miércoles, 8 de marzo de 2017

Alfonso XIII de España - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Alfonso XIII de España



Alfonso XIII de España
Rey de España
Rey Alfonso XIII de España, by Kaulak.jpg

Alfonso XIII, fotografiado por Kaulak en 1916.

Información personal
Nombre secular Alfonso León Fernando María Jaime Isidro Pascual Antonio de Borbón y Habsburgo-Lorena
Reinado 17 de mayo de 1886-14 de abril de 1931
Nacimiento 17 de mayo de 1886

Madrid, España
Fallecimiento 28 de febrero de 1941 (54 años)

Roma, Italia
Entierro Cripta Real del Monasterio de El Escorial
Religión Católico
Residencia Palacio Real de Madrid
Predecesor Alfonso XII
Sucesor Niceto Alcalá-Zamora

Presidente del Gobierno Provisional de la República
Familia
Casa real Casa de Borbón
Padre Alfonso XII de España
Madre María Cristina de Habsburgo-Lorena
Consorte Victoria Eugenia de Battenberg (1906-1941)
Regente María Cristina de Habsburgo (1885-1902)
Descendencia Véase Matrimonio e hijos


Firma Firma de Alfonso XIII de España

Escudo de Carlos III de España Toisón y su Orden variante leones de gules.svg

Escudo de Alfonso XIII de España


[editar datos en Wikidata]
Alfonso XIII de España, llamado «el Africano»1 (Madrid, 17 de mayo de 1886-Roma, 28 de febrero de 1941), fue rey de España desde su nacimiento hasta la proclamación de la Segunda República en 1931. Asumió el poder efectivo a los dieciséis años de edad, el 17 de mayo de 1902.


Durante su reinado España experimentó cuatro problemas de suma
importancia que acabarían con la monarquía liberal: la falta de una
verdadera representatividad política de amplios grupos sociales, la
pésima situación de las clases populares, en especial las campesinas,
los problemas derivados de la guerra del Rif y el nacionalismo catalán. Esta turbulencia política y social iniciada con el desastre del 98 impidió que los partidos turnistas lograran implantar una verdadera democracia liberal, lo que condujo al establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera,
aceptada por el monarca. Con el fracaso político de ésta, el monarca
impulsó una vuelta a la normalidad democrática con intención de
regenerar el régimen. No obstante, fue abandonado por toda la clase
política, que se sintió traicionada por el apoyo del rey a la dictadura
de Primo de Rivera.


Abandonó España voluntariamente tras las elecciones municipales de
abril de 1931, que fueron tomadas como un plebiscito entre monarquía o
república. Enterrado en Roma, sus restos no fueron trasladados hasta 1980 al Panteón de los Reyes del Monasterio de El Escorial.



Índice

Vida y reinado

Moneda de 5 pesetas de 1888 con la efigie de Alfonso XIII, conocida como «Pelón».
Alfonso XIII, cadete, con el Palacio Real al fondo, pintura de Manuel García Hispaleto.
Hijo póstumo de Alfonso XII y María Cristina de Habsburgo-Lorena, fue bautizado Alfonso León Fernando María Jaime Isidro Pascual Antonio de Borbón y Habsburgo-Lorena.
Su madre ejerció la regencia durante su minoría de edad, entre 1885 y
1902. Al final de la Regencia y poco antes de comenzar su reinado
propiamente dicho, España, tras la intervención de los Estados Unidos en 1898 en la guerra colonial, perdió sus últimas posesiones ultramarinas en Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam en una derrota militar conocida como el desastre del 98.


Ya en el siglo XX, las aventuras coloniales comenzaron nuevamente en la zona norte de Marruecos, que había sido adjudicada a España en los repartos internacionales, lo que conduciría a la sangría de la Guerra del Rif.
En 1902, al cumplir los dieciséis años, Alfonso XIII, popularmente
apodado en Cataluña "en Cametes" (el "Piernecitas", porque las tenía muy
delgadas), fue declarado mayor de edad y asumió las funciones
constitucionales de Jefe de Estado. Durante su reinado visitó todas las
provincias españolas y realizó numerosas visitas al extranjero. Entre
los primeros países en los que fue recibido se encontraban Alemania, Reino Unido y Francia. Durante esta visita, Alfonso XIII y el presidente de la República, Émile Loubet, fueron objeto de un atentado en las calles de París, del que salieron ilesos.


En este año me encargaré de las riendas del estado, acto de suma
trascendencia tal como están las cosas, porque de mí depende si ha de
quedar en España la monarquía borbónica o la república; porque yo me
encuentro el país quebrantado por nuestras pasadas guerras, que anhela
por un alguien que lo saque de esa situación. La reforma social a favor
de las clases necesitadas, el ejército con una organización atrasada a
los adelantos modernos, la marina sin barcos, la bandera ultrajada, los
gobernadores y alcaldes que no cumplen las leyes, etc. En fin, todos los
servicios desorganizados y mal atendidos. Yo puedo ser un rey que se
llene de gloria regenerando a la patria, cuyo nombre pase a la Historia
como recuerdo imperecedero de su reinado, pero también puedo ser un rey
que no gobierne, que sea gobernado por sus ministros y por fin puesto en
la frontera. (...) Yo espero reinar en España como Rey justo. Espero al
mismo tiempo regenerar la patria y hacerla, si no poderosa, al menos
buscada, o sea, que la busquen como aliada. Si Dios quiere para bien de
España.


Del diario de Alfonso XIII, 1 de enero de 1902.2

Alfonso XIII y María Cristina la Reina Regente. Cuadro de Luis Álvarez Catalá de 1898.
El 31 de mayo de 1906, se casó con la princesa británica Victoria Eugenia de Battenberg (1887–1969), hija del príncipe Enrique de Battenberg y la princesa Beatriz del Reino Unido. Victoria Eugenia era sobrina del rey Eduardo VII y nieta de la reina Victoria I del Reino Unido. El tratado matrimonial se firmó por duplicado en Londres, el 7 de mayo de 1906.3


Ena, como se la conocía, Alteza Serenísima por nacimiento, fue elevada al rango de Alteza Real un mes antes de su matrimonio, para evitar que la unión fuese considerada desigual o morganática.



Documento gráfico, segundos después del atentado anarquista (1906) al
rey Alfonso XIII en el día de su boda; 28 personas murieron y más de 100
fueron heridas, pero los reyes salieron ilesos.
Cuando Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia regresaban al Palacio Real, después de la boda, sufrieron un atentado mediante una bomba escondida en un ramo de flores, lanzada por el anarquista Mateo Morral a su carroza, frente al número 884
de la calle Mayor de Madrid, del que lograron salir ilesos
milagrosamente. Como consecuencia de la explosión murieron tres
oficiales y cinco soldados del séquito real, tres personas más en los
balcones y resultaron con heridas más de catorce personas que
contemplaban el paso del cortejo.


España conoció numerosas revueltas sociales en sus principales
ciudades durante las dos primeras décadas del siglo XX. Una de las más
destacadas tuvo lugar en 1909 en Barcelona, conocida como la Semana Trágica. Uno de los factores que la desencadenaron fue el descontento de la población con la guerra de Marruecos:
en ese año se había recrudecido el conflicto marroquí, convirtiéndose
en uno de los principales problemas nacionales. El monarca se implicó en
el conflicto, y llegó a visitar Melilla en 1911; a su vuelta, el presidente del Senado Eugenio Montero Ríos le otorgó el sobrenombre de «el Africano».5


Familiarmente, la situación de Alfonso XIII durante la Primera Guerra Mundial,
que solicitó a los diferentes gobiernos que evitaran mostrar afección
por uno u otro bando, era complicada: mientras que la madre del monarca,
María Cristina de Habsburgo-Lorena, de origen austríaco, era partidaria del bando de las potencias centrales, su esposa, Victoria Eugenia de Battenberg, de origen británico, fue partidaria del bando aliado.6



Alfonso XIII y Primo de Rivera en 1930.
En 1921, a raíz de unas operaciones bélicas tácticamente desastrosas,
se produjo el hundimiento de la comandancia militar de Melilla (el desastre de Annual).
El impacto que tuvo sobre la opinión pública generó un sentimiento muy
crítico con la política mantenida hasta ese momento en Marruecos, y en
general con todo el sistema político de la Restauración, ya tambaleante desde la huelga general de 1917. Se inició una investigación de lo sucedido (con el expediente Picasso)
en el que, al parecer, quedaban involucrados en graves
responsabilidades cargos elevados de la administración, pero dicho
informe nunca vio la luz. Algunas voces extendieron las
responsabilidades por el desastre de Annual al monarca, uno de los
impulsores y partidarios más destacados de la política colonial, porque
había propiciado el nombramiento de algunos mandos responsables del
«Desastre» con los que mantenía una relación de amistad o eran personas
cercanas a él, como Dámaso Berenguer o el general Fernández Silvestre.


Alfonso XIII habría llegado a meditar sobre la posibilidad de una dictadura a lo largo de 1923; en agosto de 1923 sondeó a Antonio Maura
su opinión sobre una dictadura real, a lo que el político mallorquín le
respondió que en ese caso, como mal menor, sería preferible una
dictadura militar.7 En este contexto de crisis política y social, el capitán general de Cataluña Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado
el 13 de septiembre de 1923, que fue respaldado por Alfonso XIII al
encargarle la formación de un gobierno. Para algunos, una de las razones
que explican el golpe sería que éste sirvió de instrumento para evitar
que los resultados del Expediente Picasso
saliesen a la luz en una investigación parlamentaria que estaba
realizándose y que podría haber dejado al monarca en una posición
comprometida.


Primo de Rivera formó un gobierno al que denominó directorio, que
estuvo compuesto en un primer momento exclusivamente por militares
(Directorio Militar) y, posteriormente (1925), tuvo un carácter civil
(Directorio Civil). Durante la Dictadura se puso fin a la guerra de Marruecos con el desembarco de Alhucemas en 1925, que permitió el control español definitivo del Rif en 1927.


En 1929 se celebraron la Exposición Universal de Barcelona y la Iberoamericana de Sevilla, pero la oposición creciente que generó el dictador, especialmente extendida entre estudiantes, intelectuales y el cuerpo de Artillería
(se oponía a la reforma que pretendía el dictador de su sistema de
ascensos), hicieron que Alfonso XIII apartase a Miguel Primo de Rivera
del gobierno el 29 de enero de 1930, nombrando presidente del consejo de
ministros al general Dámaso Berenguer con la intención de retornar al régimen constitucional.8 Este nuevo periodo se conoció enseguida como «la Dictablanda», por contraste con la dictadura anterior.



Sello de Alfonso XIII sobreimpreso durante la II República.

Alfonso XIII en 1930
Tras la caída del dictador —que falleció semanas después—, aumentaron
las manifestaciones antimonárquicas, se acusó al rey de haber
auspiciado la dictadura de Primo de Rivera y de tener responsabilidades
en el Desastre de Annual. Ese año los partidos republicanos se unieron frente a la monarquía con la firma del Pacto de San Sebastián. Hubo pronunciamientos militares republicanos que fueron frustrados por el gobierno en la base aérea de Cuatro Vientos (Madrid) y en Jaca (este último encabezado por los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández, que fueron fusilados tras un consejo de guerra).


En febrero de 1931 el almirante Juan Bautista Aznar fue designado presidente del consejo por Alfonso XIII. Su gobierno convocó elecciones municipales el 12 de abril de 1931. Al conocerse en los comicios la victoria en las ciudades de las candidaturas republicanas, el 14 de abril se proclamó la Segunda República. El rey abandonó el país ese mismo día, con el fin de evitar una guerra civil:


[...] Hallaría medios sobrados para mantener mis regias
prerrogativas, en eficaz forcejeo con quienes las combaten. Pero,
resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota
contra otro en fratricida guerra civil.


Manifiesto de Alfonso XIII, 13 de abril de 1931
Renunciaba a la Jefatura del Estado, pero sin una abdicación formal:


[...] No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son
depósito acumulado por la Historia, de cuya custodia ha de pedirme un
día cuenta rigurosa.


Manifiesto de Alfonso XIII, 13 de abril de 19319
En la noche del 14 al 15 partió de Madrid hacia Cartagena al volante de su automóvil Duesenberg y desde allí zarpó para Marsella en un buque de la Armada Española para trasladarse después a París. Su familia salió en tren desde Aranjuez a la mañana siguiente. El rey al abandonar España pronunció sus más famosas palabras:


[...] espero que no habré de volver, pues ello sólo significaría que el pueblo español no es próspero ni feliz. 10


Por una Ley del 26 de noviembre de 1931, las Cortes acusaron de alta traición a Alfonso XIII:


A todos los que la presente vieren y entendieren, sabed: Que las
Cortes Constituyentes, en funciones de Soberanía Nacional, han aprobado
el acta acusatoria contra don Alfonso de Borbón y Habsburgo-Lorena,
dictando lo siguiente:


«Las Cortes Constituyentes declaran culpable de alta traición, como fórmula jurídica que resume todos los delitos del acta acusatoria, al que fue rey de España, quien, ejercitando los poderes de su magistratura contra la Constitución del Estado, ha cometido la más criminal violación del orden jurídico del país, y, en su consecuencia, el Tribunal soberano de la nación declara solemnemente fuera de la ley a don Alfonso de Borbón y Habsburgo-Lorena. Privado de la paz jurídica, cualquier ciudadano español podrá aprehender su persona si penetrase en territorio nacional.
Don Alfonso de Borbón será degradado de todas sus dignidades, derechos y títulos, que no podrá ostentar ni dentro ni fuera de España, de los cuales el pueblo español, por boca de sus representantes elegidos para votar las nuevas normas del Estado español, le declara decaído, sin que se pueda reivindicarlos jamás ni para él ni para sus sucesores.
De todos los bienes, derechos y acciones de su propiedad que se encuentren en territorio nacional se incautará, en su beneficio, el Estado, que dispondrá del uso conveniente que deba darles.
Esta sentencia, que aprueban las Cortes soberanas Constituyentes, después de publicada por el Gobierno de la República, será impresa y fijada en todos los ayuntamientos de España, y comunicada a los representantes diplomáticos de todos los países, así como a la Sociedad de Naciones».
En ejecución de esta sentencia, el Gobierno dictará las órdenes conducentes a su más exacto cumplimiento, al que coadyuvarán todos los ciudadanos, tribunales y autoridades.11
Esta ley sería derogada por otra del 15 de diciembre de 1938 firmada por Francisco Franco.



Final del manuscrito de renuncia.

Exilio

Alfonso pasó su exilio alojado en hoteles de lujo de diferentes
ciudades europeas, que podía pagar gracias a dinero depositado
previamente en cuentas bancarias suizas e inglesas. Al poco tiempo se
separó de su esposa, Victoria.12


Desde el exilio, a pesar del apoyo implícito que ofreció a los monárquicos intransigentes de Renovación Española, mantuvo una posición de no beligerancia hacia la accidentalista Confederación Española de Derechas Autónomas de José María Gil Robles,
que permitió a los monárquicos seguir militando en la CEDA sin
conflictos morales, poniendo así un obstáculo al propio crecimiento de
sus seguidores alfonsinos.13


Los últimos años de su vida los pasó en Roma. Tras la muerte de Alfonso Carlos de Borbón, duque de San Jaime, pretendiente carlista bajo el nombre de Alfonso Carlos I, en 1936 recibió los posibles derechos del carlismo y del legitimismo francés con el nombre de Alfonso XIII de España y Alfonso I de Francia y Navarra.


Al comenzar la Guerra Civil española, apoyó fervientemente al bando sublevado, afirmando ser un «falangista de primera hora».14 Ya en 1934 había pedido apoyo al dictador italiano, Benito Mussolini
para «un eventual golpe de Estado que se produjera en España para (...)
restaurar la Monarquía» y conseguido que el gobierno fascista italiano
se comprometiese a aportar 1 500 000 pesetas, 200 ametralladoras, fusiles y granadas de mano. Firmaron el acuerdo por parte española el general Barrera y representantes de los partidos Renovación Española (monárquico) y Comunión Tradicionalista (carlista).15 16 El 30 de julio de 1936 dio el plácet al traslado de Juan de Borbón a territorio sublevado.17



Monumento al Rey Alfonso XIII en Santander, Cantabria.
La relación del rey Alfonso XIII con el dictador Francisco Franco es extensa y está bien documentada.18
Como consecuencia de sus éxitos en Marruecos conoció a Franco, quien
poco a poco se convirtió en favorito real; en enero de 1923 el rey le
concedió la medalla militar, así como el cargo honorífico de
gentilhombre de cámara, por lo que el padrino de su boda fue Alfonso
XIII (representado por el gobernador civil de Oviedo, el general
Losada). Franco discutió personalmente con el rey la posible retirada de
Marruecos. En marzo de 1925, durante una visita allí, el general Primo
de Rivera entregó a Franco una carta del rey junto con una medalla
religiosa de oro; la carta terminaba así: «Ya sabes lo mucho que te
quiere y te aprecia tu afectísimo amigo que te abraza. Alfonso XIII».19 Por real decreto (4 de enero de 1928) lo nombró director de la recién creada Academia General Militar. Franco votó a favor de la candidatura monárquica en Zaragoza.20


Sin embargo, el 4 de abril de 1937, Franco escribió una carta
despectiva a Alfonso XIII: el rey, que acababa de donar un millón de
pesetas a la causa franquista, le había escrito expresando su
preocupación por la poca prioridad que se daba a la restauración de la
monarquía; Franco dejó claro que el rey difícilmente llegaría a
desempeñar un papel en el futuro, en vista de sus errores pasados. Al
acabar la guerra y no restaurarse la monarquía, el rey declaró: «Elegí a
Franco cuando no era nadie. Él me ha traicionado y engañado a cada
paso».21


El 15 de enero de 1941 renunció a la jefatura de la Casa Real en favor de su hijo Juan (sus dos hijos mayores se habían apartado de la sucesión). Falleció el 28 de febrero de 1941 en el Gran Hotel de Roma a causa de una angina de pecho. Estuvo enterrado en la iglesia de Santa María de Montserrat de los Españoles de la capital italiana hasta que, el 19 de enero de 1980, sus restos fueron trasladados al Panteón Real del Monasterio de El Escorial por orden de su nieto, el rey Juan Carlos I.


Por su parte, su hijo Juan, conde de Barcelona, renunció a sus
derechos al trono en 1977, en favor de su hijo Juan Carlos, que había
sido nombrado rey en 1975, a la muerte del general Franco,
en virtud de la ley de sucesión a la jefatura del estado de 1947. Con
la renuncia a sus derechos por parte del conde de Barcelona se recuperó
la legitimidad dinástica de la monarquía histórica, tal como recoge el
artículo 57 de la Constitución española de 1978.


Durante su reinado otorgó entre títulos de España e Indias: 379 títulos nobiliarios de los cuales 83 obtuvieron Grandeza de España.



Busto de Alfonso XIII esculpido por José Navas-Parejo.

La Oficina pro-cautivos

Quedan para la historia las acciones que durante la I Guerra Mundial organizó como monarca de un país neutral, entre ellas la Oficina pro-cautivos,
posiblemente la primera acción humanitaria gubernamental registrada en
la historia, con el fin de intentar conseguir respuestas a los
familiares que no sabían nada de sus parientes militares o civiles en
zona de guerra.


El monarca fundó este organismo de una forma independiente del
gobierno, para no comprometer su neutralidad. Así, con fondos propios de
un millón de pesetas, estableció en el Palacio Real una secretaría
donde llegaban las solicitudes de información e intervención para con
los prisioneros de ambos bandos; cosa que fue posible gracias a los
buenos contactos y relaciones del rey con los diversos países
contendientes. Se sirvió de las embajadas para conseguir información de
los presos y permitió poner en contacto a prisioneros de guerra de ambos
bandos con sus familias. Salvó así a aproximadamente 70.000 civiles y
21.000 soldados, e intervino a favor de 136.000 prisioneros de guerra,
llevando a cabo 4.000 visitas de inspección a campos de prisioneros.
Intervino también a favor de que en la guerra submarina no se atacara a
los buques hospitales, proponiendo instaurar una inspección neutral de
militares españoles de estos barcos en la salida del puerto y la
entrada. Consiguió con la aceptación de esta solicitud que ambas partes
en conflicto no volvieran a repetir la trágica acción de torpedear
buques con la bandera hospitalaria, como había sucedido en el pasado. La
oficina tenía un volumen tal de peticiones que los voluntarios que
trabajaban en la organización no descansaban ni en días festivos.


Además, de estas acciones, es destacable su intento de liberar y llevar a España a la Familia Imperial Rusa; sin embargo, la Revolución bolchevique frustró estos planes.22 Este hecho causó al rey una profunda tristeza.


Semblanza


Alfonso XIII fotografiado por Christian Franzen.
Por contraste con su imagen pública, en privado, Alfonso XIII era un
hombre de talante liberal, carente de cualquier tipo de puritanismo y
con un sentido de la moral bastante abierto comparado al de su propio
tiempo: según el investigador Román Gubern23 24 25 el rey fue un gran aficionado al erotismo en general y al cine pornográfico en particular (ver Cine pornográfico en España); debido a ello habría producido, en el Barrio Chino de Barcelona, durante los años 20, empleando al conde de Romanones
como intermediario, una serie de películas pornográficas, las primeras
de cierta calidad en este género realizadas en España. Recientemente la Generalidad Valenciana ha restaurado algunos de esos cortometrajes: El confesor, El ministro y Consultorio de señoras, encargados los tres por Romanones a los hermanos Ricardo y Ramón Baños, dueños de la productora barcelonesa Royal Films.


El archivo fotográfico del cronista real Francisco Goñi se encuentra conservado en el Archivo Histórico Provincial de Guadalajara, donde se pueden contemplar las mejores imágenes de la vida familiar y oficial del monarca.


Fue un hombre sabedor de la importancia de la educación y la
investigación, apasionado del motor y la ingeniería. Donó a la
Universidad y al Estado unos terrenos de su propiedad en Moncloa, para
que se construyera la Ciudad Universitaria, donde se formarían los
nuevos titulados que llevarían a España a la carrera científica que por
aquel entonces apenas se estaba iniciando, previamente a la Gran Guerra.


Su forma de intromisión en la vida política más allá incluso de lo previsto en la Constitución, caracterizada según Javier Moreno Luzón por el «regate corto y la manipulación de voluntades», fue conocida como «borboneo».26


Matrimonio e hijos


Jaime y Alfonso, fotografiados por Kaulak.

Juan y María Cristina, con su madre, fotografiados por Christian Franzen.
La pareja real tuvo siete hijos:


El rey tuvo también cinco hijos extramatrimoniales:


  • Alfonso XIII tuvo también dos hijas habidas de dos de las
    institutrices de sus hijos. La primera, cuyo nombre se desconoce, fue
    abandonada en un convento madrileño. La segunda, Juana Alfonsa Milán y Quiñones de León (primer apellido adoptado por ser su padre duque de Milán y segundo por el embajador de España en Francia) (1916-2005), habida de Beatrice Noon, nanny irlandesa30 traída expresamente a España por su suegra, la princesa Beatriz del Reino Unido. En su autobiografía, la cantante Carly Simon
    menciona que su abuela materna, Chibie, era presunta hija ilegítima de
    Alfonso XIII, con una historia de abandono y crianza en un convento en
    Inglaterra.31
El rey Alfonso XIII también tomó bajo su protección y crió en la
infancia, junto con sus hijos legítimos, a la supuesta hija bastarda del
rey Carlos I de Portugal, María Pía de Sajonia-Coburgo Gotha y Braganza.32


Condecoraciones


Monograma del rey Alfonso XIII de España.

Ancestros




Predecesor:

Alfonso XII
Escudo de Carlos III de España Toisón y su Orden variante leones de gules.svg

Rey de España


1886-1931
Sucesor:

Niceto Alcalá-Zamora

Presidente del Gobierno Provisional de la República
Predecesor:

Rey titular de España

1931-1941
Sucesor:

Juan III
Predecesor:

Carlos XII
Pretendiente legitimista al trono de Francia33 34 35 36

1936-1941
Sucesor:

Enrique VI

Véase también

Referencias


  • Haro Tecglen, Eduardo (6 de junio de 2002). «Alfonso XIII». El País. Consultado el 16 de febrero de 2015.

    1. [5]

    Bibliografía

    Enlaces externos

    Menú de navegación


  • Tusell, Javier. «Alfonso XIII. El rey polémico - Javier Tusell - Google Libros». Google Libros. Consultado el 12 de abril de 2016.


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  • Pérez Andújar, Javier (2003). Salvador Dalí:A la conquista de lo irracional. Algaba. p. 25. ISBN 9788496107137.


  • Moreno Luzón, 2013, pp. 339-340.


  • González Fernández, 1995, p. 284.


  • Olábarri Gortázar, 1996, pp. 232-233.


  • El gobierno Berenguer


  • [1]


  • Microsoft ® Encarta ® 2008. © 1993-2007 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos


  • Condena a Alfonso XIII dictada por las Cortes constituyentes.


  • Eslava Galán, Juan (2015). Lujuria. Destino. p. 85.


  • González Calleja, 2003, pp. 412-413; 415.


  • José María Zavala, «Entregados a Franco. Los Borbones ante la Guerra Civil», La Aventura de la Historia núm. 97 (noviembre de 2006), págs. 48-53. ISSN 1579-427X.


  • Urbano, Pilar (2011). El precio del trono. Barcelona: Planeta. ISBN 978-84-08-10717-0., pp. 17-18.


  • Objetivo: Acabar con la República, Historia 16 Extra III de junio de 1977, Manuel Tuñón de Lara.


  • González Calleja, 2003, p. 427.


  • Paul Preston, El gran manipulador. La mentira cotidiana de Franco, Ediciones B, Barcelona 2008, ISBN 978-84-666-3829-6.


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  • Francisco Franco Salgado-Araujo, Mi vida junto a Franco, Planeta, Barcelona 1977, pág. 93.


  • John T. Whitaker, We cannot escape History, MacMillan, Nueva York 1943, pág. 106.


  • ¿Por qué Alfonso XIII no pudo salvar al zar Nicolás II?


  • Gubern, R. La imagen pornográfica y otras perversiones ópticas, Akal, Madrid, 1989


  • Gisbert, Paco y Valencia, Manuel, Exxxpaña. Editorial Glénat, Barcelona, 2005


  • Periódico El Mundo, 3 de octubre de 2003


  • Moreno Luzón, 2003, p. 30; Peña, 2003, pp. 135-138.


  • Ezama Gil, Ángeles. La infanta Eulalia de Borbón: vivir y contar la vida. Prensas Universitarias de Zaragoza. p. 121. ISBN 978-84-92774-08-1.


  • Jean-Fred Tourtchine (préf. Juan Balansó), Les manuscrits du C.E.D.R.E. - dictionnaire historique et généalogique, nº 6 : Le royaume d'Espagne, vol. 3, Cercle d'Études des Dynasties Royales Européennes, Paris, 1996, 213 p. ISSN 0993-3964


  • XII. Roger de Vilmorin, sur Dynastie capétienne, consultado el 09/09/2013


  • lavozdegalicia.es, «Hacerse infante a los 74 años.» Consultado el 06/12/11.


  • Simon, Carly (24 de noviembre de 2015). Boys in the trees - A memoir (Primera edición). Flatiron Books. ISBN 978-1250095893. Consultado el 31 de agosto de 2016.


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  • [2]


  • [3]


  • [4]


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