David
observó el pacto hasta su expiración legal, es decir hasta el
advenimiento de la cuarta generación, como os lo hemos referido más
arriba.

32
– HICIERON, PUES, UN PACTO EN BERSHEVA, Y LEVANTOSE AVIMELEJ Y PIJOL,
CAPITAN DE SU EJERCITO, Y SE VOLVIERON A LA TIERRA DE LOS FILISTEOS.
33 – Y PLANTO ABRAHAM UN TAMARISCO EN BERSHEVA; E INVOCO EL NOMBRE DEL SEÑOR, EL DIOS ETERNO.
33 – Y PLANTO ABRAHAM UN TAMARISCO: “Rab
y Shemuel discrepan en cuanto al significado de la palabra {Eshel} uno
dice que fue un jardín lo que Abrahám plantó, un jardín que le diese
fruta con que poder agasajar a sus huéspedes. El otro dice que Abrahám
puso una venta donde pudiese hospedarse la gente de paso, y que en ella
había toda clase de frutas. Allí invocaba el Patriarca el nombre de
Dios. Cuando sus huéspedes terminaban de comer y de beber, él les decía:
Bendecid al verdadero propietario de los alimentos con los que os
habéis sustentado. Creéis que lo que habéis comido me pertenece a mí;
pero os equivocáis: pertenece a Aquel que ha creado el mundo”.
“Plantase”
lo que “plantase”, un huerto o una venta, lo que importa, en
definitiva, es el objetivo perseguido por Abrahám: la hospitalidad que
el Patriarca ofrece generosamente, es en realidad para él el medio más
eficaz de llevar a los paganos por el camino del amor y del conocimiento
de Dios. La base de su acción misionera es su amor al prójimo, un amor
que él considera inseparable de la ayuda material. Le parece tanto más
natural tener que recurrir a este tipo de ayuda cuanto que, para él, el
sustento material es en realidad un pretexto para proporcionar el
sustento espiritual. En su casa, todas las comidas estaban santificadas
por conversaciones que trataban de temas sagrados, y, de esta manera,
adquirían la dignidad de auténticos actos culturales. Para un justo,
como Abrahám, la ingestión de alimentos, al igual que cualquier otra
actividad humana, no era un fin en sí sino una manera de servir a Dios.
…EL NOMBRE DEL SEÑOR, EL DIOS ETERNO:
Según Najmánides, la palabra {Olàm} tiene un significado especial. El
versículo precisa, por lo tanto, que Abrahám, en su invocación, proclama
a Dios Amo del Universo y de sus elementos. En cambio, Maimónides opina
que Abrahám invoca aquí al Dios Sempiterno, “El tiempo, dice, es una
cosa creada por Dios como los demás accidentes y como las substancias
portadoras de estos accidentes. Por lo tanto, la producción del mundo
por Dios no pudo tener un comienzo temporal, ya que el tiempo también
forma parte de las cosas creadas…” Nuestro padre Abrahám fue el primero
en llegar a esta conclusión, por vía de especulación, y el primero en
publicarla. Por eso dice el texto que proclamó el nombre del Dios
Eterno, {E-l `olàm} y es decir del Dios anterior al tiempo. (Guía II,
13).
34 – Y HABITO ABRAHAM COMO FORASTERO EN LA TIERRA DE LOS FILISTEOS MUCHOS DIAS.

 CAPITULO XXII
1 – Y ACONTECIO, DESPUES DE ESTAS COSAS, QUE PROBO DIOS A ABRAHAM, Y LE DIJO: “¡ABRAHAM!” Y EL DIJO: “¡HEME AQUÍ!”
1 – Y ACONTECIO, DESPUES DE ESTAS COSAS, QUE PROBO DIOS A ABRAHAM:
El motivo y el sentido de la prueba de la Akedá impuesta por Dios a
Abrahám ha sido objeto de numerosas interpretaciones. Cabe decir, para
empezar, que, aunque estas interpretaciones puedan resultarnos
contradictorias, no se excluyen entre sí en el espíritu de Dios, que es
universal por esencia. El pensamiento infinito del Creador abarca la
totalidad de los elementos existentes, cosa que la mente humana no puede
hacer.  La primera opinión que
vamos a exponeros ha sido desarrollada por Maimónides. Este afirma
enérgicamente que cuando Dios “pone a prueba” a un hombre, no lo hace
para averiguar algo que ha ignorado hasta entonces. Has de saber
-explica Maimónides- que, cada vez que, en el Pentateuco, se habla de
una prueba, ésta no tiene más finalidad que la de dar a conocer a los
hombres lo que deben hacer o lo que deben creer… Así pues, en esta
perspectiva, el episodio del sacrificio de Isaac contiene dos ideas que
son fundamentales en nuestra religión. En primer lugar, nos enseña hasta
donde deben llegar el amor y el temor a Dios. Lo que Dios le mandó
hacer a Abrahám no puede compararse con ningún sacrificio material, ni
tampoco con el sacrificio de la propia vida. Era realmente una cosa
inaudita, una de aquellas cosas que la naturaleza humana nos parece, (a
primera vista), incapaz de aceptar. Figuráos a un hombre estéril, que
arde en deseos de tener hijos; un hombre rico y considerado, ansioso por
ver a su posteridad convertirse en una nación: ¡Si finalmente consigue
tener un hijo, después de haber perdido todas sus esperanzas de
paternidad, ya podéis imaginaros el amor, la pasión que sentirá por él!
Sin embargo, como teme a Dios y desea ante todo obedecer sus órdenes,
actúa como si aquel hijo querido no le importara lo más mínimo; renuncia
a todo lo que su hijo representa para él y acepta inmolarle tras
algunos días de viaje… Si nuestro padre Abrahám ejecutó con tanta
prontitud la orden de sacrificar a Isaac, no fue por miedo a que Dios le
hiciese morir a él, sino sólo porque el deber de los mortales es amar y
temer a Dios, independientemente de cualquier esperanza de recompensa y
de cualquier temor al castigo. Así pues, las palabras del ángel: “ahora
veo que temes a Dios”, significan lo siguiente: este acto que te hace
merecedor, en grado sumo, del calificativo “temeroso de Dios” (Yerè
Elo-him) dará a conocer a todos los mortales el límite al que debe
llegar el temor que sienten por Dios. Has de saber -concluye Maimónides-
que esta idea ha sido confirmada por la Escritura, donde está escrito
que todo su contenido tiene una sola finalidad: el temor a Dios (Cf.
Deuteronomio XXVIII, 58). Esta es pues la primera de las dos opiniones
relacionadas con la Akedá que hemos escogido.
He
aquí la segunda: El propósito de este episodio es enseñarnos que los
profetas deben considerar como real el contenido de una revelación; pues
el hecho de que esta revelación se produzca en el curso de un sueño o
de una visión, o por intervención de la facultad imaginativa, no
significa que lo que los profetas oyen o ven -a veces en forma de
parábola – pueda no ser cierto o que haya algo dudoso en ello. Así pues,
la Escritura quiere darnos a entender aquí que todo lo que el profeta
capta a través de su visión es auténtico y certero; que (además) él no
tiene la menor duda al respecto y que las cosas que su visión le revela
tienen para él el mismo grado de realidad que las que percibe por medio
de sus sentidos o de su inteligencia. Prueba de ello es que Abrahám
ejecutó con prontitud la orden de sacrificar a su amado hijo a pesar de
que aquella orden le había sido transmitida a través de un sueño o de
una visión.
Si
los sueños proféticos hubiesen sido oscuros para los profetas, si sus
visiones les hubiesen dejado dudas o incertidumbres en cuanto a la
realidad de las cosas percibidas, no hubiesen podido ejecutar sin
vacilaciones lo que tanta repulsión le inspira a la naturaleza humana.
De haber tenido dudas, Abrahám no hubiera aceptado llevar a cabo un acto
tan sumamente grave. (Guía III, 24).
Najmánides,
como también Bajyàh y Rabì Yehudá Haleví (Kuzari V, 20), insisten en el
hecho de que la tentación se produce siempre para el mayor bien de la
persona. Las acciones del hombre dependen sólo de su libre albedrío. Por
lo tanto, cuando el Eterno prueba al hombre, es para que materialice en
un acto lo que existía sólo en su pensamiento y para que reciba así la
recompensa de su buena acción, y no sólo la de su buena voluntad.
Podemos comprender entonces por qué “Dios prueba al justo” (Salmo XI,
5). Es porque sabe que él superará la prueba y merecerá una recompensa
aun mayor (Gen. Rabbá cap. 34). La prueba le proporciona al justo la
oportunidad de elevarse a un grado de perfección superior, como lo
demostraremos más adelante, en el Comentario del versículo 12.
Según
el Midrash y el Zohar, la prueba debe servirles a los hombres de
ejemplo de sumisión total a la voluntad Divina. La palabra {Nissàh} que
significa “puso a prueba” se aparenta a {Ness} “estandarte”, y nos
recuerda la sentencia de Isaías que dice {harìmu Ness `al ha`amin}
(LXII, 10): ¡Alzad el estandarte para las naciones! Gracias a la
conducta sobrehumana que observó durante la prueba, Abrahám se convirtió
a los ojos de las naciones en el portaestandarte del amor a Dios. Esta
conducta les aportó al mismo tiempo la justificación de los milagros y
de los favores excepcionales con los que el Eterno había colmado al
Patriarca. (Raba. cap.55).
Sin
embargo, otros pensadores interpretan la prueba de la Akeda como un
castigo infligido por Dios a Abrahám, como se deduce de las
explicaciones que exponemos más adelante.
DESBUES DE ESTAS COSAS:
esta introducción, que puede significar también: “después de estas
palabras”, permite suponer que la prueba de la Akeda fue la consecuencia
de ciertos hechos o comentarios.
Rashí
cita al respecto las palabras acusadoras de Satán a las que nos hemos
referido en el Comentario XXI, 8. Según esta versión, el sacrificio de
Isaac se debe a una maquinación diabólica. Pero Rashí recoge también
otra versión: Como para demostrar su superioridad sobre Isaac, Ismael se
vanagloriaba de haberse dejado circuncidar a la edad de trece años sin
oponer resistencia. Isaac le dijo entonces: “¿Pretendes impresionarme
con un solo miembro? Si a mí Dios me pidiera que le sacrificara todo mi
ser, no se lo negaría”. En esta perspectiva, el origen de “la prueba” es
una competición imaginaria entre los dos hermanos. Por otra parte, el
mismo Abrahám se sentía atenazado por la duda; se preguntaba el porqué
de aquella prueba: Quizá se debiera a alguna acusación odiosa, en cual
caso la prueba procedía de una fuente impura y su objetivo era su
rehabilitación moral; o quizá se tratase, por el contrario, de una nueva
oportunidad que le daba Dios de demostrarle la infinita devoción que
sentía por él; en cual caso, el acto que iba a realizar estaba
impregnado de santidad. Este tormento interior se prolongó hasta el
momento en que el ángel le prohibió “extender su mano sobre el
muchacho.” Pues entonces Abrahám supo que el propósito de Dios al
infligirle aquella prueba era incitarle a manifestar su absoluta
obediencia hacia él; que Su objetivo no era el sacrificio de su hijo
cosa que Satán sí hubiera exigido.
Sin
embargo, ¿qué ser humano, por muy presuntuoso que sea, puede pretender
conocer los designios y las intenciones del Eterno? Abrahám no se
atrevía desde luego a excluir totalmente la hipótesis del castigo y a
afirmar que la prueba tenía como única finalidad su propio
perfeccionamiento moral. Nuestros Sabios, por su parte, recogen algunos
comentarios que ponen de manifiesto la culpabilidad de Abrahám. Ya en la
introducción, las palabras “después de esto” indican que existe una
relación entre la prueba y los acontecimientos que la preceden
inmediatamente, es decir, con la celebración del pacto de amistad entre
Abrahám y Avimelej, el rey de los Filisteos. “Los ángeles del servicio
se reunieron y exclamaron ante Dios: ¡Amo del Universo! ¡El único hombre
que has elegido entre las setenta naciones del mundo ha establecido una
alianza con los paganos! El Eterno contestó: No tiene más que un hijo y
le tuvo a la edad de cien años. Le ordenaré que me le ofrezca en
holocausto. Si acepta, quedaré satisfecho; si no, os daré la razón”
(Taná Debe Eliyahu, cap. 7). Según esta interpretación, la expresión:
{Nissà et Abrahàm} significa: Dios atormentó a Abrahám, y el vocablo
{Nisah} está relacionado con la palabra {Nessin} (Targúm de {Ze`afim})
“atormentados”, que figura en Gen. XL, 6 (Rabenu Bajyàh). Rabí Shemuel
Ben Meír (El Rashbàm) añade lo siguiente en su comentario: “La ira
Divina estalló contra Abrahám. Pues el Eterno le había entregado el país
de los Filisteos (junto con el resto de la Tierra Prometida) al
Patriarca, pero éste hizo un pacto de amistad con Avimelej para tres
generaciones a pesar de que la orden era exterminarlos a todos. Así
pues, el Eterno le ordenó a Abrahám que le sacrificase a su hijo para
enseñarle cual podía ser el resultado de la alianza que había
establecido por iniciativa propia y que comprometía el destino de la
Tierra Prometida”. (Cf. Com. XXI, 30).
La
conclusión de todas estas consideraciones es que no debemos descartar la
posibilidad de que el castigo sea una de las causas profundas de la
prueba infligida a Abrahám.
DIOS…
Como para confirmar la interpretación que acabamos de exponer, la
Escritura emplea aquí el nombre Divino que nos presenta al Señor en su
función de Juez, exigiendo la aplicación rigurosa de la justicia en
medio del Tribunal Celestial. Rabí Eliezer decía: Así como la expresión
{Yod-H-è vav-h-è} “y el Eterno” designa “al Dios de amor y a su
tribunal”, de igual modo, la fórmula {ve-ha-Elo-him} con la conjunción
{vav} que la precede, designa “al Dios de justicia y a su tribunal”
(Yalkùt).
QUE PROBO DIOS A ABRAHAM: ¿Era
sólo a Abrahám a quien Dios quería poner a prueba? El Zohar hace
constar al respecto que, si Isaac se hubiera negado a ser sacrificado,
su padre no hubiera sido considerado responsable de ello ya que Isaac
tenía 37 años, y era, por tanto, personalmente responsable de sus actos.
De hecho, el texto dice {Nissà et Abrahàm} y no {Nissà et Abrahàm} El
empleo de la preposición {Et} en esta frase da a entender que Isaac
estaba asociado “con Abrahám” en la prueba (pues {Et} significa también
“con”). En efecto, la prueba estaba dirigida principalmente al padre, y
secundariamente al hijo, y su propósito, según la terminología del
Zohar, era la unión del agua con el fuego y la del fuego con el agua.
Esta metáfora significa que, gracias a la Akedá, Abrahám habría de
realizar la unión armoniosa de su personalidad, cosa que no había podido
lograr hasta entonces. El corazón del Patriarca rebosaba amor y bondad.
Pero para alcanzar la perfección moral, era preciso asociar aquellas
“aguas dulces” con “la llama devoradora” de una disciplina férrea capaz
de aceptar el sacrificio supremo. El alma de Isaac, a la inversa, sentía
pasión por la justicia y la legalidad. Por tanto, para lograr la
armonía de su ser era necesario que realizase un acto de devoción
suprema a Dios, acto que sólo podía inspirarle un amor infinito. La
mayor bendición, decía Rabí Simón Ben Yojay, es la armonización de los
contrastes en la tierra, a imitación de la que el Señor opera en las
alturas Celestiales entre elementos tan distintos como el fuego y el
agua, (Yalkut, Job XXV, 2).
Y LE DIJO: ¡ABRAHAM!
“La Torah nos enseña aquí una regla de buena conducta: Es preciso
llamar a la persona por su nombre antes de dirigirle la palabra” (Yomá
4b). El acento tónico disyuntivo {Tafjà} que tenemos aquí en la palabra
{Abrahàm} es característico: indica que Abrahám contestó enseguida
afirmativamente a la llamada del Señor (Rabi S.R Hirsch). Abrahám se
entrega totalmente: está dispuesto a todo, a cualquier misión y a
cualquier sacrificio, incluído el de la propia vida (Tanj). {Hineni} es
la palabra más reveladora de la piedad del Patriarca, piedad ejemplar
para todos los judíos. La religión de Abrahám está tan alejada de la
contemplación mística o de la devoción ingénua como de cualquier
filosofia teológica. Consiste, ante todo, en una sumisión absoluta a la
voluntad de Dios. El grito de Abrahám: “Heme aquí” es el mismo que más
tarde salió de la boca de Samuel, de la de Eliseo y de la de otros
muchos siervos de Dios, quienes no vacilaron tan sólo un instante en
dedicar su vida entera a la causa del Eterno.

2
– Y DIJO EL: “TOMA, POR FAVOR, A TU HIJO UNICO, AL QUE AMAS, A ISAAC, Y
VETE A LA TIERRA DE MORIYAH, Y OFRECELO ALLI EN HOLOCAUSTO SOBRE UNO DE
LOS MONTES QUE YO TE DIRE.”
2 – “TOMA, POR FAVOR, A TU HIJO UNICO:
La palabra {Yejideja} puede relacionarse con el término {Yejidah}
“única” que es una de las cinco denominaciones del alma humana, (Gen.
Rabbá cap. 14) y que figura, en particular, en el Salmo XXII, 21). Para
Abrahám, el hecho de sacrificar a Isaac equivale a sacrificar su propia
vida, pues este hijo encarna la única esperanza que tiene de que su
misión continue después de él. (Sifré, Deut. 313).
Abrahám entrega a su hijo como el que entrega su alma.

Y VETE A LA TIERRA DE MORIYAH. La
misma orden Divina {Lej Leja} que figura al principio de la historia de
Abrahám XII, 1 vuelve a aparecer aquí por segunda vez en el apogeo de
su vida. “No sabemos, observan nuestros Sabios, cuál de estas órdenes
tiene más valor. Pero el hecho de que el texto precise aquí “la tierra
de Moriyáh” (mientras que, la primera vez, dice: Ve al país que Yo te
indicaré) demuestra que el segundo tiene un valor superior al primero”
(Rabbá cap. 55). Esta sentencia quiere subrayar el hecho de que la orden
de ir a Moriyáh, lugar del futuro santuario, para celebrar allí el
culto Divino, prevalece sobre la de abandonar el país natal para
encaminarse hacia la Tierra Prometida. La subida hacia la montaña del
Templo constituye un ideal superior al de la misma Aliyáh.
MORIYAH.
Rashí explica: Se trata de Jerusalém, pues en el segundo Libro de las
Crónicas (II, 1), está escrito: … “Comenzó la construcción del Templo
del Señor en Jerusalem, sobre el monte Moriyáh”. Según nuestros Sabios,
este lugar era, originalmente, una llanura. Pero en cuanto Dios lo
escogió para la Akedá, las colinas que lo rodeaban se unieron y formaron
una montaña allí donde hasta entonces había habido un llano. Por esta
razón, la montaña se llama {Har ha-Moriy-àh}, porque fue formada por el
temor a Dios {Miyiratàm me-Ha-Kadosh}. Y cuando Abrahám se acercó, pudo
“divisar desde lejos aquel lugar” (Tanjumàh). El Medrash expresa la idea
de que un lugar insignificante y desconocido hasta entonces puede
adquirir de repente un relieve impresionante si se convierte en el
escenario de un acto grandioso de {Kidush ha-Shem} (es decir, de
santificación del nombre Divino). En cuanto a Rashí, cita, una vez más,
la explicación de Onkelos: “tierra del culto”. Esta expresión alude a la
utilización ritual del incienso, {Avodat ha-Ketorèt} mezcla de mirra
(en hebreo {Mor} palabra que recuerda {Moriy-àh}, de nardo y de otras
plantas aromáticas. Así pues, el nombre de la montaña evoca el lugar
desde el cual subió hacia el Eterno el perfume más delicioso que jamás
pudo desprenderse de un sacrificio.
Y OFRECELO ALLI EN HOLOCAUSTO: El
mérito de Abrahám fue tanto mayor cuanto que el sacrificio humano era
una de aquellas prácticas idólatras abominables que el Patriarca no
había cesado de condenar públicamente en nombre de su Dios. De la manera
más inesperada he aquí que el mismo Dios le ordena inmolar
personalmente a su propio hijo. Y aunque esta orden echa por tierra toda
la enseñanza recibida y hace parecer absurdos los esfuerzos realizados,
Abrahám, el fiel siervo del Señor, obedece ciegamente y sin
vacilaciones a la voluntad Divina.
En
aquel momento, no podía desde luego sospechar que lo único que quería
Dios era poner a prueba su capacidad de obediencia. De hecho, el
episodio de la Akedá es la más clara denuncia de los sacrificios humanos
que nos ofrece la historia. En aquellos tiempos, la intervención Divina
destinada a impedir el sacrificio resultó mucho más sorprendente que la
orden de ejecutarlo. Por tanto, lo primero que les enseñó la prueba de
la Akedá al Patriarca y a sus descendientes fue lo mucho que Dios
aborrece los sacrificios humanos. Al contrario de las crueles
divinidades paganas, lo único que el Eterno exige es entrega moral.
Cuando Moisés advierte a su pueblo de que no sirva a su Dios de la misma
manera que las naciones vecinas, dice: “¡Todo lo que el Eterno reprueba
y aborrece, lo han hecho (ellas) por sus dioses; pues incluso a sus
hijos y a sus hijas, ¡los han arrojado a la hoguera en nombre de sus
dioses!” (Deut. XII, 31). Como él, todos los profetas han condenado por
igual esta espantosa aberración y no han abandonado la lucha hasta
conseguir que todo Israel compartiera el horror que les inspiraba. La
influencia de la enseñanza de estos profetas explica que el nombre
“Gehena” que se le daba al valle donde aquellos reyes descastados
celebraban el abominable rito, se haya convertido en sinónimo de
infierno.

3
– Y POR LA MAÑANA, MADRUGO ABRAHAM, APAREJO SU ASNO, Y TOMO DOS MOZOS
SUYOS CONSIGO, Y A ISAAC, SU HIJO, Y PARTIO LEÑA PARA EL HOLOCAUSTO, Y
LEVANTOSE, Y FUE AL LUGAR QUE LE HABIA DICHO DIOS.
3 – Y POR LA MAÑANA, MADRUGO ABRAHAM:
“Esto nos enseña que los hombres piadosos procuran cumplir la mitzvá lo
antes posible” (Pesajim 4a; Cf. Tos.). Anteriormente, el texto ha
expresado ya en dos ocasiones, y con las mismas palabras, {Vayashkèm
Abraham ba-boker} el celo madrugador de Abrahám (XIX, 27 y XXI, 14). No
obstante, aquellos dos casos no son tan significativos como éste: pues
el primero se refiere a la súplica que Abrahám le dirige a Dios en
defensa de la ciudad proscrita de Sodoma; y el segundo al despido de
Ismael, que Dios ha aprobado expresamente. Por lo tanto, donde mejor se
manifiesta el celo con el que el Patriarca sirve al Señor es en la
prueba del sacrificio de Isaac. Aunque todo en él se revelase contra
esta mitzvá – tanto la lógica y el sentimiento como la naturaleza y el
instinto – su fervor religioso le incitó a “levantarse de madrugada”
para cumplir al pie de la letra la orden de Dios (Cf. Rashí, Números
XXII, 21).
APAREJO SU ASNO:
Las palabras {Jamòr},”asno”, y {Jomar} “material”, son homófonas. Por
lo tanto, podemos interpretar el texto de la manera siguiente: “aparejo
su naturaleza, la parte material de su ser, con el fin de dominar sus
sentimientos instintivos (fuente del amor paternal, según …. {Sèfer
ha-jinùj Mitzvat 263}) y de dar libre curso a su idealismo (Tejelet
Mordejai)   

4 – AL TERCER DIA ABRAHAM ALZO SUS OJOS Y VIO EL LUGAR DE LEJOS.
4 – AL TERCER DIA:
El Midrash Tanhumáh contiene el relato dramático de aquellos tres días
de marcha durante los cuales el tentador recurrió a numerosas y
maquiavélicas estratagemas para desviar al padre y al hijo del buen
camino. Satán, quien se une a ellos durante el viaje, no escatima ningún
argumento, no desprecia ningún ardid, en su pérfido afán de seducirlos y
de atraerlos en su trampa. Multiplica los obstáculos por el camino
hasta el punto de que la situación se hace intolerable para Abrahám.
Este suplica entonces al Eterno que le saque de las garras del demonio y
le deje cumplir su mitzvá. Hasta que, por fin, el tercer día, Abrahám
levanta la vista y divisa a lo lejos el lugar donde una nube corona la
montaña.
El
Medràsh enseña que los obstáculos que se amontonan en el camino de los
hombres justos son obra de Satán, y que las numerosas dificultades con
las que tropiezan no deben desanimarlos sino, por el contrario,
estimular su combatividad. Su inquebrantable tenacidad encuentra
finalmente su recompensa cuando ven surgir ante ellos las cumbres
luminosas donde les espera la bendición Divina.
ALZO SUS OJOS Y VIO EL LUGAR DE LEJOS:
Este “lugar” es una remota alusión al lugar al que se refiere la
Escritura a propósito de Jacob: “cogió piedras de aquel lugar (XXVIII,
11; el mismo que el de la Akedá). Abrahám, quien tenía presente en la
mente la promesa Divina relativa a “la posteridad de Isaac que había de
llevar su nombre” (XXI, a realizarse a la tercera como iban a
encadenarse a punto de ofrecer a su embargo, en la palabra tercera
generación) y vio 12) preveía que esta promesa iba generación. Aunque no
entendía los acontecimientos, pues estaba hijo en holocausto, tuvo fe,
sin Divina: “alzó los ojos (sobre la a Jacob a lo lejos” (Zohar).

5
– DIJO ABRAHAM A SUS MOZOS “QUEDAOS AQUI CON EL ASNO, Y YO Y EL
MUCHACHO IREMOS HASTA ALLI, Y ADORAREMOS, Y VOLVEREMOS A VOSOTROS.”
5 – QUEDAOS AQUI CON EL ASNO:
Los justos presienten la proximidad de la zona sagrada, mientras que
los impíos, cuyos sentidos están embotados, no sienten nada. “Abrahám le
dijo a Isaac: Hijo mío, ¿ves tú también, como yo, aquella nube pegada a
la montaña? Isaac contestó que sí. Abrahám les preguntó entonces a sus
dos siervos lo que veían. Contestaron que no veían nada. Entonces les
dijo: Ya que el asno no ve nada y vosotros tampoco, quedaos con el asno
al pie de la montaña (Rabbá cap. 56).
La
conclusión es que el esclavo cananeo se sitúa al mismo nivel que el
animal, lo cual tiene ciertas repercusiones en su estatuto jurídico
(Kid. 68 a) aunque no altera su valor como persona. (Ket. 111 a).
Y EL MUCHACHO:
Basándose en cálculos cronológicos, la tradición rabínica fija en 37
años la edad de Isaac en aquel momento. Pero Ibn Ezra objeta que, si
Isaac hubiese tenido esa edad, la prueba le hubiese sido destinada tanto
a él como a su padre. Y, de hecho, la Escritura parece considerar que
Dios quiso probar sólo a Abrahám. Así pues, si nos guiamos por la
lógica, optaremos por una edad de aproximadamente 13 años. Pues es
probable que, a los 13 años, el muchacho siguiese a su padre por pura
obediencia, sin sospechar el propósito del viaje.
IREMOS HASTA ALLI:
Rabí Najmán solía decir: La bendición de los sacerdotes {Yevarejeja
ve-yishmereja}, se la debemos al mérito de Isaac. Pues la palabra {Ko}
que introduce esta bendición (Números VI, 23) la encontramos también en
este pasaje referente al sacrificio de Isaac: {Nelejà ad Ko} “Yo y el
muchacho iremos hasta allí” (Números Rabbá cap. 43). El amor y el
respeto filial que expresa admirablemente la frase: “Yo y el muchacho
iremos allí para prosternarnos ante el Eterno” -constituyen el motivo de
la bendición concedida por Dios a las generaciones siguientes.
El
padre y el hijo se encaminaron solos hacia la cumbre de la montaña.
Nadie más debía estar presente en el momento solemne del sacrificio
ofrecido a Dios. Pues el servicio Divino exige que el hombre esté
totalmente solo ante el Señor. Así como el día de Kippur el Sumo
Sacerdote ha de entrar solo en el Santo de los Santos para celebrar el
culto, de igual modo Abrahám quiso quedarse solo frente a Dios para
ascender hasta el grado supremo de la santidad y ofrecer en aquella
cumbre solitaria su homenaje al Eterno. (Cf. Com. XXI, 17). (Pirke. de.
Rabí Eliezer, 310).
Y ADORAREMOS: Los
criados sabían que Abrahám iba a ofrecer un sacrificio, ya que se había
llevado consigo “la leña del holocausto”. Sin embargo, el Patriarca se
limitó a decirles que su hijo y él iban a “prosternarse”. En efecto, el
gesto de la prosternación ilustra a la perfección el significado del
sacrificio. Doblar la rodilla ante Dios es someterse de todo corazón a
Su Voluntad; y esto es lo que la práctica del sacrificio viene a
simbolizar. Para Abrahám, el sacrificio no significa otra cosa que ….
{Hish-tajavay-àh}.
Y VOLVEREMOS A VOSOTROS:
Profetizó que ambos regresarían (Rashí). Hemos de inferir de ello,
decía Rabí Yojanán, que son los labios los que sellan una alianza, es
decir que una vez pronunciada, (inconscientemente y en relación con el
porvenir) la palabra se cumple. (Moed Kattán 18 a).

6
– Y TOMO ABRAHAM LA LEÑA DEL HOLOCAUSTO, Y PUSO SOBRE ESTA A ISAAC, SU
HIJO, Y TOMO EN SU MANO EL FUEGO Y EL CUCHILLO, Y CAMINARON LOS DOS
JUNTOS.
6 – Y TOMO ABRAHAM LA LEÑA DEL HOLOCAUSTO, Y PUSO SOBRE ESTA A ISAAC, SU HIJO:
Al llegar a las inmediaciones de la montaña sagrada, adornó a su hijo
como suele hacerse, en las cercanías de Jerusalem, con las primicias
destinadas a servir de ofrendas. (Bikurím III)
EL CUCHILLO: Rashí
recalca la relación que existe entre el nombre {Maajalet} y el verbo
{Ajilàh} comer, “El cuchillo prepara la carne para que podamos comerla”.
Y los Sabios del Midrash, que también establecen esta conexión, añaden:
“Todo lo que Israel come en este mundo se debe al mérito de aquel
cuchillo” (Rabbá cap. 56). Con esta sentencia, los Sabios han querido
expresar la conclusión de nuestra experiencia milenaria; la que nos
enseña que todas las cosas buenas de las que Israel ha disfrutado en
esta vida son el fruto del martirio de innumerables judíos. ¡Cuántas
veces aquellas cosas buenas proceden por decirlo así del “cuchillo de la
matanza!”. En nuestra época, ¿no ha sido acaso la sangre de los
millones de víctimas de la persecución nazi lo que ha dado nacimiento al
Estado de Israel? El profeta Ezequiel expresa esta misma idea de la
manera siguiente: “Pasé junto a ti (dijo el Eterno a Israel), y te vi
revolcándote en tu sangre, y te dije: ¡Por tu sangre, vivirás! Te dije:
¡Por tu sangre vivirás!”: {Be-damayij jaylì} (XVI,6).
Y CAMINARON LOS DOS JUNTOS: Abrahám
sabía que iba a inmolar a su hijo; sin embargo, caminaba con la misma
buena voluntad y la misma alegría que Isaac, quien no sospechaba nada.
(Rashí). Por otra parte, nuestros Sabios dicen “que las lágrimas corrían
de los ojos de Abrahám” cuando éste caminaba hacia el lugar del
sacrificio, y que oró a Dios para la salvación de su hijo, como consta
en la oración de Selijot {Mi She `ana le-Abraham be-Har ha-Moriy-àh}
(Cf. Mishná Taanit II, 4 y Tos. Yom Tov). Rabí Israel Salant resuelve la
contradicción recurriendo a la teoría psicológica que opone el
consciente al subconsciente:  EI “consciente” de Abrahám estaba lleno de
buena voluntad y alegría, pero su “subconsciente”, en el que subsistía
oscuramente el instinto paternal, provocó la reacción de tristeza y
aflicción (a la que aluden nuestros Sabios).

7
– E ISAAC HABLO A ABRAHAM, SU PADRE, Y DIJO: “¡PADRE MIO!” Y EL
RESPONDIO: “¡HEME AQUI, HIJO MIO!” Y DIJO: “HE AQUI EL FUEGO Y LA LEÑA,
MAS ¿DONDE ESTA EL CORDERO PARA EL HOLOCAUSTO?”
7 – E ISAAC HABLO A ABRAHAM, SU PADRE:
El padre y el hijo no habían intercambiado hasta entonces ninguna
palabra. La actitud silenciosa y grave de Abrahám pudo hacerle
comprender a Isaac que la tarea a realizar era importante. Finalmente,
entablaron el diálogo. Y fue, según el Midrash, después que Satán,
disfrazado de hombre, se hubo acercado a Isaac para intentar
corromperle: “¡Ay de ti! ¡Ay de tu infortunada madre! ¡Cuántos ayunos
hizo ésta! ¡Cuántas plegarias elevó al Cielo hasta el día de tu
nacimiento! ¡Y ahora este anciano que tienes a tu lado se ha vuelto loco
y quiere inmolarte!” – Enseguida, Isaac se volvió hacia su padre y le
dijo: Padre, he aquí lo que me ha dicho este hombre. ¿Dónde está el
cordero para el holocausto?”.
Y
Abrahám contestó: “A nosotros nos corresponde traer la madera, el fuego y
el cuchillo y estar dispuestos para cualquier sacrificio. Dios escogerá
lo que quiera para el holocausto); y lo que suceda dependerá sólo de Su
Voluntad. Dejémosle decidir a Él”. Así pues, Abraham le dijo a su hijo
todo lo que necesitaba saber. “Lo único que tenemos que hacer es
levantar el altar y dejarle a Dios la responsabilidad de escoger la
víctima que Su Sabiduría elija” – y siguieron caminando los dos juntos.

8 – Y ABRAHAM DIJO: “DIOS SE PROVEERA DE CORDERO PARA EL HOLOCAUSTO, HIJO MIO,” Y SIGUIERON ANDANDO LOS DOS JUNTOS.
8 – “DIOS SE PROVEERA DE CORDERO PARA EL HOLOCAUSTO: Rashí
comenta: El mirará y escogerá el cordero para Sí. Y si no hay cordero
para la ofrenda, te escogerá a ti, hijo mío. Y aunque Isaac comprendió
que iba para ser inmolado, el padre y el hijo siguieron caminando
juntos, en comunión de sentimientos.” La grandeza de ánimo de Isaac,
quien “comprendió que iba para ser inmolado” era tan grande como la de
Abrahám. Isaac no había recibido personalmente ninguna orden de Dios.
Fue su padre quien le enseñó cuál era su deber (como sucede con la
“Toràh she-be al-peh). Sin embargo, por muy increíble que nos parezca,
en ningún momento dudó de la palabra de Abrahám. En él operaba ya
aquella fuerza incomparable que ha mantenido el vigor de nuestro pueblo a
lo largo de su historia: la tradición viva que nos transmitimos de
padre a hijo. Algunos Sabios se han preguntado cómo pudo Isaac dar
crédito a la decisión a continuación {Horaat Sha`at} le comunicó
Abrahám. El Talmud (San. 89b) les contesta: {Ejà de-mujzàk shaàne} la
aceptación por parte de Isaac no se debía a que las palabras de Abrahám
hubiesen adquirido, con motivo de la circunstancia, una legitimidad
especial. Isaac sabía que la boca de Abrahám no podía mentir. No
necesitaba pues ninguna confirmación suplementaria.

9
– Y LLEGANDO AL LUGAR QUE LE HABIA DICHO DIOS, ABRAHAM EDIFICO ALLI EL
ALTAR, Y PUSO EN ORDEN LA LEÑA Y ATO A ISAAC, SU HIJO, Y LO COLOCO SOBRE
EL ALTAR, ENCIMA DE LA LEÑA.
9 – ENCIMA DE LA LEÑA:
¿Por qué encima? Al levantar el altar, Abrahám pensó en el trono de la
Majestad Divina en las alturas Celestiales. Imaginó a los serafines
“encima de él” (Isaías VI, 2): {Omdim mimà`al lo}. Y Fascinado por esta
visión, colocó a su hijo en la misma posición que ocupan los serafines
alrededor del Trono Celestial (Rabbá cap. 56).

10 – Y ABRAHAM EXTENDIO SU MANO Y TOMO EL CUCHILLO PARA DEGOLLAR A SU HIJO.
10 – ABRAHAM EXTENDIO LA MANO:
A partir de aquel instante, Isaac quedó consagrado como holocausto, de
acuerdo con la ley general de los sacrificios. Por esta razón, durante
toda su vida fue considerado como un …. {Olah temimàh} y un holocausto
perfecto, característica que le imponía ciertas restricciones como la
que Rashí señala en el capítulo XXVI, 2: “No desciendas a Egipto (le
dijo el Eterno a Isaac), pues eres un holocausto totalmente consagrado a
Dios, por lo que ningún país fuera de Israel es digno de ti”. Véase
también Rashí en XXV, 26.
PARA DEGOLLAR A SU HIJO:
“Isaac le dijo a su padre: ¡Atame fuerte!, de lo contrario, empezaré a
agitarme, a causa del dolor; esto podría turbarte, y quizá, entonces,
¡tú sacrificio se vea afectado de nulidad! En cual caso, perderás tu
recompensa, el mundo futuro. – Los ojos de Abrahám estaban clavados en
los de Isaac, pero los ojos de éste contemplaban los ángeles del mundo
Celestial. En aquel momento, los ángeles dieron un salto y se gritaron
los unos a los otros: ¿Habéis visto a los dos justos allá en la tierra?,
y el sacrificado ofrece su garganta para ser inmolado” (Targúm de
Jerusalén).

11 – Y EL ANGEL DEL SEÑOR LO LLAMO DESDE EL CIELO, Y DIJO: “¡ABRAHAM, ABRAHAM!” Y EL RESPONDIO: “¡HEME AQUI!”
11 – EL ANGEL DEL SEÑOR LO LLAMO:
“Ya que son vuestras acusaciones las que me han obligado a poner a
prueba a Abrahám (véase el Comentario del v. 1), ahora que habéis podido
comprobar la vanidad de dichas acusaciones, quiero que uno de vosotros
vaya a salvar a Isaac: “Como ya lo hemos expuesto al principio de este
capítulo, el Eterno no le impuso esta prueba a Abrahám para averiguar
algo o para convencerse a sí mismo de algo; sino para poder “contestar a
Satán y a las naciones paganas que preguntaban con asombro por qué
Abraham era el hijo predilecto de Dios” (Rashí v. 12). Por esta razón,
no fue Dios quien intervino en el momento decisivo sino un representante
de los que habían formulado las acusaciones.
ABRAHAM… ABRAHAM:
Encontramos la misma forma de llamada, con repetición del nombre
propio, en los casos de Jacob, Samuel y Moisés. Pero mientras que, en
los tres primeros casos, hay un pesik (raya vertical) entre los dos
nombres, este pesik no figura entre los dos nombres de Moisés (Ex. II,
4). Esto es porque cuando Dios llamó a Moisés, fue para pedirle que
socorriera a los judíos esclavizados por los egipcios. Por lo tanto, era
preciso actuar muy de prisa; y la pausa entre los dos nombres hubiera
significado una pérdida de tiempo. Pero hay otra explicación: En la vida
de los demás profetas, la revelación Divina no se produce de manera
constante, sino esporádica. El único que no ha conocido “pausas” en su
actividad profética ha sido Moisés. (Ex. Rabbá cap. 2).

12
Y DIJO: “NO EXTIENDAS TU MANO CONTRA EL MUCHACHO, NI LE HAGAS NADA;
PUES AHORA CONOZCO QUE TU ERES TEMEROSO DE DIOS, YA QUE NO ME HAS NEGADO
NI A TU HIJO UNICO.”
12 – NO EXTIENDAS TU MANO CONTRA EL MUCHACHO: Rashí:
“…Para inmolar. Abrahám arguye entonces: En ese caso, he venido para
nada. Déjame hacerle por lo menos una herida leve para que corra un poco
la sangre. Dios le contesta: No le hagas nada, no le causes ningún
defecto.” El Patriarca pensaba que para que sus descendientes heredasen
su capacidad de sumisión incondicional a Dios, era indispensable que los
antepasados – los padres de su pueblo – materializasen este sentimiento
de devoción en un acto efectivo. Por esta razón quiso verter por lo
menos una gota de sangre, pues, de no hacerlo, la voluntad de devoción a
Dios hubiese existido solo potencialmente, no se hubiera “actualizado”.
Pero el Señor le tranquilizó, asegurándole que su excepcional ejemplo
bastaba ya por sí solo para inculcar la virtud de {Mesirut Nèfesh} en el
alma de sus descendientes.
PUES AHORA CONOZCO…:
Aunque Dios no puede aprender nada nuevo, no debe sorprendernos que la
Escritura emplee esta expresión aquí ya que el saber que es posterior a
la realización de un hecho es necesariamente distinto del que precede su
realización; como se deduce, por ejemplo, del siguiente versículo (Gen.
XII, 11): “He aquí que sé que eres una mujer hermosa” – Esto, Abrahám
ya lo sabía anteriormente. En los dos casos, “saber” significa “tener
confirmación de un conocimiento anterior”. En lo que respecta a Dios,
este “saber” no implica (por supuesto) ningún cambio con relación a lo
que sabía antes de los hechos. Si la Escritura emplea esta palabra aquí
es por la sencilla razón de que se ve obligada a utilizar expresiones
que los hombres puedan entender. “Ahora sé que temes a Dios” viene a
significar, por lo tanto: has demostrado ahora con tus actos que lo que
te alienta no es el miedo al castigo, sino el verdadero temor, el que se
confunde con el amor. Es por esto por lo que el profeta Isaías
refiriéndose al Patriarca, dice: “Abrahám, el que Me ama” (XLI, 8).
(Rabì Yosèf Albo, Ha lkarím IV, 13. Rabí Meír, en el Tratado Sota (35 a)
habla ya de esta combinación armoniosa de temor y de amor a Dios, que
es tan característica de la piedad de Abrahám (y también de la de Job). Y
son muchos los Midrashím que recogen este tema. En definitiva, la
formula… {Yir-at Elo-him} que tenemos aquí debe interpretarse de acuerdo
con la distinción que hace el Zohar entre {Yir-at ha- onesh} el temor
al castigo, y {Yir-at ha-Romemùt}, la veneración de la grandeza de Dios.
En este segundo sentimiento, el elemento “amor” ennoblece el temor al
castigo, cuyas raíces son más primitivas.
Tras
la extraordinaria prueba de devoción que le da aquí Abrahám, el Eterno
proclama que éste ha alcanzado el tirado supremo del temor a Dios, que
es el {Yir-at ha-Romemùt}.
Existen
dos puntos de vista opuestos sobre esta cuestión del acceso de Abrahám a
la perfección gracias a la Akedá. El primero hace referencia a la
definición que da Rashí del amor y del temor: “El que actúa por amor no
se parece al que actúa por temor. El que sirve a su amo por temor,
cuando se siente importunado por él, le deja y se va” (Deut. VI, 5).
Desde esta perspectiva, es evidente que, aunque el temor a Dios pudo
inspirarle a Abrahám numerosos actos de devoción antes de la Akedá, no
puede considerarse sin embargo como el móvil de una acción que requería
una capacidad de abnegación sobrehumana. El sacrificio de Isaac no
hubiera sido posible sin un amor infinito a Dios.
Por
el contrario, el Gaón de Vilna opina que los méritos anteriores del
Patriarca se derivaban de su bondad natural y de su profundo amor al
prójimo. Y que la prueba de la Adeká, en cambio, le elevó a un nivel en
el que triunfó de su propia naturaleza y realizó, gracias al temor a
Dios, la unidad de su personalidad. Este es el sentido que debemos darle
a la siguiente observación de Rashí (v. 2): “Dios le dijo a Abrahám: Te
suplico que Me superes también esta prueba para que no se diga que las
primeras no eran efectivas.”

13
– Y ABRAHAM ALZO SUS OJOS, Y MIRO Y HE AQUI UN CARNERO, MAS ALLA
ENREDADO POR LAS ASTAS EN UN MATORRAL, Y FUE ABRAHAM Y TOMO EL CARNERO, Y
OFRECIOLO EN HOLOCAUSTO EN LUGAR DE SU HIJO.
13 – Y ABRAHAM ALZO SUS OJOS:
Esta frase significa que el Patriarca no descubrió el carnero por
casualidad, sino que miró a su alrededor con el fin de buscar algo que
pudiese servirle de ofrenda para el Eterno. “Abrahám le dijo a Dios: Me
es imposible bajar de aquí sin haberte ofrecido previamente un
sacrificio”.
Si
intentamos comprender por qué quiso el Patriarca encontrar un substituto
a su hijo para el sacrificio, llegaremos a la conclusión de que
probablemente su hijo y él pensaban haber cometido algún pecado por
ignorancia o descuido y se sentían culpables por ello; ya que también
los pecados de esta clase son sancionables, según la Ley de Dios. Y
Abrahám pensaba que, aunque Dios hubiera renunciado al holocausto que le
había exigido anteriormente, el pecado en cuestión quedaba por expiar.
Pues estaba convencido de que el hombre a quien Dios ha concedido la
gracia de seguir viviendo, debe pagar un rescate” por ello en forma de
ofrenda, don o sacrificio sustitutivo. El Libro de Job expresa la misma
idea con las siguientes palabras: “…cuando el alma (del hombre) se
aproxima a la tumba, cuando su vida parece estar a punto de entregarse a
los agentes de la muerte si hay entonces un ángel – uno solo entre mil –
que puede interceder por el hombre, dar testimonio de su mérito,
concederle su gracia y decir: “¡Líbrale de tener que bajar a la fosa!
pues he encontrado su rescate”, entonces su carne recobra el vigor de la
juventud, y él vuelve a los días de su adolescencia…” (XXXIII, 22-25).
La
idea de “rescate (o redención)” desempeña un papel importante en nuestra
tradición. En la Torah reviste la forma de un don material {kofer
la-Néfesh} (Ex. XXI, 12) o la de un sacrificio de animal, denominado
{Kaparah} a secas, e implica al mismo tiempo expiación y rescate. Los
Sabios del Talmud (Ber. 62 b.) y, después de ellos, algunos pensadores
eminentes (como Najmánides, en Levít. XVI, 8) hacen referencia a esta
doctrina. Pero el principio de la redención está expuesto en la misma
Torah, en el último capítulo del Levítico. Al clausurar el libro donde
promulga las leyes referentes a los sacrificios, la Torah desarrolla
noción de “rescate”: Expone la lista de evaluaciones en dinero que
corresponde a cada tipo de individúo, y también precisa cuales son las
normas que regulan el rescate de objetos o de animales consagrados al
Eterno, sin olvidar las que imperan en los casos de sustitución de
animales destinados a los sacrificios. Comparando el principio y el
final del Levítico, los Sabios del Midrash (fin. Tan.) recalcan la
importancia de la noción de redención {Temurah ugulàh} en los ritos
sacrificiales. Consiguientemente, Rashí explicará, de acuerdo con esta
noción, la intención a la que obedecía Abrahám cuando sacrificó el
carnero: “En cada etapa del rito que celebraba, Abrahám pronunciaba la
siguiente oración: “Que sea la voluntad de Dios aceptarlo como si yo
ejecutara este rito sobre la persona de mi hijo; como si fuera mi hijo
el inmolado, como si fuera su sangre la que he derramado, como si fuera
su piel la que he arrancado, como si mi hijo se hubiese consumado y se
hubiese convertido en cenizas”.
El
hecho de que un animal pueda convertirse en víctima del pecado del
hombre se justifica por la idea de que todos los seres de la Creación
son responsables los unos de los otros. Los animales pueden verse
condenados a sufrir por culpa del hombre, pero también pueden
beneficiarse de sus méritos, como sucedió en el episodio del diluvio,
cuando se salvaron gracias al arca de Noàj. El Lev. Rabba cap. 27 cita
otros casos similares.
La
posibilidad de “rescatarse” o de “redimirse” a sí mismo gracias a un don
o a un sacrificio le ha sido concedida al hombre por la gracia de Dios
desde el principio de la creación. Su importancia es fundamental, y por
esta razón, Dios la integró en su Obra al final del proceso creador, es
decir, cuando empezó la historia de la Humanidad. Esto es lo que quieren
dar a entender nuestros Sabios cuando dicen que “el carnero trabado por
sus cuernos en un matorral” fue creado en el momento del crepúsculo, el
último día de la Creación (Avot v, 9), y luego se enredó por los
cuernos en el lugar donde más adelante habían de edificar el Santuario
símbolo por excelencia de la idea de expiación. (Cf. Pirké d. Rabí
Eliezer cap. 31). Por otra parte, la palabra {Ajàr} en nuestro texto, un
acento prosódico disyuntivo que le confiere un carácter singular
recalcando así la función de sustituto que tiene aquí el carnero. En
efecto, era a “otro” Isaac a quien había que ofrecer en holocausto. La
palabra {Ajèr} “otro”, va a convertirse a partir de entonces en la
divisa de los sacrificios rituales, práctica cuyo objetivo esencial es
el de la redención.
ENREDADO POR LAS ASTAS EN UN MATORRAL:
“más adelante, {Ajàr} declara Rabí Yehudá, cuando Israel esté
inextricablemente enmarañado en sus pecados, el cuerno le prestará su
ayuda, le sacará de aquella situación desesperada” (Rabbá cap. 56). El
cuerno salvador, es el Shofar. Cada año suena en memoria de la Akedá, el
día de Rosh Hashaná, que, según la tradición, fue el día del sacrificio
de Isaac (aunque algunos Maestros admiten que la Akedá tuvo lugar el
día de Kippur). La importancia excepcional que solemos atribuírle al
toque del Shofar puede explicarse a la luz de lo que hemos expuesto más
arriba. El Shofar nos recuerda que el Eterno acepta, en su gracia, la
ofrenda que le presenta el culpable condenado a muerte en “rescate” de
su persona. Tocad el Shofar ante Mí, dijo el Eterno, y me acordaré del
sacrificio de Isaac en vuestro favor (R. H. 16 a).
Pero,
por otra parte, el Shofar nos recuerda que las mayores virtudes de
Israel proceden de la Akedá. La devoción infinita con la que celebra el
culto, la fe mesiánica, la fortaleza de ánimo que demuestra en la
aplicación de la Ley, la capacidad de luchar incansablemente por la
gloria de Dios, el entusiasmo con el que canta su amor al Señor en
himnos inmortales -todas estas cualidades, Israel las ha heredado de sus
antepasados, gracias a la prueba sobrehumana que pudieron superar.
Dichas cualidades proceden, según la alegoría de Rabí Eliezer de los
cinco órganos o elementos siguientes del carnero sacrificado – (animal
del que también se dice que “no se desperdició nada de él”) Sus cenizas
formaron el fundamento del altar del Templo; el cuerno derecho servirá
para anunciar la liberación mesiánica; el cuerno izquierdo fue el que
sonó en el momento de la Revelación, en el Sinái; de la piel del carnero
sacaron el cinturón del profeta Elías, el valiente defensor de la
gloria del Señor; por último los tendones del carnero servirán para
confeccionar las diez cuerdas de la harpa del rey David, el salmista
(Pirké de Rabí Eliezer, ib.). Esta alegoría pone de manifiesto el
alcance histórico de la prueba superada por Abrahám, y la influencia
prodigiosa que ejerció constantemente sobre sus descendientes,
determinando su nivel espiritual, moral y religioso. Por esta razón, el
día de Rosh Hashaná – día del juicio – evocamos reiteradas veces el
recuerdo de la Akedá, fuente inagotable de nuestra fuerza moral, y
rezamos para poder seguir beneficiándonos de los inmensos méritos de los
Patriarcas y para ser capaces de merecer, por nuestra propia devoción,
las generosas bendiciones que recompensaron a Abrahám.

14
– Y LLAMO ABRAHAM A AQUEL LUGAR “DIOS PROVEERA” (ADONAY YIRE), POR ESO
SE DICE HOY EN DIA:”EN EL MONTE DE DIOS SERA PROVISTO.”
14 – Y LLAMO ABRAHAM A AQUEL LUGAR “DIOS PROVEERA” (ADONAY YIRE).
El Patriarca resume el significado del Monte Moriá con las palabras: el
Eterno Vera {Ado-nai yeraè}. Este nombre alude claramente a la
respuesta que Abrahám le ha dado anteriormente a su hijo: {Elo-hìm
yir-èh lo hasèh} “Dios hará ver el cordero”, frase que significa, según
Rashí: Dios escogerá el cordero. Para Abraham la escena que acaba de
presenciar contiene una lección sumamente importante: Dios ve, conoce y
escoge allí donde el hombre no ve nada ni comprende los motivos de Su
Voluntad. A Dios le corresponde ver y escoger, a nosotros obedecer.
Cuando Dios le reveló la Torah a su pueblo, Moisés añadió estas
significativas palabras: “Podemos, pues, decir hoy: En el monte del
Eterno, se nos ve”. La mirada de Dios nos contempla y nos juzga, a todos
y a cada uno de nosotros. Tres veces por año, el judío debe subir al
monte Moriá, al lugar del Santuario, para “ser visto por Dios” (Ex.
XXIII, 17) y para renovar, con su sacrificio, el voto de la Akedá.
EN EL MONTE DEL SEÑOR: Onkelos
traduce: “Abraham rezó y adoró a Dios en aquel lugar, y dijo ante el
Eterno: Que las generaciones futuras adoren a Dios aquí mismo y que se
diga a partir de ahora: Fue en este monte donde Abrahám adoró al
Eterno”. Refiriéndose a esta interpretación del texto, Maimónides
escribe: “Es sabido que los idólatras procuraban construír sus templos y
erigir sus ídolos en el lugar más alto que podían encontrar (véase
Deut. XII, 2). Fue por ello por lo que nuestro padre Abraham escogió el
monte Moriá, que era el más alto de aquella región (véase Ezequiel XX,
40). Allí proclamó la unidad de Dios, y designó, en la parte occidental,
el lugar que habría de ocupar el Santuario. En efecto, el Santo de los
Santos estaba situado al Occidente, según explican nuestros Sabios en el
tratado B.B. 25 a, y fue nuestro padre Abrahám quien escogió su
emplazamiento. (Cf. S. Munk, Guía de los Desc. III, 469). El motivo de
su elección es, a mi entender, el siguiente: Como en aquella época la
gente pensaba que había que rendir culto al sol, al que consideraban
como la divinidad, y como, probablemente, todo el mundo se volvía hacia
el Oriente, a la hora de rezar, nuestro padre Abrahám decidió escoger
como lugar del futuro santuario, la parte occidental del monte Moriá,
para que pudiésemos darle la espalda al sol. ¿No ves acaso lo que hacían
los judíos cuando en sus momentos de defección e infidelidad, volvían a
sus antiguas prácticas perversas?: “Le daban la espalda al Templo del
Eterno y volvían el rostro hacia el Oriente, prosternándose ante el Sol”
(Ezequiel VIII, 16). “Es este un hecho importante, que debes tener en
cuenta. Además, estoy seguro de que el lugar escogido por Abrahám en su
visión profética fue conocido también de Moisés, nuestro Maestro, y de
muchas personas más…” (Guía III, 45). Vease, sin embargo, nuestro
comentario de Gen. III, 8, en el que explicamos de distinta manera la
ubicación del Santo de los Santos en la parte occidental.
…YERAE YIR-E (VE, del verbo ver): Véase el comentario del versículo 18 (cap. XIV) para la etimología y el significado del nombre.

15 – Y EL ANGEL DEL SEÑOR LLAMO A ABRAHAM POR SEGUNDA VEZ DESDE EL CIELO,
15 – Y EL ANGEL DEL SEÑOR LLAMO A ABRAHAM POR SEGUNDA VEZ: ¿Por
qué por segunda vez? “Cuando, la primera vez, un ángel le dijo: “No
extiendas la mano sobre el muchacho,” Abrahám contesto: “¿Quién eres?”
Dijo: “Un ángel”. El Patriarca replicó: “Ha sido Dios en persona quien
me ha dado la orden de ofrecer a mi hijo en holocausto. Si El desea que
no lo haga, me lo dirá El mismo”. Por eso, el ángel volvió a llamarle, y
le transmitió esta vez la “palabra del Eterno”, quien había “jurado por
sí mismo. Y Abrahám contestó: “Has jurado. Yo también juro que no
abandonaré este altar antes de decir lo que tengo que decir: Quiero
exponerte mis quejas: Ayer me decías: En Isaac será nombrada tu
posteridad. Luego, me dijiste: toma a tu hijo para ofrecérmelo (en
holocausto). Y ahora me dices: No extiendas tu mano sobre el muchacho. A
pesar de todo, me he dominado y no he contestado nada. Entonces cuando
los hijos de Isaac sean culpables y se encuentren en una situación
desesperada, toma en consideración el sacrificio de su antepasado,
perdónalos y líbralos de la desesperación”. A raíz de la intervención de
Abrahám, comenta otro Medrash, Dios prescribió sacrificar diariamente
dos corderos, uno por la mañana y otro por la tarde. El Eterno se
acuerda del sacrificio de Isaac cada vez que Israel recita el versículo
siguiente: (Levítico I, 11) “Lo inmolará en el lado norte del altar
delante del Eterno {Veshajat otò vegomer}. Y el Medrash añade: “Pongo
por testigos a los Cielos y la Tierra de que todo aquel que lea este
versículo, judío o no judío, hombre o mujer, siervo o sierva, conseguirá
que Dios recuerde para él el sacrificio de Isaac (Levítico Rabá cap.
2)”. La inserción del citado versículo en nuestro ritual cotidiano se
remonta a esta sentencia, según indica Yosef Caro (Or. Ha-Chayim Cf.1).
El
sacrificio diario de la mañana y de la tarde es la expresión de la
voluntad y devoción total a Dios; devoción que no debemos demostrar sólo
en los momentos exaltantes de los días de fiesta sino también en el
curso rutinario de la vida cotidiana. Ser judío significa estar
constantemente dispuesto al sacrificio; y el sacrificio requiere ante
todo dominio sobre sí mismo y sumisión de la propia voluntad a la de
Dios. Estos actos de voluntad constituyen la condición previa del
desarrollo de la personalidad moral. El carácter excepcional del
sacrificio de Abrahám reside precisamente en el hecho de que el
Patriarca supo dominar su naturaleza y reprimir sin vacilaciones su amor
paterno en favor de su amor a Dios. Ahora bien, este concepto del
sacrificio está expresado por el versículo (del Levítico citado más
arriba): “y él lo inmolará…”, pues la victoria que hemos de conseguir
sobre nuestro propio Yo también está considerada como un acto de
“inmolación” del instinto (Cf. Succá 52b). Quienquiera que realice,
dentro de sí, este acto de piedad que antaño realizó Abrahám, ya sea
judío o no judío, hombre o mujer, siervo o sierva, merecerá la bendición
que Dios le concedió al Patriarca a raíz del “sacrificio” de Isaac.


16 – Y DIJO: “POR MI MISMO HE JURADO, DICE EL SEÑOR, QUE POR CUANTO HAS HECHO ESTO, Y NO ME HAS NEGADO A TU HIJO UNICO,
16 – POR MI MISMO HE JURADO:
Véase Rashí Ex. XXXII, 13: {Asher nishb`ata lahèm baj} “Juraste (a los
Patriarcas) por ti mismo”: “No juraste por algo que está destinado a
desaparecer, (como pueden ser) el cielo y la tierra, las montañas y las
colinas. Sino por ti mismo, que has de perdurar (eternamente) y cuyo
juramento perdurará por siempre jamás…”
NO ME HAS NEGADO A TU HIJO UNICO: ¡Cuántas
veces, desde la sublevación de los Macabeos hasta la época moderna, el
acto de Abrahám exaltó con su ejemplo a los judíos llamados a morir por
su fe o a “no rehusar a su hijo, aunque fuese el único que tuviesen!”
Enfrentados con la tremenda alternativa de tener que abjurar de su fe o
de sufrir el martirio, nuestros antepasados, hombres y mujeres,
recordaron el sacrificio de Isaac y escogieron el martirio. La Akedá ha
generado el nuevo ideal de martirio que el judío debe sufrir para la
santificación del nombre de Dios. La liturgia ha adoptado, desde los
tiempos más remotos, numerosas alusiones a la Akedá, y son muchos los
himnos sinagogales compuestos sobre este tema (piyutím). Durante la Edad
Media, fue la Akedá lo que les infundió a los padres y a las madres el
valor sobrehumano que necesitaban para preferir inmolarse a sí mismos y a
sus propios hijos antes que aceptar la conversión y entregarse a la
idolatría. Hoy día, son muchos los hombres que han perdido la noción del
martirio. No se dan cuenta de que el mayor triunfo moral de la
humanidad consiste precisamente en esta firmeza inquebrantable que le
hace a uno capaz de manternerse fiel a sus principios hasta la muerte.
No ha habido nunca, en la historia de los hombres, ninguna idea noble
que no haya exigido sacrificios de vidas humanas. Pero ninguna nación ha
ofrecido tantos sacrificios como Israel para el triunfo de los grandes
ideales: el de la verdad, el de la justicia, el de la dignidad y el de
la libertad del hombre. De hecho, Israel se ha convertido en “el clásico
pueblo del martirio” (M. Schneiner). Son pocos los capítulos de la
Biblia que han ejercido urna influencia tan profunda y duradera en el
espíritu y en la vida de los hombres como el de la Akedá.

17
– TE COLMARE DE BENDICIONES Y MULTIPLICAR MULTIPLICARE TU SIMIENTE COMO
LAS ESTRELLAS DEL CIELO, Y COMO LA ARENA QUE ESTA A LA ORILLA DEL MAR; Y
TU SIMIENTE SE APODERARA DE LA PUERTA DE SUS ENEMIGOS;
17 – TE COLMARE DE BENDICIONES:
Lo que hasta entonces constituía un pacto de alianza, y estaba por
tanto subordinado al respeto de las cláusulas por ambas partes, se
convierte ahora en un juramento con carácter incondicional. Pues,
gracias a la Akedá, Abrahám alcanzó la meta suprema de su vida no sólo
para sí mismo sino también para su descendencia. En esto reside el
mérito de la Akedá: El sacrificio de Isaac consiguió inculcar el ideal
de la perfección moral en el alma de los descendientes del Patriarca y
constituyó además para la eternidad el modelo luminoso que habrían de
imitar para realizarlo. Gracias a estos dos factores — la herencia moral
y espiritual, por un lado, el brillante ejemplo, por el otro – el
pueblo de Israel nunca ha podido perderse totalmente. Siempre acaba por
volver a su vocación de santidad, incluso después de haber estado a
punto de sucumbir a los peores extravíos. Esto nos explica que el Señor
pudiera, en aquel momento solemne, prometerle su bendición Eterna a la
posteridad de Abrahám (Rabi S. R. Hirsch).
Y TU SIMIENTE SE APODERARÁ DE LA PUERTA DE SUS ENEMIGOS:
Como lo hace constar Najmánides, Dios añade aquí una bendición más a
las promesas que hizo anteriormente. “Tu descendencia no perecerá jamás,
sino que, por el contrario, proseguirá su marcha triunfal a través de
las naciones.” Pues el porvenir pertenece al espíritu de la Akedá. Este
acabará por conquistar el mundo que le es hostil y refractario (cabe
advertir que {Shaar} tiene un significado parecido al de la palabra
“foro” y que la conquista a la que alude la expresión {veyirash zar`aja}
es esencialmente de orden espiritual, moral o social).
La
promesa de la conquista espiritual de la humanidad por el pueblo de
Israel constituye la recompensa suprema para el Patriarca quien ha
conseguido superar ya sus diez pruebas, incluida la más terrible de
todas, la de la Akedá.

18 – Y SE BENDECIRAN EN TU SIMIENTE TODAS LAS NACIONES DE LA TIERRA; PORQUE HAS OBEDECIDO A MI VOZ.”
18 – Y SE BENDECIRAN EN TU SIMIENTE TODAS LAS NACIONES DE LA TIERRA:
Mantener vivo el espíritu de la Akedá en la Humanidad con el fin de que
toda ella se beneficie de las bendiciones Divinas: He aquí el
testamento de Abrahám; he aquí la tarea que les incumbe a sus
descendientes, el pueblo de Israel.

19 – Y VOLVIOSE ABRAHAM A SUS MOZOS, Y SE LEVANTARON Y CAMINARON JUNTOS HASTA BEERSHEVA, Y HABITO ABRAHAM EN BEERSHEVA.
19 – Y VOLVIOSE ABRAHAM A SUS MOZOS:
Anteriormente, en el momento de la gran prueba, fueron Abrahám e Isaac
los que “caminaron juntos” (vayelejù yajdàv). Ahora, tras haber
alcanzado la cumbre de la moral humana, el padre y el hijo emprenden el
camino de regreso “junto a” sus criados. No se consideran superiores a
ellos, sino que vuelven con ellos, como si no hubiera ocurrido nada.
Abrahám e Isaac nos dan aquí una lección de humildad, cualidad que
podemos considerar como el signo de la verdadera grandeza.

20
– Y SUCEDIO DESPUES DE ESTAS COSAS, QUE FUE DADA NOTICIA A ABRAHAM,
DICIENDO: “HE AQUI QUE MILKA TAMBIEN HA PARIDO HIJOS A NAHOR, TU
HERMANO:
20 – Y SUCEDIO DESPUES DE ESTAS COSAS…: Literalmente:
“Después de estas palabras.” Las que Abrahám se dijo a sí mismo después
del “sacrificio” de Isaac (Rashí). La preposición, {ajarè}, empleada
aquí, tiene un sentido distinto de {ajàr}: la una significa
“inmediatamente después, y la otra “mucho después”. Pero nuestros
comentaristas no se ponen de acuerdo a la hora de determinar cuál de
estos significados corresponde a cada una de las preposiciones citadas.
(Cf. el Maharal. Según {Perùsh ha-Tur} la palabra {Ajar} significa
inmediatamente después, mientras que {Ajare} puede significar ambas
cosas).
Sea
lo que fuere, lo que Abraham se dijo a sí mismo a su regreso del Monte
Moriyàh fue lo siguiente: “Si mi hijo hubiese sido inmolado, hubiera
muerto sin dejar descendencia. Debería casarle con una de las hijas de
Aner, Eshkol o Mambré.” Entonces, el Santo Bendito sea le anunció el
nacimiento de la mujer que El destinaba a su hijo: Rivkah (En efecto, la
palabra {vayugàd} implica una revelación por {Rùaj Ha-Kòdesh} como lo
indica el {Medrash ha-Afelàh}.
Esta
es la explicación que recoge Rashí. El Midrash propone otra: En su
viaje de vuelta del Monte Moriyàh, Abrahám se decía a sí mismo que,
aunque acababa de demostrarse la vanidad de las acusaciones formuladas
por Satán contra su hijo, era de temer que aquellas calumnias dejasen
alguna huella y que perjudicasen también a los descendientes de Isaac.
El
Eterno le dijo entonces: No temas. Los tormentos han terminado para ti.
Acaba de nacer el hombre que va a sustituírte en el sufrimiento: Es Utz,
el primogénito de tu hermano Najor, el que la Escritura nombra aquí en
primer lugar: {Et Utz bejorò} Este nombre alude a Job, el hombre del
país de Utz (Iyob I, 1) a quien Dios infligió una serie de duras
pruebas. En efecto según una tradición citada en el Talmud Jer. Sotáh V,
6, Iyob vivió en la época del Patriarca).
Aunque
haya sido rebatida, la acusación calumniosa proferida por un enemigo
tan siniestro, puede dejar huellas en la vida de una víctima inocente y
acarrearle funestas consecuencias. Pero, en estos casos, la Providencia
suele preservar al justo desviando el castigo hacia otra persona… Puede
suceder que ésta sea personalmente culpable y merezca por tanto el
castigo en cuestión, como lo demuestran los ejemplos históricos citados
por Isaías (XLIII, 4). Pero puede suceder también que sea inocente, en
cual caso las tribulaciones que Dios le envía están destinadas a ponerla
a prueba. Por eso, cuando consigue superar la prueba, el Cielo la colma
de bendiciones: Este fue precisamente el caso de Iyob (XLII, 10).
Encontramos
aquí, por primera vez, el tema del hombre que se entrega a las fuerzas
del mal en substitución de otras personas, y carga con los sufrimientos
ajenos. Esta es, sin duda, la forma más sublime de sacrificio: la que se
acepta para la salvación del prójimo.

21 – UTZ, SU PRIMOGENITO, Y A BUZ, HERMANO DE ESTE, Y A QUEMUEL, PADRE DE ARAM,
21 – QUEMUEL, PADRE DE ARAM:
La tradición identifica a Quemuel con Balaám, el profeta madianita, el
“padre de la brujería aramea” (Trad. Targum Jerush). El nombre Quemuel
viene a significar “el que se rebeló contra Dios {Kan E-l} y contra su
pueblo”, cosa que Balaám hizo efectivamente ya que intentó destruírle
con sus maldiciones. (Tanj.) Su madre Milkáh, sobrina de Abrahám, dio a
luz al mismo tiempo que Sarah y gracias al mérito de ésta, como lo
recalca la expresión {gam hi} (que alude a la bendición de Sarah
mencionada en el capítulo XXI, 6; C
f.
Com.). A pesar de ello, Balaám se convirtió en un traidor y en un
enemigo implacable de Israel. ¡Cuántas veces la historia judía nos
confirma, como en este caso, la siguiente sentencia de Isaías: “¡Tus
destructores y los autores de tu ruina proceden de ti mismo” (XLIX, 17)!
(Cf. Com. Ex. I, 10).

22 – Y A KESED, Y A HAZO, Y A PILDASH, Y A IDLAF, Y A BETHUEL.
23 Y BETHUEL ENGENDRO A RIVKAH; ESTOS OCHO PARIO MILKAH A NAJOR, HERMANO DE ABRAHAM.
23 – Y BETHUEL ENGENDRO A RIVKAH.
Rabí Yojanán solía decir: “Ningún justo abandona este mundo antes que
otro justo nazca, pues está escrito (Ecl. I,5): “Una generación se va y
otra viene… el sol sale, el sol se pone; se dirige apresuradamente hacia
su punto de partida y vuelve a salir” (Yomá 38 b). La Torah ilustra
aquí esta sentencia ya que nos participa el nacimiento de Rivkah antes
de anunciarnos la muerte de Sarah (Rabbá 58).

24 – Y SU CONCUBINA, LLAMADA RUMA, TAMBIEN LE PARIO A TEVAH Y A GAHAM, Y A TAHASH, Y A MAAJA.
24 – Y SU CONCUBINA, LLAMADA RUMA, TAMBIEN LE PARIO.
Rashí explica que el propósito de toda esta genealogía es desembocar en
el versículo que se refiere a Rivkah. Pero los Sabios del Midrash
advierten, en contra de la opinión de Najmánides, que los cuatro nombres
citados en nuestro versículo expresan una idea de rebelión. En efecto,
prosigue Ch. Ben Attar, la genealogía que tenemos aquí está destinada a
recordarnos que el nacimiento del justo suele ir acompañado por el de
individuos indignos o heréticos. El trigo crece junto a la cizaña, pues,
desde el pecado original, el bien y el mal se han mezclado íntimamente
en el seno de la Creación. El justo nace pues en un terreno lleno de
parásitos. Este fue, precisamente, el caso de Rivkah, quien vino al
mundo como “la rosa entre las espinas” (Midrash, Cántico II, 2) y
conservó durante toda su vida su pureza angelical en medio de un entorno
familiar inicuo, como lo subraya Rashí en el capítulo XXV, 20.



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