sábado, 11 de marzo de 2017

Experiencias Religiosas y Escrituras

Experiencias Religiosas y Escrituras










































sábado, 11 de julio de 2015





El Templo de Jerusalén y el Jardín del Edén


El templo de Jerusalén es un espacio que
reproduce la aspiración más profunda del judaísmo: el regreso al paraíso. Un
ejemplo de esta conexión entre paraíso y templo se encuentra en la creencia que
el Edén se encontraba geográficamente en la tierra de Israel o sobre el Monte
Moria, el sitio donde se ubicaba el templo. En el Apocalipsis de Moisés o Testamento de Adán  el entierro de éste se realiza en las regiones del paraíso en el lugar
desde donde Dios había encontrado el polvo
(40,5), esto es, en donde se levantaría el templo. Lo mismo sucede en la Vida de Adán y Eva  (latina) donde el primero expresa a sus hijos
el deseo de ser enterrado en el Este, en
el gran lugar donde descansa Dios
(45,3), que no es otro sino donde se
levantará el templo. En la tradición
rabínica adjudican el lugar donde Adán pronunció su último discurso en el monte
Moria, donde más tarde se levantaría el santo de los santos (midras al Sal
92,6; Pesiq Rab 43,2; Pirque R. El. 23; 31,; etc). En el tárgum de Gn 2,9
intensifica el hebreo “en el medio” que ubica el lugar donde se encuentra el
árbol de la vida en el Jardín por “en el medio del medio” dando a entender el
santo de los santos. Lo mismo explicita la Peshitta siriaca a Gn 2,9 que ubica
el árbol de la vida en la parte más
íntima del paraíso.
Mencionemos también al libro de los Jubileos que relaciona al santuario con
el Edén. En el capítulo sobre Noé este apócrifo identifica el Edén con el santo de los santos y la residencia del
Señor
(8,19).  El Jardín donde Dios
habita se compara con el monte Sinaí y con el monte Sion, ambos creados como lugares santos, uno mirando al
otro
(8,19). No olvidemos tampoco que el templo de Salomón era decorado con
motivos de un jardín, las murallas estaban cubiertas con palmas, las columnas
rodeadas de granadas. Para más detalles: Peter Thacher Lanfer, Remembering
Eden, p.135-139.

martes, 7 de julio de 2015






La Historia de Melquizedek (apócrifo cristiano)


La Historia de Melquizedek es
un apócrifo escrito en griego y atribuido a Atanasio, Patriarca de Alejandría
(295-373).  En este texto se habla de un
cierto Melqui, rey de Salem, hijo de Salaad y nieto de la reina de Salem. Melqui
se define en el texto como un pagano,
malvado, que ofrecía sacrificios a los ídolos
(2,1). Este Melqui  se casa con una mujer de nombre Salem y tiene
dos hijos, Melqui y Melquizedek. En cierta ocasión, mientras este último se
encontraba buscando siete terneros para sacrificar a los ídolos, elevó sus ojos
a los cielos y contempló al sol y
reflexionó sobre la luna y las estrellas…
y se dijo, “Si alguno hiso el cielo y la tierra, el mar y las estrellas, a él se
debe ofrecer los sacrificios, al creador de todas estas cosas”
(3,3).  Cuando el joven le explicó esta revelación
del Dios verdadero a su padre ocasionó una gran ira en éste, quien le advirtió
que de no traer los siete terneros le mataría. A pesar que el joven fue a
buscar los siete terneros, el padre planeo la idea de sacrificar a sus dioses
uno de sus hijos, pretexto para matar a Melquizedek sacrificándolo en el templo
de los doce dioses. La madre de Melquizedek, sin embargo, interviene y salva la
vida de su hijo, haciendo inevitable que Melqui Padre no tenga más remedio que
sacrificar a su otro hijo, Melqui Junior junto con otros quinientos tres niños
e incontable ganado. Cuando Melquizedek se dio cuenta de lo sucedido se
entristeció mucho y escapó a la cumbre del monte Tabor donde oro al Señor para
que todos los que asistieron al sacrificio de estos niños murieran. “Oh Dios, el Señor de todo, creador del cielo
y de  la tierra, te ruego, Único y
Verdadero Dios, escúchame en esta hora y ordena que todos aquellos que estaban
presentes en el sacrificio de mi hermano Melqui sean devorados por el lugar y
que este se convierta en un infierno
(8,2-3). El Señor escuchó sus oraciones y toda la familia de Melquizedek
junto con toda la ciudad desaparecieron. Entonces Melquizedek se enloqueció y
se internó en el bosque donde permaneció durante siete años, desnudo como cuando salió del vientre de su madre y
sus uñas llegaron a ser muy largas, su
cabello alcanzó sus lomos y su espalda llego a ser como la caparazón de una
tortuga
(9,3-6).  Luego de este
tiempo la voz del Señor le ordenó a Abraham ir al Monte Tabor y encontrar al
salvaje Melquizedek, afeitarlo, cortar
sus uñas, vestirlo y ser bendecido por él
(10,6). Y así ocurrió, tres días
más tarde Melquizedek ungió, bendijo y le dio su nombre definitivo a Abraham. Luego
Dios le dice a Abraham que el que ningún miembro de la familia de Melquizedek
haya sobrevivido sobre la tierra es la razón de por qué  no tiene
padre, ni madre, ni genealogía, no tiene comienzo de días ni fin de su vida,
sino que hecho como el Hijo de Dios él permanece para siempre
(Heb 7,3). Luego, Melquizedek encontró por segunda
vez a Abraham, entonces le dio el vino y el pan, y así él fue hecho como el Hijo de Dios, pero no de acuerdo a la
Gracia. Este llego a ser el primer prototipo de un sacrificio sin sagre del
Salvador, de ahí que se diga que Tu eres
sacerdote por siempre del orden de Melquizedek
(Salm 110,4) (13,4).  Para más detalles: La Historia de Melquizedek Trad. Pierlouigi Piovanelli, en Old Testament Pseudepigrapha (Ed. J.
Davila), p. 53-81).

martes, 23 de junio de 2015






La muerte de Jesús como el martirio del Justo (2Macabeos)








El 2Macabeos (I a.c.) es un libro que nos
permite entrar al entendimiento de la muerte de Jesús como martirio del justo y su relación con la resurrección. El contexto teológico de este documento es la de la
Alianza. El cumplimiento de los preceptos de la Tora garantiza al pueblo
escogido estabilidad y seguridad. De acuerdo a Dt 28-32 si Israel se mantiene
fiel


a la Ley el favor de Dios descansa sobre ella,
por el contrario, si se muestra negligente y se aviene a los modos de las
naciones extranjeras, Dios castigará esta conducta. Lo último explica el
temprano éxito de Antioco cuando entra a Jerusalén y se hace con los tesoros
del Templo (5,17-20). Dios corrige la infidelidad del pueblo también a través
de las persecuciones que sufre a manos de los infieles. Ahora bien,
más que un juicio final, la teología de la Alianza entiende estos
acontecimientos como manifestación de la misericordia de Dios (7,16b.33-35).
Dios está llamando a renovar la obediencia a la Alianza antes que se alcance el
punto de no retorno (6,14-15). De hecho es la respuesta fiel del pueblo y de
los líderes de la rebelión macabea lo que explica su éxito y la instauración de
la idealizada dinastía Hasmonea. Son las fieles madres judías y hombres queadhieren de verdad a la Ley (2Mac 6,10-11; 1Mac 60-64) hasta el punto del martirio (2Mac 6, 18-7, 42).  El martirio
se entiende como actos representativos de la obediencia de la Ley literalmente
hasta la muerte
, en nombre y a beneficio de la nación, para aliviar la ira de Dios en contra del
pueblo desobediente, con el resultado esperado que pronto mostrará misericordia a los justos (2Mac 7,37-38; 8,5). El
sacrificio de los mártires está acompañado, además, de la expectativa de la resurrección como una forma de vindicación divina (2Mac
7,9.11.14.23.29.36; 12,43-45; 14,46). Un libro posterior, el 4Macabeos, recoge
esta misma idea a través de la oración de Eleazar: Sed misericordioso con tu pueblo y dejad que nuestro castigo sea
suficiente por ellos. Haz que mi sangre sea su purificación, y toma mi vida
a cambio
por la de ellos
(4Mac 6,28-29). Luego del martirio del anciano
y otras nueve personas el autor del apócrifo menciona: El tirano [Antioco] ha sido
castigado, y la tierra ha sido purificada, ellos
[los mártires] han llegado a ser intercambio por el pecado
de nuestra nación. A través de la sangre de estos devotos y sus muertes como sacrificio
propiciatorio, la divina providencia ha preservado a Israel que previamente se
había descarriado
(4Mac 17,21-22).  Estos
textos son interesantes, también, porque guardan una relación con la teología
levítica tan importante en el Templo (Lev 17,11.22). Por lo tanto, la muerte de
los mártires tiene dos resultados: mueve a que Dios actúe a favor de su pueblo
para liberarlos, y la obediencia del pueblo se reaviva (4Mac 17,22; 18, 4. Todo
esto es precisamente el núcleo de la Teología de la Alianza (Dt 30,1-5). 
Para más detalles: David A. deSilva, The Jewish Teacher of Jesus, James, and Jude.

lunes, 15 de junio de 2015






La primera pareja, las relaciones sexuales y el templo de Jerusalén




Una de las
aproximaciones a la relación entre el Templo de Jerusalén y el Jardín del Edén
es a través de la idea bíblica de la pureza sexual. Una vez que Adán conoce a
Eva y exclama su satisfacción (Gn 2,23) el texto concluye con una fórmula
matrimonial: el hombre dejará a su padre
y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne
(Gn 2,24).
Sin embargo, inmediatamente se agrega que ambos estaban desnudos y no se
avergonzaban
(Gn 2,25), lo que significa que todavía guardaban un estado de
inmadurez sexual. La unión coital no se podía aún realizar. Esto sólo cambiará
cuando ambos pequen, descubran su desnudez, y se avergüencen de ella.  En otras palabras, Adán y Eva fueron creados
para llegar a ser una sola carne, sin
embargo la actualización de dicho objetivo sólo es posibilitado por el pecado
humano. ¿Es acaso la sexualidad algo negativo para este relato del Gn? La
respuesta es un negativa categórica pero con matices. Para entender el asunto
vamos al apócrifo judío de los Jubileos, el
cual, además de responder a esta pregunta nos llevará al Templo de Jerusalén.
En este libro se constata lo mismo que en el Gn: no es bueno que el hombre esté sólo. A continuación se narra la
creación de los animales y el cómo Adán va poniéndoles nombres uno a uno
(2,19). Sin embargo, al ver a los animales emparejados, incluso procreándose,
de acuerdo a algunas fuentes, hace que Adán se sienta aún más sólo. Esto
explica su felicidad cuando finalmente le es dada la mujer: Al fin, hueso de mis huesos, y carne de mi
carne
(2, 23). Lo interesante es que en el mismo versículo se nos dice que Adán conoció a Eva, lo que implica que
tuvieron relaciones sexuales de inmediato...pero fuera del Jardín del Edén. Efectivamente, Adán tuvo que esperar 40
días después de las relaciones sexuales con Eva antes de poder  entrar en el Jardín del Edén. ¿Por qué?
Porque este es el tiempo requerido por la Torah desde la última relación sexual
del sujeto para la purificación requerida para entrar en el Templo de Jerusalén
(Lv 15). En Jubileos se equipara el
Templo de Jerusalén con el Jardín del Edén. Para entrar en ellos el hombre
(Adán) tiene que estar purificado. Entendámoslo bien, según la tradición
judeo-cristiana el hombre fue creado sólo un poco inferior a los ángeles. Esto
es, una parte animal y una parte divina. En el Genesis Rabbah 8,11 leemos: Dios
creo a Adán con cuatro atributos de los ángeles y cuatro atributos de los
animales. Como los animales, el hombre come, se procrea, excreta, y muere. Como
los ángeles, el hombre puede estar de pie, hablar, entender, y ver con los dos
ojos al frente del rostro.
Es a partir de aquí que podemos entender que la
Biblia exija una purificación determinada cuando el hombre se aproxima al orden
de lo divino, esto es al templo. En otras palabras, el hombre ha de acentuar su
carácter angelical para acercarse a Dios purificándose de todos los fluidos
corporales (el dar a luz, la menstruación y la eyaculación, por ejemplo) y
enfermedades físicas (lepra, por ejemplo) que eran considerados impuros en la
Ley Mosaica. Esta dinámica está presente no sólo en relación al templo o al
Jardín del Edén (de acuerdo a Jubileos o Qumrán), sino que también en el
momento culmen de la experiencia religiosa judía: la epifanía divina en el
Sinaí.  De aquí que Dios advierta en la
base del monte y antes de dar la Torah: Estad
preparados para el tercer día; no os acerquéis a mujer
(Ex 19,15).
Concluyamos, de nuevo, la sexualidad no es mala…la tradición judía la entiende
como un don de Dios, pero del cual tenemos que prescindir temporalmente si queremos acceder al ámbito sagrado y distinto de
lo divino, esto es el templo, verdadero Jardín del Edén, donde recobramos
nuestra identidad divina perdida por el pecado. Gary Anderson, The Genesis of Perfection, p. 43-55.

viernes, 12 de junio de 2015






La herejía de los dos poderes en el cielo y los cuatro que entraron en el Pardes








En
la Torá hay dos descripciones del Dios que
se revela: uno es que el separa las aguas del mar Rojo, un Dios
guerrero, como
si fuera joven; el otro, es el que revela los diez mandamientos en el
Sinaí, lleno de sabiduría y misericordia, como si fuera un anciano. Esta
correlación está presente
también en la figura del Anciano de Días y del Hijo del Hombre en Dn 7:
un
Padre y un Hijo. ¿Dos poderes en el cielo? Ciertamente es así para parte
del
judaísmo del segundo templo…pero con la concreción y expansión del
cristianismo, estas ideas serán definidas como herejía por el emergente
judaísmo rabínico. Un ejemplo que vale la pena tener en cuenta: Leemos en un versículo: “Su trono llameaba”
[Dn 7,9], y en otro [lugar del mismo] leemos: “ Hasta que fueron puestos sus
tronos y un anciano de días tomó asiento” [Dn 7,9]. No hay ninguna dificultad
aquí: uno [de los tronos] era para él y el otro para David.
Como nos
enseña una barayta [una tradición tannaítica extramisnaica]: Uno era para él y
el otro para David es lo que Rabbi Aquiva dijo. Rabbi Yose el Galileo le dijo a
su vez: ¡Aquiva! ¿Cuándo dejarás de profanar la Sejina? Habría que decir más
bien: Uno [de los tronos] era para su justicia y el otro para su misericordia.¿Aceptó él
esta explicación?¡Venid y
oíd! Uno era para su justicia y el otro para su misericordia; esas fueron
también las palabras de Rabbi Aquiva
(TB
Hagiga 14ª).




La
solución rabínica, por lo tanto, salva la
unicidad de Dios a través de un modalismo divino. Algo que después, en
el
misticismo de la cábala, dará paso a una idea más elevada de los dos
brazos de
Dios (o emanaciones): la justicia y la misericordia. Idea que ya estaba
presente
en Filón de Alejandría (irónicamente, un gran adherente a la teología de
los
dos poderes en el cielo) cuando comenta la función de los dos querubines
que se
hayan sobre el arca de la Alianza. Como sea revisemos, aún, otro texto
rabínico
pertinente que nos habla del relato de los cuatro que entraron en el
pardes y que relaciona la desgracia de quienes no regresaron sanos con
el aceptar la herejía de los dos poderes en el cielo: Nuestros rabinos enseñan que quienes
visitaron el Pardes fueron cuatro. ¿Quiénes fueron? Ben Azzai y Ben Zoma, Aher
y Rabbi Aquiva […] Aher taló sus árboles. Rabbi Aquiva [entró y ] Salió en paz[…]


“Aher taló
sus árboles”. A él se refiere el versículo que dice: “No consientas que tu boca
te haga culpable” [Qo 5,5]. ¿Qué significa esto? [Aher] vio que Metatrón tenía
permiso para sentarse [a la derecha de Dios] y [para] poner por escrito las
buenas obras de Israel. Dijo: ¡Pero se nos ha enseñado que nadie tomará asiento
en lo alto y que no habrá  allí lugar
para la competencia, ni […] para la fatiga! ¡O es que hay en el cielo, Dios no
lo quiera, dos poderes! Sacaron de allí a Metatron y lo azotaron con sesenta
azotes de fuego. Le dijeron: “¿Cuál es la razón por la que al verlo no te
pusiste en pie?” Y le permitieron borrar las buenas obras de Aher. Una voz dijo
desde el cielo: “¡Regresad, rebeldes!” [Jr 3,14.22], esto es, todos, salvo
Aher.Y añadió
“Dado que él ha sido expulsado del mundo por venir, ¡dejad que salga y que
disfrute de este mundo!”. [Aher] salió [de allí] y se dio a la mala vida. Se
fue con una prostituta cuyos servicios solicitó. Pero ella le dijo: “¡¿No eres
tú Elisa ben Abuya?!”. Él arrancó un rábano un sábado y se lo ofreció. Y ella
exclamó entonces: “¡Ha de ser otro!”
(TB
Hagiga 15,a). 


Recordemos que además de Aher, también Ben
Zoma y Ben Azzai cayeron en la herejía de los dos poderes en el cielo. Leemos
en Génesis Rabba 5: Rabbi Levi dijo: Hay
entre quienes predican algunos que, como Ben Zoma y Ben Azzai, proclaman que la
voz del Santo, Bendito y Único, se convirtió en Metatron sobre las aguas, según
está escrito: “¡La voz de Dios sobre las aguas!” [Sal 29,3].
Rabbi Aquiva
fue el único que se arrepintió de sus anteriores opiniones, el único de los
cuatro que, “entró y salió en paz [del Pardes]” (TB Hagiga 14b]. Para más
detalles: Daniel Boyarin, Espacios
Fronterizos, Judaísmo y cristianismo en la Antigüedad tardía,
Trotta, p.
237-
242.

lunes, 8 de junio de 2015






Satán bajo apariencia de bien en La vida de Adán y Eva








Algunos textos apócrifos contemplan la
posibilidad de la transformación de Satán en apariencia de bien. En la versión
armenia de La Vida de Adán y Eva 9,1-2 leemos que una vez muerto el primer
hombre y cuando los dieciocho días de
lamento se completaron, Satán tomo la forma de un querubín con esplendido
atuendo y fue al rio Tigris a engañar a Eva. Las lágrimas de éste caían sobre
sus vestidos y llegaban hasta el suelo. Satán le dijo: “Ven desde el agua y
descansa, porque Dios ha atendido a tu penitencia, a ti y a Adán tu marido”.
En
la versión Georgina se hace mención a los vestidos que adquiere Satán para
engañar a Eva bajo apariencia angelical. Él
se acercó a Eva, en el rio Tigris, y se quedó de pie a la orilla. Lloraba y sus
falsas lágrimas caían sobres sus vestidos, y desde estos al suelo. Entonces le
dijo a Eva, “Sal del agua donde estás y detened vuestras tribulaciones porque
Dios ha escuchado tu penitencia y las de tu marido.
Otro ejemplo lo
encontramos en el Apocalipsis de Abraham 23
donde Satán aparece en forma angelical al momento de tentar a la mujer: Y detrás del árbol estaba de pie, como si
fuera una serpiente, pero teniendo mandos y pies como un hombre, y con alas
sobre sus espaldas: seis en el lado derecho y seis en el izquierdo.
Este
escenario de engaño se repite en la La
Vida de Adán y Eva
(v.armenia) donde Satán se colude con la serpiente para
servirse de ella y así entrar en el Jardín y presentarse a la mujer sin
levantar sospechas. Todo sucedió cuando Eva se encontraba sola, todos los
ángeles habían ascendido a alabar a Dios a un cielo superior, entonces Satán tomo la forma de un ángel y comenzó a
alabar a Dios con alabanzas angelicales. Yo (Eva) me incline por la muralla
para escuchar sus alabanzas. Yo observé y lo vi en apariencia de un ángel,
cuando observé de nuevo, ya no lo vi. Entonces él (Satán) fue y le dijo a la
serpiente: “Levantaos, venid para que yo pueda entrar dentro de ti y hablar a
través de tu boca tanto como lo que necesite decir”.

sábado, 6 de junio de 2015






La envidia y el amor de Dios en el Testamento de Dan y en el Evangelio de Mateo


Jesús advierte sobre el enojo y la envidia como raíces de la transgresión de la Torá. El Testamento
de Dan
en el Testamento de los doce
patriarcas,
nos da una idea del contexto judeo-cristiano de tales
reflexiones. El libro del Gn no nos dice nada de este personaje aparte de
mencionar las últimas palabras que Jacob le dijo junto a sus hermanos antes
de morir. El apócrifo del TestDn trata de  resolver este vacío explayándose sobre la envidia y los malos deseos de Dan contra su hermano
José. Dan reconoce en su testamento: me
alegre con la venta de José, ya que mi padre lo amaba mas que a nosotros. El
espíritu de la envidia y del orgullo me decía: “Tu también eres su hijo”.  Uno de los espíritus de Beliar colaboraba
conmigo y me decía: “Toma esta espada y mata con ella a José: tu padre te amará una vez muerto el”
(1, 5-8). El texto es interesante porque describe como
la envidia actúa sobre la persona. La
ceguera habita en la ira, hijos míos, y no hay quien pueda ver a otra persona
con verdad. Aunque sean el padre o la madre, los considera como enemigos y,
aunque sea un hermano, no lo tiene en cuenta
(2,2-3). También el patriarca
se explaya sobre la ira de una manera psicológica. Malvada es la ira,
hijos míos: es como un alma en el alma misma. Se apodera del cuerpo
del iracundo, se enseñorea de su alma y proporciona al
cuerpo una energía peculiar para cometer toda clase de impiedades. Y
cuando el
alma ha obrado, justifica lo realizado, puesto que ya no ve
(3, 1-3). ¿Cuál
es entonces el remedio? Al igual que Jesús en el Evangelio de Mateo, el autor
cree que es la observancia de la Ley la que protege al sujeto. Guardad,
pues, hijos míos, los mandamientos
del Señor y observad su ley. Apartaos de la cólera y odiad la mentira,
para que
el Señor habite en vosotros y huya Beliar. Que cada uno hable verdad a
su prójimo; así no caeréis en ira y confusión, sino que permaneceréis en
paz en posesión del Señor de la paz y no se apoderaran de vosotros los
conflictos. Amad
al Señor durante toda vuestra vida, y unos a otros con un corazón verdadero
(
5,1-3).









No hay comentarios:

Publicar un comentario