miércoles, 22 de marzo de 2017

Ciencia y Medicina

Ciencia y Medicina

























Medicina en la Época Victoriana





Con la mejora de las deplorables
condiciones en las que vivían en las ciudades las familias trabajadoras,
los sistemas sanitarios y los avances médicos comenzaron a evolucionar
provocando cambios revolucionarios en todos campos de la medicina.
Muchos de esos cambios fueron el inicio de la medicina moderna. Los médicos, “physicians”, tuvieron
que enfrentarse, por la puesta en práctica de las nuevas técnicas, a un
sinfín de controversias, muchas de ellas promovidas por la iglesia, que
veían en ellas una manera de contrariar la voluntad de Dios y lo que
ellos consideraban “la ley natural”.
Uno de los pioneros en estos cambios fue el ginecólogo James Simpson.


James Young Simpson fue un doctor escocés que aplicó, por primera vez,  el cloroformo
como anestesia para los partos especialmente difíciles y dolorosos. De
hecho, el descubrimiento del cloroformo como anestésico y sustitutivo
del éter fue puramente casual. Se cuenta que Simpson se
reunía con otros médicos para probar ellos mismos nuevas sustancias que
pudieran tener utilidad en el campo de la medicina.  Una noche la
sustancia de prueba fue el cloroformo y Simpson observó como sus amigos quedaban inconscientes y no se recuperaban de esa inconsciencia hasta algún tiempo después.
Viendo que esta sustancia era más eficaz como “adormidera” o
anestésico que el éter decidió promover su uso en la cirugía y
utilizarlo en aquellos partos especialmente dolorosos. Además corrigió
el método de administración, ya que él demostró que la administración
por medio de una toalla  o una esponja empapada en cloroformo, era más
efectiva que por inhalación
Aunque el doctor Simpson tuvo
seguidores, fueron muchos los doctores que no se fiaban de la nueva
sustancia y siguieron usando el éter. Uno de los mayores obstáculos con
los que encontró Simpson fue con la religión, que
consideraba que el parto y nacimiento implicaban dolor y atenuar ese
dolor iba en contra de la voluntad de Dios.
Afortunadamente, poco a poco, las ideas de Simpson fueron encontrando más seguidores que detractores y hoy es considerado como uno de los padres de la anestesia moderna.
William Bowman,
médico, anatomista y oftalmólogo británico,  fue uno de los
investigadores médicos que más han contribuido al avance de la medicina.
Sus estudios de los órganos humanos a través del microscopio trajeron
descubrimientos revolucionarios a la ciencia médica y quirúrgica. Su
primera investigación importante fue el estudio del músculo estriado,
aunque uno de sus mayores descubrimientos fue la Cápsula de Bowman,
unidad renal donde se realiza el filtrado de las sustancias de
excreción. Este hallazgo supuso un gran avance en el tratamiento de las
enfermedades renales.
Pero su afán por el estudio de la anatomía por medio del microscopio le llevó a lograr otros avances en el campo de la ciencia: los descubrimientos de la Glándula de Bowman, glándulas olfativas, o, más relacionado con su especialidad oftalmológica, la Membrana de Bowman, una de las cinco capas de la córnea.


William Bowman fue nombrado Caballero del Imperio Británico por la Reina Victoria, por sus contribuciones al desarrollo de la medicina.


Benjamin Brodie
fue un cirujano británico cuyas investigaciones se centraron en los
estudios de los huesos y las articulaciones, sus dolencias y los
posibles tratamientos, todos ellos encaminados al logro del descenso en
el número de amputaciones de los miembros, tan común en la época.
La gran repercusión de sus estudios le
reportaron el nombramiento de Presidente del Colegio Médico Británico,
cargo que aprovechó para difundir la necesidad de trabajar en la
investigación médica por encima de otras cuestiones ajenas a la ciencia.
Fue nombrado baronet por la Reina Victoria, ya que trató como médico a miembros de la familia real.
William Budd fue un doctor de la época victoriana especializado en epidemiología. Tomando como base los trabajos sobre las epidemias y su difusión de su colega contemporáneo John Snow, Budd
estudió como la leche y el agua eran los principales difusores del
contagio de enfermedades tan graves como el cólera y el tifus, que
causaban auténticas epidemias y miles de muertes al año.
El trabajo de William Budd no sólo supuso un gran
avance en la medicina sino que sirvió como revulsivo para que las
autoridades se preocuparan más de las condiciones higiénicas de las
ciudades  en general y  del sistema de aguas en particular, como
principal difusor de los contagios. En la primera ciudad en la que se
llevó a cabo este saneamiento de aguas fue en Bristol.


Joseph Lister, cirujano inglés aprendió los métodos de su oficio y la investigación científica de la mano de su padre Joseph Jackson, uno de los primeros investigadores que usaron el microscopio como principal instrumento de estudio médico.
Una de las principales preocupaciones de Lister como
médico cirujano, era el alto porcentaje de muertos a causa de las
infecciones producidas por las heridas  y por los cortes producidos
después de una intervención quirúrgica.
En su trabajo como cirujano en la Royal Glasgow Infirmary desarrolló un método de asepsia y antisepsia
mediante el sometimiento del instrumental quirúrgico al calor, como
método de desinfección. Después de estudiar las conclusiones de Louis Pasteur
sobre los microorganismos bacterianos, llegó a la conclusión de que la
mayor parte de las infecciones contraídas en las heridas eran de origen
bacteriano, por lo que una perfecta higiene y desinfección tanto del
instrumental como de las manos del médico eran fundamentales.
Para erradicar las infecciones probó con increíble éxito el uso del fenol como
antiséptico, no sólo para desinfectar los instrumentos de operación,
sino para lavar las manos de los cirujanos y para aplicarlo a las
heridas abiertas como bactericida. Después del uso habitual de este
método en los hospitales, las muertes por infección de heridas
disminuyeron en un número muy considerable. Lister fue también el inventor del pulverizador de gas carbólico como método antiséptico.
Los métodos del doctor Lister
se aplicaron en las curas e intervenciones médicas a los soldados de la
guerra franco prusiana demostrando su utilidad y con ello acallando las
críticas que el provocaron sus teorías sobre la antisepsia.
Además el doctor Lister introdujo el catgut
como hilo de sutura; este material “confeccionado” con hilos de
membrana del intestino del gato demostró ser muy eficaz como hilo para
coser las heridas y evitar infecciones, ya que al ser proteico era
reabsorbido por el organismo. Lo probó por primera vez en una
intervención que le realizó a su hermana y posteriormente se reveló como
uno de los mayores avances de la medicina.










Curiosidades de la Época Victoriana II







Sabías qué?
En 1859,  las teorías del naturalista inglés Charles Darwin
provocaron estupor entre la religiosos y conservadores victorianos.
Para una sociedad que tomaba la Biblia de un modo bastante literal,
sobre todo en lo que se refiere a los pasajes de la creación,  
la sugerencia de que las especies no fueron creadas tal y como las
conocemos, sino que podrían ser el resultado de una evolución, que duró
millones de años, resultó demasiado audaz.
La idea de que el hombre podría ser un
descendiente evolucionado del simio fue tan controvertida que tanto la
Iglesia, como la comunidad científica como gran parte de la sociedad
consideró las teorías de Darwin como invenciones sin fundamento.
Sabías qué?
Emma Wedgwood Darwin,  la esposa de Charles Darwin
escribió un cuaderno de recetas de cocina donde describía no sólo los
productos más característicos usados en la cocina victoriana, sino la
manera de cocinarlos.  Pero además Mrs Darwin anotó curiosidades y anécdotas personales de la vida familiar de los Darwin, convirtiendo sus cuadernos de recetas en todo un documento histórico de la vida familiar y más desconocida del genial naturalista inglés.
El libro es además un reflejo de la vida cotidiana y los gustos culinarios de la clase alta victoriana.
Los autores, Dusha Bateson y Weslie Janeway, recogieron 55 recetas de Emma Darwin y las recrearon y probaron, adaptándolas a los gustos actuales y editándolas en 2008 en un nuevo recetario titulado Mrs. Charles Darwin‘s Recipe Book: Revived and Illustrated,
donde conviven la historia, la época victoriana, la cocina y la
botánica contadas con sencillez y, al mismo tiempo, precisión por la
esposa de gran naturalista inglés.
Sabías qué?
No todos los victorianos aceptaron de
buen grado la nueva y competitiva sociedad industrial. Frente a la
competitividad, muchos propusieron otro tipo de empresa y de negocio
para permitir que toda la sociedad, especialmente los trabajadores
tuvieran acceso a los bienes de consumo.
Owen puede ser
considerado como el padre del movimiento co-operativista. El creía que
los trabajadores deberían tener acceso a la educación y a la formación,
para procurarse por sí mismos los medios de subsistencia, mediante
empresas y negocios gestionados por ellos mismos. Al mismo tiempo, los
productos ofrecidos en estas tiendas podrían proporcionar alimentación y
otros productos a otros trabajadores a un precio asequible.
Hoy en día en Gran Bretaña sigue existiendo el movimiento Co-op, que sería el heredero del sistema co-operative, y que sigue existiendo en los países de habla hispana como Cooperativas.
Sabías qué?
Tres de los valores fundamentales de la época Victoriana eran el orgullo, el idealismo y el patriotismo. La mayor parte de los victorianos  tenían gran confianza en el imperio y creían que duraría para siempre.
La literatura y las canciones populares
enfatizaban los logros conseguidos por Gran Bretaña durante este periodo
y estos valores representaban gran parte del éxito de la superioridad
británica ante el mundo.
Los deportes de equipo, que promovían el fair play, o juego limpio, la competitividad y el espíritu de equipo se hicieron muy populares durante este periodo.








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