martes, 21 de marzo de 2017

blog del padre Fortea: marzo 2012

blog del padre Fortea: marzo 2012







sábado, marzo 31, 2012






Mi perro mientras conduzco




Estos
días ha salido una notificación de la Conferencia Episcopal respecto al
profesor Andrés Torres Queiruga, al que llamaré Queiruga para
simplificar. A mí me podéis llamar Forty. Cucurull es otra de las muchas
maneras en las que podéis dirigiros a mí. En general, os podéis dirigir
a mí de cualquier manera que os entienda que os estáis dirigiendo a mí.
Pero esto es una digresión. Todos habéis entendido que se trataba de
una digresión. Retornemos al tema: Queiruga.

Ni una mala
palabra saldrá de mi boca contra Queiruga. Más que nada porque no le he
leído. Aunque eso nunca ha sido obstáculo para mi pluma audaz e
inconsciente. Estaría bueno si sólo pudiera criticar aquello que
conozco. Que aburrimiento. Pero volvamos a Queiruga. Ved como es este
Queiruga que una y otra vez como una anguila trata de escabullírseme de
entre las manos. Hace ya tantas líneas que he empezado este post y ya
veis, se escurre una y otra vez entre mis manos. Ay, así son todos los
Queirugas del mundo.

Pero de nada le valdrán sus falacias
o sus inocencias, el post se ocupará de él. Aunque observo ahora con
pena que hoy ya se me ha hecho tarde, porque a esta hora me doy mi paseo
en mi bicicleta estática. Pero mañana sí. Mañana será otro día. Ahora a
mi bicicleta mientras veo ese reportaje sobre el genocidio armenio.




Errores en las primeras 140 páginas de El Nombre de la Rosa




Hablaba hace unos días de los pocos y mínimos peros que yo le pondría a El Nombre de la Rosa
desde un punto de vista histórico. Como no creo que tenga tiempo para
volver a leer la novela en bastantes días, dejo constancia aquí de
algunos de esos peros que he encontrado en las primeras páginas, sin
voluntad de ser exhaustivo.
En la pg 23, dice el narrador que cinco
es el número de las partes del mundo. Eso es un craso error, como saben
todos los medievalistas. En esa época se creía que eran tres las partes
en las que se dividía el mundo.
En la pg 83, dice al hablar de las lentes de sus gafas que muchos hablarían de brujería y manipulación diabólica.
Me deja muy sorprendido semejante afirmación de telenovela en su pluma.
Pensar que mostrar al hombre medieval unas lentes, y que este pensase
que era obra del demonio, es todo un ejercicio de ignorancia acerca de
la mentalidad de esa época. No entiendo como los correctores de la
novela no le advirtieron de tan craso error.
Después en la pg 128 menciona al demonio meridiano
de un modo no sólo ajeno a la tradición, sino de una manera que deja
claro que no conoce las funciones específicas que a ese demonio le
otorga la literatura espiritual.
Sirvan estos ejemplos claros de los
otros puntos más o menos objetables, que sumarán una docena. Tres
errores evidentes en 140 páginas me parece un logro asombroso de
fidelidad. Aunque la docena de puntos objetables demuestra que sus
correctores dormitaban. Claro que no es fácil encontrar un buen
corrector.

jueves, marzo 29, 2012






¿HUELGA? No sé, es que ya me había puesto los zapatos






En
la vida hay muchos tipos de placeres. Uno de los más refrescantes es
ver desde el sillón de tu casa cómo fracasa una huelga general
organizada por nuestros entrañables sindicatos. Como siempre, los peones
maoístas y troskistas del tablero siguen sin enterarse de qué va la
partida. Los peones negros les persiguen con la porra en la mano y las
fichas blancas corren, sin saber mucho por qué corren. Pero tienen una
ligera idea de que con ese tipo de carreras colaboran a un mundo mejor, a
que los pobres huerfanitos puedan tengan algo en el plato para cenar, y
a que los delfines no sufran.
En una cosa estamos todos de acuerdo:
la figura del policía a caballo (la capa era opcional) dando garrotazos
sobre la pobre masa obrera ataviada con la típica gorra proletaria,
vestía mucho más.
El problema es que el común de los mortales sigue
sin saber de qué va la cosa. A algún conocido le he aconsejado de en qué
tenía que invertir justamente ahora, y le ha ido muy bien. Obtener
beneficios en mitad de una crisis así, es lo que diferencia a los que
saben de qué va la cosa de los que, como siempre, están en la inopia. La
reforma del mercado laboral es una necesidad ante la cual no hay
ninguna alternativa.
Pero lo que me preocupa de los sindicatos no es
eso (ellos nunca han tenido ni idea de economía) sino el que vayan
abandonando las tradiciones. Antes siempre dibujaban al empresario como
un pérfido capitalista, gordo, con un puro y sombrero de copa, la bolsa
con el signo del dólar era opcional. Últimamente hablan del empresario
como si fuera una energía, un ectoplasma, pero ya no veo más al hombre
gordo del puro. Esto me parece grave. Se comienza hoy por abandonar
estas tradiciones y, paso a paso, mañana los sindicatos pueden acabar
vendiendo hamburguesas o convirtiéndose en una filial de Louis Vuiton.
Yo quiero que regrese el hombre gordo del puro. Y también el tipo duro
fornido de la maza que aparecía en los carteles, el de la mirada
intimidatoria. Los sindicatos también están necesitados de su propio
Summorum Pontificum que les haga retornar a sus rancias esencias.
De
lo contrario, con un par de huelgas generales que acaban como el rosario
de la aurora, van a acabar quebrando. Ya sería gordo, que en España
quebraran hasta los sindicatos. ¡Exigo el retorno del hombre gordo del
puro!




Colección Dumbo, Sábado Cine, Mazinger Z




Hoy
he podido hacer realidad algo con lo que había soñado hacía años. En
una tienda de Madrid especializada en comics antiguos, he podido hojear a
mis anchas los tebeos que leí por primera vez en mi vida, aquellas
historietas que disfruté a la tierna edad de seis años.

Digo
que pude hacer mi sueño realidad, porque en realidad había soñado con
tal escena a los veintitantos años. Hoy el sueño se ha cumplido.

En
realidad no he leído las historias de los comics que hoy tenía en mis
manos. Me bastaba abrir esos venerables volúmenes (cada uno de ochenta
páginas) y hojear por aquí y por allá. Mi ojo sentimental se fijaba en
la calidad del dibujo, en retazos de la historia, intentaba rememorar
aquellos momentos de mi infancia en que llegaba a casa con un comic
nuevo de la Colección Dumbo. Que como se decía en su portada, era a todo
color. Me acuerdo de la emoción que provocaron las aventuras del Pato
Donald en El Yelmo de Mambrino, o Andes lo que andes no andes por los Andes, o El reportero submarinero, o El secreto de Hondorica.

Abrir
esos números de la colección hoy, en el año 2012, tenía algo de
apertura de un cofre. Cuántos de esos números no pude leer en su
momento. ¡Valían 40 pesetas cada uno! Y hoy se abrían ante mis ojos sin
ninguna resistencia.

Los jóvenes que lean estas líneas
difícilmente entenderán las sensaciones interiores que se tienen a los
cuarenta años, cuando uno regresa a los primeros momentos de su vida.
Como cuando en este blog puse la música de la cabecera de Sábado Cine.

Un
joven todavía no sabe de los dulces placeres de la nostalgia. Algún día
le tocará volver a explorar su pasado, a recorrerlo con delectación.
Ciertamente los cuarenta años nos ofrecen el momento de la reseña, del
placer del inventario de una existencia. Parafraseando lejanamente a
Jorge de Burgos, podríamos decir que la cuarentena tiene algo de sublime
y continua recapitulación.

Si a los ochenta años mi
médico me preguntara que qué pienso hacer en mi último mes de vida, creo
que le contestaría: lea mi blog y verá que llevo en esa tarea cuarenta
años. La tarea de vivir el último mes de vida es tan importante, que
debemos reintentarla una y otra vez desde que llegamos a la mitad de la
vida. Yo sigo haciéndolo con inefable placer.

miércoles, marzo 28, 2012






Hay que mirar elmundo con los ojos bien abiertos




Resulta
tan agradable un viaje de doce horas y veinte minutos sumergido en una
buena novela. Os aseguro que no noté el paso de las horas en el avión,
porque mi mente realmente recorría la abadía de El Nombre de la Rosa.
No tuve tiempo ni para ver ninguna de las tres películas que Iberia nos
ofreció. Películas especialmente escogidas para un público
hipotéticamente memo. De todo el catálogo escogieron aquellas que
pudieran complacer únicamente a un grupo de cretinos. Justo todo lo
contrario de las páginas que tenía entre mis manos. Donde el autor se
dedica a levantar una gran obra, un monumento al arte de pensar. Nunca
he visto un libro en el que se tenga menos en cuenta al público: el
autor se dedica a la grandeza. Todas las grandes obras son así. Cuando
hay un genio creando arte, lo notarás porque dice: al público que le den
por saco.


Sea dicho de paso, la primera vez que leí
la novela no encontré ni un solo fallo. Pero casi dos decenios más de
libros tras mi primera lectura, me hacen encontrar anacronismos tan
minúsculos, que sólo son una prueba más del nivel de rigor de ese libro.
En otro post os ofreceré algunos de ellos.


Al llegar a Alcalá, me encontré con La Regenta.
Me marché de viaje dejando la novela de más de ochocientas páginas a
sólo veinte páginas de acabarla. Fue duro, sí, pero me tuve que marchar
dejando esas pocas páginas sin leer. Esta noche las retomaré. También me
encontré en otro rincón con La conjura de los necios, de mi
viaje a Jerez de la Frontera. Batallas literarias incoadas. Ya no busco
los laureles del libro coronado. Pienso empezar cuantos libros me
apetezcan. Sólo leeré hasta el final aquellos que entusiasmen. Pero La conjura merecerá mi atención en mis próximos vuelos de ida y vuelta a Roma.


De
momento, las lecturas tendrán que esperar a que deshaga las maletas.
¿Por qué procrastino tanto la tarea de vaciar las maletas cuando retorno
de un viaje? Mis viajes por Perú y Chile han apartado mi mente de mi
tesis. Mañana mismo pienso regresar a esa región familiar de mis
pensamientos. Se me va a hacer raro. Me siento tan ajeno a la tesis
cuando paso dos semanas de conferencias. ¿En qué pueblo sustituiré esta
Semana Santa?

lunes, marzo 26, 2012






Ya he llegado de nuevo a España




Hoy
he llegado de mi viaje por Perú y Chile. No he pasado un excesivo
calor. En Perú algunos días me arrepentí de no haberme llevado mi sotana
blanca. Impresionantes las huacas de Trujillo, unas pirámides hechas
con adobe por parte de una cultura precolombina. Claro que Cuzco tiene
en sus alrededores tantísimos lugares arqueológicos que hicieron mis
delicias. Un buen amigo me ofreció ver Machu Pichu y acepté. Sí, hay
fotos. Dadme tiempo estoy recién llegado.

En Chile
viví un temblor de tierra de 5 grados. Me desperté en mitad de la noche
sintiendo que se zarandeaba mi cama. No pensé mucho en el asunto, porque
me dormí al instante, estaba cansado. Chile está viviendo una época
dorada de crecimiento económico.


En Chile di un
retiro espiritual a 78 sacerdotes y una conferencia en la Universidad,
entre otras cosas. En Perú una conferencia a seminaristas, también entre
otras cosas. Nada me gusta más que dar charlas a sacerdotes o sus
retoños.


Por si tenéis curiosidad de saber cuántas
horas de viaje hay desde Santiago de Chile a España, la respuesta es
doce horas y veinte minutos. Y me las he hecho yo solito sin quejarme ni
una vez. Eso sí, inmerso en la lectura (por segunda vez) de El Nombre
de la Rosa. Allí, volando por los cielos, iba viendo cómo iban muriendo
los monjes por una mano misteriosa.

domingo, marzo 25, 2012






Por el mundo del demonio y por el Mundo



Qué
gran alegría ha sido hoy encontrarme aquí en Chile con una mujer, que
en su día fue una niña de la que yo fui su párroco. Cómo pasan los años.
¡Era una niña! Y ahora es una mujer. Se enteró de que daba una
conferencia en Santiago de Chile, y vino. No pude evitar el saludarle
con la mano desde mi tribuna. Tenía un cardenal sentado a mi lado, pero
le saludé. Después de la conferencia pudimos hablar un poco, porque me
marchaba en seguida a otra ciudad.

Me hizo gracia que me tratara
de usted. Ella iba vestida de forma seria. El tiempo había pasado para
ella, me imagino que para mí también.

La conferencia, sea dicho
de paso, fue en la Universidad Católica de Santiago de Chile. Un repaso
por la figura del demonio a través de la Escritura. Los universitarios
llenaban hasta los pasillos de las butacas. El cardenal Medina estuvo
vivaz y lleno de energía. Me hizo ilusión escuchar al cardenal que
anunció al mundo el nombre del Papa que ahora tenemos. He escrito estas
breves líneas, pero me voy a dormir. Mañana tengo mis tres últimas
charlas. Debo dormir. Me alegra saber que pronto regresaré a España, a
mi casa, a mi sillón.


sábado, marzo 24, 2012






Diario de mi viaje a Perú: un rincón concreto del mundo




Ayer
veía las primeras estribaciones de Los Andes. Sí, Dios es grande al
crear. No lo niego. Pero no sé por qué, pero a mí me entusiasma más una
letra inicial en un pergamino que una gran cadena montañosa.

Me fascina más la representación medieval de las cumbres montañosas en la superficie de un pergamino, que las montañas reales.

Es
irónico que un personaje como yo tan dedicado a los libros y al mundo
de las ideas, me vea volcado al mundo real en estos viajes. Para mí es
un cambio tan radical. De los libros y sus construcciones conceptuales
(todo el día dedicado a eso) a una región diferente del planeta con
miles de caras concretas que me saludan, me estrechan las manos, me
sónríen, me escuchan, y me reciben. De un rincón de la Teología, paso a
un rincón del mundo con la magia de un localizador de billete de avión.
Una combinación de letras y números que parecen una fórmula mágica.

viernes, marzo 23, 2012






Diario Personal: Dando conferencias en Perú





En
estos momentos estoy escribiendo este post desde el ordenador de una
curia en Perú, donde me hospedo. Es bello vivir en un edificio colonial,
con la visión de estos jardines relajantes donde cantan los canarios
del arzobispo.

La verdad es que doy gracias a Dios que me
ha concedido conocer su mundo, la tierra que Él creó. El Orbe es grande,
prueba de ellos son las doce horas de vuelo de Madrid a Lima, mi
primera escala.

Nunca pensé que mi sacerdocio iba a ser
tan paulino. Es decir, que iba a haber tantos viajes, tanta predicación.
Siempre me imaginé en una parroquia dedicado a mi confesonario, mis
enfermos y catequesis. Sí, Dios me ha sorprendido. Siempre me sorprende
para bien.

Siempre he tenido una visión bondadosa de
Dios, aunque muy reverente por mi parte. Aunque algunas cosas me
sorprenden de su creación. Ayer vi un perro virongo. Un perro pequeño,
sin pelo, muy feo. Y mirándolo me preguntaba cómo Dios podía crear un
perro tan feo. Sí, hay misterios en la Creación.

jueves, marzo 22, 2012






Los curas (progresistas) que son la pera





He
escuchado hoy cinco minutos a un sacerdote en un reportaje de
televisión. Ese sacerdote a las preguntas del entrevistador ha dado el
típico sermón liberal de siempre: sacerdocio de la mujer, todo está mal,
quería casarse, no hay dogmas, etc.
Después, mientras yo hacía las
maletas para irme mañana a un viaje a Perú, donde daré unas
conferencias, pensaba que lo que decía ese sacerdote era una
contradicción. Si él no creía en los dogmas, ni en el Magisterio, ni en
la jerarquía eclesiástica, entonces ¿por qué tenía tanto interés en
cambiar a la Iglesia? Es decir, si tienes esa mentalidad, ya no
necesitas a la Iglesia.
No se me había ocurrido nunca este enfoque de
la situación. Si no crees en las reglas del juego, no necesitas
sentarte delante del tablero, ya no necesitas tablero. ¿Por qué entonces
tanto interés en cambiar a la Iglesia por las buenas o por las malas?
Desde un planteamiento antidogmático, no puedes estar enfadado ante una
Iglesia conservadora. No puedes estarlo, porque el asunto ya no va
contigo. Es como el que se enfada con los que se tiran en paracaídas
porque tú no te tiras.
No, ¡es que soy un amante de la libertad!,
dirá ese cura. Vale, pues entonces respeta a aquellos que usan su
libertad para vivir en esa Iglesia en la que no crees, para vivir según
esas ideas que no compartes. Ciertamente no se daba cuenta ese sacerdote
rebotado que vivía en una contradicción.
Estos amantes de la libertad son la pera: como amo mucho la libertad, los demás han de vivir la Iglesia como yo dicte.

miércoles, marzo 21, 2012






Una imagen vale más que mil palabras





Sí, sí, me he pasado un pelín con los anteriores posts. Vamos a ver si lo arreglamos un poco con Winnieh the Pooh.

Hace
unos días di una conferencia en Jerez de la Frontera (España). Estuve
mareado en las cuatro horas del viaje de ida. No pude leer más allá del
comienzo de La Conjura de los Necios. Menos mal que el médico que
llevaba en el asiento de al lado me explicó amablemente todo lo que
sabía sobre numismática y buceo.
Después en esa ciudad me esperaba un
laico (un especialista en liturgia) que me enseñó amablemente la
ciudad. Por la mañana, mi buen amigo el franciscano de Roma me enseñó la
cartuja. Tras la conferencia me encontré con un tercer amigo, de mi
tierra, con el que paseé un rato más. Todos los árboles estaban llenos
de naranjas. El aroma de árboles y plantas impregnaba muchos puntos de
la ciudad. Las iglesias eran excepcionales. Los propagandistas (que es
un grupo de personas dedicadas al apostolado) me invitaron a dar una
conferencia con el título La ausencia de Dios. Este grupo lo componía muy buena gente, eso se notaba.
Bien, bien, menos mal. Este post da gusto. Es como un amanecer dorado en un paisaje primaveral. Tanta crisis ya cansa.

martes, marzo 20, 2012






Ningún país del mundo puede aguantar un 45% de paro.Ninguno.





Otra
foto graciosa, a ver si animo un poco al personal al menos con las
imágenes. Porque los textos parecen sacados de Pesadilla antes de Navidad.

La
masa proletaria siempre era dibujada musculosa en los carteles
estalinistas, y mirando con energía y poderío, al frente ligeramente a
lo alto, como si allí estuviera el futuro. Esa masa era representada muy
frecuentemente con una gran maza de picapedrero. Siempre tenías la
extraña sensación de que estaban a punto de golpearte en la cabeza con
ese instrumento de trabajo. Yo le diría a esa masa proletaria que nos
guste o no nos guste, ha llegado el momento de empezar a hacer caso a
los economistas. La alternativa es mirar hacia otro lado.
Pero aunque
tratemos de humanizar el sistema –y debemos hacerlo-, el desequilibrio
entre la realidad del mecanismo productivo y las rígidas reglas del
mercado laboral es ya demasiado notable como para no notar la sangría de
puestos de trabajo hacia otros países que han optado por un mayor
realismo.
Aun así, podemos seguir haciendo como que no pasa nada. Me
imagino que un 23% de tasa de paro es un detalle sin mucha importancia. Y
tienen razón, uno puede negarse a admitir la realidad y seguir
negándose una y otra vez. El problema es que más allá de cierto índice
de paro, el sistema se tornará insostenible. No es simplemente que nos
empobrezcamos más, es que estamos preparando las bases para un gran
estallido social. Después vendrán los ayes. Y lo de siempre: ¿quién iba a
pensar?
Sí, cualquier economista le puede decir al paciente que con
una tasa de paro entre el 30% y el 35% de tasa de paro, como máximo, un
futuro de masas incontroladas resulta imposible de evitar. Masas
incontroladas protagonizando batallas campales en el centro de las
ciudades, asaltando oficinas bancarias, supermercados, tiendas.
¿Por
qué hay tanta diferencia para una nación por un 10% más de tasa de paro?
Pues porque cuando la tasa es pequeña, uno vive en una familia en que
un miembro productivo mantiene al resto. Conforme avanza esa tasa, son
más las personas que viven sin ningún ingreso. Cuando estos son un
cierto número de millones, la cosa es preocupante. Cuando la tasa está
entre los márgenes antes dichos, el estallido social es mera cuestión de
tiempo. Y no estoy hablando de un mero campamento de indignados.

lunes, marzo 19, 2012






Los sindicatos en España y los pobres





Los
post anteriores eran tan tétricos, que la foto es para dar un poco de
alegría al post. Lamentablemente su relación con las líneas que aparecen
al lado es más bien 0%.


Con un cierto orgullo puedo
decir que este blog ha anunciado las crisis financieras que se han
producido en los últimos años. Y que lo ha hecho con una precisión que
elogiaría decididamente, si no fuera porque es mi propio blog. Por todo
lo cual creo que puedo hablar con cierta autoridad sobre el tema. Aunque
también me gusta hablar de otros asuntos sin ninguna autoridad en el
tema. Otro campo favorito de mi blog son todos aquellos en los que no
tengo ninguna vela para esos entierros. El tercer y último campo en el
que me gusta introducirme es el de los berenjenales.
Bueno, el caso
los sindicatos en España se han convertido en empresas dedicadas al
mantenimiento de su propia estructura. Un sindicato es una empresa de
funcionarios con amplios intereses de poder a nivel nacional. Para un
sindicato los obreros son los peones que se usan para su particular
partida. El desprecio de los sindicatos a los verdaderamente
desfavorecidos es ya un clásico.
Pues bien, ahora toca huelga. Los
sindicatos saben que no servirá de nada, que sólo lo hacen porque tienen
que cubrir el expediente de que parezca que hacen algo. Cuantos más
conflictos crean, ofrecen la sensación de que son más útiles a la
sociedad.
Una huelga inútil de la que todos pagaremos la factura.
Pero mantener la imagen de los sindicatos bien vale unos cuantos miles
de millones de euros a la nación en estos momentos de bonanza. Bien,
bien, así todos vamos adelante.
Los sindicatos de izquierdas,
ideologizados, bien han demostrado de lo que son capaces en Grecia: el
barco se hunde, literalmente, pero hay que negarse a tomar el jarabe
amargo. Si se hunde el barco, que se hunda.
En teoría se supone que
el sentido común debería imponerse cuando el entero edificio económico
de una nación está colapsándose ya a trozos. Pero no, hemos aprendido
que incluso ante la inminencia del mismo final no tiene por qué
imponerse. Los mandíbulas sindicales no aflojan ni un milímetro, aunque
su presa literalmente sea arrastrada a las profundidades por escualos
mucho más tenebrosos.

domingo, marzo 18, 2012






¡Mi reino por un Roosevelt!




Con
el post de ayer se puede estar de acuerdo o no. Pero os aseguro que lo
he escrito con un conocimiento muy documentado de la Gran Depresión. El
post de ayer puede parecer una especie de socialdemocracia barata, pero
Roosevelt decía cuando le acusaban de ser un socialista los grandes
industriales: no se dan cuenta de que lo que estoy haciendo, lo hago
para salvar el capitalismo.
El post de ayer tampoco lo escribí
desconociendo el poder de los sindicatos en España. Lo escribí desde el
conocimiento. Pero desgraciadamente después de una reforma laboral y de
las medidas financieras sensatas, ya no hay más posibilidades. Es decir,
o lo que propuse o seguir destruyendo empleo.
La pobreza es algo muy
frustrante para el que la padece. La persona se siente degradada,
inútil. Uno tiene la sensación de que todos son felices menos uno. Uno
tiene la sensación de que la sociedad sigue su curso sin uno. La pobreza
afecta sobre el amor, sobre las ilusiones, sobre la visión del mundo.
Ha llegado el momento en que es el Estado el que tiene que tomar cartas
en el asunto de un modo proporcionado a la gravedad de la situación que
viven millones de seres humanos.
Un New Deal sólo puede ser fruto de
un Roosevelt. No se ve ninguno por aquí cerca. Así que los millones de
parados se levantarán hoy con la misma esperanza que ayer, ninguna.

sábado, marzo 17, 2012






La crisis económica en España: Roosevelt




Durante
varios años llevo dando vueltas al tema de cómo acabar con la crisis
económica que atenaza a Europa y Estados Unidos. Hoy en las próximas
líneas os ofreceré mi humilde receta para este enojoso asunto. Antes de
nada, ¿creo que mi post cambiará la suerte económica de Occidente? ¿Creo
que los primeros ministros y presidentes del Viejo Continente se
abalanzarán sobre sus teléfonos para gritar: tengo la solución?
Evidentemente, no.
Así que pendientes de la absoluta irrelevancia que pende sobre lo que vaya a decir, allá voy.
Primero
de todo, no tengo ninguna fórmula revolucionaria. No hay ningún truco
escondido en el sombrero. Normalmente en la vida los problemas se
arreglan con sentido común, dejando las fórmulas mágicas para resolver
el final de las películas.
Después de haber meditado mucho llego a la
conclusión de que en España (que está aquejada de unos problemas
específicos), sin dejar de hacer nada de lo que ya se está haciendo, el
Estado debería lanzarse a la creación masiva de puestos de trabajo de
baja remuneración.
Puestos de trabajo en ningún caso por encima del
salario mínimo. Incluso este post lo he retocado en una segunda
redacción, porque en su redacción original explicaba qué ingeniería
financiera podría usar el Estado para ahorrar al máximo. Y esos
malabarismos no dudo en que serían considerados demasiado severos por
todos.
Ahorrándome los detalles de mi idea, lo indudable es que el
propósito sería crear el máximo número de puestos de trabajo con la
menor cantidad de dinero.
¿Qué logramos con la creación masiva de
subempleo estatal? Logramos que millones de personas comiencen a tener
dinero que gastar, poco, pero dinero. Millones de salarios lanzados al
flujo comercial de una nación tienen un impacto en la creación de
demanda. Eso sin contar el hecho psicológico de que esas personas dejan
de estar sentadas todo el día en su sillón viendo la televisión
convencidos de que su vida es un fracaso.
La creación de, por
ejemplo, siete millones de subempleos con el sistema progresivo de pago
de los salarios, sin duda, tendría un impacto en el aumento de la
demanda y en la creación de un nuevo ambiente psicológico en la
sociedad. Eso sin contar con el dinero que el Estado podría ahorrar con
la contratación de ese subempleo.
Sé que lo digo parece la última
tontería de este blog. Pero sólo un New Deal a gran escala puede poner
en marcha la maquinaria económica de esta nación. Pues las raíces de la
parálisis financieras son también psicológicas. La disminución en cuatro
años o seis de un 30% del paro supondría poner en marcha el mecanismo
del crecimiento.
La Gran Depresión, esto poca gente lo sabe, se
prolongó durante una década. Y el país sólo salió de esa parálisis
financiera con la decidida política de Roosevelt de crear proyectos
faraónicos. Todos los economistas están de acuerdo de que sólo se salió
de ella enteramente con la ingente creación de puestos de trabajos
estatales que supuso la Segunda Guerra Mundial.
Sé que es una vieja
fórmula, pero funciona para despegar del suelo. Por supuesto que los
funcionarios actuales mantendrían todos sus derechos y privilegios. Pero
los nuevos puestos de trabajo deberían crearse, insisto, de forma
masiva y barata. Ésta sería una medida de emergencia, excepcional,
transitoria, pero es el único modo realista que se me ocurre para
empezar a crear demanda.
Ha llegado un momento en que hay que
reconocer que todos los demás remedios ya han sido probados, y seguimos
destruyendo puestos de trabajo. Y esta enfermedad ya dura desde el 2008.
Desde hace seis años ya llevamos probando muchas medidas, y seguimos
empobreciéndonos.

viernes, marzo 16, 2012






El arte de dar una conferencia (IV)




En
otros casos, es el placer intelectual el que te hace suplicar en tu
interior: por favor, por favor, que no acabe esta conferencia, que siga,
al menos diez minutos más. Y eso aunque el que hable sea el más
agnóstico de los hombres. Borges y Yourcenar eran grandes
conferenciantes. Sus conferencias suponían asomarse a sus mentes, obra
de Dios, obra que glorificaba a Dios por su mera grandeza intelectual.
Escuchándoles tenemos un atisbo de lo que puede ser la admiración por la
inteligencia de las entidades espirituales angélicas.

Sí, una
conferencia, transmita emoción, conocimiento o religión, puede ser una
hora y media impresionante. Pero después de leer estos posts, olvidaos
de lo leído. El conferenciante normal llegará, se sentará, os dirá lo
que podíais haber encontrado en la Wikipedia, beberá de vez en cuando de
su vaso de agua, seguirá leyendo aburriendo hasta a las ovejas, no
permitirá casi preguntas, dirá que le era imposible resumir todo en hora
y media, que ha hecho lo que ha podido, que tendría que haber seguido
hablando un par de horas más, al menos una más, se le aplaudirá, y cada
mochuelo se recogerá a su olivo, preguntándose de camino si es tarde
para cenar y no sería mejor tomar algo ligero. Aunque después se acaba
cenando en condiciones, ganando calorías y yéndose a la cama con el
estómago lleno. Con el estómago lleno y el cerebro lleno del runrún
interminable del señor que pasaba páginas leyendo infatigable y
lentamente.

jueves, marzo 15, 2012






El arte de dar una conferencia (III)




No
se me escapa, que cuando en los días pasados os hablaba de las
conferencias, pensaríais que me estaba refiriendo a charlas de tipo
religioso. Pues no.

Ciertamente que resulta mucho más fácil
entusiasmar a un auditorio hablando del Mal, del mundo angélico, de las
cruzadas, del III Reich o del Apocalipsis, que si tienes que hablar hora
y media de la literatura parnasiana francesa del siglo XIX. Un artista
también necesita materiales. Recuerdo una vez que tuve que dar una
conferencia sobre dos versículos de la Biblia. Los dos versículos más
imposibles que jamás me haya echado a la cara.

Pero no, no me
refería a las charlas religiosas en mis anteriores post, o por lo menos
no sólo a ellos. He conocido (a través de un documental) la emoción que
trasmitían las palabras de un guardia de las SS que hablaba de un campo
de concentración donde él estuvo. Recuerdo el impacto que produjo su
conclusión: Me he decidido a hablar en mi vejez, porque hay
ahora algunos jóvenes que niegan que existieron. Y eso no es verdad. Yo
estuve allí.


Os aseguro que
ese yo estuve allí, acompañado de su mirada, de su gesto al acabar la
última palabra, era impresionante, una de las cosas más impresionantes
que he escuchado nunca. Leerlo no hubiera sido ni una sombra de la
palabra hablada.

(Seguiré mañana)


miércoles, marzo 14, 2012






El arte de dar una conferencia (II)




Escuchar
una buena conferencia es uno de los mayores placeres de la vida. Pero
son muchos los que no distinguen entre la labor concienzuda de la
escritura y el arte de la conferencia. El gran Borges, del cual soy
rendido admirador, era muy bueno dando conferencias y muy malo cuando
era entrevistado. Ni siquiera entrevistado en profundidad, largo tiempo,
dejaba de ser superficial y aburrido. Mientras que si lo dejaban hablar
por sí mismo, solo, era grandioso e insuperable.

Charles Dickens
todos dicen que era insuperable como conferenciante, algo portentoso.
Eso sí, hoy sabemos, que se preparaba las conferencias con el mismo mimo
y rigor con que Fidias tallaba cada detalle de sus esculturas. En esto,
como en casi todo, la improvisación lleva a lo trillado, a los lugares
comunes.


Cuando un ser humano ha dejado el sillón de
su casa, se ha subido en su coche, se ha desplazado durante al menos
veinte minutos, ha aparcado y ha esperado unos diez minutos, sólo para
escucharte, merece la pena que prepares meticulosamente lo que vas a
decir. Que lo prepares con mimo, con precisión. Que hagas de tus
palabras un arte. Si no, la conferencia se la hubieras podido enviar por
e-mail y hubiera sido lo mismo. En muchos casos es así. En otros,
pocos, la conferencia es una experiencia intelectual. Una experiencia
que te puede emocionar, que te puede hacer llorar. Algo que comentarás
durante días, que puede dejar un recuerdo duradero durante meses. En
algunos casos, me consta, una conferencia puede cambiar la vida de un
ser humano para siempre, y que haya un antes y un después de esa
conferencia.

martes, marzo 13, 2012






El arte de dar conferencias



En la foto he colocado un anillo que creo que lo fue de un Papa. Aunque este dato no lo puedo presentar como seguro.

Como
algunos de los que me leen, trabajan en el mundo académico. Me he
permitido abundar un poco más en el tema del que escribí unas líneas
ayer.

Nunca insistiremos suficientemente en que la presentación
del conferenciante no es ocasión para ofrecer una miniconferencia. Una
presentación no debería durar más allá de un minuto. También es un error
de algunos presentadores fijarse en los detalles más intrascendentes a
la hora de presentar al conferenciante.

Dar conferencias, y yo
doy bastantes, es un placer. El placer de transmitir conocimientos,
discursos racionales, de participar la visión de nuestro intelecto a
otros intelectos. Se trata de una comunicación de razón a razón. Para
ello usamos las palabras, los conceptos, en una sucesión de frases que
tienen su música, que están cargadas en algunos momentos de emoción. Una
conferencia, frente a un escrito, está cargada de vida. Es algo único e
irrepetible. Por supuesto, que estoy hablando de un gran
conferenciante, también los hay que se limitan a leer un papel delante
en tono monocorde y a decir al final que ya no hay tiempo más que para
dos preguntas.


lunes, marzo 12, 2012






El arte de presentar en una conferencia



En el dibujo se me ve dando una conferencia en Roma ante un atento y religioso auditorio.

Hace unos días recibí este e-mail:Buenos
días D. José Antonio: Me han asignado el honor de presentarle en las
Jornadas. Le agradecería, si buenamente puede, que me diera alguna idea
de cómo piensa enfocar el tema para que mi presentación tenga alguna
coherencia con su conferencia.Un saludo

Le contesté:Estimada X:
Ya
que tiene la amabilidad de preguntármelo, le sugiero que me presente
esencialmente con los datos que aparecen en mi curriculum.
Pero me
atrevo a sugerir una segunda cosa que veo que es un error bastante común
de los que presentan a los conferenciantes. La presentación del
conferenciante no es una introducción a la conferencia. Es meramente una
presentación del que va a exponer el tema. El conferenciante, sea cual
sea, ya hará una introducción.
Hacer una introducción por parte del
presentador, es arriesgarse a que el conferenciante después vaya justo
por el lado contrario a lo presentado o, incluso, que diga justo lo
opuesto a lo que se ha dicho en la presentación. Esto ocurre hasta en
los más prestigiosos foros.
Un saludo


domingo, marzo 11, 2012






Conclusión de los pasados post sobre obispos y sacerdotes




Si
las pasadas reflexiones han ido dirigidas al tema de los nombramientos
que un obispo hace en su diócesis, ahora me gustaría que nos fijáramos
que existe el mismo problema con el nombramiento de obispos por parte de
la Santa Sede. El mismo problema de los límites del conocimiento lo
volvemos a encontrar en el nivel superior.

El sistema de
nombramiento de obispos es el de la cooptación. El procedimiento
canónico es más complejo en sus pasos y procedimientos. Pero, al final,
se trata de una cooptación pura y dura. Lo cual nos ofrece una gran
verdad sociológica, válida para cualquier sociedad humana: un grupo como
grupo global elige lo similar para pertenecer al grupo. Es decir, el
obispo santo escogerá candidatos santos para el episcopado. El obispo
que viene del mundo académico tiende a escoger candidatos del mundo
académico. El obispo mundano tiende a escoger obispos con una proporción
semejante a la de él en cuanto a virtudes y defectos.

Es decir,
un grupo no escoje a lo mejor para integrarlo, sino que escoge a lo
similar. Esto es una regla sociológica que vale para todos los grupos.

A
esto se añade otra cuestión, todos los obispos conocen el famoso
episodio de San Bernardo. No lo voy a repetir aquí, pero al final el
santo viene a decir que para ser obispo hay que escoger al prudente. Eso
es cierto, nada hay que corregir a San Bernardo en sus palabras. Ahora
bien, muchos obispos reconocen las carencias de algunos de sus
candidatos, pero añaden que como la necesidad de la prudencia en el
candidato debe prevalecer, ése debe ser preferido a otros nombres.

A
eso habría que decir que en la Iglesia Católica hay 500.000 sacerdotes.
No hay ninguna necesidad de escoger a alguien con carencias,
escudándose en que la virtud de la prudencia resulta prevalente en él, y
que no hay mejores alternativas. Se puede escoger para el episcopado a
aquellos que son notables por su ciencia, por su vida espiritual y por
su prudencia. No hay ninguna necesidad de tener que escoger entre estas
facetas. Todos los candidatos pueden estar dotados de las tres en modo
notable. Las carencias en los candidatos provienen de las carencias de
los cooptadores que no las perciben como tales.

¿Cómo reformar la
situación? Tengo mis ideas. Como creo que las tiene cada uno de los
sacerdotes de la Iglesia Católica. Ahora bien, exponerlas iría más alla
de los límites de este blog. Así que me las guardo. Pero la clave de
todo está en la espiritualidad, evidentemente. Con esto no descubro
ningún mediterráneo. Después de veinte siglos ya está todo descubierto.
Al final, el hombre que vive en Dios transmite la Buena Nueva en torno a
sí. El dedicado a la admnistración, y sólo a la administracion,
transmite una atmósfera funcionarial. Pero que ningún cura critique en
su corazón a nadie de arriba, si se fija verá que los mismos defectos de
una Curia están habitan en una rectoría. Ni siquiera los laicos
deberían ser duros con el clero: acaso tú que crees, vives de forma
perfecta tu fe en Cristo. Así que recemos los unos por los otros, si
vemos un defecto digámoselo al interesado, y no juzguemos ni en nuestros
pensamientos. Si mi escrito hace que recéis más por el clero, me doy
por satisfecho.

sábado, marzo 10, 2012






Relación obispo-sacerdote: límites filosóficos (V)




Ha
sido objeto de mi meditación en los pasados días el versículo en el que
Jesús nos enseña que pidamos al Amo de la miés que envíe trabajadores a
su miés. No sería poca cosa que empleáramos mejor a los obreros de los
que ya disponemos. Con una cierta frecuencia observamos a lo largo de la
Iglesia difundida por todo el Orbe, que un magnífico pastor se queda
hasta su muerte en una minúscula parroquia. Eso siempre es un premio
celestial para ese pequeño rebaño, pero una pérdida para la diócesis, y a
veces hast para la Iglesia Universal. He conocido pueblos pequeñísimos
con un pastor que hubiera sido un eximio arzobispo de Nueva York,
alguien del que se hubieran acordado durante generaciones, alguien que
hubiera realizado una verdadera reforma y hubiera puesto en marcha todo
tipo de iniciativas.

Por el contrario, he conocido grandes
parroquias, inmensas, a veces, de las mejores de una archidiódesis a las
que se les había puesto como pastor a un ministro totalmente
inadecuado. Y digo inadecuado, siendo muy generoso. En algún caso, a
alguno yo no le hubiera confiado ni la más pequeña aldea del más
apartado confín del mundo. La gran pregunta en algunos casos era ¿cómo
había logrado llegar a ser párroco de una de las más importantes
parroquias de tal o cual archidiócesis? Misterios de la vida.

Cuántas
veces he visto en Roma que la diócesis ha enviado a estudiar a uno que
desde el primer día deja claro un mensaje: odio los libros y siempre los
odiaré con todo mi corazón. ¿Por qué justo se envía a estudiar al que
siente nula vocación por la dedicación a la Teología? Se podrían poner
ejemplos y más ejemplos de piezas descolocadas en el tablero.

Sí,
ya sería mucho si optimizamos el uso de lo que ya tenemos. Si usamos
los obreros de la viña del mejor modo posible. Pero, claro, eso supone
el conocimiento del ser humano que tenemos delante: sus ilusiones, sus
proyectos, su vida espiritual, y sobre todo la objetividad de sus
capacidades.

viernes, marzo 09, 2012






Relación obispo-sacerdote: límites filosóficos (IV)




Si
esto es así con un trato más frecuente, qué podremos decir de las
conversaciones en un despacho. Creo que ya está respondida la cuestión
de si podemos conocer a alguien por sentarnos en un despacho y departir
con él media hora. Aunque lo hagamos eso tres veces al año, ¿creemos que
la apariencia de ese sujeto en ese despacho se corresponderá con su
obrar fuera de esas cuatro paredes y ese sillón? Aunque obispo y
presbítero se quedaran encerrados durante ocho horas en ese área
delimitada, el ser de la otra persona seguirá inconscientemente oculto
detrás de los velos, que existen en un cura que sabe que el que tiene
enfrente es el obispo.

Incluso los informes después de varios
años en un pueblo, sólo nos darán un dato que, como he dicho, primero no
son de fácil constatación estadística. Saber si una parroquia está
contenta o no con su párroco no es tan fácil como un recién llegado
puede suponer. Siempre hay recién llegados que creen captar el sentir de
un pueblo sin gastar demasiados minutos. Oh, bendita candidez. Pero si
el hecho, de por sí, es de difícil aprehensión, más difícil es su
interpretación. Aunque un pueblo no esté contento con su pastor, ¿qué
significa eso? Cuando en Cafarnaum la mayoría dejó a Jesús, los informes
de la mayoría hubieran sido negativos. Cuando la mayoría en Jerusalén
gritó que se crucificara a Jesús, los informes hubieran sido no
negativos, sino muy negativos.

Al final, los obispos tienen que
hacer lo que pueden. No hay otros caminos. Pero no debemos engañarnos,
el ser del sujeto que tengo enfrente de mis ojos sigue siendo
desconocido, seguirá siendo un misterio y hay pocas vías de penetrar más
allá de las apariencias. Su ser con sus potencialidades sólo serán
conocidos en el más allá, en el Juicio Final. En el fondo es un problema
gnoseológico. La eterna pregunta acerca de los límites del
conocimiento.

Estas líneas no son una crítica, únicamente son una
constatación. Una constatación de nuestras limitaciones. No es poca
cosa comenzar a entender cuáles son las fronteras de nuestras
posibilidades. Ya eso no es poco.

jueves, marzo 08, 2012






Relación obispo-sacerdote: límites filosóficos (III)




Se
pueden pedir informes a los parroquianos. Sí. ¿Pero qué informes
hubiéramos recibido de Jesús en el caso de haberlos solicitado? Si
pidiéramos cuatro informes, estadísticamente podríamos quizá tener un
25% de posibilidades de que los cuatro informes fueran completamente
negativos. Si una cuarta parte de los que escuchaban a Jesús, se
hicieron una idea negativa de Él, pidiendo 50 informes sólo un 25%
serían negativos. Pero si pedimos 25 informes, la posibilidad de
acumulación de, digámoslo así, sucesión de bolas negras, se duplica. Y
si volvemos a dividir por la mitad esa cifra de informes, 13 informes
nos ofrece cuatro veces más de posibilidades de que todas las bolas sean
negras frente al índice inicial. Dado que pedimos 13 informes, es
decir, sacamos 13 bolas, el índice sigue siendo bajo de posibilidades
consecutivas. Pero con cuatro informes, es del 25%. Lo cual es lo mismo
que meter la mano en una bolsa donde hay tres bolas blancas y una negra,
y que saquemos la negra.

Esto nos da la medida de lo complicado
que es saber la verdad.¡Es que los cuatro informes son negativos! Y más
complicado si nos damos cuenta de que en la medida en que alguien sea
más renovador, más difícilmente será comprendido. Los informes sobre
John Henry Newman eran continuamente desfavorables, sencillamente porque
existía un desnivel entre su nivel intelectual y su agudo modo de
percibir las cosas, frente a las medianías que le rodeaban. En la medida
en que un elemento sea sustancialmente más perspicaz que el elemento
humano que le rodea, aumentan las posibilidades de que las bolas negras
se acumulen. A no ser que dedique toda esa perspicacia en el arte de la
doblez y el fingimiento en orden a caer bien, en cuyo caso el índice de
bolas blancas aumenta. Pero todo sujeto que tenga otro propósito en la
vida que caer bien y sonreir, contará con su inevitable cuota de bolas
negras.

miércoles, marzo 07, 2012






Relación obispo-sacerdote: límites filosóficos (II)




Un
sacerdote de esta residencia, lo conozco desde hace tres años, este año
lo han cambiado de habitación. Antes dormía en un ala de este viejo
palazzo bastante lejana. De hecho, llegar a su habitación (la más
distante, donde viven sólo cuatro residentes) le llevaba no menos de
cuatro minutos: pasillos varios y dos escaleras. Con eso ya os hacéis
una idea de las dimensiones de este inmueble. Bien, el caso es que ese
cambio de habitación que nos lo ha acercado a un pasillo de esta ala, ha
supuesto que varios cambiáramos radicalmente la concepción que teníamos
de él, y nos la ha cambiado a mejor. No voy a entrar en detalles, pero
ahora sabemos facetas de él que nos han hecho cambiar ciertas opiniones
generalizadas que había acerca de él.

Obsérvese que vivíamos con
él, dos años juntos. Y este tercer año ha sido decisivo para hacernos
una idea integral de este viejo residente. La visión que teníamos ha
mejorado sustancialmente. Si existe esa dificultad de conocer al otro
aun viviendo con él, qué podemos decir de aquél con el que ni siquiera
vivimos.






Seguiré mañanacon el tema

martes, marzo 06, 2012






Relación obispo-sacerdote: límites filosóficos (I)




Hoy,
por la mañana, tras levantarme de la cama, cuando me he dirigido a la
capilla, iba con el pesado libro de la Biblia, para meditar el Evangelio
de San Mateo, que es el tema de mi oración desde hace más de mes y
medio.

Pero una vez sentado en el banco me ha venido a la mente
un tema, digamos filosófico, que me ha despistado todo el rato. Cuando
me he dado cuenta de ello, ya había pasado casi media hora. Lamento esa
distracción involuntaria, pero al mismo tiempo aprovecho para
participaros el tema. Lo que me ha despistado de asuntos más altos, es
la dificultad de un obispo para conocer a sus sacerdotes. En este punto,
sobre el que nunca había meditado hasta hace unos meses, hay una
dificultad casi gnoseológica.

Los obispos para conocer a sus
sacerdotes tienen reuniones diocesanas, asisten a veces a reuniones de
arciprestazgo, conversan personalmente con los sacerdotes cuando piden
ser recibidos en palacio, etc. Este sistema hasta este año me había
parecido más que suficiente para proveer a los cargos. Y ciertamente no
hay otro. ¿Pero realmente llegamos a conocer al otro por observarlo
durante unas cuantas reuniones, por charlar con él unas cuantas
ocasiones o incluso en muchas ocasiones? ¿Realmente conocemos a la
persona, sus capacidades de trabajo, sus potencialidades, la vida
espiritual subyacente?

Cuando uno llega a una residencia
sacerdotal, como en la que vivo, puedo aseguraros que no se conoce a
alguien hasta al cabo de un año, por lo menos. Y eso viviendo juntos,
compartiendo las tres comidas del día, paseando, charlando, teniendo
diarios actos de devoción comunitarios, que en esta casa son de
presencia preceptiva. Os puedo asegurar que en tres o cuatro meses uno
sólo se hace una idea. Idea que va siendo cambiada, ampliada, a vees
completamente reformada, en los meses siguientes. Sólo al cabo de un año
tienes el mapa completo del sujeto que toma su sopa sentado delante de
ti. La idea que uno tiene de alguien se ve alterada, a menudo, por
hechos que suponen un cambio radical de esa imagen que nos habíamos
formado.


Seguiré mañana con este tema.

lunes, marzo 05, 2012






La vida espiritual de un cura: unos apuntes personales



Hoy
he leído una cosa preciosa, en un libro del entonces Cardenal
Ratzinger. Decía que al principio la misa se celebraba el sábado al caer
el sol, como recuerdo de la Última Cena. Pero que, al final, se pasó a
la celebración de la misa por la mañana el domingo. Lo cual implica la
celebración de la Resurrección.

Eso que he leído me ha encantado.
No lo olvidaré cada domingo, por lo menos haré por no olvidarlo. Ir a
misa la mañana del domingo es el ir al encuentro de Jesús Resucitado. La
Transubstanciación es la aparición de Jesús (con su cuerpo) en medio de
nosotros.

Ah, la misa. Me gustan las grandes liturgias
basilicales, me gustan las misas que presido en una pequeña iglesia de
pueblo. A veces, me gusta celebrar misa yo solo (aquí en Roma) en un
altar lateral de un antiguo templo. Tiene especial emoció para mí la
misa crismal, cuando nos reunimos todos los sacerdotes con nuestro
obispo. Cuando concelebro, prefiero no ser el celebrante principal,
porque esto me permite concentrarme más en el misterio, me permite como
sumergirme más libremente en mis propias meditaciones. Porque sí, en la
misa se puede meditar, imaginar, hacer breves oraciones personales en
silencio: pidiéndole por esto y por lo otro. Lo bueno de celebrar a
solas en un altar lateral, es que te puedes detener cada vez que quieres
meditar sobre un rito o una plegaria. Eso sí, donde sí que me invade
una alegría del todo sobrenatural, es en la Misa de la Vigilia Pascual.
Por alguna razón es como sentir la alegría de contemplar la
Resurrección.

Mi vida espiritual tiene pocos actos: la meditación
y la lectura, por un lado, y por otro lado la misa. Esencialmente es
esto. Bien es cierto que hay que añadir el ir sucediéndose de las horas
canónicas. Pero para mí es en substancia: meditación y misa.




domingo, marzo 04, 2012






Las misas estacionales de Roma



Qué
práctica tan enriquecedora para la vivencia de la liturgia, es el
diario recorrer Roma para asistir a esta práctica antiquísima. Ya
expliqué anteriormente que existe una tradición en esta urbe, de que en
cuaresma se celebra una misa estacional cada día en una basílica
distinta. Así, durante los cuarenta días se recorren las más antiguas
basílicas, algunas muy pequeñas, algunas todavía preservadas en su
primitiva apariencia. En muchas de ellas están enterrados los cuerpos de
los antiguos mártires. Estar allí, donde fueron sepultados los
primeros, donde se reunieron a orar a Dios los cristianos de aquellas
generaciones ya tan lejanas, supone una especial emoción. En algunas de
estas basílicas se celebra la misa estacional con una gran liturgia. La
misma acción de desplazarse ya es como una pequeña peregrinación.
Normalmente todas están en el centro de Roma, eso supone media hora de
distancia en cualquier dirección.

La misa, la Última Cena, el
altar, el Misterio del Cuerpo de Cristo, los presbíteros sentados en el
presbiterio, los fieles atendiendo a la proclamación de la Palabra que
nos hablará hoy, un sucesor de los Apóstoles presidiendo, el cáliz
adonde desde los Cielos se derramará la sangre de Cristo. Todas estas
cosas son alimento para el alma.

Por muy trasto que sea uno, ¿a quién no le transforman estas cosas?


sábado, marzo 03, 2012






La habitación de un clérigo que se doctora en Roma




Esta
habitación en la que me hallo, ha sido mi universo durante tres años de
tesis doctoral. Pocos libros. Todos esperan ordenados y formales en dos
baldas del armario. Todo lo que he podido lo he leído en formato
digital. Ya en Alcalá era siempre partidario de usar las bibliotecas en
vez de comprar. Una gran pantalla de ordenador. Amplia, para poder leer
con grandes letras y situadas a metro y medio de distancia. Sea dicho de
paso, también uso mucho un programa que me lee con voz natural los
documentos. Pero las cosas de la tesis, las leo en la pantalla, puedo ir
mucho más rápido.

Poca ropa en el armario al lado del armario de
los libros. Todas mis prendas negras y blancas. Unos zapatos que yo
llamo universales, porque los escojo para que me sirvan para todo. Con
ellos puedo ir a un lugar de etiqueta y al campo. Con su gruesa suela de
goma no importa que llueve. Llevo esos zapatos todo el año, invierno y
verano. Son perfectos, me costaron 15 euros. Lugar: Los Guerrilleros, en
Alcalá. Siempre escojo los zapatos de forma que me los pueda meter con
facilidad sin atar cada vez los cordones. Si no cumplen esa condición
cuando me los pruebo, se quedan en la tienda.

Dos sotanas. Una es
la que siempre llevo, pero podría suceder un imprevisto que hiciera que
la tuviera que reparar. Por eso tengo una segunda, que, la verdad, no
uso nunca porque la tela me resulta más antipática, me da más calor.

Sobre
la mesa nada. Me gusta tener la mesa siempre limpia, vacía de cosas.
Las cosas sobre la mesa es como si me recordarán que tengo cosas que
hacer. Sobre la mesa no hay nunca ni un papel, sólo mi teclado y el
ratón, inalámbricos, negros. Sobre la mesa hay dos cosas únicamente,
sólo dos: un crucifijo gótico de metal, muy bonito, bonito de verdad, y
un versículo de la Biblia. Cada día suelo cambiar ese versículo que
repito y medito.

En mi habitación también hay un gran cuadro de
la Virgen de Guadalupe en un magnífico marco, regalo de una familia
mexicana. Bajo ese cuadro, a sus pies, está una biblia que me compré al
llegar a Roma. Una biblia que debe pesar sus buenos cinco kilos. Me
apetecía tener una biblia que expresase la magnificencia de la Palabra
de Dios. Ésta tiene una buena traducción y es bella, las dos cosas.

También
compré al llegar a Roma un buen sillón. Dado que iba a pasar buena
parte del día sentado en mi mesa de trabajo, quería un asiento cómodo y
agradable. Alguien lo disfrutará cuando yo me marche de la habitación.

viernes, marzo 02, 2012






Ya tenemos al nuevo Don Peppone de Italia: Mario Monti



Mario
Monti, el primer ministro itaiano, ha decidido no eximir a la Iglesia
de impuestos. Más que nada para que se vea que él no está bajo las
órdenes de los curas y las monjas. Esto de darse un barniz de
progresismo es algo que se lleva entre los que no son de izquierdas. Un
barniz que no le cree muchos problemas, algo que deje claro quién manda
aquí.

Estas cosas están de muy buen ver y dan prestigio. Y dado
que la economía no da alegrías, pues siempre queda el recurso de
distraer a personal soltando los perros a los curas.

La Iglesia
es la que mantiene los templos de Roma. La Iglesia, no la República. La
Iglesia es la que ayuda a los pobres. Ésta es una frase hecha, pero en
la que se invierte mucho dinero cada semana. Dinero y miles de horas de
voluntarios y religiosos. Pero eso no cuenta: aquí como todos. No son
pocos los cardenales que ha recogido dinero en sus diócesis para reparar
las basílicas. Pero eso no vale para el primer ministro.

El
Estado Italiano ha dado muestras de despilfarrar el dinero de un modo
escandaloso. La corrupción es mucho mayor que en España. ¿Y qué se le
ocurre a la lumbrera de Monti? Hacer pagar a la Iglesia.

Los
políticos son los maestros de hacer excepciones cada vez que les
apetece. Para empezar ellos controlan las leyes. Pero eso sí, a la
Iglesia se le tiene que exigir el reglamento entero, hasta la letra
pequeña. Ah, y eso sin contar todo lo que el Estado Italiano le robó a
la Iglesia el siglo pasado: en Roma se quedó con todos los conventos que
le apeteció. Es increíble la avidez que todos los Estados y Ezquerra
Republicana suelen tener por los conventos.

Pero eso sí, estoy
seguro de que Monti no logrará aprobar la ley para quitar la exención de
la Iglesia. Porque aquí en Italia los obispos son como cien Don Camilos
con mitra. Y no hay nada en este mundo que pueda detener a un centenar
de Don Camilos que no se arredran ante nada.


jueves, marzo 01, 2012






Los Simpsons: historia de una decadencia (III)




Si
en la primera parte de estos post, hablé de los aspectos positivos de
la serie. Si en la segunda parte, hablé de su decadencia. En esta
tercera parte, quería fijarme de un aspecto muy negativo.

La
serie es graciosa, sí, pero debajo de ella subyace una intención muy
clara de atacar la religión cristiana. En sus capítulos, por supuesto,
jamás encontraremos un ataque al judaismo o al islam. Y eso me parece
bien. Pero sí que hay una decidida voluntad de dejar mensajes negativos
respecto al cristianismo.

No son mensajes subliminales. Esos
mensajes se dan de forma abierta, sin pudor. Los Simpsons una y otra vez
transmiten la idea de que todos los pastores cristianos son personas
falsas, en las que reina la avaricia y carentes de sentimientos humanos.
Y eso sin contar con los capítulos en que directamente se hace una
parodia de textos bíblicos, esos capítulos no los vi, cambié de canal.

Los Simpsons no son un entretenimiento neutro. Sin ninguna duda son anticristianos. Y transmiten muy eficazmente ese mensaje.

Por
otra parte, son dibujos que no deben verlos los niños. Porque también
transmiten la idea de que la rebeldía ante los padres es algo bueno. La
relación padre-hijo que se muestra allí cada día durante media hora, es
muy negativa para la formación de los niños. El niño puede recibir un
sermón los domingos acerca de cómo debe ser su relación con su padre.
Pero esta serie la verá cada día. Y al final los niños tienden a imitar
lo que ven.

Por eso, aunque Los Simpsons son parte del arte del
siglo XX, su influjo ha sido muy pernicioso en lo que realmente importa.
Y considero que en definitiva han hecho mucho más mal que bien.
 

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