Estudio bíblico: La resurrección de Jesús (2ª Parte) - Evidencia positiva
Serie: La resurrección
Autor: Luis de Miguel Email: estudios@escuelabiblica.com
La resurrección de Jesús (2ª parte)
Los lienzos funerarios estaban en orden
En cierto sentido, la tumba no estaba completamente
vacía, allí habían quedado los lienzos con los que el cuerpo de Cristo
había sido envuelto unos días antes.
1. La reconstrucción de los hechos
Después de que José de Arimatea solicitara el cuerpo
de Jesús, Nicodemo "vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes,
como cien libras" (Jn 19:38-39). No deja de sorprendernos la cantidad tan grande que prepararon, aproximadamente unos treinta kilos.
Luego, "tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo
envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es costumbre
sepultar entre los judíos" (Jn 19:40).
Estas especias aromáticas, compuestas de fragmentos de madera fragante
macerados en polvo, conocidas como áloes, se mezclaban con una sustancia
espesa llamada mirra. Empezando por los pies, envolvían el cuerpo con
la tela de lino. Entre los pliegues colocaban las especias mezcladas con
la mirra. Envolvían hasta las axilas, luego los brazos y el cuello. En
la cabeza se ponía una pieza separada que se conocía como el sudario.
Como podemos imaginar, el cuerpo quedaba
completamente atado, siendo muy difícil que uno mismo pudiera
desembarazarse de todos aquellos vendajes. Por ejemplo, recordamos lo
que ocurrió cuando Jesús resucitó a Lázaro: "el que había muerto salió,
atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un
sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir" (Jn 11:44).
2. ¿Qué vieron los discípulos cuando llegaron al sepulcro?
Cuando Pedro y Juan recibieron la noticia de que
Jesús había resucitado, fueron rápidamente hasta el sepulcro para
examinar por ellos mismos lo que había ocurrido.
(Jn 20:3-8)
"Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro. Corrían
los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y
llegó primero al sepulcro. Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos
allí, pero no entró. Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el
sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado
sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en
un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había
venido primero al sepulcro; y vio, y creyó."
(Lc 24:12)
"Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio
los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había
sucedido."
Aunque hasta ese momento no habían visto todavía a
Jesús resucitado, sin embargo, lo que vieron en el sepulcro fue una
evidencia tan importante para ellos que llegaron a creer. ¿Qué fue lo
que tanto les impresionó?
El texto nos dice que les llamó la atención la forma
en la que los lienzos y el sudario estaban colocados. No estaban
amontonados de cualquier manera, lo que habría sucedido si hubiesen sido
quitados a marchas forzadas por una banda de ladrones. Estaban encima
de la repisa exactamente igual que cuando el cuerpo aún estaba dentro,
excepto que algo allanados debido a la ausencia del cuerpo. Quedaba
claro que ningún ser humano había manipulado aquellos lienzos, y la
impresión que les debió producir es que al resucitar, el cuerpo de Jesús
había atravesado aquellos vendajes de la misma manera que en otra
ocasión se presentó en la sala donde estaban reunidos con todas las
puertas cerradas.
3. ¿Por qué el Señor dejó así los lienzos?
Como hemos dicho, fue una evidencia de que algo
sobrenatural había ocurrido, lo que ayudó a vencer la incredulidad de
los discípulos.
Pero también sirve para demostrar que el cuerpo de
Jesús no había sido robado ni manipulado por ningún hombre. No tiene
sentido pensar que unos ladrones, que estarían actuando bajo la tensión
de ser descubiertos por la guardia romana, se tomaran el trabajo de
quitar los lienzos con tanto esmero y después los dejaran allí
completamente colocados. En principio, lo razonable habría sido que se
llevaran el cuerpo tal como estaba, pero por otro lado, aunque hubieran
querido, tampoco habrían podido dejar todos aquellos lienzos en la
posición y el estado en el que fueron encontrados por los apóstoles.
El Señor pudo atravesar los lienzos, y también
podría haber atravesado la puerta sin que la gran piedra que la cerraba
hubiera sido quitada, pero al proceder tal como lo hizo, estaba dejando a
su paso claras evidencias de que algo sobrenatural había ocurrido, sin
que el hombre hubiera tomado parte en ello.
El Señor fue visto
La cantidad y la variedad de personas que en
diferentes circunstancias vieron al Señor después de su resurrección nos
ofrecen una evidencia abrumadora a favor del hecho que Jesús sí que
resucitó de entre los muertos.
1. El orden de las apariciones
- A María Magdalena y a las otras mujeres (Mt 28:8-10) (Mr 16:9-10) (Jn 20:11-18).
- A Pedro (Lc 24:34) (1 Co 15:5).
- A los discípulos en el camino de Emaús, al anochecer (Mr 16:12) (Lc 24:13-32).
- A los discípulos, excepto Tomás, en el aposento alto (Lc 24:36-43) (Jn 20:19-25).
- A los discípulos incluido Tomás, el próximo domingo por la noche (Mr 16:14) (Jn 20:26-29).
- A siete discípulos junto al mar de Galilea (Jn 21:1-24).
- A los apóstoles y a más de 500 hermanos y a Jacobo el medio hermano del Señor (1 Co 15:6-7).
- Lucas nos relata que cuando se tuvo que elegir un
apóstol en lugar de Judas, siendo que el requisito era que debía haber
sido testigo de la resurrección, aun así había ciento veinte que lo
cumplían (Hch 1:15,21-22). Y Lucas también nos dice que Jesús "después
de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables,
apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de
Dios" (Hch 1:3). - A los que presenciaron la ascensión (Mr 16:19) (Lc 24:44-53) (Hch 1:3-11).
- En (1 Co 15:8)
Pablo se añade a la lista de quienes vieron al Señor resucitado,
refiriéndose a su experiencia en el camino de Damasco: "y al último de
todos, como a un abortivo, se me apareció a mí". - También pudo haber habido otras apariciones que no han quedado consignadas: (Hch 10:40-41)
"A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase; no a
todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano,
a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los
muertos".
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